Capítulo 5: Al 2 x 1.

Había despertado en la cama de un hospital, llena de tubos por todos lados, lo último que recuerdo fue escuchar al amigo de mi hermano decir que él era el padre de mi hijo.

Debido a la noticia la presión se me subió a mil, cayendo desmayada cuando iba de regreso a la sala. Por fortuna, Xavier reacciono a tiempo y me sostuvo hasta llevarme a la cama, por lo menos debo de agradecerle que no me hice un chichón del ranazo que daría.

— ¿Cómo te sientes, Yen?

—H-hola, Day. ¿Cómo está mi bebe?

—Ellos están bien, por suerte reaccionamos a tiempo. Debes de guardar mucho reposo para que te recuperes y sigan creciendo sanitos.

— ¡Espera!, ¿dijiste ellos?

—Sí, Yen. Vas a tener dos bebes, todavía están muy chiquitos para poderlos ver, pero si te cuidas como es debido, pronto sabremos el sexo.

—Esto no me puede estar pasando, Day. Tendré dos pequeños de ese hombre tan cruel que ni siquiera conozco, dime tu si esto no es una verdadera locura. Espero que mis padres todavía no estén enterados de lo que me está pasando o me asesinaran con sus propias manos.

—E-e… sobre eso es mejor que lo hables con Nick, tus padres han estado cuestionando porque no has llegado a la casa este fin de semana. Si me preguntas a mí que debes de hacer, lo mejor es que hables con ellos, Xavier Peralta es un hombre muy influyente en todo Seattle, no puedes seguir escondiendo tu identidad.

— ¿Él no sabe quién soy?

—No, tu hermano piensa que es mejor que tú le digas las cosas. Para que se dé cuenta, que no tienes nada que ver con su abuelo.

— ¿Su abuelo?

—Hay amiga, es una larga, larga historia. Prometo contártela cuando estemos en la casa, no me gustaría que nadie escuche lo que tengo que decirte, las cosas se pueden mal interpretar en oídos chismosos.

—Me niego rotundamente hablar con ese tipo, no quiero exponerme de nuevo a escuchar sus groserías, es una persona con la que no se puede hablar. Si tiene problemas familiares que los resuelva por su cuenta, pero que no me inmiscuya en ellos.

—No me gusta para nada ese tonito, ¿Qué estás pensando hacer? Es mejor que arregles de una buena vez este enredo, no lo hagas más grade de lo que ya está. Su familia y la tuya son grandes amigos y tienen negocios juntos.

— ¿De cuándo acá eres su abogada? Pensé que eras mi amiga, pero ya veo que te importan más quedar bien con mi hermano. Mal amiga

— ¡Basta, Yen! No sabes todos los problemas que hemos tenido con ese tipo durante todo esta semana, en algo estoy de acuerdo con él y es que debes de enfrentar tus problemas y no salir corriendo como lo haces siempre. Ya no eres la niña de papá y mamá, ahora debes de ver por tus pequeños y su bienestar, nos guste o no ese tipo tuvo mucho que ver en ello.

Dayana tenía razón, siempre que puedo salgo corriendo de los problemas. Debo de hablar con Xavier de manera civilizada, si no quiere reconocer a sus hijos no tengo ningún problema, puedo sola con ellos. Pero eso sí, lo quiero muy lejos de nuestras vidas, la decisión que tome debe de pensarla muy bien antes de que sea muy tarde.

Después de despertarme, Dayana aviso a los doctores, quienes entraban y saliendo como si fuera un cine. Es por eso que odio los hospitales, siento que nos ven como objeto de estudio cada vez que pueden.

—Creo que podemos darla de alta, señorita. Solo debe seguir las indicaciones que le hemos dado para que sus bebes no presenten ningún problema.

—Cuente con ello, doctor. Me encargare de que siga sus indicaciones al pie de la letra, mis sobrinos son muy importantes.

—Eso esperamos, señoritas. No me gustaría verlas de nuevo en poco tiempo en este lugar, trate de no alterarse o le garantizo que se pasara todo el embarazo en la cama de este hospital, y no creo que eso sea lo que quiera.

Lo que menos necesitaba era sentirme una inútil por completo, al paso que voy no podré seguir trabajando en la empresa. ¡Carajo! Como me fui a meter en este lío, por si fuera poco con ese troglodita cruel y malvado llamado Xavier Peralta.

