Narra Emma .....
Han pasado 11 horas de viaje, no espero mucho y llega mi taxi. En las puertas del gran hotel antes de entrar doy un profundo respiro y alzo mis brazos. − ¡No puedo creer que este aquí en Seúl! – Grito de felicidad.
No se me hace difícil el idioma, puesto que ya he estado aquí. Todo bien por esa parte.
Entro al hotel y una agradable señorita de estatura mediana se encarga rápidamente de mí.
−Buena tarde, señorita. − Saluda haciendo una venia.
−Buena tarde. – respondo de la misma manera.
Lo primero que hace es verificar en el computador mediante mi nombre el número de habitación que me corresponde; miro como mueve sus ojos a gran velocidad como si estuviera leyendo mi expediente universitario y al cabo de dos minutos me entrega la llave.
−Su habitación es la número 13, cuarto piso. – Agradezco y me retiro.
La habitación es cómoda, me encanta la decoración oriental en especial la combinación de rojo y negro en las paredes. Sin más, tomo un baño para relajarme y de paso olvidar por completo lo que sucedió.
−Me quedare en el hotel por ahora. − Susurro antes de que mis ojos se cierren por completo.
***
Narra Chris......
Tiempo antes de que nos reuniéramos recibí un correo en el que decía:
“Señor, la señorita White hará un viaje a las 5:00 a.m. con destino a Seúl, Corea del Sur.
En este enlace podrá encontrar con detalle toda la información de hospedaje y sus tours.
www.####...$$$////.com
ATT: Tom.”
Observo el enlace, me detalla todo en absoluto, incluso el número de su habitación; realmente agradezco que Tom este de mi lado.
<<Muy sigiloso de tu parte querida.>>
Son las cuatro de la tarde hora de Corea. Por mi parte tengo un auto alquilado que gracias a Tom lo ha podido reservar para mi llegada.
Me da gracia observa cómo su cuerpo se estira en frente del hotel, tanto que me provoca darle un abrazo, pero me abstengo de asustarla y terminar rápido con la diversión. Observo como habla con la recepcionista; entro al otro ascensor y al igual que ella llego al cuarto piso sin ser notado, su felicidad la ha segado por completo que no nota mi presencia y menos que entro en la habitación doce.
Cuento los minutos para ver su expresión al momento que sepa que su prometido está durmiendo a lado de su habitación y lo ha estado siguiendo desde Washington D.C.
***
Narra Emma......
−¡¡Corea!! – Grito mientras me desperezó.
Después del largo viaje solo me quede dormida, pero ahora que ya es otro día y mis fuerzas están restauradas, no me faltan las ganas de dar una vuelta.
Por lo tanto, lo primero en mi lista es desayunar. Un buen desayuno al estilo Seúl.
Seguido salgo a mi tour; la gente es completamente amable, incluso tuve la suerte de toparme con personas de otros países, sin embargo, algunas de sus palabras no las reconozco.
¿Ruso?
¿Chino?
No lo sé.
Después de un tiempo mi celular suena con el nombre de mi primo y su rostro plasmado en medio de la pantalla.
−¿Sí?
−Hola, Emma. ¿Qué tal, ya llegaste?
−Sí, pero...− Me interrumpe de golpe.
−¿Cuándo? ¿Quieres que te vaya a ver? − Dice emocionado −. No te muevas, enseguida salgo por ti y no hables con extraños.
− Tranquilo, llegue ayer por la tarde y ahora estoy en un tour que reserve. – trataba de tranquilizarlo −. ¿Qué tal si me vienes a ver a las mil seiscientas horas en el hotel?
−Deja de hablar como policía que ya no somos niños. – Bufó entre risillas −. Está bien, ten cuidado y llámame por cualquier cosa.
−Claro. − Terminé con mi llamada y seguí con mi tour.
Comí shushi como si estuviera a punto de subirme a la silla eléctrica y despedirme de esta vida; lo único en que pensaba era: ojalá, no me caiga mal.
Lo que también abundaba por todas partes, como si fuera una plaga, eran las parejas recién casadas.
¡¿Es cosa del destino pegarme en la cara lo que deje atrás?!
Gracias a ello volví a recordar por qué estoy aquí.
<<¡Rayos!>>
Algunos chicos del tour me invitan a salir esta noche, los rechazo completamente y por suerte puedo zafarme de ellos sin ningún problema. Sin ningún: que mujer más aburrida o, vamos cariño que la pasarás bien.
Nada.
