Narrado por AidenEl amanecer rompía el cielo con un gris melancólico, como si el mundo compartiera la carga que llevaba en mi pecho. Afuera, Silver Creek permanecía en un silencio tenso, marcado por las cicatrices de la última batalla. La aldea, que siempre había sido un refugio, ahora se sentía como un recordatorio constante de lo que había perdido y lo que aún podía perder.Me apoyé en el marco de la ventana, observando cómo las primeras luces del día iluminaban el bosque. A lo lejos, el ulular de los lobos resonaba débilmente, como un eco de todo lo que habíamos pasado. Pero mi mente no estaba en ellos, ni siquiera en la amenaza que aún pendía sobre nosotros como una guillotina. Estaba en ella. En Anya.Habían pasado tres días desde que despertó, y aunque su cuerpo mostraba señales de recuperación, su espíritu aún parecía atrapado en una niebla impenetrable. La decisión que había tomado para salvarnos a todos había dejado algo más profundo que heridas físicas. Había dejado un vacío
Narrado por AidenEl amanecer comenzó a teñir el cielo de tonos dorados y escarlata cuando dejé la habitación de Anya. Por primera vez en semanas, sentí una pequeña chispa de alivio en mi pecho, una tregua entre las sombras que nos envolvían. Ella había aceptado intentarlo, aunque la duda aún colgaba entre nosotros como una espada. Pero la promesa estaba ahí, frágil y real.No podía perder tiempo. La manada me necesitaba. Marcus ya había preparado la reunión que había solicitado, y al entrar en el salón principal de la cabaña comunal, me encontré con todos los guerreros reunidos. Hombres y mujeres de Silver Creek, heridos y exhaustos, pero con la mirada firme y lista para pelear. Ethan había empujado a nuestra manada al borde del abismo, pero no nos había quebrado.Marcus fue el primero en hablar cuando me acerqué a la mesa central, donde un mapa de nuestros territorios estaba desplegado.—Los exploradores confirmaron la presencia de Ethan y sus fuerzas al sur del río. Están acampando
Narrado por AidenEl viento ululaba entre los árboles cuando el grupo de guerreros se reunió en el límite sur del territorio de Silver Creek. La noche era una mezcla inquietante de calma y tensión, con la luna llena arrojando sombras alargadas sobre la tierra. Las ramas crujían bajo nuestros pies mientras avanzábamos, cada sonido amplificado por la expectación del enfrentamiento que se acercaba.Anya caminaba a mi lado. Aunque su expresión era serena, su energía era palpable, como si el aire a su alrededor estuviera cargado de electricidad. Sentí una mezcla de orgullo y preocupación al verla equipada para la batalla, su determinación tan evidente como el brillo plateado en sus ojos. Era hermosa y peligrosa, un recordatorio constante de lo que estaba en juego.Marcus llegó junto a nosotros, su rostro serio mientras señalaba hacia adelante.—Hemos detectado movimientos cerca de las ruinas de Red Hollow —informó en voz baja—. Parece que Derek está preparándose para algo grande. Sus fuerz
Narrado por AnyaEl amanecer sobre Silver Creek, lejos de ser un bálsamo, era un recordatorio de lo que habíamos perdido y lo que aún estaba por venir. El aire estaba cargado de un olor que me hacía fruncir el ceño: una mezcla metálica de sangre y un aroma inconfundible de magia oscura que parecía impregnarlo todo. Aiden y yo permanecíamos en silencio, observando los restos del campo de batalla, nuestras mentes demasiado ocupadas con los fantasmas de lo que había ocurrido.Caminé entre los árboles, mis pasos suaves, pero mi mente pesada. Sentía el peso de la batalla anterior y de lo que seguía. Derek había escapado, y aunque las bajas habían sido mínimas en comparación con lo que podría haber sucedido, cada vida perdida era una herida abierta en la manada.Aiden estaba a unos metros de mí, con Marcus y Caleb, discutiendo estrategias para reforzar las defensas del territorio. Lo observé, sus hombros tensos y su mandíbula apretada, y me pregunté si alguna vez lo h
Narrado por AidenEl aire en Silver Creek estaba cargado de una tensión que no podía ignorar. No era solo el olor persistente de magia oscura, como un zumbido bajo la piel; era algo más. Algo que anunciaba que la calma, si alguna vez la hubo, estaba a punto de romperse.Me encontraba en la cabaña central de la manada, un mapa desplegado sobre la mesa mientras Marcus, Caleb y otros miembros clave discutían estrategias para los días venideros. Las marcas rojas que indicaban los lugares de los últimos ataques de Derek y la bruja parecían pequeñas heridas en el papel, pero en mi mente, eran recordatorios de nuestras pérdidas.—No podemos seguir jugando a la defensiva, Aiden —dijo Marcus, su voz firme, pero sin rastro de desafío. Era mi beta, pero también mi amigo más cercano, y su lealtad siempre venía acompañada de verdades incómodas.—Lo sé —respondí, pasando una mano por mi cabello, agotado—. Pero si hacemos un movimiento apresurado, estamos abriendo la puerta para que nos destruyan. N
Narrado por AnyaEl bosque se sentía más oscuro de lo habitual, como si la magia misma hubiera drenado la luz de la luna. Cada paso que daba me recordaba lo que estaba en juego, no solo para mí, sino para toda la manada. El aire estaba cargado de esa sensación eléctrica que solo aparece antes de una tormenta, un zumbido bajo mi piel que reconocí de inmediato: magia oscura."Esto es una trampa", pensé, pero no podía dar marcha atrás. Había insistido en venir, y ahora debía enfrentar las consecuencias de mi decisión.Marcus caminaba unos pasos detrás de mí, su presencia silenciosa y alerta. Aunque había protestado por mi decisión de liderar esta misión, finalmente había aceptado acompañarme. No porque confiara en mi juicio, sino porque confiaba en Aiden, y Aiden había decidido que Marcus no debía dejarme sola.&m
Narrado por AidenEl aire aún olía a magia oscura y cenizas cuando el silencio se asentó sobre el claro. Derek y la bruja habían desaparecido entre las sombras, dejando tras de sí un rastro de destrucción. Los miembros de la manada, cansados y heridos, se reunían lentamente, sus ojos reflejando tanto alivio como preocupación. Pero mis ojos solo buscaban una cosa.—¿Dónde está Anya? —rugí, mi voz cortando el aire como un látigo.Marcus, con un corte sangrando en su ceja, me señaló un punto cerca del centro del claro. Corrí hacia ella, mi corazón latiendo como un tambor desbocado. Estaba sentada en el suelo, apoyada contra un árbol, jadeando mientras sostenía su costado, donde una marca negra se extendía como una telaraña venenosa.—¡Anya! —me arrodillé junto a ella, intentand
Narrado por AnyaEl viento helado cortaba mi piel mientras nos adentrábamos en el bosque que marcaba los límites de Silver Creek. Las ramas desnudas crujían bajo nuestros pies, y el olor a magia antigua impregnaba el aire. Aiden caminaba a mi lado, su mirada fija hacia adelante, su mandíbula tensa. Había aprendido a interpretar esos gestos: estaba frustrado, no por mí, sino por la incertidumbre que nos envolvía.Sabíamos que Derek y la bruja no darían tregua. Su ataque no había sido un intento de destruirnos, sino una advertencia, un recordatorio de que estaban siempre un paso por delante. Por eso estábamos aquí, arriesgándolo todo en busca de una alianza que podía salvarnos o destruirnos.—¿Estás segura de esto? —preguntó Aiden, rompiendo el silencio mientras ajustaba la correa de su espada.Lo miré de reojo. Incluso bajo la luz tenue del amanecer, su presencia era imponente.—No —respondí sinceramente—. Pero no tenemos otra opción.Un gruñido bajo escapó de su garganta, pero no dijo