Mi hermano entraba y salía del cuarto para conocer los pormenores de mi salud, sé que estaba a nada de matarme, se contiene para no ir a la cárcel porque mis papas lo mataran a palo si le hace daño a la niña de sus ojos.

«Hasta que se enteren de tu metida de pata»

— ¡Lo tengo! ¡Lo tengo! ¡Lo tengo!

— ¿Qué?

—Voy a solucionar tu vida, hasta me vas amar más de lo que ya lo haces. Tengo la mejor idea del mundo mundial, sin duda alguna es fabulosa.

—No debería preguntar esto, porque me voy arrepentir el resto de mi vida. ¿Qué estás pensando hacer, Dayana?

—Yo nada, todo lo vas hacer tú solicita. Yo solo soy la alma maestra detrás de todo lo que ocurra, todo sea por cuidar a mis pequeños ahijados. Me sacrificaré eternamente con esto, espero que nadie se enoje por ello y que mis padres no me maten como los tuyos, porque en lugar de un velorio serán dos.

Hay no, cuando esta mujer dice que tiene una buena idea, es solo para meterme en más problemas de los que ya tengo hasta el momento. Nada perdía con escucharla, ya mi vida estaba valiendo cacahuate, qué más da regarla un poquito más para refundirme en el infierno junto con ella.

—Te iras al extranjero usando mi identidad, mis padres han comprado una pequeña isla la cual necesita de orden. Sé que eres muy buena mandando por no decir que eres re mandona, ahí te quedaras el tiempo que necesites hasta que mis sobrinos hagan su aparición.

— ¿Cómo que una isla, sabes lo que me estás diciendo, loca?

—Sí, se lo que significa, es lo mejor que tienes hasta el momento.

— ¿Estas segura? No te vayas a meter en problemas, aunque amo a tus papas no creo que estén dispuestos a mentir por mi.

— ¡Es en serio! Hasta pareces nueva en todo esto, ya sabes que no necesito que mis papas se enteren de donde ando. Sirve que me concentro en terminar de estudiar lo que tanto me gusta. Además estarás ayudándome un poco, no creas que todo será de a gratis, señorita.

—No puedo creer lo que me estás diciendo, en lugar de ayudarme me mandaras a trabajar en tu lugar.

—Es eso o debes de enfrentar al ogro de Xavier Peralta, por mí, te puedes quedar y ver cómo te obliga a abortar a sus hijos.

Las palabras de Dayana me calaron en el alma, como puede existir un ser tan despiadado en esta vida que quiera arremeter contra la vida de dos seres inocentes que no tienen la culpa de nada.

Entre más la escuchaba, más me daba cuenta que la pobre está loca y de remate, lo malo era que tenía toda la razón del mundo. Este era el momento adecuado para irme lejos sin que nadie logre detenerme, lo siento por mi hermano que me está apoyando, pero no quiero meterlo en más problemas de los que ya tiene.

— ¿Entonces qué dices? ¿Te animas?

—Sí, me convenciste con todos tus argumentos. Solo prométeme que no le dirás a nadie donde estoy, hablare con mis padres esta tarde cuando llegue a la casa. Dame un día para arreglar mis pendientes, debo llevar mis…

—Puedes dejar de ser tan cuadrado y calmarte, sin haces eso todos se darán cuenta que estas tramando algo. Esta noche despues que hables pasare por ti, debemos agarrarlos con la guardia baja, mañana que despierten sabrán la pequeña noticia.  

—Ahora si perdiste todos los tornillos al mismo tiempo, no cabe duda que tanto monómero te está haciendo daño. Espero que no sea hereditario, porque pobre de mis hijos con una madrina como tú.

—Chistosita la niña, pero no decías lo mismo cuando te enteraste que estabas embarazada, ¿verdad?

—Eso fue un golpe bajo, mejor date prisa y arregla todo para mi salida, no quiero pasar un segundo más en el mismo lugar que ese tipo.

—Como ordene jefecita, ya sabe que yo aquí estoy para seguir sus órdenes. Asegúrate que tu hermano me pague como me corresponde todo lo que estoy haciendo por ustedes.

—Ya decía yo, tanto amor de tu parte debe de existir una razón.

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