Esa noche, en una cena familiar, se ultiman detalles como la dote que dará Carlos para su hija, el cual dice que si apenas le da lo suficiente para vivir es mucho, cortando de tajo los derecho de Cecilia a las posesiones familiares y al título de Condesa, cosa que enfurece a Isaac porque él solo se casaba con la joven por su título, y para colmo Carlos tiene una noticia que dar.
-Bien, tengo una noticia que informar a todos
- ¿Qué pasa conde de Baleztena?
-Como saben, los rumores dicen que tengo una amante
-Sí, Sofía de Arrayanes ¿Qué pasa con esa mujer?
-Ya está preñada de mi hijo
Cecilia queda en shock pero decide bajar su cabecita.
-Oh, con que tendrá un hijo…
-Un heredero digno, no como la perra al lado mío
Cecilia empieza a sollozar – ¿te quieres callar? – diciendo Isaac
-¿Eh?
-Siempre lloras, ¿así eres de molesta? De haber sabido que eras así de molesta nunca me hubiera comprometido contigo
Cecilia queda en shock.
-Bien, dada esta noticia, me retiro – tomando a Cecilia con violencia – nos vamos perra…
-Papá, basta – recibiendo una bofetada
- ¡Cállate m*****a! ¡nos vamos! – y a empujones se lleva a Cecilia
-Hijo…
-M*****a sea, me voy a casar con una miserable…
Los padres de Isaac fruncen el ceño en el acto porque perdieron su oportunidad de tener el título de Carlos.
…
La mañana llega, Cecilia despierta y se dirige a tomar un baño, lavando con cuidado su cuerpo y las heridas de su espalda, luego una criada que la trata con el mismo desprecio que la trata Carlos, la ayuda a vestir, y Cecilia se siente horrible pues al terminar de acomodarse, se ve en un espejo y se ve terrible con aquel vestido de novia…
-Lo mejor para las perras – sonriendo, pero en el acto recibe una cachetada – ¿Cómo te atreves?
-Podré permitir que mi padre me trate de ese modo, pero nunca una criada, más aún una esclava, una mestiza sin valor
- ¡Maldita! – pero recibe una bofetada
-Y yo que pensaba llevarte a la mansión de los Escalante, pero mejor me voy sola – así sale de su habitación
Y la esclava ha quedado en shock.
Al salir Carlos ve con desprecio a su hija, y ofrece su brazo con asco, pero Cecilia ya harta lo rechaza y camina hacia el carruaje que la espera, Carlos ha quedado en shock, pero le importa poco, así que sigue a su hija y ambos parten para la iglesia, en donde todos esperan por la novia, Isaac está fastidiado de saber que se casará por nada…
Cuando se visualiza el carruaje de la novia, todos esperan expectantes por Cecilia, cuando la ven bajar las risas no se hacen esperar pues la joven se ve terriblemente mal con aquel vestido, Isaac apenas puede contener sus ganas de vomitar, si Cecilia le parecía hermosa, verla con esos harapos es demasiado para su auto control.
Carlos se acerca y entrega a la joven a Isaac – lamento tener que entregarte a esta desvergonzada…
-Yo lamento más tener que casarme con ella – empezando a andar con ella hacia el altar
Cuando llegan al altar, el sacerdote apenas puede creer que esa joven esté tan mal vestida, pero sin decir más empieza a oficiar la ceremonia…
Estamos hoy reunidos ante Dios nuestro señor para unir en santo matrimonio a Isaac Antonio Escalante y Santos de los Ríos con Cecilia Alejandra de Baleztena y Garcés de Marcilla
Los invitados empiezan a reír.
-¿Es voluntad de ambas partes unirse en sagrado matrimonio? – Cecilia e Isaac quien está fastidiado asientan al unísono – Isaac Antonio Escalante y Santos de los Ríos, ¿aceptas por esposa a Cecilia Alejandra de Baleztena y Garcés de Marcilla como legitima esposa? ¿promete serle fiel en salud y enfermedad, riqueza y pobreza hasta que la muerte los separe?
-Acepto
-Cecilia Alejandra de Baleztena y Garcés de Marcilla ¿acepta usted a Isaac Antonio Escalante y Santos de los Ríos como legitimo esposo? ¿promete serle fiel en salud y enfermedad, riqueza y pobreza hasta que la muerte los separe?