Como el tiempo pasa muy rápido, regreso al hotel para tomar una ducha, cambiarme de ropa y llamar a mi primo para decirle que ya estoy lista.
Takeru es mi mejor primo, es el hijo de mi tía Ava. Realmente mi tía tiene un nombre extraño, ella es la hermana de mi mamá, a su vez ella es la jefa del departamento de policías de Washington D.C. y su esposo es el tío Keisuke Kawa, gerente de la empresa "Sora Shinko" una de las principales en Corea. Hace tiempo Takeru y su hermano mayor Masao, vivían con nosotros; fue el tiempo suficiente para llevarnos bien junto con mis hermanos, después se mudaron. Mi tío regreso a Corea junto con Takeru, pero mi tía no pudo viajar por su nuevo acenso, motivo por el cual se quedó en Washington con Masao, quien ahora también forma parte de la policía.
***
Narra Chris ...
La he mirado atentamente durante todo su trayecto, no ha parado de sonreír y hacer algunas expresiones graciosas. De todo lo que ha hecho, algo en singular me llamo la atención, y fue la llamada que recibió.
Recuerdo que mi padre había mencionado algo acerca de alguien muy especial para Emma, que vivía en Corea, pero no me dijo de quien se trataba exactamente.
Pasan las horas y vuelve al hotel y lo mismo hago yo.
Tomo una ducha y mientras me cambio de repente suena el teléfono.
−Señor, Chris − Es la recepcionista−, la señorita está en la recepción al igual que el señor Tom.
−Gracias, no le diga nada a la señorita y al señor Tom dígale que un momento bajo.
Mis dotes y un poco de dinero, habían convencido a la recepcionista de mantenerme al corriente del momento en que salga Emma.
No tardo mucho y me encamino a la entrada, para no ser notado me he puesto unas gafas negras.
−Hola, Emma - Escucho que alguien la saluda y sin más ella sale corriendo hacia él como si se tratara de una estrella de K-pop.
Es extraño, pero los celos me están matando y aumenta más cuando la besa en la mejilla.
−Vamos. - Dice ella con una sonrisa.
Lo admito se ve muy bien, demasiado para él. La seguimos hasta un restaurante. Ambos empiezan a conversar sobre sus pasatiempos y las cosas que han hecho – aburrido −. El tiempo pasa y estoy más que atento a cada movimiento que hace aquel extraño.
***
Narra Emma.........
−Me alegra verte de nuevo, ¿cuándo vienes a visitarnos? – pregunto un tanto curiosa.
−Hay querida, no lo sé tal vez el año que sigue.
−Eso está muy lejos− Replico con un desgano.
−Tal vez haga una excepción por el día de las pistolas.
−Sí. − El día de las pistolas es una reunión familiar en donde todos jugamos paintball−. Estaré esperándote junto con mi equipo.
Takeru solo ríe al escucharme. Realmente esa sonrisa me calma.
El mesero nos trae la carta, pedimos lo que queremos de paso bebemos y al final nos brinda un postre.
−Bien, es hora de lo mejor.. – Dice Takeru sonriendo. Llama al mesero y en voz baja pide algo que no alcanzo a escuchar.
− ¿Qué has pedido? – musito mientras él mira su celular.
−Shhh...... espera y verás.
− Tú y tus sorpresas.
Al poco tiempo vuelve el mesero con una botella de cristal verde, la deja en la mesa junto con dos copas.
−Reconozco ese sello, ¡no pude ser! – Lo digo con sorpresa mientras Takeru pega una sonrisa y la destapa-. ¡El vino de la fábrica Julietta!
−Sí, tu favorito. – alardea su buen acto y por supuesto que me sorprendió, no todos los días puedes toparte con un Julietta −. Me di el lujo de reservarlo para esta noche, tienes que disfrutarlo porque no sabes lo que me costó.
−Por supuesto.
Las horas pasan, Julietta está por terminarse y es una pena porque amo ese vino.
Por mi parte estoy bien, pero Takeru…mmm….al parecer no tolera el alcohol muy bien que digamos.
−Takeru, vamos. – Dictamino.
−No − Réplica con tono ebrio −, no me pueden ver así.
Es cierto, no puede volver con mi tío. Le dije que no le comentara que vendría, sino mi padre ahora mismo estaría en Seúl para llevarme de regreso.
Lo que se me ocurrió fue llevarlo al hotel donde me estaba hospedando. Era lo mejor que podía hacer a menos que lo dejara a la buena de Dios.
