Tiempo actual.
Mientras me baño recuerdo la noche que pasé con ese extraño, fue una buena noche, probé que Xander se equivocaba conmigo, sin embargo, no me siento bien recordando la situación, yo no soy así, solo necesitaba vengarme, y sentirme viva, vaya que me hizo sentir viva.
Me demostré a mí misma que puedo seducir a un hombre atractivo, e incluso poderoso, porque ese hombre lo era, al menos puedo deducir que es un millonario.
Me digo que dejaré esos pensamientos atrás, no volveré a ver a ese hombre, era solo un invitado más a la fiesta de mercadeo de un pequeño proveedor, quizás era el dueño o un banquero.
Tuve que asistir a esa fiesta con el corazón destrozado porque mi jefa no podía ir y no podía faltar también, aunque no estuviera de ánimos.
Nadie podía sospechar que algo pasaba entre Xander y yo, ni él mismo, tenía que pensar bien como abordar mi relación con él, mi economía no era la mejor, estaba pasando por demasiadas cosas.
Lo descubrí un viernes, y pasé todo el fin de semana sin responder a sus mensajes o llamadas, no puedo evitarlo en la oficina, así que pienso con detenimiento como debo comportarme delante de él sin decidir aún qué hacer.
Me puse a reflexionar y la situación tenía todo el sentido del mundo, yo, soy contemporánea con Xander, a mis veintisiete años vivo con mi mamá y mi papá antes de que él desapareciera, soy profesional, trabajo en Industrias Valverde desde que me gradué en administración, y mi único novio oficial desde hacía dos años era Xander, desde que llegó a la compañía de su familia como director financiero, y puso sus ojos sobre mí.
Para su familia, yo no era la mejor opción, pero era mejor que Valentina, quien vivía sola desde los dieciocho años, tenía veintitrés años y vestía de forma escandalosa, vivía en polémicas porque se dijo que tenía una página dónde subía contenido para adultos, así que Xander prefería presentarme a mí antes que a ella a su familia, aunque se decía que la familia de Valentina era poderosa y adinera, pero era un misterio quienes eran.
Xander aspiraba ser el CEO de la compañía familiar un día, pero su primo Benjamín era quien ocupaba ese puesto, y él no quería mucho a Xander, me di cuenta de que mi flamante novio solo me usa para mejorar su imagen ante su familia.
Sacudo mi cabeza enojada conmigo, con la vida, con todo.
Llego a la oficina, y dejo mi bolsa en el escritorio. Veo que todos están reunidos en el puesto de María Joaquina conversando entretenidos, me acercó aterrada pensando que se ha sabido que mi novio me engaña con su asistente.
—Buenos días —digo con timidez —, ¿pasa algo?
Armando enarca una ceja y sonríe.
—Pasa de todo, mi amor —dice con intriga, trago grueso temiendo lo peor y me pongo la mano en el pecho acariciando el dije de oro con la inicial de mi nombre.
—Clarissa, bebé —dice Natasha —, llegó el hijo de don Julián.
—Ella debe saber, Xander debió contarle —dice otra compañera.
—¿Qué? —pregunto confundida.
María Joaquina chasquea la lengua, mira hacia la puerta de la oficina para asegurarse de que no hay nadie más con nosotros.
—El hijo de Julian Evans llega hoy, es el heredero de la compañía de inversiones de su padre, tiene un porcentaje de acciones aquí, el viejo se retiró, el hijo ya asumió y está revisando todo, se dice que no estaba contento con los resultados, y que solo invertirá más dinero si le presentan un plan mejorado, se va a instalar desde hoy, llegó de sorpresa, se dice que es muy estricto y que si no le gusta lo que ve se largará con su dinero, algunos puestos de trabajo correrán peligro.
Paso saliva de nuevo.
—Qué raro, Xander no me comentó nada —aseguro, y es verdad, según él, todo marcha viento en popa y él será el próximo CEO de la compañía.
Pienso que no es más que cosa de ricos, peleando por sus egos, viendo a ver quién orina más lejos, ya en la familia Valverde hay una lucha por el mayor puesto de la compañía, se toleran, pero hay tensiones, y ahora viene el hijo de uno de los accionistas a crear más peleas, con seguridad es un mimado que solo quiere romper su nuevo juguete.