-Acepto
Los anillos son intercambiados, y el sacerdote bendice la unión, pero en el momento en que le dice a Isaac que puede besar a la novia, este con asco se aleja de la joven, y se marcha de la iglesia. Todos empiezan a reír y Cecilia empieza a llorar, el sacerdote se da cuenta y decide hablar en privado con ella – hija ven conmigo
Cecilia sigue al hombre y cuando están a solas, este le pregunta lo que sucede a lo que Cecilia le responde contándole todo lo que le pasó, el hombre queda en shock y decide ofrecerle ayuda a Cecilia.
-Hija mía no tienes por qué vivir con ese hombre
- ¿Eh? Pero padre, es mi esposo
-Un esposo que no te respeta, mira como te ha tratado el día de hoy…
-Padre, pero ya la unión está bendecida
El sacerdote da un suspiro resignado…
-Está bien hija, ten cuidado, porque ese hombre no te merece…
-Lo tendré presente padre – tomando la mano del sacerdote para besarla
Cecilia sale e Isaac se le acerca tomándola con fuerza y llevándola hacia el carruaje – ¿Qué estabas hablando con el sacerdote?
-Solo me preguntaba por el vestido…
-¿Por qué?
-Porque es muy desagradable, además es incómodo de usar – mirando a Isaac – vizconde
-No seas estúpida, eres mi esposa llámame por mi nombre
-Está bien, Isaac…
Llegando a la mansión de Isaac, este deja sola a Cecilia mientras se dirige hacia su habitación, Ana sube y decide aprovechar el momento para seducir a Isaac, así que entra y ve que el hombre se está quitando su traje de novio, cuando en el acto se ve atrapada contra el muro de la habitación.
-¿Qué haces acá?
-Supuse que me extrañarías – tocando el pecho de Isaac
-Claro que te extraño – besando a Ana
Y así lleva a la joven a la cama, en donde intima con ella…
-Oye tú…
-Sí Doña Jimena ¿Qué desea?
-Ve y busca a mi hijo…o qué ¿esperas que lo haga yo?
-No – recibiendo una bofetada – ¿Eh, por qué?
-Porque eres una perra sin moral…¡ve y busca a mi hijo m*****a!
Cecilia se dirige a buscar a Isaac, sube las escaleras pero escucha los ruidos de índole sexual así que se dirige hacia la puerta y al abrirla ve a Isaac siéndole infiel con quien se dijera su mejor amiga…
-Isaac mi amor, dime que me amas – diciendo aquello a sabiendas de que Cecilia está allí
Cecilia cierra la puerta pero se queda escuchando y lo que escucha le rompe el poco corazón que le quedaba.
-Claro que te amo Ana, te amo más que a mi vida
- ¿Qué opinas de tu esposa?
- ¿De esa insípida y mojigata? – levantando la vista – ¿Por qué me preguntas de esa?
-Porque…es eso…
- ¿Qué quieres decir con eso? – levantando la vista
-Dime la verdad, ¿Quién violó a esa estúpida de Cecilia?
Isaac da una sonrisa antes de decir las peores palabras para Cecilia – fui yo
Cecilia queda en shock.
-¿Y que tal, al menos valió la pena? – empezando a reír
-Claro que valió la pena, no solo le hice el favor a esa estúpida, sino que me evité pagar cinco mil reales
-Vaya, ¿con quién hiciste la apuesta?
-Con Fernando, es verdad que él también la violó, pero yo fui el primero y seguramente el único, ¿ya la viste? Da asco con solo mirarla
Cecilia escucha aquellas risas, y se marcha corriendo del lugar, pasa de largo a los invitados a sus suegros a su padre, y se marcha de la mansión de los Escalante, llegando hasta el bosque de caza del rey de España, que casualmente estaba allá disfrutando de la tarde junto con su corte real.
Pero Cecilia decide esconderse y llorar todo lo que no ha podido llorar, hasta que es encontrada por la reina de España, Doña Mariana de Alcalá de la Alameda
-Pequeña ¿Qué sucede?
- ¿Eh? Usted es…
-Ven, no es bueno que estés acá…
-No, por favor, no…
-Ven además tienes que cambiar ese harapo mugroso que llevas, ¿Qué te hicieron usar?
-Me obligaron…
-Mientras estés acá conmigo, nadie te hará vestir con harapos ¿Cómo te llamas?
-Cecilia de Baleztena…
-Supe de tu boda…pero ¿Por qué estás acá?
-Porque soy la más infeliz de las mujeres – rompiendo en llanto
Mariana decide llevar a Cecilia hasta su tienda en donde la hace darse un baño y colocarse un vestido que la hace ver preciosa – listo quedaste como una reina
-Pero es suyo…no quiero que me digan…
-Que digan lo que quieran, si quieres iré contigo de regreso a la mansión de los Escalante
Y así Mariana escolta a Cecilia hacia la mansión donde todos están buscando a Cecilia para burlarse de ella, pero cuando ven a la reina de España, todos hacen una reverencia al verla y quedan en shock al ver a Cecilia luciendo el vestido de la reina.
