Narra Emma…..
Hace un frío de los mil demonios que incluso puedo ver mi propio aliento.
−Hace frío Martín, ya cambiaste de decisión. – Lo presiono un poco.
−Eres débil y por tu culpa tendré que regresar a casa. – Sus ojos me recriminan como si yo fuese la muchac
Narra Emma... −Te daré tres segundos para que me golpees, si es que puedes. −Tres segundos para... – Me interrumpe y se abalanza sobre mis labios robándome un beso −Uno, dos, tres ¿por qué no lo haces? - Pregunta alejándose. Me quedo sin palabras por segundos. <<Pensé que se rendiría de estar conmigo, pero no es así. Qué es para él rendirse>> Presa de mis pensamientos, no me doy cuenta de que nuevamente sus labios se acercan como un par de lobos acechadores. La fuerza de su beso hace que mi espalda se planche más con el espaldar del asiento. Duele. –Chris...........mi espalda. −Vamos al hospital. - La punta de su lengua rosa su labio inferior como si lo estuviera saboreando. − ¿Por qué .....lo hiciste? –Pregunto desconcertada. −¿Pensaste que me rendiría y te dejaría sola? −Sí. – Le aseguré. −Eso no va a pasar. Eres descuidada, to
−Em, si un día me pasa algo prométeme que encontrarás nuevamente la felicidad. −Por ahora, tú eres mi felicidad. − Y tú la mía, Em...... –Sí. –Je t'aime.... Después de aquella palabra abro mis ojos. Se trata de un sueño. De uno que ya lo estaba olvidando por su semi amargura. <<¿Por qué? >> Ha pasado tiempo desde la última vez que lo soñé. −Señorita Emma. – Es Tom, tocando la puerta. −Sí Tom. ¿Qué sucede? −El joven ha salido por un momento y pidió que se arregle para salir. −¿Te dijo a dónde? −No. −Está bien. Gracias Tom. Tomo un baño, no sé a dónde iremos. Mientras estoy bajo las gotas cálidas, pienso en lo que me dijo Chris.− Sabes que no me rendiré fácilmente.− Sé que no se rendirá y eso me da miedo. Dejo de pensar en cosas negativa y me alisto tan rápido como puedo. Usaré un vestido corto de c
Por fin se cumple el mes de castigo y las ansias de tener mi auto no me faltan.¡Mi auto!−Hola papá, ¿puedo pasar? − Asomo mi cabeza por el filo de la puerta.−Claro.– Pronuncia al verme.Al entrar veo a un hombre alto y de traje azul hablando con mi padre. ¿Tal vez debía llegas más tarde?−Es todo por hoy, gracias.Aquel hombre se despide de mi padre y de mí. Ahora estamos los dos solos.−Hola hija, ¿qué te trae por aquí? – Pregunta como no lo supiera.– Pues.... hoy es el día en que le dirás a Tom, sobre las llaves de mi auto. – Lo digo rebosando de alegría.−¿Ya es el día? – Revisa unos papeles –. Tu madre me comento lo que hiciste hace unos días. – Alza su mirada.−Papá, te lo pued
Suena mi celular, es molesto porque es temprano. Lo ignoro por un momento, pero sigue sonando la música de wallerman. −¿Hola? – Contesto el teléfono, no sé quién es. −¿Emma eres tú? −Sí, ¿quién esss.s........?– Es la voz de un niño – ¿Martín? −Sí, soy Martín – Se nota feliz –. Emma ya me levantaron el castigo –. Me pregunto de donde saco mi teléfono. −Cariño son las seis de la mañana, no tienes que dormir......es fin de semana ....... −Mi mamá dice que las personas que progresan son las que se levantan temprano. – Niño inteligente. −Sí, pero no los fines de semana..... – bostezó –, ya Martín ve a dormir........ −Emma, Emma, ¡¡EMMA!! lo prometiste.... −Estoy aquí, estoy aquí....... sí...sí....sí......ya voy estaré ahí en unos minutos. – Cuelgo y me hecho en la cama. <<¡AH! Lo olvide>> Tomo un baño de agua fría para levantarme los ánimos, ahora me arrepiento de ver la casa de p
Después de aquel encuentro fuimos a jugar un rato más, di lo mejor para aparentar. Luego dejamos a Martín y al regreso fue Chris quien vino conduciendo. Durante todo el camino no cruzamos palabra, no tenía ganas de hablar y peor aún sobre lo que paso, estaba sumida en mis pensamientos. Al día siguiente voy a las oficinas de mi padre dispuesta a confrontarlo, pero por mala suerte no se encuentra en el país. *****En un bar de Washington D.C.***** El bar era un tanto agradable cuando estaba lleno y con música, pero en este momento había dos que tres hombres vestidos de negro con ropas de cuero y pañuelos en sus cráneos. ¿Roqueros? ¿Motociclistas? Tal vez sí o tal vez no o, tal vez personas pasándose por grandes y rudos con el fin de llamar la atención de cualquier chica. −Dame otra por favor. −No deberías tomar sola. −¡Tú no me mandas okay!− Reacciono ante mis propias palabras−.
−Espera..... co-mo.... yo..... peee-ro ......... −Shhhh......no hables – Poco a poco se saca su corbata y chaqueta.¡Qué diablos estaba a punto de hacer! Yo quería salir, salir y refugiarme en mi cuarto.−Chris ...no te acerques...– Sonrió de una manera nerviosa, siento un hormigueo recorrer mi cuello –. Aléjate...−Dije que no hablaras.Me arrincona más y más, comienzo a retroceder.–¿Sientes algo por mí? – Pregunta mientras besa mi cuello, no respondo.No puedo responder.No puedo moverme.No puedo respirar.–Si no contestas en tres segundos, lo considerare como un sí.Los tres segundos pasan, ya es un sí. Es un maldito sí.Estoy en su cuarto, es imposible salir. Una, porque mi cuerpo no quiere moverse; otra, me siento demasiada mareada para correr. S
***Unos días después ....... No despierto hasta que el reloj marca las ocho de la mañana, un poco perezosa lucho por levantarme. En mi mesita de noche encuentro una nota que Chris ha dejado. "Emma no olvides tener todo listo, te recojo a las 6:00 pm." Att: Chris B. Es cierto, esta noche nos encontraremos con los Slim, quedamos de acuerdo en dejar nuestro auto en su casa hasta regresar. Sin más, alisto todo lo que usaré, será una semana llena de aventuras, quería ver la nieve, pero no llegaremos a esa época. Suena el teléfono. −Diga – No escucho nada solo ecos... –. Si….hay alguien. −Siempre hay alguien...... − Es una voz grave. −¡Por dios tía Ava! ¡Qué pasa con tu voz por poco me matas! Mi tía tiene la mala costumbre de llamar y poner su voz en tono maléfico, comúnmente ese tono lo usa para tratar con los arrestados. −Has
La residencia de los Slim es enorme, un gran portón con guardias nos da la bienvenida, de paso nos asigna nuestra habitación. Es locamente grande, posee un balcón con puertas de vidrio, una mesita de té con vista al terreno, desde ahí se puede ver una granja incluso un lago que no lo había notado desde el auto y si pongo más atención podría asegurar que se escucha el río. −¿Sorprendida? −Sí, es enorme. −Entonce