Narrado por AnyaEl frío de la mañana en Silver Creek me despertó antes del amanecer, envolviendo mi cuerpo en un manto helado que contrastaba con el calor del lugar que una vez había sido mi hogar. Habían pasado días desde que regresé a la aldea, y aunque todo aquí parecía igual, yo sabía que nada lo era. El peso de las decisiones no tomadas y de las palabras no dichas se acumulaba sobre mí, volviéndose insoportable. Mi conexión con Aiden, ese lazo que alguna vez fue tan fuerte y que me había mantenido atada a él en cuerpo y alma, ahora parecía un eco distante, un murmullo apenas audible en la vastedad de mi mente.Caminé hacia el bosque, siguiendo un sendero que solía recorrer cuando necesitaba estar sola, cuando las responsabilidades de ser la Luna de la manada se volvían demasiado abrumadoras. Aquí, entre los árboles, podía escuchar mis propios pensamientos, aunque últimamente eran más confusos que nunca. Cada paso crujía bajo mis pies, el sonido amplificado en la quietud del aman
Narrado por AidenEl sol apenas comenzaba a despuntar en el horizonte, bañando el paisaje de Silver Creek en un resplandor dorado, cuando me encontré de pie en la cima de la colina que dominaba nuestro territorio. El aire fresco de la mañana llenaba mis pulmones, pero en lugar de ser un bálsamo, sentía como si estuviera inhalando cuchillas. El enfrentamiento con Ethan era inminente, y cada segundo que pasaba me acercaba a una batalla que definiría el destino de mi manada.Desde el día en que Anya se fue, había sentido que algo en mí se había roto, como si el núcleo mismo de mi ser estuviera fragmentado. Sin ella, la seguridad con la que siempre había liderado a mi manada se tambaleaba. Mi espíritu, una vez indomable, ahora estaba plagado de dudas y fantasmas. Los guerreros de Silver Creek, que alguna vez me miraron con total devoción, ahora observaban cada uno de mis movimientos con una mezcla de incertidumbre y temor.Mi mente se desvió hacia Anya, una vez más, como había sucedido ta
Narrado por AnyaEl aire en Silver Creek estaba cargado de tensión, como si la misma tierra supiera que algo monumental estaba por suceder. Después de semanas de esconderme en las sombras, evitando cualquier confrontación directa, había llegado el momento de enfrentar la realidad. No podía seguir huyendo de él, de nosotros. Mis pasos me llevaban con firmeza hacia la cabaña donde sabía que Aiden se encontraba. Mi corazón latía con fuerza, un ritmo acelerado que apenas podía controlar.No había visto a Aiden desde que lo dejé, desde que decidí que el dolor era demasiado para soportarlo y huí para salvarme. Pero ahora, aquí estaba, a punto de enfrentar al hombre que había sido mi todo, el hombre cuyo lazo con el mío estaba roto, colgando de un hilo tan fino que apenas lo sentía. Sabía que esta conversación sería difícil, dolorosa, pero también sabía que era necesaria.La cabaña estaba al borde del bosque, aislada de la manada. Era un lugar de retiro para Aiden, un espacio donde podía pen
Narrado por AidenEl aire en Silver Creek estaba cargado de la tensión antes de una tormenta. Era palpable, casi asfixiante, y no provenía únicamente del inminente conflicto que se avecinaba. Anya había regresado, pero nuestro vínculo estaba lejos de ser el mismo. Había un abismo entre nosotros, uno que parecía ensancharse con cada mirada, con cada palabra no dicha.Desde que habíamos acordado trabajar juntos para proteger la manada, nuestra relación se había convertido en una danza cuidadosa, llena de pasos medidos y precaución. No éramos los mismos de antes, y aunque ambos lo sabíamos, ninguno estaba dispuesto a admitir cuánto nos afectaba. Había demasiado en juego: nuestras vidas, la seguridad de Silver Creek, y la posible destrucción de todo lo que alguna vez habíamos construido juntos.Esa mañana, el cielo estaba cubierto de nubes grises, pesadas, que amenazaban con descargar una lluvia torrencial. Me encontraba en el centro del campamento, rodeado por mis guerreros, mientras les