-¡¿Cómo te atreves?! ¡ahora mismo te quitarás ese vestido! ¡maldita!- ¿Te olvidas ante quien estás?-Majestad…Y Jimena recibe una potente bofetada de parte de Mariana…-Quien haya escogido este harapo para Doña Cecilia – arrojando el vestido – más le vale que por decisión propia de un paso al frenteLos Escalante y Carlos apenas se miran.-¿Van a hablar? ¿o tengo que empezar a retirar títulos?Jimena da un paso al frente – yo escogí el vestido pero majestad debería saber que esta infeliz…-Yo sé todo…así que a mí no me tienes por qué aclarar las cosasJimena se muerde el labio.-Esta fiesta ridícula se ha acabado, Cecilia criatura…ve y descansa, lamento no poder hacer nada por ti, pero cuenta con mi amistad y mi protecciónAna queda en shock y muere de envidia al saber que ahora Cecilia será cuidada por la mismísima reina.La noche cae, y Cecilia está sola en su habitación, después de todo, Isaac no fue a verla, está muy ocupado intimando con Ana, Cecilia está mirando su rostro llen
-¡¿Qué crees que haces?!-Esto no le pertenece, es de mi señora- ¡Esa perra no es señora de nadie! ¡tú serás mi esclavo! ¡así que te ordeno!-¿Usted, ordenarme? – empezando a reír – yo sirvo a Doña Mariana de Belmonte y a Doña Cecilia de Escalante usted no es nadie, salvo una mujer indigna que se está entrometiendo en un buen matrimonio-¡¿Quién te crees?!- ¿Vas a contradecir una orden de su majestad?Ana y Jimena apenas se muerden los labios.-Por favor lleven todo esto a mi habitación…- ¡No dejaré que eso pise el cuarto de mi hijo!-Yo no hablaba de ese lugar – dejando a Jimena en shock – por favor, lleven todas mis cosas a la habitación del fondo…no compartiré cama con un infielJimena se queda pasmada…Cecilia se dirige hacia la habitación, que está destartalada y en terrible condiciones, pero junto con sus doncellas y esclavos se encargan de dejar la habitación en condiciones, cuando Isaac llega en el acto Ana y Jimena se quejan así que el hombre se dirige a reclamar a Cecilia
-Sí señor vizconde ¿Qué desea?-Quiero ver a mi esposa – diciendo aquello con tono autoritario-Doña Cecilia está tomando un baño, si desea esperarla…cuando esté visible podrá verla-Es mi esposa, si yo quiero…-Claro, como esa noche en su fiesta ¿verdad? – Isaac queda en shock…- ¿De qué demonios hablas?-De nada, de nada en particular señor vizconde, solo de cosas que escuché de Doña Cecilia, y no creo que ella sea de las personas que mienten…-Dile a Cecilia que la espero en la sala…-Con gusto señor vizconde – y así cierra la puerta- ¿Qué dijo? – mientras da la espalda a su dama, Clara su otra doncella está lavando con cariño su cuerpo-La espera en la sala, Doña Cecilia…-Seguramente me quiere reclamar que su majestad me mime tanto…-Doña Cecilia, sus heridas…-No sanaron bien, mi padre no mandó por un médico para atenderme…Las dos doncellas apenas se miran…Al cabo de casi una hora, Cecilia baja hacia la sala, siendo escoltada por sus dos damas, llevando un vestido color marfi
-Espero Don Carlos, que tenga una buena explicación…- ¡Esa perra!-Un insulto más, y Doña Mariana sabrá de su comportamiento vergonzosoCarlos apenas se muerde los labios…-Excelencia, usted debe saber que esa infeliz…-Lo mismo va para usted, Sofía de ArrayanesLa joven baja la cabeza forzosamente, porque toda España sabe que el alférez real es el hermano gemelo del rey de España…y ambos saben poner caras que causan terror.Al poco Cecilia baja, luciendo un hermoso vestido rosa y su cabello peinado en una cola alta…el alférez real se acerca y luego de hacer una venia conduce a la joven al carruaje…-¡Regresa Cecilia!-Lo siento padre, pero Doña Mariana ha pedido verme y no puedo negarme – y así el carruaje parteCarlos y Sofía ingresan en la mansión, y los esclavos de Cecilia los ignoran y salen de la casa para dirigirse a atender los rosales que la joven plantó en el jardín…Carlos se encuentra con Javier y estos empiezan a hablar acerca de la dote de Cecilia…mientras que Sofía y J
