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Capítulo II: Viendo los Verdaderos Colores de mi Padre...

Al amanecer Cecilia despierta, no sabe lo que ha pasado, pero ve a un hombre en la cama a su lado y sabe que ese hombre no es Isaac – ¡¿Quién eres?!

Fernando despierta, y se apresura a colocarse sus pantalones, porque claro él también aprovechó la oportunidad de estar con la joven inconsciente…

-Señorita de Baleztena

- ¡¿Quién eres?! ¡¿Qué me hiciste?! ¡¡¡ayuda!!! ¡¡¡por favor ayuda!!!

Los empleados de la casa, más Isaac y sus padres llegan corriendo para ver el escándalo, cuando entran en la habitación Isaac queda en shock, pues no puede creer que Fernando haya violado a Cecilia…así que se arroja a golpearlo…

-¡Bastardo! ¡¿Cómo pudiste tocar a mi invitada?!

- ¡Hijo detente! – haciendo una ceña y varios empleados separan a los hombres – ¡¿Qué está pasando acá?!

-Madre ella era la joven que te dije ofrecí posada, pues bebió mucho anoche durante la fiesta

- ¿Eh? – cubriéndose con las mantas – yo no bebí mucho…

-Eso no importa – sobando el puente de su nariz – señorita de Baleztena…tenemos que llamar a su padre

Cecilia queda en shock y empieza a llorar en el acto, Isaac se compadece de ella y se acerca para intentar ofrecerle consuelo.

-Hijo no la toques

-Pero padre…

-No quiero que el nombre de mi hijo se vea manchado – mirando con desprecio a Cecilia

A las pocas horas el padre de Cecilia está en la mansión de los Escalante, hecho una furia y dispuesto a matar a quien se atrevió a manchar a su hija, lo mismo los padres de Fernando, cuando el conde de Baleztena llega Cecilia se le acerca, esperando encontrar apoyo y consuelo, pero lo que recibe es una bofetada que la hace caer al suelo.

-¡Maldita zorra! ¡¿Cómo te atreviste a manchar mi nombre?!

-Padre, yo no hice nada…no recuerdo nada se lo juro

- ¡Claro que no recuerdas, te dije que no tomaras tanto! ¡¿y te emborrachas?!

- ¡Por favor tiene que creerme yo no tomé mucho, se lo juro! – rompiendo en llanto

- ¡¿Dónde está ese infeliz?! ¡voy a matarlo!

-Don Carlos de Baleztena

-Don Javier Escalante perdón por el espectáculo…

-Descuide, no es su culpa, es culpa de esa zorra que manchó su nombre – Cecilia rompe en llanto

En ese momento llega Fernando junto con su madre y los dos deciden humillar todavía más a Cecilia y su padre – mi hijo no se casará con esa prostituta ofrecida

Carlos y Cecilia quedan en shock.

-¡Claro que se casarán!

-Claro que no, mi bebé está comprometido con la condesa Aurora; sobrina de su majestad, así que mi oportunidad de emparentar con la corona no la perderé por una zorra que no supo criar

Carlos entiende que ese matrimonio fue arreglado por el rey Alfonso Belmonte, así que no puede hacer mucho, salvo matar a su hija a golpes, pero está por marcharse cuando Isaac se le acerca.

-Conde de Baleztena, yo me casaré con su hija

Todos quedan en shock.

-¿Qué? Pero hijo…

-Fue mi culpa, en primer lugar, dejé sola a la señorita después de ofrecerle la habitación de invitados, no pude prever que ese cerdo de Fernando le haría aquel daño…

- ¡Mi hijo!

-Su hijo es un cerdo…pobre de Doña Aurora…

-Ven a mi casa, y hablaremos con más calma…¡nos vamos Cecilia!

Y la joven cabizbaja se marcha, mientras que Isaac está hablando con sus padres diciendoles que aprovechen la oportunidad de emparentar con los Baleztena, después del rey de España, ellos son los más ricos del país.

-Hijo tienes razón, y heredarás el título de conde…

-Pero no quiero que esa zorra tenga hijos con mi bebé, nunca aceptaré a los bastardos de esa m*****a prostituta

-Mamá, solo me caso por tener el titulo y el dinero de los Baleztena…para madre de tus nietos está Ana de Urriaga

-Esa sí es una joven decente…

Y la mencionada apenas está saliendo de los establos, mientras se acomoda sus ropas, pues estaba con su amante de turno…dado que no puedo acostarse con Isaac.

