SAVANNAH
Mi respiración se atasca y mi mente se confunde al sentir todo lo que me embarca en sentimientos contradictorios y nuevos para mí. Para mi suerte su mirada me libera y camina hacia al rincón, el sr Lucio es quien lo atiende. Se sienta en la silla de la equina y de allí saa su teléfono y no ve otra cosas por n rato, toma su café, come su desayuno y sale de allí solo asintiendo al señor lucio y la señora catalina. A mi ni me depara. Para el almuerzo me sirven un plato de asado negro en lo que la clientela merma, me sorprende ver la cantidad de personas qur llegan al lugar, la mayoría empleados de las grandes empresas que hay alrededor. Mi felicidad es plena al terminar oficialmente mi primer día de trabajo, llegó a casa con un agotamiento físico lleno de suficiencia por lo bien en que lo hice. Cuento todo a mi hermana quien solo sonríe a escuchar parlotear. Los siguientes días pasan de la misma forma, establezco un rutina confortable para mí, salgo temprano, llegó de noche y por fin, recibo mi primer pago, invito a mi hermana a un lugar de comida rápida bastante famoso y cómodo para mis bolsillos quien tiene muchas cosas pendientes. Insisto en ir a una tienda de segunda mano para que el dinero no se me acabe tan rápido, compro pantalones, franelas, suéteres, chaquetas, botines, zapatos deportivos, gorros, todo económico, para poder además ayudar en el primer me a de renta. Guardo un poco para cumplir mi mayor meta. Estudiar. —Mama quiere hablar contigo. Respiro profundamente y niego. —Savannah, no debes ser rencorosa, mi mamá hizo todo lo que pudo por nosotras. —Todo, todo menos defenderme de su marido. —Solo te disciplinaba para que hicieras las cosas bien. —A ti porque te conoció después de grande, si te hubiera hecho la mitad de lo que me hizo a mi, no dijeras los mismo. —Arregla las cosas con mamá, igualmente ya estamos a Miles de kilómetros, y no sabemos si algún día volveremos a verla. Eso me llega y asiento, pero mi mente evoca todos los últimos malos recuerdos que tengo de ella, en dónde dejaba que su marido me golpeara por no atenderlo, como si eso alguna vez hubiera Sido mi deber, por eso escape apenas cumplí la mayoría de edad, conseguí dinero y escape como lo hacía mucha gente para llegar hasta aquí. Mis lágrimas bañan mi cara, todo lo que aguante sus golpes, sus maltratos y humillaciones, y luego mi travesía para llegar a estar con mi hermana. Todo para librarme de ellos. No la llamo. Aún no estoy lista para hacerlo, porque ella permitió cosas que jamás debió. Arreglo mi ropa nueva y mi ánimo sube, me coloco algunas cosas solo para ver cómo quedan juntas. Ya recupere parte de todo el peso que había perdido, aunque sigo estando bastante delgada, mi ropa interior luce espectacular en mi, porque hasta loas viejo de hermana me tocó usar. Mi cabello está mucho más largo, está reviviendo, el negro azabache deslumbra, me gusta al natural, las suaves ondas la de más vida, mis pomulos tienws color de nuevo, ya que mi piel había tomado un color olivaceo nada agradable, ahora luce trigueña como siempre lo ha sido, mi ojos color café brillan como tenían años que no lo hacían. Una verdadera latina, con curvas en los lugares correctos y ahora relucen más con la ropa en la talla adecuada. En el trabajo ese día es más suave a primera hora, pero llega el hombre de ojos como el hielo. No venía desde aquella vez, hoy luce traje negro que puedo jurar está hecho a la medida, es alto, aunque cualquiera lo es con mi 1.65 Se sienta tal cual en el lugar de la vez pasada, hoy el sr Lucio no está ya que se encuentra comprando la materia prima y veo a la señora Catalina para ver qué hacer. Ella asiente hacia a mi ya que está ocupada con la cafetera. Respiro profundamente, y camino hacia su mesa. —Buenos días, ¿que le puedo ofrecer? Frunce el entrecejo y me ve de arriba hasta abajo volviendo a mis ojos. — ¿Y tú quién eres? Trago al ver más de