No tengo palabras para expresar mi gratitud, lo bonito que siento al haber concluido esta historia y de haberla compartido con ustedes. Les agredezco el enorme apoyo y la paciencia que siempre me tuvieron, así como todas sus muestras de cariño hacia mis personajes. Esta no es una despedida, aún falta el epílogo donde veremos un poco de la vida de nuestros lobos caprichosos y sus cachorros traviesos. Espero de todo corazón que hayan disfrutado de este capítulo, así como de toda la historia. Nos leemos en unos días. Les mando un fuerte abrazo!!
La otra cara de la LunaPrefacioLas hojas del bosque crujían bajo sus patas; el sabor metálico de la sangre inundaba sus sentidos mientras caminaba desorientado por aquel territorio desconocido para él, si bien no era la primera vez que se alejaba de su manada, jamás había llegado tan lejos. No sabía cuál era el motivo, pero se sentía verdaderamente atraído hacia ese territorio de lobos, lo sabía por el olor que llenaba el ambiente.Sus patas lo llevaron automáticamente por la vereda que se adentraba hacia la manada que, por alguna razón, le parecía bastante familiar. Una especie de recuerdo le asaltó la mente, haciéndolo retroceder con horror: una familia a la mesa, gritos, un sentimiento de odio proveniente de él, una mujer…Su mujer…Esa maldita pesadilla que se había repetido en su mente por los últimos años, no sabía cuántos, ya había perdido la cuenta, y no era que le importara en realidad… últimamente ya nada lo hacía.Si pudiera terminar con su existencia, hace mucho tiempo l
Isaac HoltonLos hombres caen como moscas a mi alrededor, el sonido de las balas rompiendo el aire zumba en mis oídos, pero, aún con todo el caos que me envuelve, lo único en lo que mi mente puede pensar ahora, es en esos penetrantes ojos azules que me desafían con cada pestañeo.Me importa una mierda esta absurda guerra, tanto, que ni siquiera recuerdo el verdadero motivo de estar aquí; sin embargo, ella me lo pidió. Se atrevió a dejar su orgullo de lado y suplicar por mi ayuda, así que, supongo que es importante.Una bala muerde mi hombro haciéndome gruñir, y debo introducir mis dedos para sacarla antes de que se entierre y me impida continuar. Nada me impedirá regresar hoy mismo a su lado, y hacer cumplir la promesa que ha quedado pendiente entre ambos, una que cambiará nuestra vida para siempre, aunque, no de la manera en que ella piensa.«Voy a disfrutar tanto hacerla sufrir, voy a saborear cada segundo de su presencia en mi casa» esa simple idea me hace burbujear la sangre y me
VictoriaMi habitación se ha vuelto mi refugio desde que ese lobo engreído llegó a casa y su presencia llenó el ambiente de negatividad. Ni siquiera quise preguntar por la cena, y no es que tuviera hambre, pero me intriga pensar cómo se ha desenvuelto en un territorio que no es el suyo, solo por curiosidad. Sé bien cómo es en sus terrenos, y de solo pensar que debo regresar a su casa…«Nuestra casa» parece que lo escucho corregirme y mis ojos ruedan por inercia; me molesta reconocer la influencia que tiene sobre mí, aún cuando no se encuentra en mi presencia, y doy la vuelta sobre mi cama tratando de conciliar el sueño que simplemente no quiere aparecer.Me doy por vencida después de rodar y rodar por lo largo de una hora, y decido salir de la habitación en busca de un poco de agua. Camino a hurtadillas sin saber por qué, y cuando llego a la habitación que se encuentra junto a la mía, un grito me sorprende y debo llevar las manos a mi pecho tratando de controlar los latidos acelerados
ISAAC Si alguien me hubiera dicho que después de los años que he odiado a esta gente, un día me sentaría a su mesa, dormiría bajo su techo y comería su comida, sin duda me habría reído en su cara. Sin embargo, lo he hecho y, a pesar de que pensé que sería satisfactorio incomodarlos, que disfrutaría el hecho de verlos sufrir ante el recuerdo que mi presencia en la mesa desata; no pude estar más equivocado, pues, no solo ha sido difícil para ellos, sino que también lo ha sido para mí, cosa que no me divierte en lo absoluto. La mirada de odio que me brinda la rubia a mi lado es una cosa, sin duda puedo lidiar con ella, pero, confieso que no me esperaba la amabilidad de su madre. De pronto los recuerdos invaden mi mente y es como revivir una y otra vez la misma pesadilla que se ha reproducido en mi cabeza durante la última década. La comida me asquea y aun así me obligo a comer cuanto puedo, me duelen las articulaciones y un dolor punzante atraviesa mis sienes como un puto pájaro carpin
