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Capítulo 2: Una noticia inesperada.

—Señor Peralta, le tengo noticias sobre la señorita Yen, ella se encuentra en el hospital en estos momentos.

—No la pierdan de vista, si es necesario compren el hospital para que les informen los resultados de su visita.

—Entendido señor.

Así que ibas de visita con tus padres, y resulta que estas en el hospital. Veamos que me tienes que decir cuando regreses a trabajar mañana, estoy cansado de tus mentiras y pretextos, pequeña sabandija roja.

— ¿Qué pasa Xavier? Desde la llamada te noto un poco desconcentrado de la conversación.

—Eso es lo que debes de preguntarle a tu secretaria.

—Mi secretaria, ¿Qué tiene que ver ella en esto?

—Te ha mentido de nuevo, tienes que despedirla o causara problemas en la empresa. Es una persona irresponsable y mitómana, se la pasa solicitando permisos para faltar.

—No estoy entendiendo nada de lo que está pasando, ve más despacio y comienza desde el principio para que pueda entenderte. ¿De dónde sacas que Yen es una persona así? ¿Hay algo que no me estas contando, y como sabes que ella ha faltado a la empresa?

¡Caramba! Abrí la boca de más, una vez que Dominick empieza como vieja chismosa no hay quien lo pare con sus cosas.

—Recuerdas la chica del bar que te comente hace dos meses.

— ¿Cuál de todas? Contigo ya perdí la cuenta de cuantas chicas te llevas a tu casa los fines de semana, no entiendo cómo puedes llevar una vida de esa forma. Algún día te encontraras la horma de tus zapatos, y voy a ser el primero en disfrutar como te maltratan.

—Qué tu seas un mandilón, no quiere decir que todos lo vamos hacer. Ahora cállate para que te cuente o te quedaras con la duda.

Nadie me mando a ir a ese lugar, ese favorcito todavía se lo debo a mi querido abuelo, ni piense que se saldrá con la suya. Una vez que atrape a esa mujer y confiese todo, voy a enfrentarlo.

—No puedo creer lo que me estas contando, eres el nieto consentido de Don Xavier Peralta, hasta llevas su nombre en su honor y te sale con esas cosas.

—Deja de reírte que no le veo la gracia por ningún lado, mi abuelo esta vez sí se pasó con sus cosas. Ya le dije que no pienso casarme ni hoy, ni mañana, ni nunca; si tanto quiere bisnietos entonces que se los pida a los demás o que los compre, pero que no me moleste con eso.

—Eres caso perdido, como vas a decir que los compre. Ni que los niños se vendieran por catálogo y a gusto de las demás personas, me alegro que te pasara eso.

—A veces pienso si de verdad eres mi amigo o mi enemigo, te alegra todo lo malo que me pase.

—No quiero ser ave de mal agüero, solito te has buscado lo que estas viviendo. Pero espera, sigo sin entender que tiene que ver Yen en todo esto.

A veces pienso que mi amigo se cayó de chiquito y se hizo daño, es por eso que actúa de esa manera. Le acabo de explicar todo lo que hizo mi abuelo, lo que paso esa noche y no hay modos de que comprenda la situación.

— ¿Sabes cuánto es uno más uno?

—Claro.

—Entonces suma todo lo que te acabo de contar, para que comprendas que tiene que ver tu secretaria en todo. Ella es la chica que mi abuelo mando para que me sedujera esa noche, lo que no esperaba era que la encontrara en tu oficina dos semanas después e hizo como si no me conociera.

—Noooooo… eso no puede ser cierto, Yen no es capaz de hacer eso, debes de tener mal la información Xavier. Conozco a Yen desde hace muchos años y ella no es de ese tipo de chicas, te aseguro que aquí hay gato encerrado amigo.

— ¿Estas queriendo decir que estoy mintiendo? La estas defendiendo por sobre mí, esto es inaudito, Dominick. ¿Desde cuando conoces a esa chica?, apenas acaba de llegar a tu empresa y ya te dices que eres su gran amigo. Como siempre, deslumbrado por una cara bonita y un cuerpo de diosa.

—No es lo que tú piensas, déjame explicarte…

Toc, toc, toc, toc…

—Pasen, ni creas que esta conversación ha terminado, Xavier. No voy a dejar que hables así de yen, te aseguro que todo lo que investigaste es mentira y alguien está poniendo obstáculos para que no te enteres de la verdad.

—Siento molestarlos caballero, pero la señorita Yen, ha llamado para informar que no podrá regresar a trabajar el día de hoy.

— ¿Te ha dicho por qué?

—No señor, Peralta. Fue todo lo que menciono, si no tienen otra pregunta me retiro, es hora de mi almuerzo.

—Gracias, Catalina. Puedes ir sin problemas, Xavier y yo también saldremos en un momento.

Tenía ganas de tenerla enfrente de mí, para que me explicará el motivo de tantas mentiras. Si algo odio en las personas es que traten de engañarme, piensan que de esa forma ganaran un favor mío, pero están muy equivocada.

— ¿Ahora cómo me vas a explicar su ausencia? Ella sabía de sobra que hoy venía a tu oficina, por eso se inventó esa escusa, ¿sabes a donde se encuentra en estos momentos? En un hospital, de seguro fue por una licencia medica para presentarla mañana y no le afecte el día de paga.

— ¡Basta, Xavier! No sabes lo que estás diciendo, Yen no necesita hacer ese tipo de cosas para llamar la atención de nadie, mucho menos la tuya. No sé quién te ha hecho tanto daño en tu vida, para considerar que todas las mujeres son igual a tu ex.

—Ya te comió el cerebro, por eso la defiendes tanto. Espero que cuando te des cuenta la clase de persona que es, no vengas a llorar conmigo.

—Lo mismo espero, Xavier. Ya que estas, tan seguro de la clase de persona que es Yen; entonces déjame darte un consejo, antes de que sigas hablando de ella primero conócela. Te sorprenderá completamente cuando sepas quien es ella en realidad.

—No me interesa saber nada, todo lo que necesitaba conocer ya lo tengo. Es una verdadera estafadora que se puso de acuerdo con mi abuelo, lo único que le interesa es el dinero que pueda obtener.

—Veo que ya tienes tu veredicto amigo, voy a disfrutar mucho verte caer y que te tragues todas las palabras que mencionas sobre ella.

— ¿Cómo puedes estar tan ciego? Esa chica no es lo que parece, a ti te da una cara angelical. Como no pudo entrar a mi empresa, vino contigo para que la aceptaras; de esa forma estaría cerca de mí.

—Por lo que mencionas, el que está al pendiente de ella eres tú. Sabes su historia mejor de lo que yo deba saber, y eso que soy su jefe; tampoco entiendo porque dices que fue a pedir trabajo a tu empresa.

—Solo cuido mis intereses, esa mujer quiere poner a prueba la poca paciencia que tengo.

—En definitiva, eres imposible Xavier. Eres más terco que una mula echada, deberías de hablar con tu abuelo para que aclaren esta situación; estas culpando a personas inocentes.

Mi sexto sentido no me puede fallar, conozco este tipo de personas que les gusta ganarse el favor de los demás para quedar bien, sin embargo, se han equivocado de persona. Lástima que mi mejor amigo este de su parte, y no quiere darse cuenta de que las cosas no son como él dice.

Xavier: Dame nuevas noticias

Guardaespaldas: No le tengo buenas noticias, señor. Es mejor que nos veamos para enterarlo de lo que está sucediendo con la señorita Yen.

Xavier: Estoy en las oficinas de Dominick, ven enseguida.

 —Arruinare tu salida a comer, me han conseguido información importante que debes de conocer para que te quites esa mascara de la fiel secretaria.

— ¿La estas investigando? Que miserable eres Xavier, es mejor que dejes de meterte en su vida o me veras obligado a darte la paliza de tu vida.

—Digamos que solo hago mi trabajo, no me gustaría tener sorpresas después que puedan cambiar mi vida. Si tanto la defiendes, entonces no tengas miedo de lo que puedas descubrir.

—Me quedaré solo porque es mi oficina, y porque quiero ver tu cara de tarado. Si las cosas no son como piensas, deberás disculparte con Yen y dejarla tranquila, ella no necesita que la incomodes todos los días con tu horrible cara.

Después de 30 min de una larga espera la puerta se abrió, dejando ver a una persona un poco sofocada. Conocía a Rolando, se notaba que no eran buenas noticias tan solo ver su semblante.

—Buenas tardes, señor. Seguimos a la señorita, Yen como nos ha indicado todos los días. Nos costó obtener esta información, pero…

—Déjate de tarugadas, dime de una buena vez que está sucediendo con ella. De seguro quiere inventarse una enfermedad terminal, para acceder a mi dinero convenciendo a mi abuelo.

—No señor, es mejor que usted vea lo que hay en el sobre. Yo no soy capaz de repetir lo que dice ahí, en estos momentos.

Tengo un mal presentimiento, quería aparentar estar tranquilo aunque por dentro no dejara de temblar.

—¡¡¡Qué!!! ¿Estás seguro de que esto es real, Rolando?

—S-sí señor, nos aseguramos que la información que tiene en sus manos fuera verdad.

— ¡Maldita sea! Debí de pensar en esto antes, de seguro esta que brinca de felicidad por la noticia. Ten, cerciórate por ti mismo lo peligrosa que puede ser la santa Yen.

La mira fría de mi amigo, se tornó de asombro y terror. Tampoco se esperaba leer este tipo de noticias.

—E-e esto no puede ser, aquí debe de existir una confusión.

—Ninguna, mi gente no falla nunca. No trates de convencerme en lo absoluto, porque no pienso hacerte caso, esa chica deseara no haberme conocido en su vida.

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