Al llegar pido una habitación, pero por mala suerte ya no hay habitaciones disponibles, así que decido llevarlo a la mía, no obstante, antes de abrir la puerta una mano jala mi brazo. Y vaya que si es fuerte.
−Ni se te ocurra meterlo. – Demando Chris.
<<¿Qué hace él aquí?>> Lo medito en mi cabeza.
−¡¿Tú a qué hora?!, ¡¿Cómo?! – Pregunto confusa y sorprendida.
−Se quedará en mi habitación.
−¿Que? ¡No! – Replico y vuelvo a intentar abrir la puerta, pero nuevamente su mano impide que mi brazo se mueva.
−Te dije que en mi cuarto. – Alzo su voz.
−¡ Y yo te dije que no! – lo contradije.
−¡Emma! – vuelve a replicar con autoridad.
Me recordaba a mi padre.
− ¡Basta! En primera, ¡¿por qué estás aquí?! −Pregunto desafiante.
Chris hace una pausa y luego prosigue. − Luego te lo diré.
¿Qué clase de respuesta era esa? Definitivamente no era la que estaba esperando.
¡Escape de todos ellos y ahora resulta que él está aquí en frente mío en Seúl y con su guardaespaldas!
¡Demonios!
−Bien, hagamos esto. Dejaré a primo en mi habitación y yo dormiré en la sala. – le brinde mi mejor plan.
−Señorita Emma, si es por su primo yo pasare la noche con él. – intervino aquel guardaespaldas, no sé cómo se llama, pero a simple vista se ve que es una persona compresiva.
−Disculpe, ¿usted se llama? – Pregunte en un tono serio.
−Tom, soy el guardaespaldas de su prometido. – respondió tranquilo −. Señorita puede dormir en la habitación del señor Chris, en una de las camas que se encuentran en cuartos separados.
−Mucho gusto Tom y él no es mi prometido− se lo hago entender −. Bien, lo dejare en mi habitación y yo dormiré en una de tus habitaciones.
Lamentablemente no puedo escapar y dejar a mi primo con estos dos no es buena idea, menos con Chris.
− Tom, seguro que estarás cómodo en el sofá. – vuelvo a preguntar para convencerme yo mismo.
−Por supuesto señorita, he pasado por cosas peores. Y esta es mejor que las otras.
Al parecer a Chris le agradado la idea; suelta mi brazo permitiéndome abrir la puerta incluso él y Tom llevan a mi primo a la cama. He pedido que salgan mientras me cambio, pero a Chris se le ocurrido darme unos minutos para hacerlo. Si no, él entraría y me sacaría a la fuerza. << ¡Pero quien se cree!>> No tardo mucho y salgo con mi pijama, sin antes desmaquillarme a la velocidad luz. No quiero despertar a Takeru porque si lo hago no dormirá dentro de unas horas. Aún recuerdo cuando todos los primos nos pusimos a tomar y a mi hermano se le ocurrió la gran idea de poner heavy metal en alto volumen, en consecuencia, se quedó con Takeru toda la noche y madrugada cuidándolo como a un bebé; al día siguiente mi primo parecía alguien nuevo y renovado mientras que mi hermano parecía zombi. *** Narra Chris ......... Me han entrado unos celos del demonio que casi llevo a Emma a mi habitación en
Esa voz es nada más y nada menos que la de Chris Bacardí. −Supongo que eres bastante sigiloso y rápido, me rindo. – Bufe con todas la de perder, no puedo creer que este diciendo esto, pero debo admitir que es muy astuto tanto que me da un poco de miedo−. Tú, ganas. −¿Entonces te diste cuenta de que estoy un paso más adelante?− inquirió victorioso. −No es eso, solo que quiero descansar y no voy a salir corriendo como veinteañera. De pronto un mar de carcajadas sale de Takeru. −Se ven bien los dos, no puedo creer que te rindieras. Jamás lo había escuchado de ti, Emma White rindiéndose, − no paro de reír − ¡Por primera vez alguien te contra resta! Masao…..mo…morira de risa cuando le cuente lo que paso. −TA---KE---RUU si no te callas te matare aquí mismo. – demande. −Lo lamento, es que es tan gracioso, pero sabes ... −¡Qué! −pregunto con iras. −Me alegra verte así con esos cambios de humor tan repentinos
