Pov Amaya
Mi corazón corre a mil por hora al ver como Cris está siendo desnudada. El asqueroso que tengo atrás no deja de restregarme su cosa. Mis lágrimas empiezan a caer al sentir que no saldremos de esta. Cuando Cris queda totalmente desnuda grito. —Por favor no... —Déjenla... —Son unos desgraciados.... Mi vestido es levantado mientras me pegan a la pared de cara. Mis lágrimas caen a raudales. Intento gritar pero él tiene su mano en mi boca. Es todo. Perderé mi virginidad a merced de un desconocido. Siento que él intenta arrancar mi ropa interior. Cierro los ojos esperando lo peor pero pronto siento que su cuerpo me abandona. Me giro rápido y veo a Patrick. —Como te atreves a tocar lo que es mío pequeña escoria?. Sus amigos salen corriendo para ser detenidos por el hombre que siempre acompaña a Patrick. Lo lanza hacia ellos y todos quedan tirados frente al otro. —Sabes que hacer Thadeus. Otros hombres llegan y lo arrastra. Una manos tocan mi piel desnuda y salto del susto. Patrick baja mi vestido y me da su chaqueta. La tomo y salgo corriendo para cubrir a Cris que está en el frío suelo. Me volteo hacia el hombre que me mira de una forma fría. —Por favor ayúdala. —Por qué debería? —Hare lo que quieras lo juro solo ayúdala. El camina hacia mí, la toma y caminamos en silencio al auto. Le doy la dirección y llegamos a su casa. Entro con ella la ayudo a bañarse, la visto y la dejo dormir. Tomo un respiro antes de salir porque se que afuera hay un hombre que es capaz de congelar con la mirada. Camino hasta él pero solo se gira y camina hasta el auto. Lo sigo en silencio. Veo que no vamos a mi departamento y solo ahí le hablo. —A dónde vamos?. Pero nada. Solo un silencio mortal es mi respuesta. Llegamos a una bonita mansión. Él se baja y su conductor me abre la puerta. Lo sigo adentro y en ningún momento el voltea a verme. Veo al rededor y todo adentro es muy moderno y bonito. Luego entramos a lo que parece ser su oficina. Cierra la puerta, se acerca a mí y retrocedo. Sus manos alcanzan mi vestido y de un tirón lo rompe mientras suelto un pequeño grito asustada. Me arranca todas mis prendas dejándome completamente desnuda frente a él. Trato de cubrirme pero no me deja. —No Amaya, no me negaras ver lo que es mío. Ahora date la vuelta y no me hagas repetirlo. Trago grueso y solo hago que él dice. Se que me está observando a detalle. —Date la vuelta— lo hago para verlo con un rostro enojado. Se quita su camisa y me la pone. Me guía escaleras arriba entrando en su baño. Me quita la camisa y luego entra y ajusta el agua. Él me coloca debajo y luego toma una esponja y empieza a lavarme. Lo escucho gruñir cuando pasa por las marcas que me dejó ese hombre. —Dormirás aquí hoy Amaya. Mañana hablaremos de esto. Luego sale de la habitación y no regresa. Al día siguiente me despierto fijándome que dejaron un bonito vestido y lencería junto a la cama. Me visto rápido y bajo. Me guían al comedor y el ya está allí imponente como siempre. El desayuno transcurre en un incómodo silencio. —Se puede saber Amaya que estabas haciendo en un lugar como ese y vestida así? Solo un suspiro es lo que suelto. —Cris me invitó a salir para desahogarse. No le ví nada malo al vestido ya que es bastante decente comparado con el que ella llevaba. —Decente dices? parecias una mujerzuela Amaya. Suelto de golpe los cubiertos y lo observo. —Acaso me estás llamando mujerzuela? —No es así como estabas vestida ayer? —Sabes que? jodete Patrick. Me levanto para irme. No pienso quedarme a tolerar esas humillaciones. —No te dije que podías irte. —No necesito tu permiso Patrick. No eres mi dueño. Ni quiera tenemos una relación. —Eres mía y eres mi mujer. Que parte de todo eso no te quedó claro Amaya. Mis lágrimas empezaron a salir de frustración. No me quedé más y decidí salir solo para ser detenida en la puerta por su hombre. —Amaya desayuna y luego te llevo a donde quieras. —Quiero irme ahora. Por favor. —No. Ahora regresa. —No eres quien para decirme que hacer Patrick. No soy tu esclava y en lo que a mí respecta no somos nada.... —Podré sentir muchas cosas por tí pero no te da el derecho de tratarme así. No soy un objeto que puedas tratar como propiedad. Veo que realmente puede matarme con la mirada y no soy capaz de soportarla. Agachó la cabeza mientras mis lágrimas siguen mojando mis mejillas. —Llévala al departamento Thadeus— fue su única orden y se aleja. Esto causa un dolor en mi pecho haciendo que mis