—Señor Peralta, le tengo noticias sobre la señorita Yen, ella se encuentra en el hospital en estos momentos.
—No la pierdan de vista, si es necesario compren el hospital para que les informen los resultados de su visita.
—Entendido señor.
Así que ibas de visita con tus padres, y resulta que estas en el hospital. Veamos que me tienes que decir cuando regreses a trabajar mañana, estoy cansado de tus mentiras y pretextos, pequeña sabandija roja.
— ¿Qué pasa Xavier? Desde la llamada te noto un poco desconcentrado de la conversación.
—Eso es lo que debes de preguntarle a tu secretaria.
—Mi secretaria, ¿Qué tiene que ver ella en esto?
—Te ha mentido de nuevo, tienes que despedirla o causara problemas en la empresa. Es una persona irresponsable y mitómana, se la pasa solicitando permisos para faltar.
—No estoy entendiendo nada de lo que está pasando, ve más despacio y comienza desde el principio para que pueda entenderte. ¿De dónde sacas que Yen es una persona así? ¿Hay algo que no me estas contando, y como sabes que ella ha faltado a la empresa?
¡Caramba! Abrí la boca de más, una vez que Dominick empieza como vieja chismosa no hay quien lo pare con sus cosas.
—Recuerdas la chica del bar que te comente hace dos meses.
— ¿Cuál de todas? Contigo ya perdí la cuenta de cuantas chicas te llevas a tu casa los fines de semana, no entiendo cómo puedes llevar una vida de esa forma. Algún día te encontraras la horma de tus zapatos, y voy a ser el primero en disfrutar como te maltratan.
—Qué tu seas un mandilón, no quiere decir que todos lo vamos hacer. Ahora cállate para que te cuente o te quedaras con la duda.
Nadie me mando a ir a ese lugar, ese favorcito todavía se lo debo a mi querido abuelo, ni piense que se saldrá con la suya. Una vez que atrape a esa mujer y confiese todo, voy a enfrentarlo.
—No puedo creer lo que me estas contando, eres el nieto consentido de Don Xavier Peralta, hasta llevas su nombre en su honor y te sale con esas cosas.
—Deja de reírte que no le veo la gracia por ningún lado, mi abuelo esta vez sí se pasó con sus cosas. Ya le dije que no pienso casarme ni hoy, ni mañana, ni nunca; si tanto quiere bisnietos entonces que se los pida a los demás o que los compre, pero que no me moleste con eso.
—Eres caso perdido, como vas a decir que los compre. Ni que los niños se vendieran por catálogo y a gusto de las demás personas, me alegro que te pasara eso.
—A veces pienso si de verdad eres mi amigo o mi enemigo, te alegra todo lo malo que me pase.
—No quiero ser ave de mal agüero, solito te has buscado lo que estas viviendo. Pero espera, sigo sin entender que tiene que ver Yen en todo esto.
A veces pienso que mi amigo se cayó de chiquito y se hizo daño, es por eso que actúa de esa manera. Le acabo de explicar todo lo que hizo mi abuelo, lo que paso esa noche y no hay modos de que comprenda la situación.
— ¿Sabes cuánto es uno más uno?
—Claro.
—Entonces suma todo lo que te acabo de contar, para que comprendas que tiene que ver tu secretaria en todo. Ella es la chica que mi abuelo mando para que me sedujera esa noche, lo que no esperaba era que la encontrara en tu oficina dos semanas después e hizo como si no me conociera.
—Noooooo… eso no puede ser cierto, Yen no es capaz de hacer eso, debes de tener mal la información Xavier. Conozco a Yen desde hace muchos años y ella no es de ese tipo de chicas, te aseguro que aquí hay gato encerrado amigo.
— ¿Estas queriendo decir que estoy mintiendo? La estas defendiendo por sobre mí, esto es inaudito, Dominick. ¿Desde cuando conoces a esa chica?, apenas acaba de llegar a tu empresa y ya te dices que eres su gran amigo. Como siempre, deslumbrado por una cara bonita y un cuerpo de diosa.
—No es lo que tú piensas, déjame explicarte…
Toc, toc, toc, toc…
—Pasen, ni creas que esta conversación ha terminado, Xavier. No voy a dejar que hables así de yen, te aseguro que todo lo que investigaste es mentira y alguien está poniendo obstáculos para que no te enteres de la verdad.
—Siento molestarlos caballero, pero la señorita Yen, ha llamado para informar que no podrá regresar a trabajar el día de hoy.
— ¿Te ha dicho por qué?
—No señor, Peralta. Fue todo lo que menciono, si no tienen otra pregunta me retiro, es hora de mi almuerzo.