-Me duele la cabeza – empezando a llorar…-Tranquila – mirando a Lorena – ve ahora mismo por un médico – luego dirige la mirada hacia Santiago – ayúdame a llevar a Cecilia a mis aposentosLos dos siervos hacen una reverencia, Santiago se acerca y luego de hacer una reverencia a Cecilia, la toma en brazos y junto con Mariana entran al palacio, Lorena se ha dirigido a buscar al médico, Alfonso y Diego se enteran y se dirigen a ver a la joven, quien está en la cama de la reina siendo atendida por un médico, mientras simplemente no deja de llorar.-Mariana ¿Qué pasa? – entrando en la habitación…-Querido, le conté a Doña Cecilia lo que pasó hace unos momentos y tuvo un fuerte dolor de cabeza…Alfonso se acerca y ve a Cecilia llorar sin poder calmarse, así que toma asiento en la cama y toma la mano de la joven, cosa que complace a Mariana…-Deja de llorar, calma, estás segura…-Majestad, es que…recordé…Todos quedan en shock.-¿Qué recordaste? – diciendo Aurora mientras se acerca a Cecilia
-¡Maldito esclavo!-Nunca volverás a faltarle al respeto a mi señora…-Santiago-¡Maldita infeliz, no solo me difamas con sus majestades, permites que un esclavo inmundo me ponga un mano encima! – colocándose de pie y saca su fustaFernando golpea a Santiago, quien se mantiene de pie, y con su mirada hostil – vaya con que la perra no supo educarte – sonriendo de modo siniestro-¡No tienes ningún derecho a golpear a Santiago!Pero Fernando vuelve a golpear al esclavo haciendo que este sangre por la mejilla.-Oh, vamos, ¿tu sangre es igual a la mía? – empezando a reír- ¡Basta, déjalo!- ¡Cállate perra! – pero su rostro es girado y vuelve a caer al suelo – ¡¿Qué te pasa Isaac?!Cecilia queda en shock, al ver a Isaac mirando a Fernando como poca cosa, Cecilia corre hacia Santiago saca su pañuelo y empieza a limpiar las heridas del esclavo, mientras sus ojitos derraman lágrimas – ¿estás bien Santiago?-Sí, Doña Cecilia…no se preocupe por este esclavo- ¡¿Por qué te metes?!-Estabas import
Por un momento Isaac abre los ojos, pero se encuentra solo en aquella habitación, y solo una persona llega a su mente, su esposa Cecilia – Cecilia…ven…Y vuelve a caer desmayado……Cuando Cecilia llega al palacio, Mariana se la lleva a su sala de té, en donde empieza a hacerle un interrogatorio completo, para así darle información a Alfonso para que conquiste a la joven, y Cecilia dulce e inocentemente le da todos esos datos a Mariana, quien simplemente mira a la joven y sabe que ella es perfecta para el cargo de reina y sobre todo para sanar el corazón de Alfonso cuando ella ya no esté.-Vaya no eres muy exigente con la comida…-Lo único que no me gusta es el caldo de rabo de toro…y el hígado…por lo demás puedo comer sin problema – dando una sonrisa-Lo tendré en cuenta, a Alfonso le encanta el hígado, pero poco el caldo de rabo – sonriendoCecilia le regresa la sonrisa……-Su majestad…- ¿Qué pasa?-Los Córdoba vinieron…-Me imagino qué es lo que quieren, hazlos pasarLos padres de
Los días fueron pasando, Cecilia estaba viviendo bien en la casa de los Escalante siendo cuidada y mimada por sus siervos y cuando pasaba sus tardes en el palacio por Mariana, que día con día se debilitaba más y más, y a pesar de ser verano y que el calor era bastante abrasador, ella tenía que usar chales y capas abrigadas.-Doña Mariana creo que debemos entrar al palacio-Gracias por preocuparte por mí, mi querida Cecilia – acariciando aquella carita-Su majestad usted ha sido como una madre, es claro que debo preocuparmeMariana le dedica una sonrisa a Cecilia, desde la distancia Alfonso observa y un suspiro resignado escapa de sus labios.-¿Pasa algo? – diciendo Diego mientras se acerca-Pasa, querido hermano…que no acepto el castigo que Dios me ha enviado, he sido un buen monarca, un excelente esposo, nunca tuve amantes por más mujeres bellas que me presentaron y más campañas militares que he liderado lejos de mi esposa, pero Dios, me ha castigado…quitándome a mi tesoro más precia