cerca su facciones, es tremenda atractivo, de es tipo de seres que se prestan para pinturas y hacen historia a ser tan hermosos. Sus cejas son gruesas y bien formadas, al ser tan negra como sus pestañas, hacen que sus ojos grises se vean fuera de este mundo, su labios no son tan delgados ni tan gruesos, pero si quisiera aje mi primer beso fuera con unos labios así, con un hombre así. Trago y muevo mi cabeza para despabilarme. —Mi nombre es Savannah, señor y hoy seré quien lo atienda. Me sorprendo de que voz se escuche fuerte y claro, espero su respuesta, me da otra mirada y… —Ya Cata sabe lo que me gusta, así que será lo de siempre. —Si señor. Camino hasta la barra con un pequeño de temblor en el cuerpo que no entiendo. —El señor dice que lo mismo de siempre. —Me lo imaginé, ya lo sirvo. Llevo su café y su croissant. No hay más nadie, así que aprovecho de limpiar y organizar las sillas que los clientes han dejado desacomodadas, siempre echando un vistazo al lugar en dónde se encuentra. Se levanta y sale del lugar, no se despide, no dice un “gracias”, nada, solo sale y desaparece. No vuelve en los siguientes días, no voy a decir que no entiendo mi atracción, lógicamente me atrae ese hombre ,oh por Dios, si! Me atrae, sonrió sola como idiota mientras Camino a casa, pero y es que, a quien no le ha de gustar un tipo así, alto, atractivo, con un perfume que le alborota las hormonas a chicas pendejas como yo. Pff! Resoplo, obviamente que no se va a fijar en mi, debe llevarme unos diez años y por como viste se ve que le sobra el dinero. —Hasta que llegas, necesitas un teléfono urgente. La cara de preocupación de mi hermana hace que yo sienta lo mismo de inmediato. —Mama y Rogelio se vinieron, ahorita mismo vienen por la selva. Siento un vacío infinito en mi estómago y cierro mis ojos. —¿Por qué hicieron eso? Mamá no está en edad para pasar por ahí. —Acabo de depositarle dinero porque se vinieron si nada. Niego con la cabeza, me preocupa mi madre y lo que pueda pasar, pero mas me preocupa que llegue aquí con el mal nacido que la acompaña. —¿A dónde piensan llegar? — Sandra me conoce y sabe bien que le tengo pánico a Rogelio. —Aquí, pero no debes preocuparte que estoy yo y aquí si hace algo fuera de lugar se va a hundir en la cárcel. —Ojala se lo lleve el río y llegué solo mamá. —¡SAVANNAH! —Lo odio, desde hace meses que no lo veo y apenas estoy superando todo el daño que me hizo, como para que llegue aquí muy campante, no pienso recibirlo, buscaré a dónde irme porque no lo quiero ver. Camino a recoger mis cosas. —Cálmate, cálmate apenas vienen por Colombia, ni siquiera han entrado en la selva del Darién, vienen sin coyote, así que aún faltan días… Pienso en mi madre y la conciencia me pesa, pero es que no puedo superarlo, no es fácil que alguien te haga daño y tu madre, la persona que se supone debe ayudarte y defenderte se haga de la vista gorda y permita todo el maltrato.SAVANNAH La preocupación se ve reflejada en mi rostro los siguientes días, lo ahorrado lo tuve que mandar a mi madre ya que vienen solo contando con nosotras, ni si quiera dejaron que me estableciera para comenzar a joder.-Savannah, ¿estás bien? Últimamente te veo muy cansada.Procedo a descargarme con la señora Catalina, y lloro descargando todo lo que siento, porque no puedo evitarlo, siento muchísima rabia, me abraza y me escucha como haría una verdadera madre.La hora de aperturar llega y me limpio las lágrimas respiro profundo y muestro mi mejor sonrisa para los clientes que comienzan a llegar.El perfume es lo primero que me llega y juro por Dios que mis sentidos se ponen alerta, pero disimulo en no buscarlo de inmediato, sin embargo la cara de las caras de las chicas me indica que en definitiva es el.Se siente en el mismo lugar y en vista de que el sr Lucio no sale para atenderlo, voy yo con el asentimiento de la señora Catalina.-Buenos días, dígame en que le puedo servir.
