Capítulo 4

Tiempo actual.

Mientras me baño recuerdo la noche que pasé con ese extraño, fue una buena noche, probé que Xander se equivocaba conmigo, sin embargo, no me siento bien recordando la situación, yo no soy así, solo necesitaba vengarme, y sentirme viva, vaya que me hizo sentir viva.

Me demostré a mí misma que puedo seducir a un hombre atractivo, e incluso poderoso, porque ese hombre lo era, al menos puedo deducir que es un millonario.

Me digo que dejaré esos pensamientos atrás, no volveré a ver a ese hombre, era solo un invitado más a la fiesta de mercadeo de un pequeño proveedor, quizás era el dueño o un banquero.

Tuve que asistir a esa fiesta con el corazón destrozado porque mi jefa no podía ir y no podía faltar también, aunque no estuviera de ánimos.

Nadie podía sospechar que algo pasaba entre Xander y yo, ni él mismo, tenía que pensar bien como abordar mi relación con él, mi economía no era la mejor, estaba pasando por demasiadas cosas.

Lo descubrí un viernes, y pasé todo el fin de semana sin responder a sus mensajes o llamadas, no puedo evitarlo en la oficina, así que pienso con detenimiento como debo comportarme delante de él sin decidir aún qué hacer.

Me puse a reflexionar y la situación tenía todo el sentido del mundo, yo, soy contemporánea con Xander, a mis veintisiete años vivo con mi mamá y mi papá antes de que él desapareciera, soy profesional, trabajo en Industrias Valverde desde que me gradué en administración, y mi único novio oficial desde hacía dos años era Xander, desde que llegó a la compañía de su familia como director financiero, y puso sus ojos sobre mí, me conquistó.

Para su familia, yo no era la mejor opción, pero era mejor que Valentina, quien vivía sola desde los dieciocho años, tenía veintitrés años y vestía de forma escandalosa, vivía en polémicas porque se dijo que tenía una página dónde subía contenido para adultos, así que Xander prefería presentarme a mí antes que a ella a su familia.

Xander aspiraba ser el CEO de la compañía familiar un día, pero su primo Benjamín era quien ocupaba ese puesto, y no quería mucho a Xander, me di cuenta de que mi flamante novio solo me usa para mejorar su imagen ante su familia.

Sacudo mi cabeza enojada conmigo, con la vida, con todo.

Llego a la oficina, y dejo mi bolsa en el escritorio. Veo que todos están reunidos en el puesto de María Joaquina conversando entretenidos, me acercó aterrada pensando que se ha sabido que mi novio me engaña con su asistente.

—Buenos días —digo con timidez —, ¿pasa algo?

Armando enarca una ceja y sonríe.

—Pasa de todo, mi amor —dice con intriga, trago grueso temiendo lo peor y me pongo la mano en el pecho acariciando el dije de oro con la inicial de mi nombre.

—Clarissa, bebé —dice Natasha —, llegó el hijo de don Julián.

—Ella debe saber, Xander debió contarle —dice otra compañera.

—¿Qué? —pregunto confundida.

María Joaquina chasquea la lengua, mira hacia la puerta de la oficina para asegurarse de que no hay nadie más con nosotros.

—El hijo de Julian Evans llega hoy, es el heredero de la compañía de inversiones de su padre, tiene un porcentaje de acciones aquí, el viejo se retiró, el hijo ya asumió y está revisando todo, se dice que no estaba contento con los resultados, y que solo invertirá más dinero si le presentan un plan mejorado, se va a instalar desde hoy, llegó de sorpresa, se dice que es muy estricto y que si no le gusta lo que ve se largará con su dinero, algunos puestos de trabajo correrán peligro.

Paso saliva de nuevo.

—Qué raro, Xander no me comentó nada —aseguro, y es verdad, según él, todo marcha viento en popa y él será el próximo CEO de la compañía.

Pienso que no es más que cosa de ricos, peleando por sus egos, viendo a ver quién orina más lejos, ya en la familia Valverde hay una lucha por el mayor puesto de la compañía, se toleran, pero hay tensiones, y ahora viene el hijo de uno de los accionistas a crear más peleas, con seguridad es un mimado que solo quiere romper su nuevo juguete.

—Dicen que lo vieron saliendo de una fiesta con una mujer y que pasó la noche con ella, ha de ser un pillo —dice Armando.

—Tiene esa fama —dice Natasha.

—Solo arruinará las cosas —comento decepcionada —, ¿quién conoce mejor este negocio?, ¿un extraño paracaidista caprichoso o Benjamín que tiene años dirigiendo el barco? Solo quiere lucirse como heredero de su padre.

Mi jefa alza los hombros y aprieta los labios.

—Esperemos que todo marche bien, después de todo, no nos conviene que ese señor saqué su inversión de aquí, le seguirían otros y sería terrible.

Tocan a la puerta, es Julieta de personal, se acerca con cara de angustia.

—María Joaquina, buenos días, debo llevarme a Clarissa, sé que acordamos que su transferencia oficial hacia presupuesto, sería la semana que viene, pero tenemos una emergencia, la requerimos ya, si se puede venir de una vez, lo agradecería, por favor.

Mi jefa me mira y asiente.

—Sí, no hay problema, ya ella me ha entregado todo, los muchachos se pueden ocupar de las labores que quedan, puede irse, ¿tienes algún problema, Clarissa?

Niego con la cabeza mientras recojo mi bolsa.

—¡Vamos! —digo.

Nuevos compañeros me vendrán bien, no quiero que me pregunten por Xander.

Julieta respira con alivio mientras subimos al ascensor, la miro con extrañeza.

—¿El departamento de presupuesto no queda del otro lado? —pregunto.

—Sí, pero ahora mismo vas a la sala de conferencia principal, llegó uno de los inversionistas y necesita ver documentos, papeles, ya sabes, lo típico, así te servirá para enterarte de todo lo de tu nuevo departamento, serás un enlace perfecto entre él y presupuesto, ahí está Ileana tu nueva jefa.

—Ah, no hay problema —digo, pienso en el nuevo inversionista que llegó, solo espero que no me odie por ser la novia del director de finanzas y crea que estoy en el puesto solo por ser su novia.

Al entrar a la ante sala, Ileana me saluda con un beso en la mejilla, y le agradece a Julieta despidiéndola. Me mira a los ojos.

—Llegó un inversionista importante, está pidiendo de todo, vamos a necesitar que estés aquí con él facilitándole todo lo que necesite, vamos para que lo conozcas —dice.

Voy detrás de ella, después dejar mi bolsa en un escritorio en la parte de afuera de la sala de conferencia, ella toca, y abre la puerta, tomo un par de respiraciones y sonrío para conocer al inversionista, para mi sorpresa ya lo conocía.

Dejo de sonreír y miro a Iliana quien dice su nombre.

—Clarissa, él es Daniel Evans, el nuevo C.E.O. de Inversiones Evans.

Es el extraño con el que pasé la noche, abro mucho mis ojos, mi corazón se dispara así como mi pulso, no puedo creerlo.

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