Capítulo 6

Daniel

Mi cuerpo está alterado por la presencia de Clarissa, deseo besarla y abrazarla, debo controlar mis impulsos, pero, además, veo a este imbécil de Valverde irrumpir en la sala como si fuera el dueño de todo, lo reto con la mirada.

—Buenos días, puedes pasar —digo con ironía. Me tenso sin poder deshacer mi incomodidad por su presencia, de los Valderve es el que menos me agradó siempre.

Alza la cara, hace un gesto de desagrado con la nariz.

—Evans, vine a ver a mi novia, no a hablar contigo, no te lameré los huevos como hacen los demás, para mí no eres más que un bravucón —dice, y yo alzo las cejas ante la noticia de que es el novio de Clarissa, la volteo a ver, parece asustada, baja la cabeza, no me vuelve a mirar.

—Está trabajando conmigo, por si no te diste cuenta —respondo molesto.

Bufa y sacude la cabeza, siempre fue un malcriado, bueno para nada.

—Clarissa, necesitamos hablar, pasa algo, lo sé, no me has respondido los mensajes ni las llamadas, sé que estás molesta por algo.

¿Cómo fue capaz de serle infiel a ella que parece una diosa y es toda bondad?

Volteo a ver a Clarissa, ya que el imbécil de Valverde no me hará caso por su prepotencia suicida.

—¿Primer día y esta es la primera impresión que quiere darme? No debería mezclar su vida profesional con su vida personal, señorita —digo con tono molesto, porque me altera saber que es él su novio, que lo eligió en algún momento, él no es una buena persona y no habría esperado de ella que se juntara precisamente con él.

Me mira, sus ojos bailan inquietos, está pálida, me mira como si quisiera escapar.

—Lo siento mucho, señor.

Valderde bufa,

—No le debes nada a este señor, Clarissa, serás mi esposa, no te arrastres ante este.

—Este es quien decidirá si mantiene o no la inversión en esta compañía, ten más cuidado cuando te dirijas a mí.

Camina hacia Clarissa, la toma por un brazo y la increpa con la mirada, me pongo en modo alerta, aprieto mis puños.

—Hablemos, mi amor, por favor —dice.

—No, no quiero, estoy trabajando, qué inapropiado es esto —dice, trata de zafarse de su agarre.

—¿Por qué no lees mis mensajes?

Me acerco y lo tomo por el hombro tratando de alejarlo de ella.

—Déjala —digo molesto, ya mis fosas nasales se abren cada vez más por el coraje contenido. Me molesta mucho ver que ella está asustada de él, temo lo peor.

—Suéltame —grita.

Clarissa abre mucho más los ojos, y toma a su novio por ambas manos.

—Sal de aquí, vamos, afuera, por favor, no hagas esto aquí —dice con voz temblorosa, me mira con vergüenza, por lo que hicimos los dos, por la escena que él hace, por lo que me contó, no lo sé, pero quisiera abrazarla y decirle que nada de eso importa.

El imbécil se pavonea ante mí, la mira de nuevo.

—¿Hablaremos?

—No, no, no quiero —dice, lo saca de la sala, me voy tras ellos, pero no salgo, no cierro la puerta por completo, los veo a los dos, él trata de tocarla, ella se aleja.

—No voy a ser de las mujeres que aceptan que su marido tenga amantes, solo para tener una vida cómoda, te escuché con Valentina —dice, su voz se quiebra, comienza a llorar.

—Lo siento, mi amor ¿Qué oíste? No, mi vida, no, estás confundida, oíste mal.

—Le decías que no nos casaremos, que no me amas, que no me deseas, que piensas en ella, cuando estás conmigo, que no te provoco ni un mal pensamiento, odias a mi madre, le deseaste la muerte para poder deshacerte de mí, la única razón por la que no me dejas es para que tu familia no te moleste.

Él niega con la cabeza.

—Sé razonable, mi amor, por favor.

—Lo oí todo, eres despreciable, no me voy a casar contigo, no quiero ser tu novia, nada —grita.

—No tengo nada con Valentina, me chantajea porque compré una suscripción a su sitio para adultos, fue un error, lo siento, me amenazó con decirle a mi familia, fue una estupidez de hombre.

—No, no te creo, no voy a escuchar nada de lo que tengas para decir, yo oí todo, no puede haber algo que digas que me haga cambiar de opinión, Xander.

Xander se incorpora, deja de su pose de víctima, alza el mentón, se acerca amenazante a ella, mis pies se mueven instintivamente, la toma por la muñeca con fuerza, aprieto los dientes molesto, quiero salir y reventarle la cara, pero me contengo.

—Si no te casas conmigo, quedas sola con tu madre, nadie podrá pagar su tratamiento médico, nadie pagará sus exámenes tan caros, nadie podrá protegerlas de las amenazas de los matones que buscan a tu padre, se van a quedar las dos solas, sin un hombre que las apoye, como lo he hecho hasta ahora sin pedir nada a cambio —dice amenazante.

Clarissa cambia de actitud, sus ojos se quedan quietos sobre los de él, aprieta los labios, se libera de su agarre y se abraza, desde la puerta puedo ver sus labios temblando.

—¡Xander! —dice temblorosa, él pone su dedo indicé sobre sus labios, la mira desde su altura, con la otra mano acaricia su cabello oscuro y liso, lo echa hacia atrás.

—En dos días, habrá un evento importante, debo asistir con mi novia Clarissa, la que conoce toda mi familia, mis abuelos, mis tíos, primos, mis padres, debes verte bella como siempre, y estarás a mi lado como se espera.

Clarissa se queda seria. Xander suspira, se inclina sobre ella, parece que la va a besar, salgo, e interrumpo la escena.

—¡Basta! No tengo por qué soportar esta escena, es demasiado poco profesional, no es lo que esperaba, estoy muy decepcionado —digo.

Xander me mira con odio.

Clarissa se aparta de su novio, se para frente a mí.

—No volverá a ocurrir, lo siento mucho, señor —dice sin mirarme a los ojos, aspira aire y se limpia el rostro de un par de lágrimas.

Xander se va, ella suspira, cierra los ojos y sacude la cabeza.

—Si me permite, ¿puedo ir al baño un momento? —pregunta con el rostro congestionado.

—Claro que sí —digo con tono comprensivo.

Ella asiente, y se dirige al mostrador, toma su bolso, saca un estuche de cosméticos, camina hacia al baño del pasillo.

Saco mi teléfono y le marco a Nick.

—Señor.

—Confirma mi asistencia al evento de caridad de la Fundación Cala.

—Señor, pero me pidió confirmar que no iría.

—Ahora confirmo que voy, he cambiado de opinión ¿No puedo?

—Sí, sí, ya lo hago. Es en dos días.

—Lo sé —digo.

Aspiro aire y trato de calmar mi mente, y mis ganas de ir por Xander y patearle el trasero por tratarla así, es una rata, ella no merece eso.

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP