Narra Verónica
—Buenos días hija —saluda mi madre desde la puerta—. Ve a lavarte qué ya Carol debe estar por llegar.—Ya voy mamá.Me levanto de la cama y voy al baño de mi habitación. Me doy un baño y me pongo unos jeans de mezclilla, una chamarra gris y unos tenis deportivos. Me recojo el cabello en una coleta y me dispongo a empezar a empacar. Pues así soy, empacando a última hora.Me considero una chica como cualquier otra. Mi pelo es negro como el carbón y largo hasta mi cadera. Tengo un buen trasero gracias a... a quien le tenga que agradecer. Mis ojos son verdes y mi mejor amiga dice que tengo los labios que cualquier chica desea, es decir en forma de corazón. Mi estatura está entre 1.65 y 1.70 y eso es todo sobre mi cuerpo.Hoy es el día en que me voy a otro país con mi mejor amiga Carol. Allí viviremos un tiempo con mi hermano mayor. Al principio a mi madre no le pareció la idea ya que mi padre decidió vivir con esa familia y solo me mandaba regalos en días festivos, pero bueno, según él era para protegerme. Hace ya cuatro años que falleció en un accidente de auto según mamá. Ella nunca ha soportado a mi hermano, pero a mi padre, a él lo sigue amando hasta el día de hoy. En fin, cosas del ser humano.Mi universidad queda un lejos de casa, es en Canadá, recuerdo haber ido de niña con mi padre pero solo recuerdo la nieve y el resto del viaje está en negro.Siento el timbre y sé que ya mi mejor amiga está aquí. Abro la puerta y ella me recibe con una sonrisa.—¡A partir de ahora somos independientes Roni!—¡¡Lo sééé que felicidad!!Mi mejor amiga es castaña y su pelo se lo cortó este año a la altura de la mitad de su espalda. Sus ojos son color miel, tiene un cuerpo definido y mide 1.70 ya que es un poco más alta que yo. Es una persona extrovertida, chistosa y una fiel amiga.Mi madre se une en la puerta junto con mis dos maletas.—¿Enserio se tienen que ir mis niñas? —se queja mamá apretujándonos a ambas.Carol y yo nos conocemos desde niña y desde pequeña siempre viene a mi casa como yo voy a la de ella. A su mamá yo le digo mamá Rosa y ella a la mía mamá Elsa.—Mamá Elsa le voy a cuidar muy bien a esta tonta.—Si, por favor mi niña. Ya sabes cómo es Roni de despistada.—Emm... hola. Noticias de última hora, sigo aquí —ironizo y me apresuro a llegar al taxi y meter las maletas.Luego regreso a donde está mi madre para tener ese momento tan triste, la despedida.—Hija, a partir de ahora tu vida dará un gran giro y cosas nuevas sucederán y no es lo que piensas de Universidad, chicos, trabajo y demás, para nada, son cosas mági... ¿sabes qué? Llámame siempre que tengas tiempo. —se queda observándome unos segundos.— Te amo tanto. Eres mi pequeña Verónica.— habla mi madre al borde del llanto.—Te amo mamá. —le doy un abrazo y dejo atrás la que fue mi casa por casi dieciocho años.#En el avión junto a mi mejor amiga vemos cada una nuestros celulares.—Roni, ¿alguna vez te has planteado que exista la magia?—No, la verdad. O sea desde pequeños vemos a los magos en el circo y cosas así pero sabes que no es real y que son simples trucos.—¿Y si fuera real? ¿Si tuvieras un poco de algo mágico y sobrenatural en tu vida?Suelto una carcajada que despierta al que se encontraba delante de nosotras. Por suerte es que ya me molestaban sus ronquidos.—Estás loca, esas cosas no existen, creo que el atractivo de Daemon te está afectando un poco.