—Gracias, Catalina. Puedes ir sin problemas, Xavier y yo también saldremos en un momento.
Tenía ganas de tenerla enfrente de mí, para que me explicará el motivo de tantas mentiras. Si algo odio en las personas es que traten de engañarme, piensan que de esa forma ganaran un favor mío, pero están muy equivocada.
— ¿Ahora cómo me vas a explicar su ausencia? Ella sabía de sobra que hoy venía a tu oficina, por eso se inventó esa escusa, ¿sabes a donde se encuentra en estos momentos? En un hospital, de seguro fue por una licencia medica para presentarla mañana y no le afecte el día de paga.
— ¡Basta, Xavier! No sabes lo que estás diciendo, Yen no necesita hacer ese tipo de cosas para llamar la atención de nadie, mucho menos la tuya. No sé quién te ha hecho tanto daño en tu vida, para considerar que todas las mujeres son igual a tu ex.
—Ya te comió el cerebro, por eso la defiendes tanto. Espero que cuando te des cuenta la clase de persona que es, no vengas a llorar conmigo.
—Lo mismo espero, Xavier. Ya que estas, tan seguro de la clase de persona que es Yen; entonces déjame darte un consejo, antes de que sigas hablando de ella primero conócela. Te sorprenderá completamente cuando sepas quien es ella en realidad.
—No me interesa saber nada, todo lo que necesitaba conocer ya lo tengo. Es una verdadera estafadora que se puso de acuerdo con mi abuelo, lo único que le interesa es el dinero que pueda obtener.
—Veo que ya tienes tu veredicto amigo, voy a disfrutar mucho verte caer y que te tragues todas las palabras que mencionas sobre ella.
— ¿Cómo puedes estar tan ciego? Esa chica no es lo que parece, a ti te da una cara angelical. Como no pudo entrar a mi empresa, vino contigo para que la aceptaras; de esa forma estaría cerca de mí.
—Por lo que mencionas, el que está al pendiente de ella eres tú. Sabes su historia mejor de lo que yo deba saber, y eso que soy su jefe; tampoco entiendo porque dices que fue a pedir trabajo a tu empresa.
—Solo cuido mis intereses, esa mujer quiere poner a prueba la poca paciencia que tengo.
—En definitiva, eres imposible Xavier. Eres más terco que una mula echada, deberías de hablar con tu abuelo para que aclaren esta situación; estas culpando a personas inocentes.
Mi sexto sentido no me puede fallar, conozco este tipo de personas que les gusta ganarse el favor de los demás para quedar bien, sin embargo, se han equivocado de persona. Lástima que mi mejor amigo este de su parte, y no quiere darse cuenta de que las cosas no son como él dice.
Xavier: Dame nuevas noticias
Guardaespaldas: No le tengo buenas noticias, señor. Es mejor que nos veamos para enterarlo de lo que está sucediendo con la señorita Yen.
Xavier: Estoy en las oficinas de Dominick, ven enseguida.
—Arruinare tu salida a comer, me han conseguido información importante que debes de conocer para que te quites esa mascara de la fiel secretaria.
— ¿La estas investigando? Que miserable eres Xavier, es mejor que dejes de meterte en su vida o me veras obligado a darte la paliza de tu vida.
—Digamos que solo hago mi trabajo, no me gustaría tener sorpresas después que puedan cambiar mi vida. Si tanto la defiendes, entonces no tengas miedo de lo que puedas descubrir.
—Me quedaré solo porque es mi oficina, y porque quiero ver tu cara de tarado. Si las cosas no son como piensas, deberás disculparte con Yen y dejarla tranquila, ella no necesita que la incomodes todos los días con tu horrible cara.
Después de 30 min de una larga espera la puerta se abrió, dejando ver a una persona un poco sofocada. Conocía a Rolando, se notaba que no eran buenas noticias tan solo ver su semblante.
—Buenas tardes, señor. Seguimos a la señorita, Yen como nos ha indicado todos los días. Nos costó obtener esta información, pero…
—Déjate de tarugadas, dime de una buena vez que está sucediendo con ella. De seguro quiere inventarse una enfermedad terminal, para acceder a mi dinero convenciendo a mi abuelo.
—No señor, es mejor que usted vea lo que hay en el sobre. Yo no soy capaz de repetir lo que dice ahí, en estos momentos.
Tengo un mal presentimiento, quería aparentar estar tranquilo aunque por dentro no dejara de temblar.
—¡¡¡Qué!!! ¿Estás seguro de que esto es real, Rolando?
—S-sí señor, nos aseguramos que la información que tiene en sus manos fuera verdad.