—Dicen que lo vieron saliendo de una fiesta con una mujer y que pasó la noche con ella, ha de ser un pillo —dice Armando.
—Tiene esa fama —dice Natasha.
—Solo arruinará las cosas —comento decepcionada —, ¿quién conoce mejor este negocio?, ¿un extraño paracaidista caprichoso o Benjamín que tiene años dirigiendo el barco? Solo quiere lucirse como heredero de su padre.
Mi jefa alza los hombros y aprieta los labios.
—Esperemos que todo marche bien, después de todo, no nos conviene que ese señor saqué su inversión de aquí, le seguirían otros y sería terrible.
Tocan a la puerta, es Julieta de personal, se acerca con cara de angustia.
—María Joaquina, buenos días, debo llevarme a Clarissa, sé que acordamos que su transferencia oficial hacia presupuesto, sería la semana que viene, pero tenemos una emergencia, la requerimos ya, si se puede venir de una vez, lo agradecería, por favor.
Mi jefa me mira y asiente.
—Sí, no hay problema, ya ella me ha entregado todo, los muchachos se pueden ocupar de las labores que quedan, puede irse, ¿tienes algún problema, Clarissa?
Niego con la cabeza mientras recojo mi bolsa.
—¡Vamos! —digo.
Nuevos compañeros me vendrán bien, no quiero que me pregunten por Xander.
Julieta respira con alivio mientras subimos al ascensor, la miro con extrañeza.
—¿El departamento de presupuesto no queda del otro lado? —pregunto.
—Sí, pero ahora mismo vas a la sala de conferencia principal, llegó uno de los inversionistas y necesita ver documentos, papeles, ya sabes, lo típico, así te servirá para enterarte de todo lo de tu nuevo departamento, serás un enlace perfecto entre él y presupuesto, ahí está Ileana tu nueva jefa.
—Ah, no hay problema —digo, pienso en el nuevo inversionista que llegó, solo espero que no me odie por ser la novia del director de finanzas y crea que estoy en el puesto solo por ser su novia.
Al entrar a la ante sala, Ileana me saluda con un beso en la mejilla, y le agradece a Julieta despidiéndola. Me mira a los ojos.
—Llegó un inversionista importante, está pidiendo de todo, vamos a necesitar que estés aquí con él facilitándole todo lo que necesite, vamos para que lo conozcas —dice.
Voy detrás de ella, después dejar mi bolsa en un escritorio en la parte de afuera de la sala de conferencia, ella toca, y abre la puerta, tomo un par de respiraciones y sonrío para conocer al inversionista, para mi sorpresa ya lo conocía.
Dejo de sonreír y miro a Iliana quien dice su nombre.
—Clarissa, él es Daniel Evans, el nuevo C.E.O. de Inversiones Evans.
Es el extraño con el que pasé la noche, abro mucho mis ojos, mi corazón se dispara así como mi pulso, no puedo creerlo.
Mis recuerdos se agolpan instantáneamente: la intensidad de aquella noche, la mezcla de placer y nerviosismo. Me sudan las manos, y siento un nudo en el estómago al recordar cada detalle. ¿Me habrá reconocido? El pensamiento me avergüenza, y trato de mantener la compostura mientras la ansiedad amenaza con delatarme.
Siento me voy a desmayar dentro de mí misma, el corazón me late fuerte y alto, creo que mi nueva jefa lo nota, pues me lanza una mirada de confusión, siento la boca seca, paso saliva y trato de respirar calmada.
Ya las cosas estaban mal, ahora se podrán peor, y ha sido mi culpa, pienso mientras me hago valiente y cruzo miradas con ese hombre.
