Daniel.Se abre la puerta, es ella, me dedica una tímida mirada por una milésima de segundo, baja la cabeza, tiene los ojos y la nariz roja, aunque se maquilló para disimularlo, y puedo darme cuenta.—¿Todo bien? —pregunto observándola con detenimiento.—Sí, todo bien. Continuaré con lo que hacía.La observó, se b**e el cabello y sigue en la misma posición que estaba más temprano, no aparta los ojos de la pantalla.Me relamo los labios observando su boca carnosa, paso saliva recordando mi boca sobre la suya, la lucha de nuestras lenguas, sus jadeos y gemidos debajo de mí.Me mira, desvía la mirada de nuevo.—Parece que lloraste —digo, menea la cabeza, y suspira.—No, todo está bien, señor Evans.—Mañana debo ir a la sucursal de Puerto nuevo, quiero que vengas conmigo.Me mira fijamente.—Está bien, usted manda —responde parca.—Trajeron café y galletas, ¿quieres?Cierra los ojos, suspira y me mira de nuevo, con reproche en su mirada.—Solo soy amable —le aclaro.—Lo sé, pero soy quien
Son las 5:00 a.m. y bebo una taza de café mientras espero el auto de la compañía Valverde que me llevará a Puerto nuevo junto con el señor Evans.Me pone nerviosa que estemos los dos solos por allá.Aún no puedo creer mi suerte, nunca antes me había atrevido a seducir a un hombre así, y justamente voy con él y nos acostamos, con lo feliz que estaba por la noche que pasé con él, a pesar de la resaca moral.Termino mi café y lavo la taza, la dejo en la alacena y me dirijo al cuarto de mi madre, que está vacío, ella está en esa clínica y no puedo tenerla en casa porque supondría pagar mucho más para adecuar los equipos, paso saliva y me retiro la única lágrima que me sale.Me siento inútil por no poder proveer a mi familia como debería, soy profesional y trabajo, y aun así los gastos y las circunstancias, me sobrepasan.Suena la bocina del auto de la compañía, me incorporo y tomo el bolso de la sala, abro la puerta, y salgo, compruebo que todo está oscuro aún, relamo mis labios al senti
Me atrevo a tomar un whisky más, no tan puro, no con mucha agua, lo suficientemente fuerte para desinhibirme, y sentirme poderosa, así dejar de llorar cada cinco minutos cuando recuerdo la expresión de burla de Xander al hablar de mí y de mi madre con Valentina en su despacho.Aspiro aire y me tomo el contenido del vaso de una sola vez, no disfruto del sabor de lo que bebo, pero sé que es lo que necesito para no sentir más dolor, al menos por unas horas.Evito a todos los que conozco, con ellos no podría fingir ser alguien más, no veré luego a muchos de los que están esta noche, pienso, y busco con la mirada a algún extraño que quiera conversar, necesito sentirme diferente esta noche, necesito ser eso que él dice que no puedo ser: una mujer de verdad llena de pasión capaz de tentar a cualquier hombre, aprieto los labios y contengo el llanto al recordar sus crueles palabras.Hago un recorrido visual por la imponente sala y quedo decepcionada de lo que veo, nadie me atrae lo suficiente,
Es Clarissa, mi Clarissa.Su rostro no ha cambiado nada, sin embargo, es diferente, hay en su mirada la misma dulzura y candidez que siempre amé, pero ahora también hay algo de frialdad y tristeza en ellos, su forma de abrazarse, y la manera en la que sus labios tiemblan por el frío de la noche me hizo recordar las veces que la vi así y quise ser quien la abrazara para calmar el frío de su cuerpo y darle calor a su alma también.No me reconoce, no quiero aclararle quién soy, se ve decida a tener su noche de pasión con un desconocido, solo que no lo soy, y ella no lo sabe, o más bien no lo recuerda. La miro atento mientras camina abrazada a ella, está unos pocos pasos alejados de mí.Se ve hermosa enfundada en un vestido azul marino de mangas largas y de falda larga hasta las pantorrillas, le acentúa el trasero, calza zapatos azules de terciopelo como su vestido que le queda como un guante y abraza sus pechos llenos y su cadera pronunciada, su rostro angelical es adornado con labios ca
