—No noooo! eres una perra. Maldigo el día en que te conocí. Siempre serás el peor error de mi vida.
—No Patrick!. Te equivocas! el peor error de tu vida fue haberme condenado a un mundo miserable siendo inocente. Tu peor error fue haberme creído débil y patética por ser humana. Tu peor error Patrick! fue haberte cruzado en mi camino. Eso fue lo último que Patrick escucho antes que sus gritos ahogaran todo lo demás. A lo lejos Kael y sus hermanos miraban la escena y no sentían nada. Ellos eran los únicos que estaban en absolución por Amaya, por ser los únicos que la ayudaron a salir de aquel infierno miserable que pasó. Cuando Amaya terminó con Patrick se limpio la sangre y se volvió a su Beta. —Investiga a donde salen los túneles. —Solo hay dos Reina Amaya. Uno sale cerca del risco alado del río y el otro sale a las afueras de la manada por el oeste. Kael hablo, pero su mirada apenas tocó la de ella cayó de rodillas y sus hermanos más atrás. —Levántense! ahora son libres. —Podemos quedarnos con usted?— pregunto Liz Amaya los miro con sumo cuidado. Había pasado mucho tiempo antes de planear su venganza. Sin embargo un movimiento de cabeza y dos de sus guardias los escoltó. —Bien! que haremos ahora Amaya? lo mas seguro es que hayan huido hacia la manada de Robert. Melissa es su hija y debió sentir la conexión romperse. —La manada de Robert es considerada intocable por ser una de las más fuertes y por tener la guarda del Rey. —Eso sería una declaración de guerra directa hacia la manada real. —Así es. Pero Cailín y Liam deberán decidir de que lado están!. Que se preparen todos. Iremos a la manada Luna azul y está vez no quiero que nadie escape. **** En la manada real, el consejo estaba discutiendo los acontecimientos de los últimos días. La manada Luz de media Luna había Sido reducida a cenizas y su propio Alfa esparcido por sus tierras como dando un mensaje claro. La Reina desconocida para ellos no era más que una amenaza. No entendían el motivo por el cual hacer tal masacre. —Debemos movernos ya y buscar la forma de exterminarlos. No podemos seguir esperando Rey Alfa que después sean otras manadas las afectadas. —Pero como saber dónde están o como se mueven? Aunque conocemos su manada, ningún explorador ha regresado nunca. —Pues mandemos a todo nuestro ejército junto. No podemos tolerar que llegue una "Reina" y quiera sembrar el caos. —Reina? y dado ese título por quién? solo tenemos dos manadas reales y son las únicas que deben ser tratadas como tal. Los ancianos siguen discutiendo mientras Liam y Cailín solo permanecen en silencio pensando en todo esto. Hasta que deciden romper el silencio. —Lo más sensato es intentar entablar un diálogo entre nosotros. No conocemos su manada ni tampoco el límite de su fuerza y extensión. Ir en contra de una manada a ciegas es un homicidio y no estoy dispuesto a sacrificar a cientos talvez miles por cosas que no vemos y desconocemos. En eso la puerta se abre mientras el hombre entra en estado de alteración y evidente pánico. —Alfa Robert que lo trae por aquí? pasa algo?. —Mi... mi hija ella... ella acaba de irse con su cuñado y mi nieto lejos de mi manada. Ella escuchó que la Reina rebelde venía por nuestra manada.... —Las últimas palabras de Patrick fué que cuidara de su hijo y huyera lejos mientras el daba la vida como un buen Alfa por los suyos. Todos en la sala estallaron en un gran alboroto. Un día más tarde Amaya estaba llegando a los límites de la manada Luna azúl. Sonrió al percibir quienes estaban allí. Nada más y nada menos que los mismísimos reyes. —Cambio de planes. Quiero a todos en su forma lupina. Se mantendrán camuflados entre los arboles. Yo iré al frente a hablar con viejos amigos. Solo daré una orden. Estén atentos. La noche caía dejando ver los últimos rayos de sol. Del bosque salió Amaya junto con su beta mientras su fiel Alfa oscuro vigilaba desde las sombras con sus ojos rojos profundo fijos en su Reina. En la manada se dió el anuncio que afuera estaba la Reina rebelde y su beta solicitando una audiencia. El Alfa Robert salió a la par de tres del consejo y por supuesto los reyes. Cuando llegaron al frente Cailín y Liam se detuvieron en secó esperando a que sus ojos no les estuviera jugando una mala pasada. —Cuánto tiempo sus majestades— sonrió Amaya con la misma forma juguetona con la que siempre lo decía. —Aya? de verdad eres tú?