SAVANNAH
—Necesitamos ropa urgente, y cosas, el último iPhone, necesito uno de esos. Veo a mi madre, llegaron ayer y creen que cagamos dinero aquí. —Mama, ni Savannah., ni yo, tenemos un teléfono de alta gama como ese. —Pero ya tienen aquí meses, soy su madre, es lo menos que merezco y Rogelio también, ya que el se ha encargado de mi porque ustedes nos estaban. —No te preocupes madre, trabajen y en medio año ya podrás tener uno… —Yo no voy a trabajar, puedo ayudarle en la casa… —¿Qué? No madre, ustedes deben buscar a donde irse, trabajar y mantenerse a si mismos — les digo sin contenerme. —Eres una malagradecida. —y tu una mala madre. —Savannah! — me reprende mi hermana. —De mi no van a tener un céntimo más, ya les mandé todo lo que tenía para que sobrevivieran — miento, ni loca les voy a dar lo que he reunido — Así que mentalicen en que tienen trabajar si van vivir en este país. Rogelio me ve con mala cara, más no dice nada, aquí contamos con solo dos habitaciones, ahora yo dormiré con Sandra y ellos se quedarán con mi comodidad. Me doy un baño y entro a la habitación, no quiero ni verlos. Al otro día soy abordada antes de salir por Rogelio mientras mi madre y Sandra duerme, me toma por el cuello y tapa mi boca. —No se quien m****a te crees ahora, pero sigues siendo la misma m****a inservible, la misma escoria sin nadie quien la apoye Me defiendo dándole una patada es sus partes nobles, logrando que me suelte, lo que aprovecho para gritar, mi hermana es la primera en salir en mi ayida. —Aquí no me vas joder maldito hijo de puta, ya no soy la niña indefensa que tenía terror en Venezuela, aquí te denunció y te hundo en la cárcel — Grito a todo pulmón. Sandra me abraza — o te comportas o te atienes a las consecuencias, no volverás a ponerle una mano a Savannah mas nunca en tu vida. —Ya vas a comenzar con tu drama Savannah, pensé que habías madurado. Sandra y yo vemos como sale viendo todo como si nada y obviamente apoyando a su marido. —Vuelve a tocarme y te denunció — le digo al mal nacido que aún se queja en el suelo, salgo de allí llorando de los nervios, me calmo un poco mientras limpio los baños, Cata no me dice nada luego de que le respondo que estoy bien, que solo es alergia lo que tengo. El sr Burka es el primero en llegar y trato de no verlo al rostro, estando el mío como se que está, mi piel blanca hace que me vea peor de lo que realmente es. Pero cuando me dice que no estoy presentable y que me veo demacrada mis ánimos terminan de caer por el suelo. Lo peor de todo no queda ahí, los días pasan, en casa las cosas empeoran y Burka no vuelve a aparecer por el local, lo que me hace sentir mal, ya que por mi culpa mamá bella perdió uno de sus mejor clientes. Aunque me dice que es normal, que de seguro salió de viaje o algo, que en cualquier momento aparece, pero se que es solo para hacerme sentir bien. Han pasado ya casi quince días que no me alegra la vista. Suspiro y llegó a mi calvario, Sandra fue premiada con un curso de actualización en su área de trabajo y llega muy tarde. Me consigo con lo peor que podría pasarme. —Yo no te crié así, eres una m*****a egoísta, tenías todo este dinero guardado y nosotros con carencias. Es mi madre Tiene todo mi dinero ahorrado en sus manos y Veo rojo. —Es fruto de mi trabajo, dámelo. —Lo siento pero Rogelio y yo lo necesitamos más que tú. —No seas una m*****a! — grito — trabajen y gánense lo suyo, ese dinero es mío! Me lanzó a arrebatarlo de sus miserables manos, pero me toman del cabello haciéndome caer de culo. Pero me levanto con todas mi fuerzas, pero nunca se van a comparar con la de Rogelio que voltea mi rostro partiéndome el labio, lloro de impotencia, de rabia, de ira. Me