_No jamás aceptaré, esto! le juré a mi madre que el día que me casara sería con alguien a quien amara de verdad! gritaba una pequeña mujer afirmada en el rincón más oscuro de la espaciosa habitación.Alfonso Valderde suspiró. Su sobrina era demasiado terca y orgullosa como para aceptar una propuesta de matrimonio por conveniencia, se lo había repetido una y otra vez a su esposa Victoria pero ella en la desesperación de quedar en la calle había insistido al punto del hartazgo del hombre. Desde su escritorio observaba impávido a Elizabeth, ni siquiera el llanto y la desesperación disminuían su gran belleza. Su piel blanca contrastaba con su cabello negro largo hasta la cintura, ojos verdes como esmeraldas y labios hermosos, facciones acompañadas por un cuerpo armonioso. Era de esperar que alguien como Federico Alvear pidiera casarse con ella o en su situación más que pedir fue exigirle la mano de su sobrina. A cambio él perdonaría sus deudas y le ayudaría a levantar la empresa caída e
_Alfonso Valverde, ya ha dado una respuesta? preguntó fríamente Federico Alvear a su asistente._No señor, me temo que aún no logra convencer a su sobrina, ya sabe que ella es su punto débil._que estupidez! es solo una mujer, una bastarda que debería sentirse orgullosa de que alguien como yo quiera casarse con ella! Victor Parra agachó su cabeza, debía admitir que trabajaba para un hombre que carecía de escrúpulos y sentimientos. Desde que vió Elisabeth en un restaurante con su tío se había obsesionado con ella, la quería tener a cualquier costo, había mandado flores, joyas, perfumes y todo absolutamente todo había sido devuelto.Entonces, tomó una determinación extrema: ahogar en deudas y cercar las empresas Valderde hasta casi exterminarlas para lograr su cometido. Levantó la vista y vió a su jefe parado frente al ventanal, era un hombre de casi 1,90 de altura,atlético con facciones perfectas. Tenía cabello castaño y unos profundos ojos azules que resultaban atractivos para toda
Lizy refunfuñaba con resignación, desconocía el porque un hombre al que apenas había visto a la distancia alguna vez, quería casarse con ella.Conocía su fama de mujeriego, déspota y arrogante y eso hacía que se negara más a aceptar el destino que su tío prácticamente le había impuesto.Si bien el no la obligaba, ella no tenía corazón para dejarlo abandonado a su suerte " a Victoria y al odioso de Esteban quizás sí " pensaba mientras sonría maquiavelicamente. Pero no a su amado tío Alfonso, el la había cuidado, mimado y le había dado todo lo que tuvo a su alcance para que ella recibiera una educación adecuada, a través de los libros le había enseñado un mundo nuevo! el la valoraba y la protegió de los malos comentarios de la gente de alta sociedad incluso de su tía Victoria y de su primo Esteban que la tildaban de bastarda por solo llevar el apellido materno y no saber quien era su padre. Sus pensamientos claudicaban entre todo eso y su orgullo y el desprecio que sentía por Federico
La puerta de la habitación de Lizy se abrió de par en par! ella abrió sus ojos muy grandes.Su amiga Lucía Mendoza acababa de llegar toda agitada, parecía haber corrido mucho._¡¿Estás loca Liz?!_ dijo a los gritos_ ¿cómo es eso que te casas con ese engendro? Lizy se levantó lentamente de su cama, sus ojos color esmeralda parecían haber llorado mucho, y su cara demacrada mostraban una tristeza absoluta._ ¿quién..quién te dijo? _preguntó asombrada._tu tía le contó a mi madre, hace un rato y ella a mí, como es posible que siendo tu mejor amiga no me lo hayas dicho? preguntó enojada._no es algo que me enorgullezca contarlo_ dijo tirándose abatida sobre un silloncito._¿Entonces? _Lucía, hay situaciones que escapan de mí, créeme tengo razones muy poderosas e importantes para mí que me orillan a tomar esta decisión. _me imagino, la situación económica de tu familia se ha vuelto el chisme más importante de quienes no tienen nada que hacer, pero Liz te conozco, preferirías morir antes
