Esa voz es nada más y nada menos que la de Chris Bacardí.
−Supongo que eres bastante sigiloso y rápido, me rindo. – Bufe con todas la de perder, no puedo creer que este diciendo esto, pero debo admitir que es muy astuto tanto que me da un poco de miedo−. Tú, ganas.
−¿Entonces te diste cuenta de que estoy un paso más adelante?− inquirió victorioso.
−No es eso, solo que quiero descansar y no voy a salir corriendo como veinteañera.
De pronto un mar de carcajadas sale de Takeru.
−Se ven bien los dos, no puedo creer que te rindieras. Jamás lo había escuchado de ti, Emma White rindiéndose, − no paro de reír − ¡Por primera vez alguien te contra resta! Masao…..mo…morira de risa cuando le cuente lo que paso.
−TA---KE---RUU si no te callas te matare aquí mismo. – demande.
−Lo lamento, es que es tan gracioso, pero sabes ...
−¡Qué! −pregunto con iras.
−Me alegra verte así con esos cambios de humor tan repentinos.
No respondo ante eso, mejor desvío mi vista hacia la ventana
–Lamento que me conozcas de esta forma, soy Takeru Kawa − se presenta como si ante él estuviera el jefe de una organización −, primo de Emma. – saluda a Chris extendiendo su mano a la cual él responde.
−Un gusto, pero ya nos habíamos conocido antes. Tú no recuerdas bien por lo ebrio que estabas.
−Lamento esa primera impresión, no sabía que estabas con ella.
Toda la noche se la pasan conversando tanto de sus vivencias como de los negocios. Yo por otro lado he pedido dos botellas de Soju, una de las bebidas que amo tomar cuando vengo a Seúl. Parece que el tiempo no pasa y estos dos ya se llevan como mejores amigos.
<<tks....se ha robado a mi primo>>
Ya no aguanto más. Las dos botellas de Soju son mucho, así que decido salir de la mesa.
−¿Te encuentras bien? – Pregunta Chris también levantándose de la mesa.
−Siiiiii.....bueno yo ya me voy, tú quédate con mi primo te lo regalo ....− el alcohol me está mareando, si no llego rápido a mi habitación me quedare dormida y de seguro Chris se aprovechará de la situación.
−Te llevo a tu habitación− dice Chris acercándose más a mí.
−¡No! Piensas que no puedo llegar sola, suéltame. – Gruño −. Nos vemos Takeru disfruta la velada con tu nuevo amigo.
−¿Qué dices Emma? − Pega una risa -. Primero te veo rendirte y ahora mareada. Soy afortunado. Chris, te la encargo por mí.
−¡Tú no me encargues con nadie yo puedo sola! – lo digo mientras me apoyo en una silla.
−Estas más borracha que yo, y te vez feliz.
−¡Cállate! −Camino hacia el elevador, pongo mucho cuidado en cada paso, pero una pequeña elevación hace que pierda el control.
<<¡Mierda!>>
Antes de que tope el suelo unos brazos fuertes sujetan mi cadera.
−Déjame ayudarte, estás muy mal. − lo dice Chris con unos ojos que me emboban.
−No dejare que te aproveches de mí, tonto. − Entramos al elevador y antes de que se cierre Takeru habla.
−¡Primo usa protección, aún no queremos tener un primo pequeño!
Pero que diablos fue eso, mi sangre hierve tanto que quisiera abrir las puertas metálicas, tal como lo hace hulk o el hombre piedra.
−¡Qué dices Takeru te voy a matar! – mi mirada se enfoca sobre la de Chris −. Si te a través a tocarme, te mato Chris.
−No te haré nada, por ahora.
Siento que el mundo da muchas vueltas, mi vista se empieza a nublar tal vez el efecto del soju llego a su punto más alto. No tardo en comenzar a cerrar los ojos y mucho antes de que pudiera abrir la puerta caigo dormida.
