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Capítulo 4: Yen, no sabe quién soy.

Estoy a punto de explotar, desde que llegue a este lugar esta mujercita no ha hecho más que llamarme señor, como si ella fuera una niña; además de seguir negando que me conoce. Era evidente que no esperaba que le diera el sobre con la información, veamos ahora que cara pone para seguir ocultándome las cosas.

— ¿Q-qué haces t-tú con esta información? ¿Me estas siguiendo o quién demonios te mando a investigar sobre mi vida? te voy a demandar por acoso.

—¡¡¡Qué!!! Soy yo el que te exige que me digas, ¿Por qué no me has dicho nada? pensaste que con eso me casaría contigo y cumpliría todos tus caprichos y los de mi abuelo.

—No entiendo de qué demonios hablas, mejor dime ¿Cómo es que tienes esta información en tus manos? ¿Quién más la ha viso? Contesta carajo, que no tengo todo el puto tiempo para esperar tu respuesta.

—Yo pregunte primero, así que debes responder a mis preguntas. Deja de hacerte la inocente y pura que de eso no tienes nada.

—Chicos, si hablan los dos al mismo tiempo no podrán entenderse. Por favor cálmense, de seguro hay un error en todo esto, ¿verdad Yen?

—No puedo creer que sigas defendiendo lo indefendible, Dominick. Esta simple secretaria te ha lavado el cerebro, te he mostrado las pruebas y sigues creyendo que es inocente.

Sigo sin entender a mi amigo, jamás lo había visto defender a ninguna mujer como se encuentra haciendo con esta tipa que me está volviendo loco. Su arrogancia es más grande que todo el lugar en donde estábamos, no voy a quitar el dedo del renglón hasta que me diga, que acuerdo fue el que hizo con mi abuelo.

La chica que estaba a su lado solo miraba de un lado a otro tratando de entender la situación, al parecer ella era su cómplice porque se llevó a Yen a sentarse para susurrarle algo que no logre escuchar.

—Ya te dije que esto es un error Xavier, déjame hablar con Yen. Te garantizo que nada de lo que piensas es cierto —menciono mi amigo con la cara toda roja, creo que tenía ganas de golpearme.

—Este asunto es entre ella y yo, pagare lo que sea necesario para que se deshaga de ese mocoso que lleva en su vientre, no pienso perder mi tiempo con pequeñeces. Que quede claro que valgo más de lo que ella es, no voy amarrarme a una pordiosera, miserable que trata de escalar de esa forma.

Iba a seguir hablando, sin embargo un fuerte golpe en la cara me hizo detenerme, literalmente me mando al suelo. No me lo esperaba, Yen se había atrevido a golpearme delante de todos.

—Te quiero fuera de mi casa en estos momentos, antes de que llame a la policía. Eres la persona más insoportable que he conocido en mi vida, no eres absolutamente nadie para hablarme de esa forma, mucho menos te permito que hables así de mi hijo.

— ¿Tú hijo? Más bien dirás, nuestro hijo. Por si se te olvida yo soy el padre de ese bebe que llevas dentro.

—¡¡¡Qué!!!

Su respuesta me dejo un poco sorprendido, es como si le estuviera diciendo una mentira o un secreto que ha estado oculto durante muchos años.

—Sí, no me digas que ya no te acuerdas de la noche que pasamos despues del bar.

— ¿T-tú e-eres el chico del bar?

—No entiendo a qué viene tu pregunta, sabes de sobra quien soy yo. Me conoces y te hiciste la desentendida cuando te encontré en la oficina de mi amigo.

La vi llevarse las manos a la cara en señal de preocupación, me estaba perdiendo de algo importante porque no entendía su actuar y el de su amiga. Intento decir algo, pero salió corriendo con dirección desconocida dentro de la casa; no voy a dejar que se escape a ningún lado, no ahora que hay un gran problema que resolver.

—Espere, ella no ira a ningún lado. Solo está un poco indispuesta por todo lo que está pasando, deje que se recupere y regresara en pocos minutos.

—Será mejor que así sea, o la voy a buscar de nuevo hasta debajo de las piedras y te aseguro que no le conviene esconderse.

—Mire señor, yo no soy Yen. Por su bien le digo que me le vaya bajando a su tonito de voz, antes de que quiera terminar en el hospital. Sus gritos se deben de escuchar en toda la cuadra, si no quiere tener problemas serios debe controlar sus hormonas.

— ¿Quién te crees que eres, mocosa? De seguro una trepadora igual que ella, que solo llegan a los bares a conquistar a los hombres ricos como yo.

— ¡En serio! Ni loca me fijaría en usted, así fuera el último hombre sobre la tierra. Por si no se ha dado cuenta, Yen no se acuerda de usted, por eso no sabe que responderle… tarado.

— ¿Qué dices?

—Lo que escucho, mi amiga estaba tan borracha ese día que no se acuerda del tipo con el que paso la noche. Ella solo quería desahogarse de todo el dolor que estaba sintiendo, usted llego y se puso de a pechito para calmar sus necesidades, si quiere buscar un culpable entonces debe de culparse también. ¿En qué época vive? Madure y deje de actuar como un niño.

—No veo falla en su lógica, Xavier. Tú mismo me has contado que te rechazo al inicio, no debes de hacerte el santo que ya todos sabemos que no te queda. Además, no te aconsejo que sigas haciendo enojar a este par de damas, porque no voy a defenderte cuando te den la paliza de tu vida.

— ¿Se conocen?

—Sí, no —fue la respuesta que escuche al mismo tiempo de mi amigo y de la chica que hace pocos segundos me había amenazado.

Si se conoce o no, la verdad es que no me interesa. Estaba aquí para resolver el problema de mi hijo y no me iré hasta halar con Yen, ya sean por las buenas o por las malas.

Vi a la chica ir tras de su amiga, mientras que Dominick caminaba a un pequeño bar, era como si mi amigo ya hubiera estado en este lugar. ¿Será acaso que el también este de acuerdo con mi abuelo y ella? No, eso no puede ser posible.

— ¿Me quieres explicar, de donde las conoces? Veo que recorres este lugar como si fuera tu casa.

—Si te  digo la verdad, no vas a creerme.

—Déjate de rodeos y empieza hablar, ya me canse que quieran verme la cara de tonto. Esa chica lleva un bebe mío en sus entrañas, y su amiga dice que no me recuerda, ¿Sabes cómo me siento?

—Cómo un estúpido, que no dejo que su mejor amigo le explicara la situación y que prefirió actuar como un verdadero cavernícola, por pensar que su abuelo quiere verlo perjudicado.

Pensaba responder su agresión, pero las vi acercase lentamente. Al parecer, Yen no sé sentía nada bien, su apariencia no era nada favorable. Sin pensar corrí a donde estaba para sostenerla a tiempo, antes de que llegara al suelo.

Con ayuda de su amiga la lleve a su cuarto, mientras que Dominick le marcaba al doctor de su familia. Estaba un poco preocupado por esa chica, mi imprudencia me hizo actuar de esa forma y ahora ella se encontraba pagándolas consecuencias.

—Quítate, solo estorbas. Ya hiciste suficiente con empeorar el estado de mi amiga, será mejor que te largues de mi vista.

—Yo, solo vine hablar con ella. No me culpes que sea tan débil, y no acepte su responsabilidad.

—No hables de responsabilidad, si no conoces el significado de esa palabra. Agradece que debo de cuidarla, de lo contrario estarías tres metros bajo tierra.

—Deja tus amenazas para despues Day, ahora lo importante es la salud de Yen. Ya viene la ambulancia en camino, mientras le avisare a…

—No, ella no quiere que nadie lo sepa. Esperemos que se recupere, ella sabrá que hacer con lo que está pasando.

—De acuerdo.

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