Era 5 de septiembre, la fecha señalada para la boda. Abajo todo estaba dispuesto para la celebración. los sirvientes habían seguido las instrucciones de Victoria al pie de la letra. Flores y decoración fina inundaban el salón y los jardines, en la sala principal se había dispuesto un pequeño altar en donde los novios firmarian ante el juez.Si bien Elizabeth había pedido algo discreto, Victoria haciendo caso omiso invitó a varias personas, incluso Esteban había llegado del extranjero junto a su prometida Laura y los padres de esta para la celebración, el alcalde y su esposa y varios conocidos importantes. La mayoría había asistido por el novio, siendo el hombre más rico y poderoso del país era imposible desairarlo._que pasó con la boda discreta y sencilla Victoria?_ preguntó Alfonso ofuscado._tonterías_replicó Victoria casi sin darle importancia _te das cuenta lo que significa para nuestra familia emparentar con Federico Alvear? a nadie le interesa lo que opine Elizabeth.Alfonso
_Recoge todas las pertenencias de la señora, llévalas a la mansión, en dos semanas volvemos_ dió la directiva Federico a su asistente.Ella estaba a su lado pero era como sino existiera, atinó a abrazarse de su tío como sino lo quisiera soltar._Lizy, solo deseo que seas feliz y no me odies_dijo llorando. Ella miró alrededor, Federico se había alejado._tío te prometo que estaré bien, mientras tu estés bien, te veré en unos días. Le dió un beso y se marchó. _adiós Victoria, quizás ahora estés un poco más feliz.La aludida la miró con asombro pero no dijo nadaComo era característicoen Lizy ni siquiera miró atrás, subió al lujoso auto mientras el chófer le abría la puerta, agradeció al mismo y entró.A su lado estaba él, su flamante esposo que la miraba de esa manera que a ella la incomodaba de sobre manera._Elizabeth querida, todo se ha hecho como pediste, estas feliz?_señor Alvear, si algo se hubiese hecho como yo quería hoy no estaría casada con usted_ respondió firmemente.De r
Federico se dirigió al majestuoso hotel Regina , que pertenecía a su familia, una de las cadenas hoteleras más lujosas y caras del mundo.Su chófer bajó sus maletas y el personal corrió rápido en su ayuda, no lo esperaban pero dispusieron inmediatamente la suite Emperador, una de las más costosas del mundo.Salió al balcón y Miró las luces de la gran ciudad, si la esposa elegida no fuese tan orgullosa, el estaría disfrutando de ese hermoso y voluptuoso cuerpo, de esa piel tan suave y delicada, de esos labios que no sabían besar pero el se dedicaría a enseñarles.De solo pensarlo se excitó, por alguna razón que el desconocía Elizabeth despertaba en el una lujuria que apenas podía controlar, ninguna mujer había logrado eso en el. Desde el día que la vió y apenas intercambiaron un saludo lejano él no se la había podido quitar de la cabeza, solo pensaba en ella a tal punto que no pudo volver a estar con ninguna mujer.Y esa noche al darse cuenta que Elizabeth jamás había estado con un hom
Lizy durmió plácidamente toda la noche, despertó y casi no recordaba los sucesos de los días anteriores._diablos, estoy casada " _ dijo sin creérselo.Se puso su bata y abrió las cortinas, el sol estaba a pleno, buscó su celular solo había mensajes de su tío y de Lucía preguntando como iba todo.Contestó escuetamente, sin dar detalles.Pero de él, no había ninguno.Arqueó la ceja, supuso que estaría trabajando o con alguna chica complaciente o quizás con esa heredera rubia con la que aparecía a veces en las revistas, en realidad no le importaba mientras no la molestara a ella, todo era aceptable.Se dirigió a la cocina y al instante apareció una mujer como de unos 30 años quien con mucha simpatía se presentó: _señora Alvear, buenos días! Soy Lupe Cardona y desde ahora seré su asistente. El señor Alvear dispuso que sea yo, quien la atienda en todo lo que necesite.Elizabeth abrió sus bellos ojos asombrada, jamás había tenido un asistente, en la casa de su tío había algunos empleados