Al día siguiente despierto a las tres de la tarde, he dormido como nunca. Recuerdo lo que paso hasta el momento de llegar a mi habitación. Chris me asegura que no me hizo nada y como defensa pone a Tom de testigo.
No pasa mucho para que la tarde termine. También he logrado saber que por un año me ha estado vigilando.
<<¿Qué clase de persona hace eso?>>
Gracias a Tom evito que lo muela a patadas.
Enserio que tipo más para extraño, me pregunto si no tiene a alguien esperándolo, pero para vigilarme por un año no debe tenerlo.
Antes de irme Takeru viene a despedirse diciéndome que me habrá paso de nuevo en la vida del amor. Puede que sea un tonto, pero tiene razón ya ha pasado años desde que sucedió aquel accidente. Una vez dentro del avión me pongo a pensar en las palabras de Takeru...
<<¿Puedo perdonarme e intentarlo de nuevo?>>
Aún tengo miedo y por ello no quiero hacerle ningún daño. Pero apuesto que, si le contará a Jhoana, todo lo que ha pasado tomaría el primer avión, llegaría a mi departamento y me golpearía para hacerme reaccionar.
Un acta de matrimonio es lo que nos une, solo un papel con letras negras y no existe nada más que lo haga.
Al siguiente día voy a las oficinas de mi padre. Sí, estoy a punto de llevarme una hablada.−¿Papá? −pregunto un tanto temerosa.−¡Emma Adelaide White! ¡COMO TE ATREVEZ A DEJAR EL PAÍS SIN AVISARNOS!−Papá lo siento, okay.<<Aquí vamos.>> −NADA DE QUE LO SIENTO PAPÁ ¡SEÑORITA ESTÁS CASTIGADA! LAS LLAVES DE TU AUTO. – Dictaminó con toda la autoridad de un padre.−Pero papá ese es mi auto yo lo pague.−NO ME IMPORTA, LAS LLAVES − golpea el escritorio, se las entrego sin tener opción −. TOM, NO SE LAS VAS A ENTREGAR HASTA QUE PASE UN MES.−Entendido señor. – Asiente.−Bueno ya me quitaste mi auto por un mes, ¿puedo retirarme? – pregunto irritada.−NO TAN RÁPIDO SEÑORITA TU
− Tengo mis trucos. Gracias Tom desde aquí yo me encargo. Ve a descansar. – Ordenó. −Por supuesto señor. Tengan buena noche. −De nada Tom, descansa. − Solo escucho como la puerta se cierra mientras me dirijo a la ventana. −Dime, ¿qué quieres hacer? – Pregunta y deja a un lado su abrigo que a simple vista parece pesado. −Nada, debes estar cansado. −Hace rato estabas molestando a Tom, por querer salir y ahora no quieres, ¿prefieres quedarte viendo por la ventana en vez de salir? −Dime, si salgo para ir de compras ¿puedo ir sola sin que me sigas? −No. <<Quedirecto.>> − Hay por favor. No escaparé... a dónde puedo ir si ni auto tengo. – Replique con las pocas ganas de salir victoriosa. −No quiero correr. – Respondió de inmediato. −¿Quién dijo algo de correr? Aunque sería buena idea, − enfatice con una sonrisa −, tal vez te gane, pero siempre sales en el momento menos esperad
Al llegar a casa. −¿Cómo se llama el señor?- Pregunto. −Ten, me dio esta tarjeta. − Al leer la dirección me resulta familiar- ¿Sabes quién es? −No, pero la dirección si la conozco. Es un conjunto residencial enorme. −¿Tienes un familiar en esa residencia? – Pregunta dudoso, y por la forma en que me observa es fácil saber que está pensado con sus celos, no con su cabeza. −No exactamente. − Me dirijo a mi computador. −¿Qué haces? – Se acerca. −Parece que escuchado ese apellido antes. −¡Espera! − Lo dice con sorpresa −. Ese es el sistema de clientes. −Sí, ¿sorprendido? Padre me enseño. – Sigo buscando ese nombre −. ¿Señor y señora Slim dónde están? - Luego de unos minutos grito - ¡Bingo! Los encontré. −Los Slim, dueños de las constructoras "Smith ". −Yes, son buenos clientes. No sabía que vivían en esa residencia. Supongo que es el destino. – Murmuro esa última parte sin que ese tumulto de cel