— Cailín sin importar que dijeran la abrazo pero ella no lo correspondió. La apartó bruscamente mientras decía. —Vengo a destruir la manada Luna azúl y ustedes no harán nada para evitarlo. —Como te atreves a hablarle así a los Reyes?— espetó el Alfa Robert. —Parece que ellos no saben lo que realmente haces verdad? hagamos un trato, tu me das a tu hija y consideraré perdonarles la vida. —Mi hija y mi nieto están a salvo lejos de tí monstruo, jamás los encontrarás. —Oh creeme! los encontraré! tengo cuentas con tu hija y su amante. —Aya debes parar ahora.... —Parece que no sabes quién es el hombre que tienes alado. Déjame decírtelo. Es un cochino violador que se encargo de torturarme y humillarme, sus manos sucias me tocaban mientras su asqueroso miembro me desgarraba por dentro. —Eso no.. no.. no.. es cierto... —Lo es y tomaré esta manada lo quieran o no y si deciden meterse no dudaré en responder. Los gritos llenaban el aire de la espesa noche mientras por fín en los ojos de Amaya habían lágrimas. Esto fue lo que siempre quiso pero no sentía paz. Ellos la destruyeron y ya no lograba sentir tranquilidad. Aunque se estaba vengando no tenía la paz que tanto esperaba.Pov Amaya Otro día más en mi trabajo y sigo repitiendo aquella noche una y otra vez en mi cabeza. Todo es demasiado confuso y extraño, pero es mejor alejarme de él, tengo esa extraña sensación de que él no es alguien al que deba acercarme. —Amaya, la encargada, nos llama. —¿Sabes para qué? —No, pero dijo que tú, Daniel y yo fuéramos a atender a los clientes de la sala vip. Asentí y fui con ella, la encargada nos dio algunas instrucciones y subimos. Cuando entre en la sala mis ojos se pasaron directamente en el hombre que desprendía aquella aura poderosa. Sus ojos me miraban fijamente mientras una sonrisa se dibujaba en sus labios. Tragué fuerte y aparté la mirada, sintiendo aún su mirada ardiente sobre mí. Tomamos los pedidos de todos, antes de tomar la carta de sus manos, él tomó la mía y luego dejó que simplemente se deslizara por entre sus dedos. Él hablaba como si nada a los demás y nadie parecía notar su agarre sobre mí. Cuando me soltó casi que tropiezo con mis propio
Pov Amaya Bajé del auto y de nuevo, su mano me jaló por la escalera, entramos a mi apartamento y el miedo volvió a llegarme cuando me sentí como una oveja atrapada con él, un lobo feroz. Vi que solo se sentó como si nada mirando mi pequeño apartamento. —¿Te gusta vivir aquí? —Es cómodo, ¿puedo saber porque sigues aquí? —Porque eres mía, te lo dije. —¿Acaso vas por la vida reclamando a las mujeres que te gusten así no más? —No, solo a ti, porque por derecho eres mía. Aquel corrientazo volvió a recorrerme llegando a mi centro, tuve que moverme algo incómoda al sentir esa sensación. —Ven pequeña. Obedecí, apenas me habló, no sabía cómo lo hacía, me paré frente a él que solo me miraba con detalle. Él de pronto me jaló y volvió a besarme, esta vez con más calma, dándose su tiempo de saborearme y de yo saborearlo. Estaba cayendo en su tentación, una de la que no podía zafarme. Sus manos rompieron mi camisa y desabrochó mi brasier. Mis manos cubrieron mis pechos y él las apartó
Pov Amaya Intenté gritar que se detuvieran cuando aquellos asquerosos intentaban quitarle la ropa interior a Cris. Jamás me perdonaría que le pasara algo. Una mano comenzó a meterse debajo de mi vestido, mientras la otra me sostenía con firmeza por el cuello, otro hombre me apuntaba con el cuchillo pasando su lengua por mi cuello. Cuando aquel hombre fue a besarme, le mordí con fuerza el labio haciéndolo sangrar. Me jaló con fuerza para estrellarme de cara a la pared mientras levantaba mi vestido. —Vas a pagar caro lo que hiciste. Cerré los ojos esperando lo peor hasta que su cuerpo dejó de presionar el mío. Comencé a escuchar una pelea y cuando volteé ya todos estaban en el suelo, sangrando y talvez muertos. Mis ojos miraban en shock todo eso hasta que sentí algo cubrirme. Alcé mi mirada para ver a Patrick frente a mí con una expresión dura. —Hablaremos de esto después Amaya. Me arrastró hasta el auto y vi como subían a Cris a otro. No sabía a dó