Mis manos tiemblan, sus ojos se posan en los míos, se levanta y tiende su mano en mi dirección.—Encantado, Clarissa, mi nombre es Daniel. Ya sabemos nuestros nombres —dice con picardía mostrándome una sonrisa encantadora, asiento con la cabeza, con los ojos muy abiertos.—Un placer —digo con timidez.Puedo sentir la tensión.Siento que el corazón se me va a salir por la boca, miro a Ileana quien sonríe tensa.—Daniel, siéntete en libertad de pedir lo que necesites, Clarissa es nueva en nuestro departamento, pero ya tiene muchos años en la compañía y está familiarizada con todo, en un momento debe subir Benjamín.—Gracias, Ileana, me parece bien que me faciliten este recurso —dice señalándome —, si conoce la compañía, me será muy útil su presencia, además de agradable.Ileana alza una ceja y sonríe.—Para empezar te hará entrar en la red interna —dice, me hace señas, camino con pasos temblorosos hasta él, quien se sienta y me mira con la barbilla alzada.Coloco los datos en la computad
DanielMi cuerpo está alterado por la presencia de Clarissa, deseo besarla y abrazarla, debo controlar mis impulsos, pero, además, veo a este imbécil de Valverde irrumpir en la sala como si fuera el dueño de todo, lo reto con la mirada.—Buenos días, puedes pasar —digo con ironía. Me tenso sin poder deshacer mi incomodidad por su presencia, de los Valderve es el que menos me agradó siempre.Alza la cara, hace un gesto de desagrado con la nariz.—Evans, vine a ver a mi novia, no a hablar contigo, no te lameré los huevos como hacen los demás, para mí no eres más que un bravucón —dice, y yo alzo las cejas ante la noticia de que es el novio de Clarissa, la volteo a ver, parece asustada, baja la cabeza, no me vuelve a mirar.—Está trabajando conmigo, por si no te diste cuenta —respondo molesto.Bufa y sacude la cabeza, siempre fue un malcriado, bueno para nada.—Clarissa, necesitamos hablar, pasa algo, lo sé, no me has respondido los mensajes ni las llamadas, sé que estás molesta por algo.
Regreso a la sala de conferencia después de llorar un rato en el baño, me lavé la cara y me maquillé, debo verme digna, después del espectáculo bochornoso que pasé con Xander delante de ese hombre.Las cosas con Xander serán más complicadas de lo que pensé.Toco y abro la puerta, él alza la mirada y me escanea de arriba abajo, desvío la mirada porque me siento incómoda y avergonzada, ahora mismo quiero enterrar mi cabeza en la arena.—Lamento lo que vio —digo.—¿Así que él fue quien te fue infiel? ¿De él fue que hablaste aquella noche?Suspiro y niego con un movimiento rápido de cabeza, no quiero ni recordar lo que le dije, fue una imprudencia.—Sí, era de él que hablaba.—Es un imbécil, no sabe valorar a una mujer, y tú no deberías aceptar esos tratos.—Es mejor que no opine de mi vida personal, nos involucramos por error, le suplico que olvide lo que pasó entre los dos.Sonríe con malicia, se rasca la barbilla, me mira de nuevo de arriba abajo, me examina los ojos, mis labios, se det
Daniel.Se abre la puerta, es ella, me dedica una tímida mirada por una milésima de segundo, baja la cabeza, tiene los ojos y la nariz roja, aunque se maquilló para disimularlo, y puedo darme cuenta.—¿Todo bien? —pregunto observándola con detenimiento.—Sí, todo bien. Continuaré con lo que hacía.La observó, se b**e el cabello y sigue en la misma posición que estaba más temprano, no aparta los ojos de la pantalla.Me relamo los labios observando su boca carnosa, paso saliva recordando mi boca sobre la suya, la lucha de nuestras lenguas, sus jadeos y gemidos debajo de mí.Me mira, desvía la mirada de nuevo.—Parece que lloraste —digo, menea la cabeza, y suspira.—No, todo está bien, señor Evans.—Mañana debo ir a la sucursal de Puerto nuevo, quiero que vengas conmigo.Me mira fijamente.—Está bien, usted manda —responde parca.—Trajeron café y galletas, ¿quieres?Cierra los ojos, suspira y me mira de nuevo, con reproche en su mirada.—Solo soy amable —le aclaro.—Lo sé, pero soy quien