#Al llegar a Canadá en un viaje de cinco horas nos esperaba un auto fuera del aeropuerto, el hombre que nos recibió era alto, bastante apuesto y no aparentaba tener más de unos 32 años, pero demasiado rígido para mi gusto.Cuando el auto se estacionó no me pude creer lo que v. Era una mansión, esto se supone que debería ser mío también, ósea, si mi padre al morir dejó esto, también me correspondía en parte. No estoy molesta porque mi madre siempre me dio todo y en cuanto estuve en la edad de tener móvil me regalo uno y cada año trabajó para poder conseguirme el último.Hice intento de coger mis maletas pero el chofer las agarró y se las entrego a una chica en la entrada.—Hola hermanita —me saluda mi hermano con una sonrisa y me abraza.—Oh por dios que alto estás. ¿Cuántos años tienes ya? —mi hermano ha crecido demasiado desde la última vez que lo vi, es decir desde hace dos años que me fue a visitar a Estados Unidos.Mi preciado hermano tiene el pelo de color marrón casi negro, sus ojos son verde y debe medir 1.80. A su lado soy una enana yo estoy en 1.65. Parece que hace ejercicios todos los días porque tiene el cuerpo bien conformado.—Tengo 20, solo soy dos años mayor que tu hermanita. —revuelve mi cabello.— ¡Carol cuanto tiempo! ¿Hará como un año no? —mi dulce amiga se queda paralizada por unos segundos pero luego lo abraza con demasiado cariño.—Brandon te he extrañado... —no sabía que se llevaran tan bien, siquiera sabía que se conocían. A lo mejor se la presenté aquella vez y establecieron contacto, que sé yo.—jm... jm... —carraspea una chica detrás de mi hermano.Es muy bonita su pelo es castaño el cual tiene recogido en un moño y wow tiene muy buen cuerpo mucho mejor que el mío. Debe medir 1.70 al igual que mi mejor amiga.—Ah, esta es Janet. Si necesitan algo se lo pueden pedir sin problemas. —dice y le pone una mano en el hombro.—Venía a informarle que ya todo está listo señor. —habla la chica.—Si es así, entremos a casa.La casa es hermosa y enorme. Subimos al segundo piso y hay cuatro puertas.—Esta es mi habitación, la de al frente es la tuya, siguiente a la tuya está la de Carol.—Ooook comprendí. —Carol va a su respectiva habitación y cuando voy a entrar a la mía mi hermano me detiene.—Roni, esta casa la dejó nuestro padre al morir, —me tenso al escuchar eso, aun no acepto su muerte aunque solo lo vi cuatro veces en mi vida y ni siquiera me acuerdo de cuando fue,— por lo tanto esta casa es tanto tuya como mía. Siéntete cómoda y con la libertad de confiar en mí para lo que quieras.Hago un asentimiento de cabeza y él entra a su habitación.Al entrar a la habitación que me correspondía, no me lo creía. Era maravillosa. Todo era de color blanco y carmelita crema excepto un peluche que había sobre la gran cama que era rosa y la tele frente a la cama que era un pantalla plana negro. Tenía un gran espejo que al correrlo era un gran closet, al lado había una puerta, era el baño. Este no era tan grande pero si lo suficiente para tener una bañera climatizada con una ducha, lo demás era lo normal, el sanitario, el lavabo con su espejo en la pared y un botiquín con algunas medicinas.Termino de poner la ropa en el closet y entra mi mejor amiga con una botella de wisky y chocolate. Empezamos a ver nuestra serie preferida The Vampire Diaries y comer chocolate como locas. Cuando nos hemos cansado de ver la tele nos ponemos a beber.—¡Daemon es mi favorito! —grita mi amiga un poco borracha ya.—Carol cálmate. Si mi hermano nos ve tomando nos matará —le recuerdo y nos ponemos a reír como estúpidas.—Oye, tu hermano está bueno.Yo enarco una ceja.—¿Y a qué viene eso?—Nada, solo quería que supieras mi opinión.Nos quedamos en silencio unos segundos, yo preguntándome qué hay entre mi hermano y Carol y seguramente ella imaginándoselo desnudo.Ay no, que asquito.—¿Por qué no salimos de compras? —rompió el silencio ella.—Es de noche estúpida. —me dejo caer sobre la cama un poco mareada. —Entonces vamos mañana.—Creo que el alcohol te está afectando mucho. Somos pobres mujer. Por si no lo sabías, para comprar algo hay que pagar con dinero y acabamos de llegar, no quiero
