©Jazmin Flores. 2023Reservados todos los derechos. No se permite la reproducción total o parcial de esta obra, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopia, grabación u otros) sin autorización previa y por escrito del autor. La infracción de dichos derechos puede constituir un delito contra la propiedad intelectual.●●●●●●●● ●●●Buena chica●●●Lancé un suspiro al aire al verlo llegar, me torturaba a mi misma todos los días, tal vez era masoquista, no hallaba otra respuesta mas lógica que esa. —Buenos días señor— dije con amabilidad y como todos los días, él no respondió, no dijo absolutamente nada, ni siquiera me miró, yo no era nadie ante sus ojos, para Mitchell Maxwell yo no existía, pero…¿Quién era Mitchell Maxwell?. Era un empresario, inversor y magnate estadounidense de origen Alemán. Fundador e ingeniero de Aerofort, CEO y arquitecto de productos Tauron, matriculado en la universidad de Harvard, con dos doctorados en O
•••¿Qué le pasó a tu cuello?•••A la hora de la salida, Zeida juntaba sus cosas mientras veía a todos salir, el clima había empeorado drásticamente y por esa razón los dejaron salir una hora antes del trabajo, las fuertes lluvias seguro inundarían las calles y era peligroso para los empleados, en las noticias recomendaban quedarse en casa o ir a refugios, era grave si el mismo jefe dio la orden de que todos se fueran a casa a resguardarse.—El demonio del jefe me ha sorprendido esta vez.Zeida escuchaba la conversación de dos empleadas, ellas hablaban de su amado Mitchell, ella prefería guardarse sus comentarios.—Es verdad, me alegra que se haya apiadado de nosotros, mira que el clima solo va de mal en peor. —Hay que darnos prisa o el tránsito estará brutal.—¡Nos vemos Zeida!.—Si, ve con cuidado— se despidió Zeida de uno de sus compañeros.Una vez que guardó todo, tomó sus cosas y caminó hasta al cuarto donde se guardaban los abrigos y las sombrillas, tomó su abrigo negr*o y se
•••No miraré•••El corazón de Mitch se detuvo por una fracción de segundo al escuchar esa voz tan frágil y suave, sabía de quien era, porque escucharla hablar era como escuchar la mas grandiosa melodía que por alguna razón hacía a su corazón latir con fuerza.Alzó un poco la vista y ahí estaba ella, la joven Nash, estaba empapada y su preocupación era sincera, se podía ver en su rostro.—Estoy bien— respondió Mitchell con frialdad, ocultando la felicidad que le causaba verla.Zeida asintió, ahora se sentía estúpida de haber ido a preguntar, era evidente que el demonio Mitch no la necesitaba.Mitchell iba a subir a su auto, pero al abrir su puerta, sus llaves se resbalaron de sus manos y se cayeron al suelo.—¡Maldita sea!— se quejó por su mala suerte.Zeida solo lo miró y enarcó una ceja.—¿Necesita ayuda?—Preguntó al ver lo que le pasó. Mitchell suspiró, no quería molestar a la chica, a su chica, no quería que ella viera que él era un inútil incapaz de juntar sus propias llav
•••¿Tu novia?•••—Toma el volante con las dos manos. La chica pegó un brinco y guardó silencio, ciertamente estar sola con el jefe era una experiencia que jamás podría olvidar, por un lado lo admiraba tanto como hombre y como empresario y por el otro, le tenía mucho miedo, era un hombre que imponía con su sola presencia. Su mirada daba miedo y siempre hablaba de ese modo tan golpeado, que parecía molesto, educado, pero sin una pizca de alegría dentro de su ser. Por esa razón se había ganado el apodo, del demonio Mitch. —Si, lo siento señor.— Dijo Zeida poniéndose nerviosa, creyó que Mitchell dormía. De pronto estornudó y sonrió apenada. —Perdón. —Si te enfermas no será mi culpa. Zeida lo miró y una sonrisa distorsionada se dejó ver en su limpio rostro. —¿Acaso dije algo?—preguntó ella mientras pisaba el acelerador, la verdad era que Zeida también podía ser un poco violenta, pero al estar en el trabajo se contenía de decir lo que pensaba, además admiraba mucho a Mitchell como p