faltaba poco para la inscripción de un curso que estuve investigando. —Devuélvelo, es mío — digo desde el suelo. —Puedes recuperarlo trabajando, no te cuesta nada ayudarnos. —Pero es que tienen que conseguirlo por sus medios, ese dinero es mío — alcanzo a tomarlo, pero es mi madre la que me golpea esta vez y no me importa, lo tomo en mis manos y aunque mi madre me golpea y Rogelio intenta alcanzarlo, hago lo que ellos jamás esperaron, lo rompo, lo rompo en pedazos. La satisfacción que me da verlos a rostro es indescriptible, me rio al verlos tomar los pedazos del piso. No les daré el placer de gastarse mi trabajo. Del llanto paso a la risa y al escucharme Rogelio se levanta empujadome con fuerza. Todo se vuelve negro, hasta que escucho los gritos de Sandra. —Savannah!! Savannah por favor despierta! Abro mis ojos con dificultad, con un dolor de cabeza terrible. —Debemos llevarte al hospital. —Oh vamos! No le pasó nada, solo fue un desmayo — mi madre es de lo peor y Sandra se sorprende con lo que dice. —Por Dios! Mira lo que le hicieron, tiene sangre en todo el rostro, con su denuncia los subirán al primer avión y los devolverán a Venezuela. Eso hace que mamá pierda color. —Lo sentimos hija, nos dejamos llevar por la rabia, es que eres una egoísta… —Ladrones, los denunciare, llévame a la policía primero — Digo levantándome. —No, no, no…. Perdónanos por favor, no excedimos, pero solo fue un momento de descontrol… —Sandra — mi hermana me ve con pesar y asiente. —No, te juro hija que no volverá a pasar, perdóname, prometo ser una buena madre a partir de ahora. Niego, salgo con Sandra ayudándome, pero mi madre se nos adelanta y cae de rodillas al suelo — Hija, no nos denuncies, te juro que no volverá a pasar, agarraremos nuestras cosas y nos vamos ya. Rogelio sale con las maletas y cuando se van, lejos de mi vista, suelto a llorar desconsolada en los brazos de mi hermana. —Jamás pensé que serían capaz de algo así. —Te lo dije mil veces y nunca me creíste… —Lo siento tanto hermana, perdóname… Lavo mi rostro, limpio los golpes y me veo terrible… llamo a Catalina y le comento que no podre ir loa siguientes días, pero estos golpes no desaparecerán de un día para otro, así que me maquillo cuando ya se me ha bajado la hinchazón. Catalina llora al verme y el sr Lucio reniega. Aún se me nota los golpes, muchos clientes me ven, mas no dicen nada, lo que me alivia, Cata me dice que Burka no ha ido, y se que es mi culpa, lo se. Mas allá de la una llega un grupo de tres mujeres y saludan a Catalina con todo el cariño, se ve que se conocen desde hace mucho. La más joven me ve con desagrado, Cata al ver mi incomodidad, me envía para la cocina mientras ella atiende a sus amigas. Para mi suerte comen rápido y se van. Terminamos el día con buenas ventas y me dan un poco de dinero extra para las medicinas, ya que me quede sin medio. Cuando voy llegando a casa, un auto derrapa justo en frente de mi, de ahí sale Burka caminando furioso hacia mi, mis ojos no lo creen, a pesar de la ira en su rostro sonrío… hasta que llega justo frente a mi y me toma por las mejillas. —¿Quién m****a se atrevió a hacerte esto?BURKABebo mi sexto trago y me dedico a contemplar un poco más de tiempo los cuerpos danzantes que saltan al ritmo de la música, no soy de beber, tampoco de bailar, pero últimamente es lo que me cansa la suficiente como para caer rendido al tocar la cama. Todo para abstenerme de ir corriendo al café a solo verla, seguirla a su casa tal vez…Mi chófer me espera a la salida y me lleva a casa a la afueras de la ciudad, mientras más lejos mejor.El ver el auto rojo chicle estacionado en la entrada me descompone el cuerpo, ni recordaba su existencia, aún siendo la culpable de mi abstinencia. Me debato entre si devolverme al departamento o quedarme, pero estoy lo suficiente cansado como para solo entrar y dormir. —Amor! — odio su estúpida voz chillona, combinada con su falso amor, es insoportable. —Hablamos mañana, estoy cansado — camino a mi habitación. —Pero si tienes más de tres meses que no me ves! —Déjame en paz, puedes irte con el resto del año si te apetece. Desaparezco por el