VickySalgo de la oficina con el corazón latiendo con fuerza dentro de mi pecho. No puedo creer lo que acaba de pasar ahí dentro; hemos estado bastante cerca otras veces, nos hemos besado incluso, pero, nunca me había sentido tan acalorada en su presencia como hoy. Puede ser el coraje, la impresión de saber que nos casaremos tan pronto, o quizás sea el hecho de haber tenido su enorme miembro en mi mano lo que me provocó tal bochorno, no estoy segura.Por otro lado, ¿qué fue eso?, no es que deseara una unión romántica entre nosotros, ¡cielos!, si fuera mi decisión, tomaría a mi madre y nos marcharíamos de este lugar cuanto antes, pero ¿una boda entre humanos?, eso sí que es nuevo para mí.¿Cómo se supone que debemos actuar?, jamás he estado presente en una celebración así. Estoy segura de que lo hace solo por joderme y no le voy a dar el gusto de verme asustada por esto. Pensándolo bien, he esquivado una enorme bala; he estado tan preocupada por compartir todo lo que soy con un hombre
VickyMaldita naturaleza que me ata a él, maldito instinto que me hace debatirme entre dejar que Holton se desangre, o bajar y tratar de ayudarle. Asomo mi cabeza por un costado de la columna y lo veo llegar hasta la regadera junto a la piscina, deja de ser un lobo frente a mis ojos y su cuerpo desnudo me hace pasar saliva.Odio la manera en que mi respiración se corta y mi corazón se agita. Doy un paso al frente sin ser apenas consciente de mi movimiento y es mi loba la que me advierte que me detenga; su gruñido me frena en seco y debo sacudir mi cabeza para enfocarme de nuevo en el aquí y el ahora.Holton se coloca de espaldas a mí y, aunque hay buena iluminación en el jardín, la distancia no me permite detallar sus facciones con precisión. El agua diluye la sangre de su cuerpo y el piso se tiñe de rojo, mientras que él sigue tallando sus hombros, pecho, su abdomen, su…—¿Vas a seguir mirándome como una acosadora? —Su ronca voz me sorprende y por inercia doy un pequeño salto que me
VickyLa semana se escurrió tan rápido como la arena entre mis dedos, y hoy por fin es el gran día. El día en que uniré mi existencia a la del hombre que odio y me odia por igual. No lo he visto mucho últimamente; sale temprano, llega tarde y nunca comparte la mesa conmigo. Algunas noches lo he visto salir hacia la montaña en su forma lobuna, me he cansado de esperar a que regrese, pero en más de una ocasión lo he escuchado gritar en la madrugada. No niego que me he sentido tentada a ir en su ayuda, pero, después de la última vez, he preferido no hacerlo.Me siento tan cansada ahora mismo, que en lo único en lo que pienso es en que todo esto termine ya. Fue una larga semana entre la prueba del vestido, elegir el salón, las flores, la comida…Jamás pensé decir esto, pero, estoy harta de las compras. Mi cuerpo sin duda necesita un descanso.—Hermosa —pronuncia mi madre llena de sentimiento, mientras la estilista termina de peinar mi cabello—. Sencillamente hermosa.—Estoy de acuerdo —co
IsaacObservo mi reflejo a través del espejo y me siento ridículo. El moño en mi cuello me asfixia casi tanto como la idea de compartir mi vida con esa mujer, y si no fuera por la inquietud que ha demostrado la manada ante su presencia, dejaría las cosas como están sin necesidad de armar todo este circo; pero quieren a su luna, necesitan un ejemplo de estabilidad y compromiso que no puedo darles por mi propia cuenta. Tengo que demostrarles que no volveré a desaparecer, o comenzará la incertidumbre y con ella las traiciones.Salgo de la recámara, escuchando el alboroto tras la puerta frente a mí, observo la pequeña caja que alberga el anillo de compromiso que nunca le di, y pienso en entrar y dárselo ahora, pero es mi tía quien me detiene.—¿Qué haces?, no puedes entrar ahí, es de mala suerte ver a la novia antes de la boda —me explica con horror, como si algo malo pudiera sucedernos si me atrevo a verla solo minutos antes de la ceremonia.—Tonterías —digo. Tomo el pomo de la puerta de