Al siguiente día voy a las oficinas de mi padre. Sí, estoy a punto de llevarme una hablada.−¿Papá? −pregunto un tanto temerosa.−¡Emma Adelaide White! ¡COMO TE ATREVEZ A DEJAR EL PAÍS SIN AVISARNOS!−Papá lo siento, okay.<<Aquí vamos.>> −NADA DE QUE LO SIENTO PAPÁ ¡SEÑORITA ESTÁS CASTIGADA! LAS LLAVES DE TU AUTO. – Dictaminó con toda la autoridad de un padre.−Pero papá ese es mi auto yo lo pague.−NO ME IMPORTA, LAS LLAVES − golpea el escritorio, se las entrego sin tener opción −. TOM, NO SE LAS VAS A ENTREGAR HASTA QUE PASE UN MES.−Entendido señor. – Asiente.−Bueno ya me quitaste mi auto por un mes, ¿puedo retirarme? – pregunto irritada.−NO TAN RÁPIDO SEÑORITA TU
− Tengo mis trucos. Gracias Tom desde aquí yo me encargo. Ve a descansar. – Ordenó. −Por supuesto señor. Tengan buena noche. −De nada Tom, descansa. − Solo escucho como la puerta se cierra mientras me dirijo a la ventana. −Dime, ¿qué quieres hacer? – Pregunta y deja a un lado su abrigo que a simple vista parece pesado. −Nada, debes estar cansado. −Hace rato estabas molestando a Tom, por querer salir y ahora no quieres, ¿prefieres quedarte viendo por la ventana en vez de salir? −Dime, si salgo para ir de compras ¿puedo ir sola sin que me sigas? −No. <<Quedirecto.>> − Hay por favor. No escaparé... a dónde puedo ir si ni auto tengo. – Replique con las pocas ganas de salir victoriosa. −No quiero correr. – Respondió de inmediato. −¿Quién dijo algo de correr? Aunque sería buena idea, − enfatice con una sonrisa −, tal vez te gane, pero siempre sales en el momento menos esperad
Al llegar a casa. −¿Cómo se llama el señor?- Pregunto. −Ten, me dio esta tarjeta. − Al leer la dirección me resulta familiar- ¿Sabes quién es? −No, pero la dirección si la conozco. Es un conjunto residencial enorme. −¿Tienes un familiar en esa residencia? – Pregunta dudoso, y por la forma en que me observa es fácil saber que está pensado con sus celos, no con su cabeza. −No exactamente. − Me dirijo a mi computador. −¿Qué haces? – Se acerca. −Parece que escuchado ese apellido antes. −¡Espera! − Lo dice con sorpresa −. Ese es el sistema de clientes. −Sí, ¿sorprendido? Padre me enseño. – Sigo buscando ese nombre −. ¿Señor y señora Slim dónde están? - Luego de unos minutos grito - ¡Bingo! Los encontré. −Los Slim, dueños de las constructoras "Smith ". −Yes, son buenos clientes. No sabía que vivían en esa residencia. Supongo que es el destino. – Murmuro esa última parte sin que ese tumulto de cel
No tuve más opción que montar un caballo y seguirlo. A pesar de la hora pude alcanzarlo. −¡Te atrape! – Lo digo por detrás. − ¿Por qué esta aquí? – Pregunto enojado. −¿Por qué tú estás aquí? – Volví a preguntar. −Vete, es mejor que vayas con Evans. Paso preguntan
Narra Emma….. Hace un frío de los mil demonios que incluso puedo ver mi propio aliento. −Hace frío Martín, ya cambiaste de decisión. – Lo presiono un poco. −Eres débil y por tu culpa tendré que regresar a casa. – Sus ojos me recriminan como si yo fuese la muchac
Narra Emma... −Te daré tres segundos para que me golpees, si es que puedes. −Tres segundos para... – Me interrumpe y se abalanza sobre mis labios robándome un beso −Uno, dos, tres ¿por qué no lo haces? - Pregunta alejándose. Me quedo sin palabras por segundos. <<Pensé que se rendiría de estar conmigo, pero no es así. Qué es para él rendirse>> Presa de mis pensamientos, no me doy cuenta de que nuevamente sus labios se acercan como un par de lobos acechadores. La fuerza de su beso hace que mi espalda se planche más con el espaldar del asiento. Duele. –Chris...........mi espalda. −Vamos al hospital. - La punta de su lengua rosa su labio inferior como si lo estuviera saboreando. − ¿Por qué .....lo hiciste? –Pregunto desconcertada. −¿Pensaste que me rendiría y te dejaría sola? −Sí. – Le aseguré. −Eso no va a pasar. Eres descuidada, to