BurkaColoco los codos en el escritorio y las manos en mi cabeza, el cansancio me pesa, no físico, es agotamiento mental. Suspiro mirando a la ventana cuando ese par de ojos café vuelven a mi mente, es preciosa y no tiene ni la mas remota idea de eso. Pero me he propuesto a solo verla, no es un pecado para una persona como yo el solo ver, porque si la tomo, se que no la voy a soltar y no estoy en condiciones en apoderarme de alguien cuando ya tengo a alguien a mi lado. Es lo que piensa mi lado racional. El irracional me recuerda que mi matrimonio con Liébana a sido por conveniencia y tengo derecho de disfrutar de alguien que si me guste. En su momento Liébana me gustó, pero su actitud caprichosa me agotó rápidamente el gusto y ahora solo me estorba. —Sr Burka, ha llegado su pedido del café Mamá Bella.—Por favor dile que pase adelante. Un sonrisa se dibuja en mi rostro, Savannah pasa a mi oficina con su mirada de confusión, aún así sonríe al verme. —Buenas tardes. Aquí tiene s
SAVANNAH —Necesitamos ropa urgente, y cosas, el último iPhone, necesito uno de esos.Veo a mi madre, llegaron ayer y creen que cagamos dinero aquí. —Mama, ni Savannah., ni yo, tenemos un teléfono de alta gama como ese.—Pero ya tienen aquí meses, soy su madre, es lo menos que merezco y Rogelio también, ya que el se ha encargado de mi porque ustedes nos estaban. —No te preocupes madre, trabajen y en medio año ya podrás tener uno…—Yo no voy a trabajar, puedo ayudarle en la casa… —¿Qué? No madre, ustedes deben buscar a donde irse, trabajar y mantenerse a si mismos — les digo sin contenerme. —Eres una malagradecida.—y tu una mala madre.—Savannah! — me reprende mi hermana.—De mi no van a tener un céntimo más, ya les mandé todo lo que tenía para que sobrevivieran — miento, ni loca les voy a dar lo que he reunido — Así que mentalicen en que tienen trabajar si van vivir en este país.Rogelio me ve con mala cara, más no dice nada, aquí contamos con solo dos habitaciones, ahora yo dorm
BURKABebo mi sexto trago y me dedico a contemplar un poco más de tiempo los cuerpos danzantes que saltan al ritmo de la música, no soy de beber, tampoco de bailar, pero últimamente es lo que me cansa la suficiente como para caer rendido al tocar la cama. Todo para abstenerme de ir corriendo al café a solo verla, seguirla a su casa tal vez…Mi chófer me espera a la salida y me lleva a casa a la afueras de la ciudad, mientras más lejos mejor.El ver el auto rojo chicle estacionado en la entrada me descompone el cuerpo, ni recordaba su existencia, aún siendo la culpable de mi abstinencia. Me debato entre si devolverme al departamento o quedarme, pero estoy lo suficiente cansado como para solo entrar y dormir. —Amor! — odio su estúpida voz chillona, combinada con su falso amor, es insoportable. —Hablamos mañana, estoy cansado — camino a mi habitación. —Pero si tienes más de tres meses que no me ves! —Déjame en paz, puedes irte con el resto del año si te apetece. Desaparezco por el
Savannah LópezMi corazón retumba en mi caja torácica de manera tan acelerada que siento mi cuerpo vibrar al ritmo alocado que lo maneja. Entretanto mi cerebro me reclama la osadía de haber aceptado en primer lugar ir a un lugar a solas con el, más allá de lo hermoso de su apariencia no se absolutamente nada de el. Mi boca se abre al ver el lugar en el que entramos, no se porque me imaginé que habría una cama en el medio de todo, sin embargo esto parace solo un recibidor, pero no cualquiera recibidor claro está, es uno enorme y elegante, podría jurar que el apartamento en el que vivo con mi hermana es la mitad de este lugar, y me refiero a solo está estancia. —Sientate — mi espalda se yergue al escuchar su orden, trago saliva y asiento, lo veo y su mano me indica la dirección a un juego me muebles azules oscuros . Camino aún indecisa y confundida del porque estoy aquí, pero me siento y espero a lo siguiente que dirá, para mí alivio se sienta en otro mueble alejado de mi, solo que