lágrimas aumenten. Llegó a mi apartamento y lloro por un buen rato. Demonios. Por qué me enamoré de alguien así. Lloro hasta por fín quedarme dormida. Al despertarme me dirijo al baño solo para ver mis ojos rojos e hinchados. Me quedo bajo el agua por un buen rato antes de salir. En eso mi teléfono suena. —Cris que bueno, dime cómo estás? —Me duele todo Amaya hasta el alma. Tu me cambiaste?. —Si, te caiste y te rompiste el vestido así que te limpie antes de acostarte. —Gracias Amaya.. Hablamos otro rato más hasta que decido pararme y hacer algo de comer. Los siguiente días fueron solitarios. Patrick no volvió a buscarme y realmente lo extrañaba. Tampoco fue más al trabajo. Sentada en mi cama reflexiono en lo que hice. Se que está molesto pero no tiene derecho a tratarme así. No soy un objeto soy una persona. Una llamada entrante me saca de mi ahogo emocional. —Hola!. —Señorita Amaya? —Si soy yo. —Le hablamos del hospital. Su abuela tuvo una recaída y debemos operar de emergencia.Pov Amaya Comenzamos a avanzar, cruzando el portón que cerro a nuestra espalda. Los autos avanzaban sin prisa por el camino hasta que comencé a ver las pequeñas edificaciones a los lejos. Lo primero que veo son campos de entrenamiento, todos llenos de lobos, nada comunes. Son grandes y fuertes, demostrándolo en una lucha mientras un hombre les da instrucciones. Pasamos por otro donde veo como se transforman de su cuerpo humano a uno de lobo. Comienzo a respirar de forma agitada observando todo esto. Esas leyendas... Dios... esas leyendas no pueden ser ciertas. Llegamos a la entrada de una mansión más grande que la otra donde veo a varias personas paradas. Me giro a ver a Patrick que solo me observa con detenimiento. —Por esto te mandé a leer leyendas Amaya que más que leyendas es nuestra historia, ahora sabes lo que somos... —Soy un Alfa y tú eres mi compañera destinada por la Diosa, esta será la vida que conocerás a partir de ahora. Mi cuerpo tembló al oír aquel
Pov Amaya Los primeros rayos de sol se asomaban por la ventana mientras abría mis ojos lentamente. Los recuerdos de la noche anterior me hacen sentir feliz y una pequeña sonrisa se dibuja en mi rostro. Luego de hacer el amor por primera vez me dejó dormir por un rato, pero no por el resto de la noche. Siento que mi cuerpo me duele por todas las formas en la que me hizo ponerme, jamás pensé que mi cuerpo fuera así de flexible. Termino de despertarme y al voltear y posar mi mano en dónde se supone debería estar mi amado compañero; no está. La cama estaba fría, eso me sacó toda la alegría y sentí un vacío enorme en mí. Me levanté a pesar de que mi cuerpo protestó y camine lo mejor que pude a pesar del dolor que sentía en mi zona delicada. Me arreglé y me vestí, decidí salir para ver en dónde estaba Patrick, pero solo veía puertas interminables que no se a donde llevaban. Bajé las escaleras y justo veo a su madre. —Buenos días señora Prescott—, le doy un cálido saludo con una s
Pov de Amaya Respiro hondo antes de enfrentarlo, —sabes qué eso no hará, que la molestia que siento ahora se vaya como si nada. —Lo sé pequeña. —Me sentí tan humillada Patrick, me hablaste de esa forma, sin importarte que había un tercero entre nosotros, y peor aún, cuando me sacaste de allí y vi como ella se burlaba de mí. —Amaya estaba estresado por tanto papeleo que hacer, en cuanto a Melissa no tienes que prestarle atención ni a ella ni a sus comentarios, es la hija de uno de nuestros aliados. Veo que deja la bandeja en la mesita a mi lado y se siente junto a mí. —Mi pequeña, jamás quise humillarte, por favor perdóname, sé que fui un idiota con lo que te dije, pero estaba bajo presión en algunas cosas. —Que hay de ella, vi como te coqueteaba. —Siempre lo hace, pero yo decido respetarte—, retira un mechón de cabello de mi rostro y me da un beso suave. —Ella no estará aquí por mucho, así que mejor ven, comamos y luego vamos a bañarnos— veo la sinceridad en sus palabras y dec
