Narrado por AnyaEl aire en esta pequeña aldea siempre ha sido diferente. Aquí, las montañas parecen estar más cerca del cielo, y los días transcurren como si el tiempo no tuviera prisa en alcanzarlos. Los habitantes viven con una calma que he envidiado desde que llegué, buscando refugio. Intentando huir.Pero la paz externa no es capaz de sofocar las tormentas internas. Mi pasado me persigue, y no importa cuán lejos me aleje de Silver Creek, de Aiden, no puedo escapar de las sombras que me atan a él.Aiden. El nombre duele, pero sigue siendo familiar. Como un viejo eco que no desaparece. Me había prometido a mí misma que dejaría atrás todo lo que él representaba. El dolor, la traición, el resentimiento. Pero el peso de nuestra conexión, el vínculo que compartimos, es más fuerte de lo que jamás imaginé. Ser su Luna no fue solo un título; fue la promesa de una vida que nunca pensé que tendría, hasta que él la destruyó con unas pocas palabras llenas de ira.Estoy sentada junto a la vent
Narrado por Aiden El viento de las montañas me trae su recuerdo. No es el aroma exacto, pero hay algo en el aire que me recuerda a ella. A su esencia. Anya. Mi Luna. Mi todo. A veces, me pregunto si estoy volviéndome loco, si el dolor de su ausencia es tan profundo que mi mente empieza a crear fantasmas donde no los hay. Pero no. No puedo dudar del vínculo que compartimos, aunque ahora parezca desvanecido, apenas un eco lejano de lo que alguna vez fue.Me paro en lo alto de la colina que da vista al territorio de Silver Creek. Desde aquí, puedo ver los bordes de nuestras tierras, vigiladas con esmero, pero cada vez más acosadas por las manadas rivales. La amenaza de guerra ha crecido. El Alfa de la manada del sur, Jax, siempre ha sido ambicioso, y la ausencia de Anya no ha hecho más que darle una oportunidad para atacarnos. Sabe que estamos vulnerables.La falta de mi Luna me debilita. Los Alfas lo saben. Y ahora, mis guerreros comienzan a dudar. He notado cómo me miran de reojo en l
Narrado por AnyaEl sonido del viento silbando entre los árboles me despierta. Me giro en la cama, abrazando la manta que apenas me protege del frío de esta pequeña cabaña. La aldea es tranquila, demasiado tranquila. A veces pienso que la paz que buscaba al huir de Silver Creek fue un espejismo, una mentira que me conté para evitar enfrentar la realidad de lo que dejé atrás.Aquí, en este remoto rincón del mundo, la vida es simple. Las montañas son imponentes, el bosque siempre verde y lleno de vida. Pero yo... estoy atrapada. Tantas veces intenté convencerme de que huir era lo mejor, que alejarme de Aiden era lo correcto. Después de todo, ¿cómo podría volver a confiar en él después de lo que dijo? Las palabras hirientes siguen reverberando en mi mente, como si hubiera ocurrido ayer.Me levanto lentamente y camino hacia la pequeña ventana de la cabaña. Afuera, el sol apenas comienza a asomarse por las montañas. El amanecer aquí es hermoso, un lienzo de colores cálidos que tiñe el ciel
Narrado por AidenEl sol apenas comienza a alzarse sobre el horizonte, pero mi mente lleva horas despierta. El aire es frío, denso, cargado con la promesa de un conflicto que se avecina. La guerra está a nuestras puertas. El rugido de los guerreros en el campamento es un recordatorio constante de que cada minuto cuenta, que cada decisión puede significar la vida o la muerte para los nuestros. Pero dentro de mí, todo está en caos.Me quedo mirando el mapa extendido frente a mí, pero los límites del territorio de Silver Creek parecen un enredo confuso. Las marcas de los ataques recientes de la manada de Ethan están claramente dibujadas en rojo, cada punto más cercano a nuestras fronteras. Mis manos se aferran a los bordes del mapa, y siento la tensión en cada fibra de mi cuerpo.¿Cómo hemos llegado a esto?Las noches son cada vez más largas y vacías sin ella. Anya. Su nombre cruza mi mente y, como un veneno, me debilita. El lazo que compartimos, ese que solía fortalecerme, ahora es una