Savannah LópezMi corazón retumba en mi caja torácica de manera tan acelerada que siento mi cuerpo vibrar al ritmo alocado que lo maneja. Entretanto mi cerebro me reclama la osadía de haber aceptado en primer lugar ir a un lugar a solas con el, más allá de lo hermoso de su apariencia no se absolutamente nada de el. Mi boca se abre al ver el lugar en el que entramos, no se porque me imaginé que habría una cama en el medio de todo, sin embargo esto parace solo un recibidor, pero no cualquiera recibidor claro está, es uno enorme y elegante, podría jurar que el apartamento en el que vivo con mi hermana es la mitad de este lugar, y me refiero a solo está estancia. —Sientate — mi espalda se yergue al escuchar su orden, trago saliva y asiento, lo veo y su mano me indica la dirección a un juego me muebles azules oscuros . Camino aún indecisa y confundida del porque estoy aquí, pero me siento y espero a lo siguiente que dirá, para mí alivio se sienta en otro mueble alejado de mi, solo que
La revisión para mi suerte es bastante rápida, debido al tiempo que ha pasado desde la paliza que me dieron mi madre y su marido, los moretones ahora solo son un amarillento borroso, aun asi me receta una pomada.—Listo señorita López, no se que ocurrió, pero trate de que no pase nuevo, es usted muy hermosa para que su cuerpo reciba ese tipo de trato. Siento como sube el calor hasta mis mejillas de inmediato.—Bu, bueno, yo no, yo no me lo esperaba, su, supongo que no volverá pasar — suspiro apenada.—¿De dónde conociste a Burka? Y me disculpa mi intromisión, es solo que me causa curiosidad. No respondo de inmediato, la verdad no sé si deba decirle, Pero suspiro y decido contarle —Bueno, trabajo en un restaurante que el visita seguido. Asiente varias veces — ok, entonces eres mesera — sonríe irónico o tal vez burlón, el caso es que me molesta. —¿Es todo? — pregunto para ya librarme de el e irme al departamento a dormir otro rato.—Si, te haré llegar de inmediato la pomada, tengo e
Savannah López Llegó justo a tiempo, Catalina sonríe al verme. —Definitivamente te hacía falta un día para descansar! —Si, muchas gracias, la verdad no fue mi idea, Pero me hacía falta, además no solo fue todo descanso, también me consentí un poco. —Se te nota hija, luces radiante. Sonrío y me pongo hacer mi trabajo, limpiar el área de atención al público, los baños, organizar la barra y los utensilios. Mi ánimo está por las nubes. Ojalá Burka venga a comer algo o que pida para llevar, no se, solo me gustaría agradecerle todo. La mañana pasa rápido y el no aparece, cuando el teléfono suena cerca de la hora de almuerzo, juro que mis bellos se erizan y siento una emoción burbujeando en mi estómago. —Savannah — disimulo la sonrisa antes de voltear a ver al esposo de Cata — por favor ve hacer una entrega para Burka.Asiento y voy por el pedido, el local está lleno, deberían contratar a alguien más para estos casos.Voy al baño antes y me veo bien, hoy me arregle un poco más, suelt