Pov narrador Entran al campo de entrenamiento donde ya hay muchos lobos allí. Todos se presentan, desde adolescentes hasta más adultos. El entrenamiento empieza y es bastante exigente. Al otro lado, Amaya escucha un par de chicas riéndose, dirige su atención hacia allá y ve a Melissa con otras chicas que la miran de vez en cuando. De pronto, escucha gruñidos y ve como los chicos que estaban entrenando, empiezan a transformarse en lobos frente a ella. Amaya, asustada, retrocede un poco viendo esto, pensando en como eso era posible. De pronto, ve como uno de los lobos gris con manchas marrones muerde al otro en el cuello y con eso, Amaya suelta un grito aterrada por la escena. Todo se detiene, incluso los lobos que estaban peleando. Melissa divertida camina hacia ella con una risa burlona. —Está bien, Amaya, parece que esto es mucho para ti—, esto llama la atención de Amaya que voltea y solo la ve mientras sigue en estado de shock. Por otro lado, Sofía ve muy divertida la escen
Pov narrador En el hospital, los doctores limpian su herida y la cosen. Ella soportaba el dolor en silencio, pues se negaron a ponerle anestesia. Pero su dolor más grande fue ver los ojos de Patrick y ver su decepción. Le dolía ver qué por primera vez su mirada; era de total rechazo. Le dan una pomada para los moretones y unos analgésicos y eso es todo. Amaya es llevada a la habitación del Alfa donde es encerrada. Ella se deja caer en la cama y deja que sus lágrimas caigan libremente. Recuerda las palabras de Melissa. "¿Por qué crees que no se refiere a ti como su luna?", y tiene razón, nunca se ha referido a ella de esa forma. Recuerda todos los acontecimientos de los últimos días y se da de cuenta de que todo fue un error. Toma el teléfono y llama a su mejor amiga. Le cuenta todo a detalle, incluso de que ellos son hombres lobos. Su amiga al principio se ve divertida y no le cree, pero cuando nota la seriedad de las palabras de Amaya y su llanto, rápidamente investiga sobre e
Pov Patrick Han pasado ya dos meses desde que mandé a encerrar a Amaya en la habitación, ha bajado algo de peso y su piel está más pálida, pero sigue siendo hermosa. Recuerdo todo de aquel día y siento una enorme rabia en mi interior. FLASHBACK Me dirijo a mi oficina furioso, mi patética compañera está siento tratada por la herida en el brazo. Melissa soltó un montón de cosas que no tenía que soltar. La Diosa de la Luna debe estar burlándose de mí por esta situación. ¿Por qué caraj0s me da una compañera humana? Entro a la oficina y allí está Melissa sentada. Me paro justo alado y sin esperarlo, la levanto de un tirón para que sepa que esta vez no seré condescendiente con ella. —¿Qué carajos fue eso Melissa, cómo te atreves a ponerle una mano encima? —¿Qué, acaso te duele que lo haya hecho? —No juegues con mi paciencia Melissa porque tengo un límite. —Le dije la verdad en su cara de lo que es para ti, solo la tienes para satisfacerte porque sé más que bien que e
Pov Amaya Me acuesto dándole la espalda al hombre que acaba de follarme por la fuerza. Esta vez no lloro. Solo cierro los ojos esperando a que el sueño me lleve. Siento como se acuesta a mi lado y gracias a Dios que decide no volverme a tocar. Después de un rato caigo rendida al sueño. De pronto, me despierto sintiendo un tirón de mi cabello, tan fuerte, que grito del miedo mientras soy arrojada al otro lado de la habitación. Choco contra el armario, dejando escapar un quejido de dolor y con la vista borrosa observo y veo como Patrick camina hacia mí. Sentí tanto miedo que intenté moverme, pero fue inútil porque él vuelve a tomarme tan fuerte de mi cabello que siento que va a arrancarlo de mi cabeza. —Así que pensabas huir de mi Amaya, ¿creíste que ibas a dejarme y yo solo lo iba a aceptar? —No sé de que estás hablando—, le digo y siento que él tira más fuerte de mi cabello y luego comienza a arrastrarme por la habitación. —¿No?, ¿no lo sabes?, déjame te muestro—, observo que
Pov Amaya Solo estoy dando vueltas en la habitación porque no tengo nada más que hacer. Patrick, desde la otra vez, no regresó y agradezco a quien sea que no haya regresado más. Me dolía saber que fui tan estúpida para enamorarme de alguien así. Han pasado ya tres semanas y en ninguna de estas veces ese dolor tan abrasador volvió a golpearme. Siento que en mucho tiempo respiro tranquilidad, así sea en este encierro, pero tengo la certeza de que saldré. En una mañana, veo que viene Cleo, se ve algo asustada y ansiosa. Solo la observo, mirando como deja apresuradamente la bandeja y se retira. Pero olvidó algo, cerrar la puerta con seguro. Siento que un ápice de esperanza brilla para mí, me siento y como lo más rápido que puedo. Decido acercarme a la puerta y mientras tomo el pomo, siento un nudo en el pecho por los nervios. Quiero salir, sé que no es el momento de escapar, pero al menos deseo salir de aquí y conocer alguna ruta de escape. Los nervios me están jugando sucio y