Son las 5:00 a.m. y bebo una taza de café mientras espero el auto de la compañía Valverde que me llevará a Puerto nuevo junto con el señor Evans.Me pone nerviosa que estemos los dos solos por allá.Aún no puedo creer mi suerte, nunca antes me había atrevido a seducir a un hombre así, y justamente voy con él y nos acostamos, con lo feliz que estaba por la noche que pasé con él, a pesar de la resaca moral.Termino mi café y lavo la taza, la dejo en la alacena y me dirijo al cuarto de mi madre, que está vacío, ella está en esa clínica y no puedo tenerla en casa porque supondría pagar mucho más para adecuar los equipos, paso saliva y me retiro la única lágrima que me sale.Me siento inútil por no poder proveer a mi familia como debería, soy profesional y trabajo, y aun así los gastos y las circunstancias, me sobrepasan.Suena la bocina del auto de la compañía, me incorporo y tomo el bolso de la sala, abro la puerta, y salgo, compruebo que todo está oscuro aún, relamo mis labios al senti
Ignoro la situación que me tiene nerviosa o eso, intento, le pido un momento para ir al baño, me aseo y lloro un poco, nunca antes pensé en estar en una situación así, no puedo reconocer a Xander. Entra con brusquedad al baño, me sorprende llorando, ya se ha quitado la camisa y el pantalón, está en bóxer, besa mi mejilla y me abraza a él, hace que nos veamos los dos en el espejo. —¿Por qué lloras?, lo hemos hecho cientos de veces, ¿Qué es diferente? —pregunta. —Que ahora sé que te acuestas con otra —digo, aunque no es verdad, no es la verdadera razón, ya no lo deseo, ahora sé quién es, es un monstruo y lo odio. Se echa a reír. —Trámites necesarios, eres la oficial —dice, besa mi hombro, poco a poco comienza a desvestirme, dejo que lo haga, sus manos recorren mi piel con delicadeza mientras me deja desnuda, gruñe en mi cuello y lo mordisquea. —Desearía que no trabaje más contigo —digo para intentar lograr que se calme. —Quizás pueda complacerte, si tú me complaces, vas a ser mi e
Mi madre no quiere dejarme ir a la oficina hasta que no le diga quién es la mujer que salió de mi casa esa mañana, ruedo los ojos y bebo café mientras mi padre le dice que me deje en paz, que estoy ocupado y que debe dejar de meterse en mi vida.No debí venir a saludarlos esta mañana, pienso mientras intento levantarme, sin éxito, de la mesa del comedor de nuevo.Siento un enorme alivio al saber que el nombre de Clarissa no ha trascendido a la prensa, no saben que fue ella quien salió de mi casa esa mañana.Sonrío al recordar que pasamos esa noche juntos, relamo mis labios y sonrío como un bobo.—No tienes mucho tiempo en la ciudad y ya te relacionan con alguien, ¿quién es, Daniel? —pregunta mi madre sacándome de mis pensamientos.—Mamá, son chismes de la prensa, no creas en todo lo que dicen.Rueda los ojos.—Ya deberías conseguir una mujer seria con la que casarte de una vez, estás situaciones se prestan para malos entendidos, así es como la gente arruina su reputación.Mi padre se a
Repaso el vestido color verde agua sobre mi cuerpo, me ajusta bastante en las caderas, el discreto escote en el pecho me hace ver más elegante de lo que esperaba, así como la gargantilla de diamantes que Xander me ha mandado para que la use esta noche, la prestó una importante joyería, me advirtió.Me relamo los labios esperando a que pase por mí, me agito de vez en cuando pensando que quiera acostarse conmigo de nuevo, siento que no podría resistirlo más.Cierro los ojos aspirando el aire que siento que me falta, a ratos me atormenta un dolor de cabeza y una taquicardia que hace que mi cuerpo se sienta débil.Debo dinero, mi madre no se recupera, estoy sola.Tocan a la puerta, me llevo una mano al pecho, aprieto los labios en un gesto tenso mientras me acerco a abrir la puerta, al hacerlo me dedica una mirada de arriba abajo y me sonríe con picardía.—¡Qué buena que te ves!Paso saliva para deshacer la tensión de mi cuerpo.Entra y me rodea con sus manos por las caderas, me pega a él