— ¡Maldita sea! Debí de pensar en esto antes, de seguro esta que brinca de felicidad por la noticia. Ten, cerciórate por ti mismo lo peligrosa que puede ser la santa Yen.
La mira fría de mi amigo, se tornó de asombro y terror. Tampoco se esperaba leer este tipo de noticias.
—E-e esto no puede ser, aquí debe de existir una confusión.
—Ninguna, mi gente no falla nunca. No trates de convencerme en lo absoluto, porque no pienso hacerte caso, esa chica deseara no haberme conocido en su vida.
—Dayana, ¿dónde estás? te veo en mi casa. —Déjame dormir, me acosté muy tarde y por nada del mundo pienso moverme de esta cama. —Ni se te ocurra faltar, te necesito Day y mucho. —Ahora si me preocupaste, tú nunca le dices a nadie que los necesitas. ¿Te vas a morir? ¿Tienes una enfermedad mortal? ¿Piensas dejarme toda tu herencia? —Casi… casi… por favor no tardes. Yo no podía estar embarazada, acabo de regresar a la ciudad y si mi familia se enteran pensaran que… ¡Recórcholis! Que mal sueño estoy teniendo, esto no me puede estar pasando a mí, por favor Diosito, no. Prometo ir a misa los domingos, pero no me hagas esto. Creo que dije la palabra mágica, cuando llegue a mi departamento Dayana se encontraba en la puerta esperándome impacientemente. —Llevo media hora esperándote aquí parada, no que tenias urgencia en decirme las cosas. Cómo siempre la princesita llegando cuando se le pega la gana. —Pasemos, no quiero que nadie escuche lo que tengo que decirte. Solo espero que no t
Estoy a punto de explotar, desde que llegue a este lugar esta mujercita no ha hecho más que llamarme señor, como si ella fuera una niña; además de seguir negando que me conoce. Era evidente que no esperaba que le diera el sobre con la información, veamos ahora que cara pone para seguir ocultándome las cosas. — ¿Q-qué haces t-tú con esta información? ¿Me estas siguiendo o quién demonios te mando a investigar sobre mi vida? te voy a demandar por acoso. —¡¡¡Qué!!! Soy yo el que te exige que me digas, ¿Por qué no me has dicho nada? pensaste que con eso me casaría contigo y cumpliría todos tus caprichos y los de mi abuelo. —No entiendo de qué demonios hablas, mejor dime ¿Cómo es que tienes esta información en tus manos? ¿Quién más la ha viso? Contesta carajo, que no tengo todo el puto tiempo para esperar tu respuesta. —Yo pregunte primero, así que debes responder a mis preguntas. Deja de hacerte la inocente y pura que de eso no tienes nada. —Chicos, si hablan los dos al mismo tiempo n
Había despertado en la cama de un hospital, llena de tubos por todos lados, lo último que recuerdo fue escuchar al amigo de mi hermano decir que él era el padre de mi hijo.Debido a la noticia la presión se me subió a mil, cayendo desmayada cuando iba de regreso a la sala. Por fortuna, Xavier reacciono a tiempo y me sostuvo hasta llevarme a la cama, por lo menos debo de agradecerle que no me hice un chichón del ranazo que daría.— ¿Cómo te sientes, Yen?—H-hola, Day. ¿Cómo está mi bebe?—Ellos están bien, por suerte reaccionamos a tiempo. Debes de guardar mucho reposo para que te recuperes y sigan creciendo sanitos.— ¡Espera!, ¿dijiste ellos?—Sí, Yen. Vas a tener dos bebes, todavía están muy chiquitos para poderlos ver, pero si te cuidas como es debido, pronto sabremos el sexo.—Esto no me puede estar pasando, Day. Tendré dos pequeños de ese hombre tan cruel que ni siquiera conozco, dime tu si esto no es una verdadera locura. Espero que mis padres todavía no estén enterados de lo qu
He tenido la peor de las semanas, desde que supe que Yen estaba embarazada. No estaba entre mis planes ser padre a tan corta edad, sin embargo, al verla tan frágil esa día me hizo sentir como un desgraciado por la forma en que la estoy tratando.He ido a visitarla, desafortunadamente no ha despertado. Su amiga que hasta ahora me entero que se llama Dayana, no me permite estar mucho tiempo con ella; los médicos dicen que no se puede alterar o perderá a los bebes.Eso sí fue una gran sorpresa, me voy a estrenar como padre de dos pequeños que están luchando por sobrevivir y todo por mi culpa.— ¿Ya estarás contento con lo que le hiciste a Yen? —Y-yo…—Me asegurare que mi amiga no te deje verlos, y no se te ocurra intentar amenazarme porque conmigo no va nada de eso. A partir de ahora medirás tus palabras o te hare ver tu suerte, nadie se mete con mi amiga de esa manera.—Eres tan irritante como tu amiga, ahora sé porque se llevan también si son igualitas.—Ojala sigas diciendo lo mismo
