Las noches en vela se habían convertido en otra repetición de mi monótona vida.Después de pasar una pasional noche con el CEO mi vida se resumía a una sola cosa; la monotonía.El lecho marital era la única cosa que podía cambiar, las posiciones, las nuevas experiencias e incluso los besos se sentían diferentes cada día.Salí de la cama, completamente desnuda, él dormía plácidamente a mi lado, su cara siempre se veía relajada, como si no hubiera problemas en su vida. Sé que pienso mucho sobre lo relajado que siempre está pero, es por lo mucho que eso me enoja.¿Cómo puede dormir como bebé después del infierno en el que convirtió mi vida?Lo odio, lo odio tanto que pensar en hacer el amor con él me causa repulsión pero al momento de hacerlo, no puedo evitar disfrutarlo. Tal vez porque es lo único placentero que tengo en la vida actualmente.Me coloqué la bata de terciopelo que había dejado en el suelo horas antes.Caminé con sigilo hasta la puerta que cerré detrás de mí. Abrí la puerta
—Señora O'Sullivan. —Me llamó la señora Alicia, el ama de llaves, con su acostumbrada voz lambiscona. Abrí la puerta de la habitación y la dejé pasar. Ella me miró compresiva al notar los moretones en mis manos y los golpes que inmediatamente cubrí mi bata.—¿Qué ocurre? —Pregunté ignorando la preocupación en su mirada. Ella me extendió unos sobres que ojee de inmediato, eran cartas dirigidas a mí pero no tenían remitente.—Han estado llegando desde que se mudó pero no sabía qué hacer, el señor O'Sullivan me pidió que lo mantuviera al tanto de todo lo que pasara con usted. —Explicó tajante.Suspiré mirando los sobres, no sabía quién era el remitente pero me daba cierto grado de esperanza que alguien se tomara las molestias de escribirme, rompiendo la monotonía matutina a la que tanto le temía.—¿Vas a decirle que me las entregaste? —Pregunté alzando la mirada hacia ella. Ella parecía pensarlo, pero no dijo nada hasta que vio nuevamente mis heridas.—No lo haré, señora. No se preocupe
Nuestras lenguas danzaban una sobre la otra, el sabor a café en su boca me derretía.Sus manos recorrían mi espalda, desatando el cinturón de mi bata con una destreza que solo él poseía.La tela se deslizó por mis hombros, dejando al descubierto mi cuerpo desnudo.Pude sentir cómo su respiración se aceleraba al verme, como sus ojos se oscurecían con un deseo que había aprendido a reconocer y a anhelar.Podía verlo en su mirada, esa era la única señal de halago UE recibía de él y ver al CEO anhelarme de esa manera siempre me había cautivado.Él comenzó a besar mis hombros y mi cuello,haciendo extreme ver mi cuerpo. La excitación descendía y ascendía haciéndome desearlo aún más.Sus manos bajaron hasta mis caderas, apretándome contra él, podía sentir su erección a través de sus pantalones. Gemí suavemente, era como si mi cuerpo respondiera automáticamente al contacto con su piel.Me tomó en sus brazos y me llevó hasta la cama, depositándome con suavidad sobre las sábanas. Sus ojos nunc
Salí de la habitación,luego de vestirme apropiadamente para el trabajo.Había usado unas joyas que había elegido con la señorita Wen y llevaba un moño alto con escote pronunciado y una falda con tacones altos.Era un conjunto formal pero no demasiado anticuado, de esta manera solía vestir cuando no era una O'Sullivan y ahora, la única diferencia era el costo elevado (y a mi parecer, exagerado de las prendas).Bajé las escaleras y de inmediato lo vi a él, con ese traje formal y tan casual que solía utilizar los viernes, su semblante seguía siendo tan elegante como siempre pero esta vez tenía un adorno adorable en sus brazos; nuestra hija, Amanda O'Sullivan o como la había apodado, Amy.Brown ya no er su apellido pero dudo que ella notara la diferencia, se veía demasiado feliz con su padre. Estos pequeños momentos con ellos es lo que me hace dudar del divorcio pero como siempre, sé que esta felicidad no durará.Nuestros ojos se encontraron y por inercia le sonreí. Él frunció el ceño y g