Narrado por AnyaLa noche se cernía sobre Silver Creek, oscura y silenciosa, como la calma que precede a una tormenta devastadora. Las estrellas apenas brillaban en el cielo, ocultas tras un manto de nubes que parecían presagiar la gravedad de lo que estaba por venir. El aire estaba cargado de tensión, una tensión que resonaba en mi corazón y en la conciencia de cada lobo de la manada.Caminaba sola por el borde del bosque, donde los árboles altos y robustos se alzaban como guardianes vigilantes, sus ramas formando un dosel protector sobre mi cabeza. Cada paso que daba estaba acompañado por el susurro de las hojas bajo mis pies, y el frío viento nocturno que acariciaba mi rostro era un recordatorio de la frialdad que se había instalado en mi alma desde que regresé a este lugar que una vez llamé hogar.Silver Creek siempre había sido un refugio, un lugar donde había encontrado una familia, amor y propósito. Pero ahora, todo lo que había conocido estaba en peligro, y la amenaza no era s
Narrado por AidenLa luna que había brillado tan intensamente hace un momento ahora parecía débil, como si la luz misma hubiera sido drenada del cielo. El silencio que siguió fue ensordecedor, una quietud tan profunda que parecía imposible que, hasta hace unos instantes, el aire hubiera estado lleno de energía y desesperación. Anya se había ido. El círculo de luz que la había rodeado se había desvanecido, y todo lo que quedaba era la fría tierra bajo mis pies. Me quedé inmóvil, mirando el lugar donde ella había estado, esperando en vano que fuera una ilusión, que en cualquier momento regresara, que su sacrificio no hubiera sido real. Pero la realidad era ineludible. La fuerza mágica que había sentido en el aire había desaparecido, llevándose con ella la vida de la mujer que amaba más que a nada en este m
Narrado por AidenLa noche me envuelve como un manto frío y opresivo. El viento silba entre los árboles de Silver Creek, y cada paso que doy sobre el suelo húmedo parece más pesado que el anterior. Mis pensamientos no me dan tregua; cada recuerdo de aquella maldita discusión con Anya sigue repitiéndose en mi mente, una y otra vez, como un eco maldito. La oscuridad del bosque refleja el abismo en el que he caído desde que se fue.«¿Cómo permití que ocurriera?»La pregunta se agarra a mí como una garra. Me destroza el alma. Todo comenzó como un desacuerdo trivial, algo que podría haber manejado mejor. Pero mis palabras, tan cargadas de rabia y frustración, la hicieron huir. Ella, mi Luna. La mujer que debería haber protegido por encima de todo, la herí tan profundamente que ya no pude alcanzarla cuando salió por esa puerta.Recuerdo cada palabra que le grité.— ¡No puedes entender lo que significa estar al frente de la manada! ¡Todo recae sobre mí!Las palabras se sintieron justas en es
El aire aquí es diferente, más puro, más ligero. Casi como si con cada respiración pudiera purgar el peso que he estado cargando desde que me fui. Pero no es tan simple. No lo es, porque a pesar de lo idílico que es este lugar, a pesar de la serenidad que parece envolverlo todo, las sombras de mi pasado siguen persiguiéndome, siguen enredadas en mi piel como una segunda capa imposible de arrancar.Estoy en una pequeña aldea, alejada de todo lo que alguna vez conocí. Es un refugio, un intento desesperado de encontrar la paz que tanto anhelo. Un intento de escapar de él... de Aiden.Los aldeanos aquí no saben nada de lo que soy. Para ellos, solo soy una extraña que apareció una mañana fría y silenciosa, buscando asilo. Les dije que me llamaba Anya, pero omití el título que me define más de lo que quiero admitir: Luna. Ellos no entenderían. En este lugar, no hay manadas, ni Alfas, ni Lunas. Solo hay gente común, que vive una vida simple, sin las complejidades y las guerras que dominan el