Desde que salí de la clínica, estaba hecha un manojo de nervios. Dayana no hace más que decirme, todo lo que tengo que hacer; eso me pone más nerviosa que nunca, mis padres pensaron que ahora tendría una mejor vida.Eran las personas más felices cuando les dije que me había divorciado de Osvaldo, cuando les conté que regresaba a la ciudad no dejaron de brincar de alegría. Todavía no me decido a contarles sobre mi embarazo, si me voy de esta forma siento que los voy a defraudar más de lo que ya lo hice.—Deja de pensar tanto que se te quemara el cerebro y puedes incendiar mi coche, Yen.—Te quiero ver en mis zapatos, veras que no es nada fácil lo que estoy pasando.—Pero si fue fácil abrirle las piernas aún desconocido esa noche, eso lo debiste pensar mejor antes de escapar de nosotras.Era mejor concentrarme en lo que iba a decir, Dayana tenía razón, sin embargo no podía regresar el tiempo hasta esa noche. Con tan buena suerte que me encontré a un loco que resultó ser el mejor amigo d
Quisiera decir que todo esto es culpa de ella, sin embargo también tengo parte de ella. Cuando me ciego por el enojo no me deja ver más allá de lo que hay, despues de que mi abuelo me demostró que el error fue mío no me quedo más que aceptar que he culpado a una chica inocente.Xavier: ¿Sabes cuándo sale Yen, del hospital?Dominick: NoXavier: Vamos, tú lo sabes todo. Ella es tu secretaria, deberías estar al pendiente de lo que ella hace.Dominick: Y tú eres el estúpido que la ha acusado sin fundamento, además investigaste toda su vida, entonces debes de saber dónde se encuentra ahora.Xavier: Solo quiero pedirle una disculpa sobre lo que paso, necesito de tu ayuda.Dominick: Tu jamás pides disculpa a nadie, a otro perro con ese cuento amigo.Xavier: Esta vez, estoy hablando muy en serio. Además esa chica lleva a mis hijos y no puedo dejarla, no conozco sus intenciones ahora que sabe sobre mí identidad.Dominick: ¿Te estas escuchando? sigues siendo el mismo patán que conozco, solo voy
— ¿Qué es esto? ¿Otra de tus bromas abuelo?, de seguro solo quieres molestarme por no seguir que tus indicaciones. — ¿Tengo cara de broma? que no estás viendo lo estúpido que eres y todavía te atreves a preguntarme, lo que estás leyendo con tus propios ojos. — ¿Cuándo pusieron esta cláusula estúpida? —Si tuvieras un pedacito de cerebro, hubieras leído todo el contrato cuando te lo entregue. Sin embargo, el señor prefiere hacer otras cosas antes de hacer lo que de verdad debe, así dices que eres capaz de seguir a cargo de la presidencia. La mirada de todos estaba sobren mí, me irritaba que algo tan estúpido estuviera ahí y nadie me dijo nada al respecto. No importa lo que tenga que hacer, pero debo de llegar al final de toda esta estupidez o dejo de llamarme Xavier Peralta. — ¿Cómo fuiste capaz de colocar esto? ¿Te volviste loco? —Puedes gritar todo lo que quieras, y por el tiempo que desees. Cuando termines me avisas para que te explique que esa cláusula la coloco el cliente, qui
Hasta el momento me había considerado una persona cuerda y normal, pero hacerle caso a mi mejor amiga me está dejando como demente. No solo porque no me quiere decir a donde me lleva, si no que el frio me a empezando a congelar y no paro de reír como mensa por los nervios que tengo.—Solo a mí se me ocurre hacerte caso Dayana, se me está congelando hasta la cabeza por no decir otra cosa.—Deja de quejarte, mejor apúrate que se nos hace tarde. Nadie más que tu podrás disfrutar de este bello paraíso de por vida, no puedes quejarte.—Dayana, ¿estas segura que está isla es de ustedes? no quiero terminar en la cárcel acusadas de invasión de propiedad privada por una locura tuya, porque mis hijos nacerán en la cárcel.—Por supuesto querida, todo lo que alcanzan a ver tus ojitos pertenece a mi familia. Debes darles las gracias que decidieron comprar este santo lugar para que sus hijas ósea tu y yo, disfrutemos a lo bestia.Entre más caminas por las calles más que va a sorprendida de toda la