Burka Arslan Estoy al tanto de absolutamente todo lo que Savannah hace en el hotel, me encargo de que solo sean chicas quienes la atiendan y hago que compren lo mejor para ella. Los Abogados de Liébana están pidiendo que las ganancias que he trabajado sean divididas por partes iguales. No pienso darle el gusto. Ofrezco el 10% y no pienso acceder a más.Mi día pasa entre reuniones y demás. Dejo el divorcio en mano de mis abogados, pensar el Liébana me enferma. Savannah tiene el efecto contrario, no sé porque, Pero calo dentro de mi, sin necesidad de un contacto físico, solo con su mirada y sonrisa sincera. Al llegar el día siguiente hago que venga a mi. Me encargo de que mi secretaria se vaya a comer su almuerzo, no quiero interrupciones para cuando la tenga a aquí. Se que estoy jugando con fuego, pero muero maldita mente por quemarme. Su cabello cae como cascada y sus ojos brillan al verme, su sonrisa combina perfectamente con sus mejillas sonrojadas. El olor a comida no opa
Savannah López Soy una zorra, soy una zorra, acabo de meterme con un hombre casadoLos pensamientos me atormentan mientras camino a toda prisa de vuelta al trabajo. Que vergüenza, debe estar pensando que soy una fácil, porque me regaló un para de noches bonitas en un excelente hotel, cree que estoy a su disposición. Niego una y otra vez. No puedo creer lo que hice, en mi defensa solo diré que no lo sabía, no trae anillo de casado. Claro, si eso te hace sentir mejor…¿Qué voy hacer? Entro a la cafetería y plasmo una sonrisa en mi rostro, el sr Lucio me ve con una mirada extraña, joder, sabe que soy una zorra.—¿Está todo bien Savannah?—Si señor Lucio, es solo que, vine caminando rápido y me sofoque un poco. Obviamente no me cree, pero solo lo ignoro y me pongo hacer mi trabajo, La sra Cata no está a la vista, recojo las mesas, limpio el suelo, organizo la barra, atiendo las personas que entran. Eso me ayuda un poco, me distrae de mis pensamientos y hace que el tiempo pase rápid
Burka Arslan —Señor Arslan, la señorita López a salido corriendo.Tocó con mis pulgares la sientes que me palpitan desde que salió corriendo también de mi oficina. Estúpido abogado de mierda.Me encargue de que mi secretaria no estuviera y llega este imbécil a embarrarla a niveles cósmicos. No lo despedí porque ha sido el abogado de mi familia por años, y porque es uno de los mejores del pais, además de que es quien está llevando el tema de mi divorcio. Suspiro y pido las llaves a mi chófer.No pienso esperar que se forme locas ideas en su cabeza, me estoy divorciando y no pienso dar un paso atrás con Savannah. Al llegar al edificio me quedo en la puerta sin saber que hacer para mi suerte llega caminando, solo que en compañía. Veo a todos lados con el show que arma, si embargo Savannah se encarga de calmarla, Pero no puedo estar aquí, necesito privacidad, si alguien graba y algún medio lo ve, sería un escándalo para mí y la empresa. —Sube— la tomo del brazo con delicadeza, Pero
Burka Arslan Si cuerpo, la suavidad de su piel palida, su cabello sedoso y fuerte, lo suficiente para tomarla con fuerza e inclinar su boca en la medida exacta para tomarla y beber de ella, sus pechos grandes y delicados, perfectos para mis manos. La forma en la que se deja llevar.—Burka? — la voz indeseable de Liébana me despierta tan inesperadamente que me levanto aturdido. —QUE CARAJOS! —Cálmate…—¿Cómo mierdas entraste? —Soy tu esposa…—VICTOR!! — grito al encargado de seguridad — VICTOR! —¿Qué te pasa? No hace falta que hagas un escándalo, me dejó pasar porque me vio preocupada por ti, tenemos días que no nos vemos…—Si, no te he visto porque no me ha dado la gana, porque no quiero verte, necesito que firme los malditos papeles del divorcio, terminemos con esta farsa y me dejes en paz. —Eso no va poder ser.—¿Qué?Voy a caminando al baño y me detengo de manera abrupta, estoy sin ropa y la muy idiota se queda viendo mis partes sin responder. —¿A qué mierda te refieres?—B