Trece

Aiden

No tenía muchas ganas de levantarme, pero aun así lo hice. Tenía que hacerlo, tenía que salir de la cama y asistir al colegio. Ya me había dado el permitido de no venir el otro día por haberme tenido que ocupar de mi hermano ya que estaba enfermo. Le hubiese pedido a mamá que lo cuidara mientras yo no estaba, pero si no salía de ella misma... pedírselo hubiera sido una gran pérdida de tiempo. La conocía demasiado bien como para saber que no se iba a preocupar.

Con suerte había logrado que se sintiera mejor para la tarde, su estómago no estaba tan mal como en la mañana, así que pude irme al trabajo más relajado. Cuando llegué a casa en la noche todos estaban durmiendo, hasta incluso mi madre; había entrado a su cuarto para asegurarme de que no volvió a traer a ese tipejo del demonio con el que solía salir y me

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