Tome algunas respiraciones para darme el valor que necesitaba para continuar, tome la cajita que mantenía dentro de mi pantalón para ponerme de rodillas frente a ella, y mostrarle un hermoso anillo que sus padres me obsequiaron para darle. Dayana era su única hija y querían que portara el anillo que su abuela había dejado para ella específicamente, al principio no quería aceptarlo, pero no me quedo más remedio o no me ayudarían.—Te amo, te amo a pesar de que estés loca de remate, te amo con todo mi corazón, me gustaría pasar el resto de mi vida a tu lado y hacernos viejitos como lo son nuestros padres. He planeado este momento muchas veces, y en todas ellas las cosas se arruinaron por todo lo que ya sabes y solo esta noche era la único que tenía para darte a conocer mis sentimientos enfermizos que te tengo, porque solo un loco como yo, acepta todo lo loca que estas y me desquicias, pero aun así ¿Te casarías conmigo? —mi voz temblaba más de lo que quisiera, esperando que este chica me
Han pasado diez años desde que me case con Yen, el día de nuestra boda pusimos el mundo de cabeza, todo por la grandiosa idea de Dayana de que la novia se tirara desde una avioneta al igual que los pajecitos que eran Dominica y Xabiercito. Mi abuelo casi moría del susto, jamás dejaría que unos pequeños hicieran algo por el estilo. Al final la única que termino haciéndolo fue Yen y su dama principal Dayana.Hoy los pequeños cumplían 12 años, como siempre Dominick y Dayana les prepararon una enorme fiesta en contra de lo que había dicho. Ambos estaban castigados por hacer de las suyas en la empresa, cada uno tenía una vena de negociador, pero a su manera, convirtiendo la sala de reuniones en un campo de batalla en las empresas.Teníamos una presentación a la vuelta de la esquina, Dominica creo unas nuevas fragancias para compartir con sus compañeras de colegio, abriendo así una nueva línea de negocios en la empresa. Mi abuelo estaba tan entusiasmado con su pequeña bisnieta que no le imp
—Felicidades señorita. — ¡Lo ve!, le dije que no tenía nada de qué preocuparse, pero ustedes y su insistencia de que me hiciera un millón de análisis, por poco y se acaban mi sangre. Lo único que consiguieron era que le vomitara los pies al chico del laboratorio cuando me mostro la enorme aguja. —Está usted embarazada. — ¡Perfecto! Ahora debo de irme a trabajar para quitarme este estrés de las agujas que me ponen muy de malas, no más de acordarme me paralizo de nuevo. ¡Uff! Gracias a Dios estoy perfectamente bien, no entiendo porque tanto escándalo de Deysi para que viniera al doctor cada segundo, ni que fuera a morirme por un simple malestar. Tome mis cosas y me encamine a la puerta del consultorio, odio que me saquen sangre… « ¡Hey! ¡Hey! ¡Hey!, ¿Escuchaste lo que te dijo el doctor tarada? » « Sí, me dijo que estoy embarazada, y no le veo el prob… ¡Demonios! ¡¡¡Qué!!! ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Yo?» «Si, tú o sea yo también » « No… no… no… esto no me puede estar pasando, seguramente e
—Señor Peralta, le tengo noticias sobre la señorita Yen, ella se encuentra en el hospital en estos momentos. —No la pierdan de vista, si es necesario compren el hospital para que les informen los resultados de su visita. —Entendido señor. Así que ibas de visita con tus padres, y resulta que estas en el hospital. Veamos que me tienes que decir cuando regreses a trabajar mañana, estoy cansado de tus mentiras y pretextos, pequeña sabandija roja. — ¿Qué pasa Xavier? Desde la llamada te noto un poco desconcentrado de la conversación. —Eso es lo que debes de preguntarle a tu secretaria. —Mi secretaria, ¿Qué tiene que ver ella en esto? —Te ha mentido de nuevo, tienes que despedirla o causara problemas en la empresa. Es una persona irresponsable y mitómana, se la pasa solicitando permisos para faltar. —No estoy entendiendo nada de lo que está pasando, ve más despacio y comienza desde el principio para que pueda entenderte. ¿De dónde sacas que Yen es una persona así? ¿Hay algo que no m
—Dayana, ¿dónde estás? te veo en mi casa. —Déjame dormir, me acosté muy tarde y por nada del mundo pienso moverme de esta cama. —Ni se te ocurra faltar, te necesito Day y mucho. —Ahora si me preocupaste, tú nunca le dices a nadie que los necesitas. ¿Te vas a morir? ¿Tienes una enfermedad mortal? ¿Piensas dejarme toda tu herencia? —Casi… casi… por favor no tardes. Yo no podía estar embarazada, acabo de regresar a la ciudad y si mi familia se enteran pensaran que… ¡Recórcholis! Que mal sueño estoy teniendo, esto no me puede estar pasando a mí, por favor Diosito, no. Prometo ir a misa los domingos, pero no me hagas esto. Creo que dije la palabra mágica, cuando llegue a mi departamento Dayana se encontraba en la puerta esperándome impacientemente. —Llevo media hora esperándote aquí parada, no que tenias urgencia en decirme las cosas. Cómo siempre la princesita llegando cuando se le pega la gana. —Pasemos, no quiero que nadie escuche lo que tengo que decirte. Solo espero que no t
Estoy a punto de explotar, desde que llegue a este lugar esta mujercita no ha hecho más que llamarme señor, como si ella fuera una niña; además de seguir negando que me conoce. Era evidente que no esperaba que le diera el sobre con la información, veamos ahora que cara pone para seguir ocultándome las cosas. — ¿Q-qué haces t-tú con esta información? ¿Me estas siguiendo o quién demonios te mando a investigar sobre mi vida? te voy a demandar por acoso. —¡¡¡Qué!!! Soy yo el que te exige que me digas, ¿Por qué no me has dicho nada? pensaste que con eso me casaría contigo y cumpliría todos tus caprichos y los de mi abuelo. —No entiendo de qué demonios hablas, mejor dime ¿Cómo es que tienes esta información en tus manos? ¿Quién más la ha viso? Contesta carajo, que no tengo todo el puto tiempo para esperar tu respuesta. —Yo pregunte primero, así que debes responder a mis preguntas. Deja de hacerte la inocente y pura que de eso no tienes nada. —Chicos, si hablan los dos al mismo tiempo n
Había despertado en la cama de un hospital, llena de tubos por todos lados, lo último que recuerdo fue escuchar al amigo de mi hermano decir que él era el padre de mi hijo.Debido a la noticia la presión se me subió a mil, cayendo desmayada cuando iba de regreso a la sala. Por fortuna, Xavier reacciono a tiempo y me sostuvo hasta llevarme a la cama, por lo menos debo de agradecerle que no me hice un chichón del ranazo que daría.— ¿Cómo te sientes, Yen?—H-hola, Day. ¿Cómo está mi bebe?—Ellos están bien, por suerte reaccionamos a tiempo. Debes de guardar mucho reposo para que te recuperes y sigan creciendo sanitos.— ¡Espera!, ¿dijiste ellos?—Sí, Yen. Vas a tener dos bebes, todavía están muy chiquitos para poderlos ver, pero si te cuidas como es debido, pronto sabremos el sexo.—Esto no me puede estar pasando, Day. Tendré dos pequeños de ese hombre tan cruel que ni siquiera conozco, dime tu si esto no es una verdadera locura. Espero que mis padres todavía no estén enterados de lo qu
He tenido la peor de las semanas, desde que supe que Yen estaba embarazada. No estaba entre mis planes ser padre a tan corta edad, sin embargo, al verla tan frágil esa día me hizo sentir como un desgraciado por la forma en que la estoy tratando.He ido a visitarla, desafortunadamente no ha despertado. Su amiga que hasta ahora me entero que se llama Dayana, no me permite estar mucho tiempo con ella; los médicos dicen que no se puede alterar o perderá a los bebes.Eso sí fue una gran sorpresa, me voy a estrenar como padre de dos pequeños que están luchando por sobrevivir y todo por mi culpa.— ¿Ya estarás contento con lo que le hiciste a Yen? —Y-yo…—Me asegurare que mi amiga no te deje verlos, y no se te ocurra intentar amenazarme porque conmigo no va nada de eso. A partir de ahora medirás tus palabras o te hare ver tu suerte, nadie se mete con mi amiga de esa manera.—Eres tan irritante como tu amiga, ahora sé porque se llevan también si son igualitas.—Ojala sigas diciendo lo mismo