Días atrás.Tomo el almuerzo con mis compañeros de departamento porque mi novio que es el director financiero de la compañía, tiene una junta de trabajo, no quería comer con ellos porque hace unos días fue mi compromiso con Xander y sabía que no dejarían de molestarme y hacerme comentarios al respecto.Miro mi anillo de compromiso y dentro de mi pecho se forma una emoción inmensa. Me voy a casar, pienso y el orgullo que siento se nubla por la tranquilidad de saber que estaré junto a un hombre que se ocupará de mí, de mi familia y que no me abandonará.Temía que me rechazara por el terrible momento personal que estoy pasando: mi madre está enferma y apenas puedo cubrir sus tratamientos médicos, y mi padre está desaparecido desde hace meses, dejó atrás una deuda que nos cobran constantemente a mi madre y a mí, es una deuda importante y no tengo de dónde sacar el dinero, no le dije toda la verdad a Xander.Permití que me ayudara solo con una parte, me daba vergüenza que pagara todo, no t
Tiempo actual.Mientras me baño recuerdo la noche que pasé con ese extraño, fue una buena noche, probé que Xander se equivocaba conmigo, sin embargo, no me siento bien recordando la situación, yo no soy así, solo necesitaba vengarme, y sentirme viva, vaya que me hizo sentir viva.Me demostré a mí misma que puedo seducir a un hombre atractivo, e incluso poderoso, porque ese hombre lo era, al menos puedo deducir que es un millonario.Me digo que dejaré esos pensamientos atrás, no volveré a ver a ese hombre, era solo un invitado más a la fiesta de mercadeo de un pequeño proveedor, quizás era el dueño o un banquero.Tuve que asistir a esa fiesta con el corazón destrozado porque mi jefa no podía ir y no podía faltar también, aunque no estuviera de ánimos.Nadie podía sospechar que algo pasaba entre Xander y yo, ni él mismo, tenía que pensar bien como abordar mi relación con él, mi economía no era la mejor, estaba pasando por demasiadas cosas.Lo descubrí un viernes, y pasé todo el fin de s
Mis manos tiemblan, sus ojos se posan en los míos, se levanta y tiende su mano en mi dirección.—Encantado, Clarissa, mi nombre es Daniel. Ya sabemos nuestros nombres —dice con picardía mostrándome una sonrisa encantadora, asiento con la cabeza, con los ojos muy abiertos.—Un placer —digo con timidez.Puedo sentir la tensión.Siento que el corazón se me va a salir por la boca, miro a Ileana quien sonríe tensa.—Daniel, siéntete en libertad de pedir lo que necesites, Clarissa es nueva en nuestro departamento, pero ya tiene muchos años en la compañía y está familiarizada con todo, en un momento debe subir Benjamín.—Gracias, Ileana, me parece bien que me faciliten este recurso —dice señalándome —, si conoce la compañía, me será muy útil su presencia, además de agradable.Ileana alza una ceja y sonríe.—Para empezar te hará entrar en la red interna —dice, me hace señas, camino con pasos temblorosos hasta él, quien se sienta y me mira con la barbilla alzada.Coloco los datos en la computa
DanielMi cuerpo está alterado por la presencia de Clarissa, deseo besarla y abrazarla, debo controlar mis impulsos, pero, además, veo a este imbécil de Valverde irrumpir en la sala como si fuera el dueño de todo, lo reto con la mirada.—Buenos días, puedes pasar —digo con ironía.Alza la cara, hace un gesto de desagrado con la nariz.—Evans, vine a ver a mi novia, no a hablar contigo, no te lameré los huevos como hacen los demás, para mí no eres más que un bravucón —dice, y yo alzo las cejas ante la noticia de que es el novio de Clarissa, la volteo a ver, parece asustada, baja la cabeza, no me vuelve a mirar.—Está trabajando conmigo, por si no te diste cuenta —respondo molesto.Bufa y sacude la cabeza, siempre fue un malcriado, bueno para nada.—Clarissa, necesitamos hablar, pasa algo, lo sé, no me has respondido los mensajes ni las llamadas, sé que estás molesta por algo.Volteo a ver a Clarissa, ya que el imbécil de Valverde no me hará caso por su prepotencia suicida.—¿Primer día