•••La propuesta•••Zeida se sentía incómoda, el jefe parecía que se había puesto de malas, lo seguía escaleras arriba hasta que llegaron a una enorme habitación.El delicioso aroma se estampó contra el rostro de Zeida, olía a él, olía a Mitchell, esa fragancia tan única que despertaba sus instintos más bajos.—Puedes cambiarte aquí, las habitaciones de huéspedes no están presentables.—Gracias.—Frederick te consiguió ropa seca, cámbiate y baja.Ella admiraba a ese hombre, no podía apartar la vista de él, el como se movía, el como hablaba, le gustaba tanto, era radiante como el destello del sol, cegador y alucinante, con el cuerpo perfecto como el de un dios o un súper modelo, ¿Cómo no sentir algo por él?.Sin duda este día quedaría grabado en su memoria por siempre. Salió de sus pensamientos y se aclaró la garganta.—Gracias y perdón por causarle molestias.¿Molestias?, para Mitchell ella no era una molestia, estaba agradecido de que todo se hubiera acomodado y de que esta s
•••El primer encuentro •••Zeida odiaba las mentiras, en especial si tenía que decírselas a su madre, pero ¿Cómo iba a explicarle que se quedaría en la casa de su sexi jefe?. No había manera de decírselo a su madre sin que ella se escandalizara, así que tuvo que inventar algo.Ni siquiera ella podía creer que estuviera a punto de dormir en la cama de su amor platónico, era como un sueño echo realidad, sonreía tontamente y daba pequeños sorbos de su taza de café.—Si gustas comer algo, no dudes en decirme.La pobre mujer pegó un brinco y tosió un par de veces, el café en su garganta se había quedado atorado unos segundos.—Lo siento, no quería asustarte.Zeida miró a la empleada que los había recibido, por un momento pensó que ya se había ido.—No, está bien.—El señor Maxwell me pidió que te atendiera en todo lo que necesites.—Estoy bien, en serio.Claudia, la empleada del hogar, sonrió al ver la humildad de la chica, por un momento pensó que aquella joven sería presuntuosa
•••!Cásate con ella!•••Media hora después estaban los tres en un restaurante muy lujoso, Zeida veía el menú, pero nunca había comido nada como lo que servían en aquel lugar.Miró a Mitchell, él parecía despreocupado, pero al mismo tiempo no parecía muy cómodo, y su abuela, aquella señora la miraba detenidamente como buscando algo en ella.—¿Y desde cuando salen?—Preguntó la señora Nora de repente.Zeida empezó a toser sin control y se dio de palmadas en el pecho, nunca antes se había ahogado tantas veces en tan poco tiempo.—Abuela creo que estas confundiendo las cosas—Informó Mitch.—Solo hice una pregunta, debiste habérmelo dicho antes.Cuando Zeida por fin pudo respirar, bebió un poco de agua y se aclaró la garganta.—¿Por qué debería de decirte lo que hago o no?, ya no soy un niñ*o.—Es verdad, ya no lo eres, pero soy tu abuela, te crie desde pequeño, lo mínimo que pido es que me mantengas informada de las cosas que pasan en esta familia, en especial si son importantes.
•••Mi futura esposa•••—¿Mi novio?.Mitchell no conocía los sentimientos de Zeida, ¿Le gustaba alguien?.—¿Acaso no tienes?.—¿Por qué supone que si?.Mitchell se sobó la barbilla. —Pues no eres fea y eres joven.Zeida no pudo evitar sonreír con burla. —¿Y?.Él solo alzó los hombros.—No tengo novio señor Maxwell.—¿Te gusta alguien?.Ella sintió que su corazón se tropezó con sus latidos acelerados y sus manos empezaron a transpirar, Mitch pudo ver su reacción, por supuesto que le gustaba alguien, ¿Pero quien?.Se sintió celoso, le molestaba saber que algún pelmazo era dueño de su corazón.—No importa, a partir de hoy solo piensa en mi—Demandó él.Zeida lo miró y los colores se le subieron al rostro de inmediato. —¿Cómo?.—Serás mi futura esposa, y en lo que dura nuestro matrimonio tendrás que darme exclusividad, así que te prohíbo pensar en cualquier hombre que no sea yo, tu futuro esposo.La chica sentía que iba a desmayarse, si tan solo él supiera, que ella lo amaba