Narrado por AnyaEl viento frío me azota el rostro mientras camino por los senderos de esta aldea que, por un tiempo, había llegado a sentir como mi refugio. Lejos de Aiden, lejos de la guerra, lejos de mi pasado. Pero la paz que busqué nunca fue completa. Siempre estuvo incompleta. Siempre supe, en lo más profundo, que no podría escapar para siempre.Aquí, en este lugar remoto, intenté esconderme de todo. De mis recuerdos, de mi destino, y sobre todo, de él. Pero ahora, mientras me detengo a la orilla del río que bordea el pueblo, no puedo dejar de sentir que el pasado ha venido por mí. El eco del lazo que compartimos es más fuerte hoy, más tangible. Mis manos tiemblan levemente mientras froto mis brazos, buscando calidez. Pero no es el frío lo que me afecta. Es la idea de volver. La idea de enfrentar a Aiden.El mensajero llegó hace solo unos días, trayendo noticias de Silver Creek. Noticias de una guerra inminente, de un conflicto que crece cada día más. Pero lo que más me perturbó
Narrado por AidenEl aire en Silver Creek tenía un peso distinto aquella noche. La luna llena brillaba sobre los árboles, pero no sentía su fuerza en mi piel como antes. Mis sentidos estaban adormecidos por el dolor y la incertidumbre. Sin Anya, todo había perdido su color. Ella era mi Luna, mi ancla, y sin ella, aunque intentara mantener la fachada de un Alfa fuerte, sabía que todo se estaba desmoronando.Mientras caminaba hacia el campamento, los susurros del viento traían recuerdos que me atormentaban. La última vez que vi a Anya, nuestras palabras habían sido duras, llenas de resentimiento. Mi frustración la había empujado lejos, y mi orgullo la había dejado ir. Desde entonces, me maldigo cada día por no haber corrido tras ella. Su ausencia me estaba matando lentamente, y con cada día que pasaba, la manada lo sentía. Los lazos entre nosotros, una vez tan firmes, ahora parecían frágiles, tensados al máximo.Hoy, sin embargo, algo era diferente. Una chispa de esperanza había surgido
Narrado por AnyaEl aire en Silver Creek era fresco, cargado de un olor a tierra húmeda y pinos, un recordatorio de todo lo que había dejado atrás. A medida que me acercaba, la familiaridad del paisaje me envolvía, pero en lugar de la calidez que una vez había sentido, me invadía una fría sensación de desasosiego. La manada había sido mi hogar, un lugar donde pertenecía, pero ahora parecía distante, como un sueño que se desvanecía al despertar.El camino serpenteante se extendía frente a mí, cubierto de hojas caídas que crujían bajo mis pies. Las sombras de los árboles se alargaban con el sol bajo, y aunque la belleza del entorno era indiscutible, mi corazón estaba dividido. Había tomado la decisión de regresar por el bienestar de la manada, al menos eso me decía a mí misma, pero el resentimiento hacia Aiden me consumía como una llama. Las palabras hirientes de nuestra última discusión resonaban en mi mente como un eco constante, recordándome el dolor que había sufrido.Al llegar al c
Narrado por AidenLa luna llena se alzaba sobre Silver Creek, proyectando una luz fría que parecía penetrar hasta el alma. Esa misma luna que en otro tiempo había sido testigo de momentos de fuerza y unión en la manada, ahora parecía un recordatorio constante de lo que había perdido. La ausencia de Anya se sentía como una herida abierta que nunca terminaba de cicatrizar, y cada día que pasaba sin ella, esa herida se hacía más profunda.Los árboles, ennegrecidos por la oscuridad, se alzaban como sombras amenazantes a mi alrededor mientras recorría el límite de nuestro territorio. Había una tensión palpable en el aire, como si incluso la naturaleza supiera que algo estaba a punto de romperse. Jax, el Alfa de la manada rival, había estado incrementando su presión, y nuestros recursos comenzaban a agotarse. Sabía que tenía que actuar rápido, pero la constante sombra de Anya dificultaba mi enfoque.Marcus, mi beta y mano derecha, se acercó a mi lado en silencio. Había estado conmigo desde