Pov Amaya Los días pasaban y yo solo podía caminar por el jardín sin hacer nada. La comida era llevada a mi habitación y de resto no podía hacer nada. Era frustrante. Demasiado frustrante. Sentada en la cama, volví a tomar mi teléfono para seguir leyendo cosas sin sentido común. Todo lo referente a la Luna equivalía a las criaturas de la noche. Leí sobre las manadas de los hombres lobos, sus parejas destinadas, el vínculo que tienen con la Diosa de la Luna. A cada hombre y mujer se le otorgaba el espíritu de un lobo que despertaba a los 18 años, con su despertar se definía su rango. La guerra constante entre hombres lobos y vampiros por definir quién era el más fuerte. Seguí leyendo y cada vez más esto me parecía más absurdo, hasta que me detuve en algo que llamo por completo mi atención. Había una imagen ilustrada de una Luna de sangre sobre la copa de los árboles. Una mujer en el medio, vestida de blanco, con un halo en la parte de atrás de su cabeza en fo
Pov Amaya Mi corazón corre a mil por hora al ver como Cris está siendo desnudada. El asqueroso que tengo atrás no deja de restregarme su cosa. Mis lágrimas empiezan a caer al sentir que no saldremos de esta. Cuando Cris queda totalmente desnuda grito. —Por favor no... —Déjenla... —Son unos desgraciados.... Mi vestido es levantado mientras me pegan a la pared de cara. Mis lágrimas caen a raudales. Intento gritar pero él tiene su mano en mi boca. Es todo. Perderé mi virginidad a merced de un desconocido. Siento que él intenta arrancar mi ropa interior. Cierro los ojos esperando lo peor pero pronto siento que su cuerpo me abandona. Me giro rápido y veo a Patrick. —Como te atreves a tocar lo que es mío pequeña escoria?. Sus amigos salen corriendo para ser detenidos por el hombre que siempre acompaña a Patrick. Lo lanza hacia ellos y todos quedan tirados frente al otro. —Sabes que hacer Thadeus. Otros hombres llegan y lo arrastra. Una manos tocan mi piel desnud
Pov Amaya Comenzamos a avanzar, cruzando el portón que cerro a nuestra espalda. Los autos avanzaban sin prisa por el camino hasta que comencé a ver las pequeñas edificaciones a los lejos. Lo primero que veo son campos de entrenamiento, todos llenos de lobos, nada comunes. Son grandes y fuertes, demostrándolo en una lucha mientras un hombre les da instrucciones. Pasamos por otro donde veo como se transforman de su cuerpo humano a uno de lobo. Comienzo a respirar de forma agitada observando todo esto. Esas leyendas... Dios... esas leyendas no pueden ser ciertas. Llegamos a la entrada de una mansión más grande que la otra donde veo a varias personas paradas. Me giro a ver a Patrick que solo me observa con detenimiento. —Por esto te mandé a leer leyendas Amaya que más que leyendas es nuestra historia, ahora sabes lo que somos... —Soy un Alfa y tú eres mi compañera destinada por la Diosa, esta será la vida que conocerás a partir de ahora. Mi cuerpo tembló al oír aquel
Pov Amaya Los primeros rayos de sol se asomaban por la ventana mientras abría mis ojos lentamente. Los recuerdos de la noche anterior me hacen sentir feliz y una pequeña sonrisa se dibuja en mi rostro. Luego de hacer el amor por primera vez me dejó dormir por un rato, pero no por el resto de la noche. Siento que mi cuerpo me duele por todas las formas en la que me hizo ponerme, jamás pensé que mi cuerpo fuera así de flexible. Termino de despertarme y al voltear y posar mi mano en dónde se supone debería estar mi amado compañero; no está. La cama estaba fría, eso me sacó toda la alegría y sentí un vacío enorme en mí. Me levanté a pesar de que mi cuerpo protestó y camine lo mejor que pude a pesar del dolor que sentía en mi zona delicada. Me arreglé y me vestí, decidí salir para ver en dónde estaba Patrick, pero solo veía puertas interminables que no se a donde llevaban. Bajé las escaleras y justo veo a su madre. —Buenos días señora Prescott—, le doy un cálido saludo con una s
Pov de Amaya Respiro hondo antes de enfrentarlo, —sabes qué eso no hará, que la molestia que siento ahora se vaya como si nada. —Lo sé pequeña. —Me sentí tan humillada Patrick, me hablaste de esa forma, sin importarte que había un tercero entre nosotros, y peor aún, cuando me sacaste de allí y vi como ella se burlaba de mí. —Amaya estaba estresado por tanto papeleo que hacer, en cuanto a Melissa no tienes que prestarle atención ni a ella ni a sus comentarios, es la hija de uno de nuestros aliados. Veo que deja la bandeja en la mesita a mi lado y se siente junto a mí. —Mi pequeña, jamás quise humillarte, por favor perdóname, sé que fui un idiota con lo que te dije, pero estaba bajo presión en algunas cosas. —Que hay de ella, vi como te coqueteaba. —Siempre lo hace, pero yo decido respetarte—, retira un mechón de cabello de mi rostro y me da un beso suave. —Ella no estará aquí por mucho, así que mejor ven, comamos y luego vamos a bañarnos— veo la sinceridad en sus palabras y dec