Pov Agnes.—¿Qué es esto? —Susurré con temor de saber la respuesta mientras las lágrimas no dejaban de brotar de mis ojos y él me veía cómo si se sintiera asqueado mientras de pie tras de sí, estaba aquel chico al que había considerado mi mejor amigo; Royce Johnson, totalmente desnudo cubierto por nada más que las sábanas blanquecinas de aquel hotel. Había llegado allí a entregar los apuntes de la universidad, ya que Royce estuvo faltando a clases las ultimas semanas, quise ser una buena amiga y encontré la dirección del hotel en el que se hospedaba desde hace un tiempo.Sin embargo; nunca pude imaginar que me encontraría con una escena tan asquerosa. Desde un principio sabia que Royce no estaba interesado en las mujeres y tal vez, fue por eso por lo que nuestra amistad empezó en primer lugar, pero al ver esto no puedo evitar imaginarlo teniendo una pasional noche, gimiendo y jadeando debajo de Nathan, quien desde ese instante pasó a ser mi exnovio.El dolor en mi pecho se incrementa
Las posibilidades de quedar embarazada en tu primera vez no son limitadas, aun así, no dejo de pensar que esto se debe a mi mala suerte; mi mala suerte en el amor, mi mala suerte en la vida y mi pésima tolerancia al alcohol. Bueno, no creo que importe el motivo, en poco tiempo todo habrá vuelto a la normalidad y mis estudios serán lo único por lo que tenga que preocuparme.Cuando llegué a casa lo primero que hice fue recostarme en la cama. No tengo hambre, ni deseos de comer, aun menos de ducharme, no es que tenga importancia, ha sido así desde que vivo sola, si planeara tener este bebé comenzaría a cuidarme pero no hay manera de que pueda ser madre soltera. Tal vez si tuviera un padre. No, eso no importa ahora; recibí la confirmación del hospital, mañana a primera hora me desharé del problema. Al menos eso fue lo que planeé pero ahora, no sé si sea la decisión correcta. Pensé que solamente tendría que recostarme en la camilla y esperar a que se fuera pero no es así cómo me siento, q
¿El padre de mi hija es el CEO? Algo cómo eso no puede ser posible, mi mala suerte no pudo haber empeorando tanto. —Retírate. —Le dijo al hombre a mi lado, el cual me había abierto la puerta en su momento. En tanto lo escuché me derretí, si usó esa voz de mando para conquistarme ese día, ya no me siento tan culpable por haber sucumbido ante él. —Con permiso. —Dijo el hombre antes de salir, cerrando la puerta tras de sí.Pasé saliva en tanto me vi a solas con él. No importa como lo mire, parece sorprendido de que esté aquí. ¿Acaso me recuerda? No,dudo que sea eso pero aunque ese sea el caso, no querrá que esa noche se de a conocer entre los empleados ¿Y si quiere despedirme? No quiero perder mi trabajo.Lo mejor es ignorar lo que sucedió antes, si piensa que no lo recuerdo entonces no hay manera de que le incomode mi presencia.—Buenas tardes,señor director. —Dije evitando que mi voz saliera entrecortada. Me aferré a los documentos que tenía en manos y caminé hacia él que me miraba
Pov Oliver—Sigue siendo tan hermosa cómo en ese entonces. —Musité mientras veía la mano con la que antes la acaricié. ¿Su piel siempre fue tan suave? Lo había olvidado. Incluso olvidé su rostro hasta el momento en que la vi.Su mirada y sus mejillas coloradas junto a esos enormes ojos marrones hacen de la vista algo sublime. Y pensar que yo me quedé con su pureza, eso definitivamente eleva mi ego.Me pregunto si sigue siendo soltera.Caminé hasta mi escritorio y pulsé un botón que me comunicaría directamente con mi secretaria.—¿En qué puedo ayudarle,señor?—Encuentra a quien envió los documentos con esa empleada y tráelo de inmediato. —Ordené. —Enseguida.Mi vida es así de simple, siempre que quiero algo basta con que lo deseé, después de todo se trata de mí. No hay manera de que sea diferente.Los minutos transcurrían lentamente y no había respuestas por parte de mi secretaria, lo que comenzaba a impacientarme. Me dispuse a leer los documentos que tenía pendientes sobre el escrit