No tuve más opción que montar un caballo y seguirlo. A pesar de la hora pude alcanzarlo. −¡Te atrape! – Lo digo por detrás. − ¿Por qué esta aquí? – Pregunto enojado. −¿Por qué tú estás aquí? – Volví a preguntar. −Vete, es mejor que vayas con Evans. Paso preguntan
Narra Emma….. Hace un frío de los mil demonios que incluso puedo ver mi propio aliento. −Hace frío Martín, ya cambiaste de decisión. – Lo presiono un poco. −Eres débil y por tu culpa tendré que regresar a casa. – Sus ojos me recriminan como si yo fuese la muchac
Narra Emma... −Te daré tres segundos para que me golpees, si es que puedes. −Tres segundos para... – Me interrumpe y se abalanza sobre mis labios robándome un beso −Uno, dos, tres ¿por qué no lo haces? - Pregunta alejándose. Me quedo sin palabras por segundos. <<Pensé que se rendiría de estar conmigo, pero no es así. Qué es para él rendirse>> Presa de mis pensamientos, no me doy cuenta de que nuevamente sus labios se acercan como un par de lobos acechadores. La fuerza de su beso hace que mi espalda se planche más con el espaldar del asiento. Duele. –Chris...........mi espalda. −Vamos al hospital. - La punta de su lengua rosa su labio inferior como si lo estuviera saboreando. − ¿Por qué .....lo hiciste? –Pregunto desconcertada. −¿Pensaste que me rendiría y te dejaría sola? −Sí. – Le aseguré. −Eso no va a pasar. Eres descuidada, to
−Em, si un día me pasa algo prométeme que encontrarás nuevamente la felicidad. −Por ahora, tú eres mi felicidad. − Y tú la mía, Em...... –Sí. –Je t'aime.... Después de aquella palabra abro mis ojos. Se trata de un sueño. De uno que ya lo estaba olvidando por su semi amargura. <<¿Por qué? >> Ha pasado tiempo desde la última vez que lo soñé. −Señorita Emma. – Es Tom, tocando la puerta. −Sí Tom. ¿Qué sucede? −El joven ha salido por un momento y pidió que se arregle para salir. −¿Te dijo a dónde? −No. −Está bien. Gracias Tom. Tomo un baño, no sé a dónde iremos. Mientras estoy bajo las gotas cálidas, pienso en lo que me dijo Chris.− Sabes que no me rendiré fácilmente.− Sé que no se rendirá y eso me da miedo. Dejo de pensar en cosas negativa y me alisto tan rápido como puedo. Usaré un vestido corto de c
Por fin se cumple el mes de castigo y las ansias de tener mi auto no me faltan.¡Mi auto!−Hola papá, ¿puedo pasar? − Asomo mi cabeza por el filo de la puerta.−Claro.– Pronuncia al verme.Al entrar veo a un hombre alto y de traje azul hablando con mi padre. ¿Tal vez debía llegas más tarde?−Es todo por hoy, gracias.Aquel hombre se despide de mi padre y de mí. Ahora estamos los dos solos.−Hola hija, ¿qué te trae por aquí? – Pregunta como no lo supiera.– Pues.... hoy es el día en que le dirás a Tom, sobre las llaves de mi auto. – Lo digo rebosando de alegría.−¿Ya es el día? – Revisa unos papeles –. Tu madre me comento lo que hiciste hace unos días. – Alza su mirada.−Papá, te lo pued