-¡Maldita, mil veces m*****a! – diciendo aquello mientras azota a su hija

- ¡Basta por favor papá! – gritando trata de liberarse del amarre de sus muñecas

Al poco Cecilia cae al suelo mientras su espalda sangra profusamente.

-¡Maldita prostituta! ¡debiste morir en lugar de tu madre!

-Por favor, yo no hice nada…se lo juro…

- ¡Cállate zorra!

La ama de llaves llega y le avisa a Carlos que Isaac ha llegado, así que ordena bañar a Cecilia para que quede presentable ante Isaac y seguramente sus padres.

Al poco Cecilia baja, luciendo un sencillo vestido, y los padres de Isaac apenas pueden creer que su hijo haya decidido casarse con esa insulsa mujer.

-Siéntate Cecilia – la joven asienta y toma asiento, tratando de ahogar una queja

- ¿Estás bien Cecilia?

-Sí…gracias…

-Bien, lo primero mi hijo solo se casa por salvar la reputación de esa zorra, segundo se casarán en dos semanas, y tercero no quiero nietos de esa m*****a…

-Bien, lo primero acepto las condiciones, lo segundo espero consideren la fecha de la boda…y tercero espero usted Doña Jimena de un escarmiento a esta zorra cuando se comporte mal

-Claro, y con su permiso me encargaré de corregir a esa infeliz, entonces ¿Cuándo quiere que se lleve a cabo la boda?

-En cuatro semanas ¿está bien?

-Cuatro semanas entonces…

Cecilia no dice nada se limita a llorar mientras su espalda duele como el demonio…

-Otra cosa, Cecilia

- ¿Eh? ¿Qué sucede padre?

-Más te vale no quedar preñada, porque no quiero nietos de una zorra como tú, empezaré a buscar una esposa que me dé un hijo digno…

Y Cecilia apenas baja su cabecita…

Mientras en una cafetería, Ana y Fernando se encuentran, felicitándose porque su plan salió a la perfección.

-Pero por lo que escuché, el idiota de Isaac se casará con la infeliz esa

- ¡¿Qué?! ¡se supone que debió quedarse sola y arruinada la muy m*****a!

-Pues parece que Isaac se lamentó de lo que le hizo

-Espera…¿no fuiste tú?

-Claro que yo la violé, pero el primero fue Isaac

- ¡¡¡No!!! – Fernando apenas mira

- ¿Qué te pasa?

- ¡Isaac no puede casarse con esa m*****a! ¡yo debo ser vizcondesa no ella!

-Oh vamos, ¿crees que Isaac se case porque sienta algo por ella?

- ¿Eh?

-Solo se casa para reparar mi falta, porque yo me casaré con Doña Aurora

-Oh, ya entiendo – sonriendo siniestramente – bueno, seré el consuelo de Isaac, porque ¿Quién podría amar a esa mojigata?

-Tienes toda la razón…solo tiene buen cuerpo porque es una monja

Y así los amantes y cómplices chocan sus copas.

Carlos se dirige hacia la habitación de Cecilia, en donde la encuentra tejiendo un bordado, así que se acerca a la joven y la abofetea con fuerza, rompiendo su nariz, y haciendo que la sangre manche el tejido.

-¿Por qué? – mientras mira a su padre

- ¡Por zorra! ¡y mientras vivas en mi casa me encargaré de recordarte que eres una perdida!

-Pero – recibiendo otra bofetada – ¡basta!

- ¡Recuerda tu lugar perdida! – y así se marcha – ¿y bien?

-Doña Sofía de Arrayanes aceptó verse con usted, señor conde

-Perfecto, esa es la mujer que necesito para tener un hijo digno

Y así Carlos se marcha para verse con aquella dama, mientras que Cecilia se queda lamentándose y deseando morir, pues no tolera que su padre se haya ensañado con ella de ese modo…

Las cuatro semanas pasaron, y el día anterior a la boda de Cecilia e Isaac, esta se encuentra con su padre en la mansión de los Escalante, ultimando todo detalle para que la boda sea ideal, Cecilia se ve obligada a usar un vestido de novia horrible y que la hace ver poco agradable a la vista, pero Jimena ha dicho que la zorra no tiene derecho a algo mejor.

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