Ya han pasado dos días desde que tuve esas pesadillas y no le he contado nada de lo que veo a nadie.Ahora me estoy preparando para el primer día de la Universidad. Me pongo una saya pegada a mi cuerpo negra de cuero y una enguatada gris, acompañando esto me pongo unas botas grises de tacón alto que me llegan por las rodillas y me trenzo el cabello porque suelto se me enreda mucho.Bajo a desayunar y ya están todos en la mesa. Nos sirven mi desayuno favorito Hot cakes de manzana y mi hermano me mira con una sonrisa. Seguro fue idea suya.—Hermanita quiero darte un regalo por el comienzo de curso —habla mi hermano, se para y me coloca una manilla de oro con un lobo aullando de dije.—Es hermosa, gracias —lo abrazo.Cuando mi mejor amiga y yo terminamos de desayunar, nos vamos a estudiar.Al llegar a la Universidad me di cuenta de que era enorme, así que aquí se debían dar muchas carreras universitarias. —Bueno, aquí nos separamos.—¿Por que no elegiste empresaria como yo? —le reprocho
Al despertar estoy en mi habitación. El chico de la escuela está durmiendo en un sofá frente a mi.—Mmm… ¿qué haces aquí?—Cuidarte preciosa. —Me llamo Verónica no preciosa y lo sabes.—Estaba esperando a que despertaras preciosa. —me acaricia la mejilla pero aparto su mano.— No hagas más eso —me dice en un tono seco y se gira dándome la espalda—. A partir de hoy vivimos juntos.—¡¡Estás loco si crees que mi hermano permitirá esto!! —grito furiosa— ¿Quién te crees?—¡Yo soy Dayron Wolff y harás lo que te digo! —me sorprendo al oír su nombre, es bastante lindo.— Puede que haya cedido a no llevarte conmigo hace dos dias atrás, pero ahora ni tu hermano ni nadie puede cambiar mis decisiones.—Me importa una mierda quien seas. Me importa una mierda lo que permitas o no. Solo te advierto que mi hermano nunca me dejará con un desconocido. Y si se atreve a hacerlo, te acusaré de secuestro y al él de tráfico de personas.—Ya lo veremos. —noto como tenía una sonrisa ladeada en su rostro aunq
—Permiso, voy de salida —le informo a ambos hombres pero cuando quiero salir no me lo permiten.—No puede salir Luna. Tengo ordenes estrictas del Al…—¡Que me llamo Verónica! —lo interrumpo.— Y puedo salir si me apetece.—El señor no dijo eso.—¡¡Me importa un pepino lo que diga tu señor!! —grito ya histérica intentando salir, pero es en vano.—¡¿Quién ha dicho que está permitido gritar en mi casa?! —escucho la voz del imbecil detrás de mi.—Señor, ella quiere salir.Aproveché que ambos guardias estaban distraído y empecé a echar una carrera fuera de la mansión, por suerte la verja estaba abierta porque si no me hubiese estrellado.—¡¡Verónica vuelve aquí!! —me grita Dayron, desesperado.Yo sigo corriendo como loca en dirección al bosque pero antes de poner un pie en este él me atrapa.—¿No entiendes lo que es que vuelvas? —A ver, si entiendo el español pero no sigo órdenes de idiotas.Él me mira con diversión pero al pasar su vista de arriba abajo su rostro se convierte en uno furio
