Monotonía.

El sonido del despertador en la mesa de noche, sonó por enésima vez ese día pero estaba demasiado cómoda como para despertar.

Abrí los ojos e instintivamente se cruzaron con el pecho desnudo del CEO. Seguía dormido a mi lado, mientras con su brazo me rodeaba, atrayendome hacia él, mientras yo lo abrazaba y dormía plácidamente sobre su pecho. Era lo mismo de siempre, cada día, cada mañana era igual, no había nada distinto, excepto que esta vez no me haría ilusiones por verlo abrazarme. Había vivido allí desde hace semanas y había aprendido algo, no importa qué pasara la noche anterior o cómo despertara a mi lado, al otro día, regresaba el mismo monstruo que me atormentaba.

Me aparté de él que me buscó aun dormido, yo solo me levanté,sin prestarle atención a su comportamiento sonámbulo.

El frío mañanero atraviesa mi cuerpo desnudo mientras me dirigía al baño. Me atrevo a decir que desde que me mudé aquí hay una sola cosa que ha cambiado; ahora, cuando me levanto por las mañanas, el jacu
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