La revisión para mi suerte es bastante rápida, debido al tiempo que ha pasado desde la paliza que me dieron mi madre y su marido, los moretones ahora solo son un amarillento borroso, aun asi me receta una pomada.—Listo señorita López, no se que ocurrió, pero trate de que no pase nuevo, es usted muy hermosa para que su cuerpo reciba ese tipo de trato. Siento como sube el calor hasta mis mejillas de inmediato.—Bu, bueno, yo no, yo no me lo esperaba, su, supongo que no volverá pasar — suspiro apenada.—¿De dónde conociste a Burka? Y me disculpa mi intromisión, es solo que me causa curiosidad. No respondo de inmediato, la verdad no sé si deba decirle, Pero suspiro y decido contarle —Bueno, trabajo en un restaurante que el visita seguido. Asiente varias veces — ok, entonces eres mesera — sonríe irónico o tal vez burlón, el caso es que me molesta. —¿Es todo? — pregunto para ya librarme de el e irme al departamento a dormir otro rato.—Si, te haré llegar de inmediato la pomada, tengo e
Savannah López Llegó justo a tiempo, Catalina sonríe al verme. —Definitivamente te hacía falta un día para descansar! —Si, muchas gracias, la verdad no fue mi idea, Pero me hacía falta, además no solo fue todo descanso, también me consentí un poco. —Se te nota hija, luces radiante. Sonrío y me pongo hacer mi trabajo, limpiar el área de atención al público, los baños, organizar la barra y los utensilios. Mi ánimo está por las nubes. Ojalá Burka venga a comer algo o que pida para llevar, no se, solo me gustaría agradecerle todo. La mañana pasa rápido y el no aparece, cuando el teléfono suena cerca de la hora de almuerzo, juro que mis bellos se erizan y siento una emoción burbujeando en mi estómago. —Savannah — disimulo la sonrisa antes de voltear a ver al esposo de Cata — por favor ve hacer una entrega para Burka.Asiento y voy por el pedido, el local está lleno, deberían contratar a alguien más para estos casos.Voy al baño antes y me veo bien, hoy me arregle un poco más, suelt
Burka Arslan Estoy al tanto de absolutamente todo lo que Savannah hace en el hotel, me encargo de que solo sean chicas quienes la atiendan y hago que compren lo mejor para ella. Los Abogados de Liébana están pidiendo que las ganancias que he trabajado sean divididas por partes iguales. No pienso darle el gusto. Ofrezco el 10% y no pienso acceder a más.Mi día pasa entre reuniones y demás. Dejo el divorcio en mano de mis abogados, pensar el Liébana me enferma. Savannah tiene el efecto contrario, no sé porque, Pero calo dentro de mi, sin necesidad de un contacto físico, solo con su mirada y sonrisa sincera. Al llegar el día siguiente hago que venga a mi. Me encargo de que mi secretaria se vaya a comer su almuerzo, no quiero interrupciones para cuando la tenga a aquí. Se que estoy jugando con fuego, pero muero maldita mente por quemarme. Su cabello cae como cascada y sus ojos brillan al verme, su sonrisa combina perfectamente con sus mejillas sonrojadas. El olor a comida no opa