Mi hermano me acerca al rubio el cual ahora que me fijo tiene los ojos miel.—Verónica, él es nuestro primo. —esto me ha dejado en un pequeño shock. Nunca me han dicho que tengo más familia aparte de mi hermano y mis padres. Me dijeron que mi padre era hijo único.—Eso es imposible Brad, nuestro padre era hijo único.—Hermanita por favor siéntate —me siento intentando procesar todo y mi hermano en la silla a la derecha mia ya que estoy de cabecera en la mesa. Mi hermano me toma las manos y mi primo está parado detrás de él.—Por favor explícame esto ahora mismo Brandon Smith.—Roni, como ves nosotros dos nos parecemos mucho, la razón es que padre era gemelo de su padre y por eso nos parecemos tanto. Solo que él es rubio por su madre y yo soy de pelo por nuestro padre y ojos verdes por... mi madre.—¿Por que nunca me dijeron nada?—Porque quería que lo conocieras tú misma.—Y es mi novio —notifica Adelaide.—Y yo soy pareja de Carol. —me revela mi hermano dándole un beso en los nudill
—¿Tú lo sabías Carolina? —pregunto al borde del llanto, ella intenta tocarme pero retrocedo.—No tenías que haberte enterado así.—Pero me enteré. —subo a la habitación y ella detrás de mí.—¿Tú también eres una de ellos?—En cierto modo lo soy —responde—. Tú también lo eres, pero te convertirás cuando cumplas dieciocho. —mi boca se abre en forma de; ¿qué?—Yo no puedo ser un bestia. No lo seré, no, primero me mato.—Roni, creo que tú hermano te explicará mejor esto. —el mencionado hace presencia en el lugar y mi supuesta mejor amiga, que me oculta demasiadas cosas, se va.Aunque estoy muy molesta con él lo abrazo y comienzo a llorar en su pecho. Cuando me calmo comienza a hablar.—Hermanita, cuando éramos pequeños papá habló con un brujo para que retrasara tu transformación y…—¿Y qué Brandon? ¿Cuántas cosas más me ocultan?—Y te convertirás en tu cumpleaños dieciocho. —sé que no es eso lo que me quería decir pero asiento.—¿Qué era lo que atacó a Dayron?—Un vampiro —¿WTF?—¿Algo má
Despierto un poco incómoda, pues Dayron ya no estaba a mi lado y yo que seguía aferrándome a la almohada pensando que sí. A ver qué no se forme alboroto, aún sigo enfadada con él pero me encantó cuando me abrazaba toda la noche con miedo a que me escapara.Tocan la puerta y doy permiso para que pasen un poco adormilada aún. Por la puerta entra Adelaide con bastante ropa en sus manos y la ayudo. Luego sigue entrando más y más ropa hasta que la cama y los asientos se llenan de montones de estas.—Por Dios, cuando Dayron dijo que traerían ropa no me imaginé esto.—Mi hermano es un poquitín bastante impulsivo a veces. —bromea esta sonriendo.—Bueno, ¿me puedes ayudar? Es que no soy muy buena eligiendo la ropa. —Ade sonríe emocionada de que por fin nos estemos entendiendo.— Aquí se encuentran los pijamas, creo que sólo necesitaré dos pares. —señalo el montón de ropa pequeño que está en una silla.Después de un rato sabiendo un poco de la vida de Adelaide junto a mi primo, los cuales llev
Verónica.Cuando Dayron sale de la habitación, enseguida una empleada me trae el desayuno.Unas horas más tarde me doy un baño, me pongo un vestido blanco con unas plataformas del mismo color. Cepillo mi cabello para que se seque y lo coloco a ambos lados de mi cara. Me pongo la pulsera que me regaló mi hermano, mis pendientes favoritos desde que soy pequeña y un collar de perlas que me regaló mamá al cumplir los quince. Sintiendo que la temperatura estará un poquito baja me pongo una capa blanca.Bajo al living y Dayron se queda maravillado al verme.—Se te va a caer la baba. —hago como que me limpio.—Razón no me faltaría. Eres la mujer más hermosa del mindo.Eso me hizo sonrojar y no pude ocultarlo.—Ya podemos irnos —le digo cuando llego a su lado.—Si, vamos. Él me carga a caballito y corre a su velocidad sobrenatural hasta que llegamos al pueblo. Es tan diferente del área de la mansión. Se escucha a los niños jugando en las calles, las vecinas chismeando por nuestra llegada y