Narrado por AidenEl aire en Silver Creek estaba cargado de la tensión antes de una tormenta. Era palpable, casi asfixiante, y no provenía únicamente del inminente conflicto que se avecinaba. Anya había regresado, pero nuestro vínculo estaba lejos de ser el mismo. Había un abismo entre nosotros, uno que parecía ensancharse con cada mirada, con cada palabra no dicha.Desde que habíamos acordado trabajar juntos para proteger la manada, nuestra relación se había convertido en una danza cuidadosa, llena de pasos medidos y precaución. No éramos los mismos de antes, y aunque ambos lo sabíamos, ninguno estaba dispuesto a admitir cuánto nos afectaba. Había demasiado en juego: nuestras vidas, la seguridad de Silver Creek, y la posible destrucción de todo lo que alguna vez habíamos construido juntos.Esa mañana, el cielo estaba cubierto de nubes grises, pesadas, que amenazaban con descargar una lluvia torrencial. Me encontraba en el centro del campamento, rodeado por mis guerreros, mientras les
Narrado por AnyaLa noche se cernía sobre Silver Creek, oscura y silenciosa, como la calma que precede a una tormenta devastadora. Las estrellas apenas brillaban en el cielo, ocultas tras un manto de nubes que parecían presagiar la gravedad de lo que estaba por venir. El aire estaba cargado de tensión, una tensión que resonaba en mi corazón y en la conciencia de cada lobo de la manada.Caminaba sola por el borde del bosque, donde los árboles altos y robustos se alzaban como guardianes vigilantes, sus ramas formando un dosel protector sobre mi cabeza. Cada paso que daba estaba acompañado por el susurro de las hojas bajo mis pies, y el frío viento nocturno que acariciaba mi rostro era un recordatorio de la frialdad que se había instalado en mi alma desde que regresé a este lugar que una vez llamé hogar.Silver Creek siempre había sido un refugio, un lugar donde había encontrado una familia, amor y propósito. Pero ahora, todo lo que había conocido estaba en peligro, y la amenaza no era s
Narrado por AidenLa luna que había brillado tan intensamente hace un momento ahora parecía débil, como si la luz misma hubiera sido drenada del cielo. El silencio que siguió fue ensordecedor, una quietud tan profunda que parecía imposible que, hasta hace unos instantes, el aire hubiera estado lleno de energía y desesperación. Anya se había ido. El círculo de luz que la había rodeado se había desvanecido, y todo lo que quedaba era la fría tierra bajo mis pies. Me quedé inmóvil, mirando el lugar donde ella había estado, esperando en vano que fuera una ilusión, que en cualquier momento regresara, que su sacrificio no hubiera sido real. Pero la realidad era ineludible. La fuerza mágica que había sentido en el aire había desaparecido, llevándose con ella la vida de la mujer que amaba más que a nada en este m
Narrado por AidenLa noche me envuelve como un manto frío y opresivo. El viento silba entre los árboles de Silver Creek, y cada paso que doy sobre el suelo húmedo parece más pesado que el anterior. Mis pensamientos no me dan tregua; cada recuerdo de aquella maldita discusión con Anya sigue repitiéndose en mi mente, una y otra vez, como un eco maldito. La oscuridad del bosque refleja el abismo en el que he caído desde que se fue.«¿Cómo permití que ocurriera?»La pregunta se agarra a mí como una garra. Me destroza el alma. Todo comenzó como un desacuerdo trivial, algo que podría haber manejado mejor. Pero mis palabras, tan cargadas de rabia y frustración, la hicieron huir. Ella, mi Luna. La mujer que debería haber protegido por encima de todo, la herí tan profundamente que ya no pude alcanzarla cuando salió por esa puerta.Recuerdo cada palabra que le grité.— ¡No puedes entender lo que significa estar al frente de la manada! ¡Todo recae sobre mí!Las palabras se sintieron justas en es
El aire aquí es diferente, más puro, más ligero. Casi como si con cada respiración pudiera purgar el peso que he estado cargando desde que me fui. Pero no es tan simple. No lo es, porque a pesar de lo idílico que es este lugar, a pesar de la serenidad que parece envolverlo todo, las sombras de mi pasado siguen persiguiéndome, siguen enredadas en mi piel como una segunda capa imposible de arrancar.Estoy en una pequeña aldea, alejada de todo lo que alguna vez conocí. Es un refugio, un intento desesperado de encontrar la paz que tanto anhelo. Un intento de escapar de él... de Aiden.Los aldeanos aquí no saben nada de lo que soy. Para ellos, solo soy una extraña que apareció una mañana fría y silenciosa, buscando asilo. Les dije que me llamaba Anya, pero omití el título que me define más de lo que quiero admitir: Luna. Ellos no entenderían. En este lugar, no hay manadas, ni Alfas, ni Lunas. Solo hay gente común, que vive una vida simple, sin las complejidades y las guerras que dominan el
Narrado por AidenEl aire de la mañana está cargado de tensión. Se siente en cada rincón del territorio de Silver Creek. El cielo gris, el viento que susurra entre los árboles, todo parece augurar una tormenta. No solo en el clima, sino también en lo que se avecina. Lo puedo sentir en mis huesos.Me paro frente a la ventana de mi cabaña, observando el paisaje mientras mi mente está lejos de aquí. Siempre lo está. Siempre está con ella.Anya.La culpa ha sido mi única compañera desde el día que desapareció. Cada minuto que pasa, cada segundo que respiro sin ella a mi lado es como un recordatorio punzante de mi fracaso. Mis palabras la alejaron, y mi orgullo me impidió detenerla antes de que fuera demasiado tarde. Ahora, mi manada está fragmentada, y yo no soy el Alfa que debería ser. No sin ella.Pero el lujo de lamentarme ha llegado a su fin.—Aiden —la voz de Marcus, mi beta, rompe el silencio, trayéndome de vuelta a la realidad. No hace falta que diga más. Su expresión lo dice todo.
Narrado por AnyaLas noches en la aldea son distintas. Hay algo en la quietud que parece intentar apaciguar el caos dentro de mí, pero no lo logra. Nunca lo hace. La serenidad del lugar, el aire limpio y el silencio, no pueden acallar las voces que llevo dentro. La aldea es mi refugio, sí, pero también es mi cárcel. Un lugar donde vine a esconderme del dolor, y sin embargo, sigo atrapada en él.Es extraño cómo el destino juega sus cartas. Hace solo unos meses, la vida que conocía desapareció. Todo lo que pensé que tenía bajo control, todo lo que creía saber sobre mí misma, se desmoronó en un instante. Unas palabras. Solo eso bastó para romperme.Aiden.No puedo decir que lo he olvidado, aunque lo he intentado. Lo intenté durante semanas, durante noches interminables en las que cerraba los ojos y rogaba por no soñar con él. Pero el vínculo que compartimos no es algo que simplemente se pueda borrar. La conexión entre un Alfa y su Luna es poderosa, casi insoportable. Se siente en la piel
Narrado por AidenEl aire en el campamento es pesado, saturado de la tensión que no necesita palabras para hacerse evidente. Mis guerreros se mueven en silencio, pero el eco de la incertidumbre retumba en sus pasos. Puedo sentirlo en la forma en que evitan mi mirada, en cómo sus hombros caen ligeramente cuando creen que no los observo. La manada está tambaleando, y sé que gran parte de eso es culpa mía.No soy el Alfa que solía ser. No puedo serlo. No sin ella.Me paro frente a la ventana de mi cabaña, observando el horizonte. La tierra que he protegido durante años parece más ajena ahora, como si cada roca y árbol me recordara la ausencia de Anya. Mis manos, que alguna vez fueron capaces de desmembrar a cualquier enemigo que se atreviera a amenazar nuestro territorio, ahora se sienten vacías. El vínculo entre un Alfa y su Luna no es algo que cualquiera pueda entender. Es una conexión que fortalece no solo a la pareja, sino a toda la manada. Y sin ella, no estoy completo.Mi mente reg