Capitulo 2

Ashley

-Disculpe, había tráfico.- miento, porque no puedo decirle que en realidad estoy llegando 10 min antes de mi hora de entrada.

.

-No vives lejos, pero bueno. Te presento al Sr. McCullen, un nuevo inversionista que va a instalarse en la cuidad por unos días, por lo tanto, necesito que registres todo y hagas los arreglos de dónde se va a instalar, el transporte, los horarios de las reuniones, todo. Ya sabes cómo funciona.

-Si, señora. ¿Se le ofrece algo más? - ella asiente, y va hablar, pero el señor McCullen la interrumpe.

-En realidad, a mí se me ofrece algo.- mis ojos se van hacia él y debo tragar saliva. Es realmente muy atractivo y lo peor de todo es que mi cuerpo no deja de vibrar de una forma extraña, como si lo deseara enormemente.

-Digame, señor. ¿Qué..- me aclaro la garganta y juro que noto la esquina de sus labios alzarse.- ¿Qué se le ofrece?

-Que la señora Andrade me traiga un café, negro sin azúcar.- deja de mirarme y se enfoca en mi jefa, que lo mira confundida.

-Disculpe, para eso está mi asistente. Ella le va... - el señor la interrumpe con la mano.

-Se lo estoy pidiendo a usted. ¿No puede hacerme ese simple favor? - ella arruga el ceño un segundo y después sonríe.

-Claro, claro que puedo.- se levanta y yo arqueo una ceja por inercia. Está es una empresa pequeña, por lo que entiendo perfectamente su necesidad de hacer negocios con este hombre, al cual se le nota que tiene demasiado dinero, la cantidad de escoltas lo confirma y está mujer, no disimula que le quiere clavar las uñas.- Regreso en un momento.- le sonríe y se detiene junto a mí antes de irse.- no lo arruines.

Yo solo asiento.

Cuando ella se marcha, hay una necesidad enorme en mi cuerpo de caminar hacia el hombre y sentarme junto a él, o abrazarlo, incluso besarlo... Yo no entiendo esta necesidad. Nunca me había pasado con nadie. Jamás. Yo incluso llegué a pensar que era lesbiana, por mi falta de interés en hombres, pero tampoco tenía interés en mujeres... Y ahora, ahora hay necesidad en mi.

Aunque claro, ¿Quién me culparía? Si este hombre es lujuria en un ser vivo.

-¿Cómo te llamas? - una fuente de calor sube por mi cuerpo al escuchar su voz. Es una voz de hombre, hombre lleno de testosterona que afecta por completo mi ser racional y solo llevo 5 minutos en esta oficina. Siento que si duro más, me podría lanzar sobre él y comenzar a comerlo vivo. - Te hice una pregunta.

Aclaro mi garganta.

-Me llamo Ashley, Ashley Allister.- él asiente y comienza a caminar hacia mí. Por más que sienta cosas locas pasando en mi cuerpo, no doy un poco atrás, solo alzo mi mirada y me encuentro con sus ojos violetas.

-¿Me recuerdas? - sus ojos brillan unos segundos y lo que pasa dentro de mí hace que de varios pasos hacia atrás, mientras una sonrisa llena de coquetería se extiende por sus labios. Pero eso no es lo que me jode por dentro, son sus ojos .

No puede ser. Esto no puede ser.

Él tiene los ojos de un lobo. Tiene los ojos de ese lobo.

Doy varios pasos atrás y comienzo a sentir que me falla el aire, aunque trato de tranquilizarme, porque esto no puede ser real.

Una cosa es que crea que existen lobos gigantes y otra muy diferente que este hombre pueda ser ese lobo. Es imposible. Simplemente imposible.

Tal vez ni siquiera estoy despierta, tal vez es otra pesadilla, un sueño extraño como los que llevo teniendo desde el accidente donde perdí a mis padres. Todo es posible, porque de una forma u otra, ese lobo afectó mi cordura.

- Por lo que veo, me recuerdas.- da un paso hacia mí y yo doy un paso atrás.

-No sé de qué habla.- él sonríe.

-Claro que sí. Claro que sabes de que hablo.- No, no es posible. Esto es un sueño, esto es un sueño.- Ashley, dije que iba a volver por tí y aquí estoy.- su mano busca mi mejilla y le doy un golpe en ella, dando varios pasos atrás.

-No sé que broma sea está, pero mantenga su distancia porque soy capaz de gritar.- lo veo rodar los ojos.

-Ashley, te dije que iba ayudar a qué abrieras los ojos y llego el momento. Llegó la hora de que hagas lo que se corresponde y es ser mi esposa.

-Usted está loco.- me río y niego con la cabeza.- Está completamente loco. ¿Acaso se está escuchando? Porque parece que no. Yo no lo conozco y esto en definitiva huele a trata de blanca. No iré con usted a ningún lado.

-No soy conocido por mi paciencia, así que te recomiendo que me hagas caso... Yo soy lo que viste esa noche, yo soy tu destino.

- ¡Cállese! Usted no es nada... Esto es una broma de mal gusto... Tal vez estoy dormida- susurro lo último y me pellizco con fuerza, pero el dolor solo me avisa que estoy bien despierta, pero sumergida en una extraña pesadilla.

-Tal vez no es la forma de hablar esto... Pero estamos en una situación delicada, y te necesito a mi lado.- me río y niego con la cabeza.

-Esta loco... Usted está loco.- niego de nuevo con la cabeza y salgo corriendo.

- ¡Ashley! - grita y yo paso corriendo, sin mirar a todos los escoltas que tienen la mirada fija en mí. Sin embargo, ninguno mueve un dedo para detenerme, lo cual agradezco.

Toco el botón del ascensor repetidas veces, en vano, porque las puertas no se abren y siento muchos ojos en mi, desde mis compañeros de trabajo hasta los escoltas del hombre. No logro soportar tanta presión y menos cuando escucho pasos pesados venir en mi dirección.

Dios mío, esto no me puede estar pasando. No me puede estar pasando.

Corro hacia las escaleras y bajo a toda velocidad, hasta el décimo octavo piso, donde entro y agarro el ascensor, que me lleva a planta baja. La gente me mira raro, pero las ignoro.

Yo... Estoy tan confundida. ¿Cómo es posible que todo cambie en un segundo? Hace una hora estaba en mi casa haciendo un dibujo y ahora estoy huyendo de mi trabajo, por una situación que ni sentido tiene.

¿Quién es ese hombre?

¿Cómo siquiera sabe de mis sueños?

¿Qué hace aquí?

¿Qué quiere conmigo?

Esto es una locura y debo correr lejos, lo cual hago apenas se abren las puertas del ascensor.

En el camino me encuentro a mi jefa con dos vasos de café. Ella me ve como si quisiera matarme y grita mi nombre, pero la ignoro y sigo corriendo. Al salir de la calle me enfoco menos de un segundo en los autos negros y corro en la dirección contraria. Viendo el cielo y mi salvación cuando mis ojos se enfocan en mi mejor amiga.

Emma.

Grito su nombre y ella se enfoca en mi, sonriendo, pero hay algo en su mirada, algo que no entiendo y no me preocupa. Ella me va a sacar de aquí. Ella me va a explicar todo lo que no entiendo.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo