Capítulo 31. Miseria

Isaac

—¡Victoria, despierta! —exijo aterrorizado mientras sacudo su cuerpo inerte entre mis brazos. Mi lobo rasga el interior de mi cuerpo suplicando por salir y socorrer a su compañera, pero lo obligo a calmarse, sabiendo que en este caso no hay nada que él pueda hacer.

Mis nervios se crespan y el maldito corazón parece que se me va a reventar en el pecho por el desespero. Hago una pinza con mis dedos en su nariz y abro su boca para soplar en su interior en un intento por llevar aire a sus pulmones.

—¡Hija! —grita su madre a mis espaldas al darse cuenta de lo que pasa.

Victoria comienza a toser y expulsar el agua que ingirió, provocando que me vuelva el alma al cuerpo al verla respirar de nuevo. Retiro los cabellos que se habían pegado a su rostro y hago un esfuerzo enorme por no soltarme a llorar como un niño al escuchar de nuevo el latir de su corazón.

—¿Isaac…?, ¿qué pasó? —pregunta aferrándose a mi cuerpo, sollozando horrorizada.

—Ya pasó —digo para no presionarla con preguntas
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP