Burka Arslan Estoy al tanto de absolutamente todo lo que Savannah hace en el hotel, me encargo de que solo sean chicas quienes la atiendan y hago que compren lo mejor para ella. Los Abogados de Liébana están pidiendo que las ganancias que he trabajado sean divididas por partes iguales. No pienso darle el gusto. Ofrezco el 10% y no pienso acceder a más.Mi día pasa entre reuniones y demás. Dejo el divorcio en mano de mis abogados, pensar el Liébana me enferma. Savannah tiene el efecto contrario, no sé porque, Pero calo dentro de mi, sin necesidad de un contacto físico, solo con su mirada y sonrisa sincera. Al llegar el día siguiente hago que venga a mi. Me encargo de que mi secretaria se vaya a comer su almuerzo, no quiero interrupciones para cuando la tenga a aquí. Se que estoy jugando con fuego, pero muero maldita mente por quemarme. Su cabello cae como cascada y sus ojos brillan al verme, su sonrisa combina perfectamente con sus mejillas sonrojadas. El olor a comida no opa
Savannah López Soy una zorra, soy una zorra, acabo de meterme con un hombre casadoLos pensamientos me atormentan mientras camino a toda prisa de vuelta al trabajo. Que vergüenza, debe estar pensando que soy una fácil, porque me regaló un para de noches bonitas en un excelente hotel, cree que estoy a su disposición. Niego una y otra vez. No puedo creer lo que hice, en mi defensa solo diré que no lo sabía, no trae anillo de casado. Claro, si eso te hace sentir mejor…¿Qué voy hacer? Entro a la cafetería y plasmo una sonrisa en mi rostro, el sr Lucio me ve con una mirada extraña, joder, sabe que soy una zorra.—¿Está todo bien Savannah?—Si señor Lucio, es solo que, vine caminando rápido y me sofoque un poco. Obviamente no me cree, pero solo lo ignoro y me pongo hacer mi trabajo, La sra Cata no está a la vista, recojo las mesas, limpio el suelo, organizo la barra, atiendo las personas que entran. Eso me ayuda un poco, me distrae de mis pensamientos y hace que el tiempo pase rápid
Burka Arslan —Señor Arslan, la señorita López a salido corriendo.Tocó con mis pulgares la sientes que me palpitan desde que salió corriendo también de mi oficina. Estúpido abogado de mierda.Me encargue de que mi secretaria no estuviera y llega este imbécil a embarrarla a niveles cósmicos. No lo despedí porque ha sido el abogado de mi familia por años, y porque es uno de los mejores del pais, además de que es quien está llevando el tema de mi divorcio. Suspiro y pido las llaves a mi chófer.No pienso esperar que se forme locas ideas en su cabeza, me estoy divorciando y no pienso dar un paso atrás con Savannah. Al llegar al edificio me quedo en la puerta sin saber que hacer para mi suerte llega caminando, solo que en compañía. Veo a todos lados con el show que arma, si embargo Savannah se encarga de calmarla, Pero no puedo estar aquí, necesito privacidad, si alguien graba y algún medio lo ve, sería un escándalo para mí y la empresa. —Sube— la tomo del brazo con delicadeza, Pero
Burka Arslan Si cuerpo, la suavidad de su piel palida, su cabello sedoso y fuerte, lo suficiente para tomarla con fuerza e inclinar su boca en la medida exacta para tomarla y beber de ella, sus pechos grandes y delicados, perfectos para mis manos. La forma en la que se deja llevar.—Burka? — la voz indeseable de Liébana me despierta tan inesperadamente que me levanto aturdido. —QUE CARAJOS! —Cálmate…—¿Cómo mierdas entraste? —Soy tu esposa…—VICTOR!! — grito al encargado de seguridad — VICTOR! —¿Qué te pasa? No hace falta que hagas un escándalo, me dejó pasar porque me vio preocupada por ti, tenemos días que no nos vemos…—Si, no te he visto porque no me ha dado la gana, porque no quiero verte, necesito que firme los malditos papeles del divorcio, terminemos con esta farsa y me dejes en paz. —Eso no va poder ser.—¿Qué?Voy a caminando al baño y me detengo de manera abrupta, estoy sin ropa y la muy idiota se queda viendo mis partes sin responder. —¿A qué mierda te refieres?—B
SAVANNAH La lluvia, el barro y los truenos dificultaban mi respiración, los gritos de la persona cayendo, resbalando por el borde hacia el rio crecido que se llevaba todo consigo, hacia que me aferrara a mi vida con toda mi fuerza.El llanto de ver cómo se llevaba la gente sin importar edad, color o nacionalidad…—Savannah! Savannah! Despierta ya, debes aprovechar el día y mientras más temprano salgas, más posibilidades tienes de conseguir trabajo.No lo pienso dos veces, asiento y corro al baño a ducharme, cepillarme y vestirme, busco entre las cosas de mi hermana a ver que puede quedarme y consigo unos jeans y un suéter tejido grueso que me cubre lo suficiente para este frío intenso al que no estoy acostumbrada.Ella me extiende un gorro, unos guantes y una bufanda. —Aquí no podemos andar exquisitas, lo que consigas por hacer es suficiente para empezar. —Lo se hermana… Salgo junto con ella que ya tiene un trabajo en una panadería en dónde es repostera, a diferencia de mi ella e
SAVANNAH Mi respiración se atasca y mi mente se confunde al sentir todo lo que me embarca en sentimientos contradictorios y nuevos para mí.Para mi suerte su mirada me libera y camina hacia al rincón, el sr Lucio es quien lo atiende.Se sienta en la silla de la equina y de allí saa su teléfono y no ve otra cosas por n rato, toma su café, come su desayuno y sale de allí solo asintiendo al señor lucio y la señora catalina. A mi ni me depara.Para el almuerzo me sirven un plato de asado negro en lo que la clientela merma, me sorprende ver la cantidad de personas qur llegan al lugar, la mayoría empleados de las grandes empresas que hay alrededor.Mi felicidad es plena al terminar oficialmente mi primer día de trabajo, llegó a casa con un agotamiento físico lleno de suficiencia por lo bien en que lo hice.Cuento todo a mi hermana quien solo sonríe a escuchar parlotear.Los siguientes días pasan de la misma forma, establezco un rutina confortable para mí, salgo temprano, llegó de noche y p
SAVANNAH La preocupación se ve reflejada en mi rostro los siguientes días, lo ahorrado lo tuve que mandar a mi madre ya que vienen solo contando con nosotras, ni si quiera dejaron que me estableciera para comenzar a joder.-Savannah, ¿estás bien? Últimamente te veo muy cansada.Procedo a descargarme con la señora Catalina, y lloro descargando todo lo que siento, porque no puedo evitarlo, siento muchísima rabia, me abraza y me escucha como haría una verdadera madre.La hora de aperturar llega y me limpio las lágrimas respiro profundo y muestro mi mejor sonrisa para los clientes que comienzan a llegar.El perfume es lo primero que me llega y juro por Dios que mis sentidos se ponen alerta, pero disimulo en no buscarlo de inmediato, sin embargo la cara de las caras de las chicas me indica que en definitiva es el.Se siente en el mismo lugar y en vista de que el sr Lucio no sale para atenderlo, voy yo con el asentimiento de la señora Catalina.-Buenos días, dígame en que le puedo servir.
BurkaColoco los codos en el escritorio y las manos en mi cabeza, el cansancio me pesa, no físico, es agotamiento mental. Suspiro mirando a la ventana cuando ese par de ojos café vuelven a mi mente, es preciosa y no tiene ni la mas remota idea de eso. Pero me he propuesto a solo verla, no es un pecado para una persona como yo el solo ver, porque si la tomo, se que no la voy a soltar y no estoy en condiciones en apoderarme de alguien cuando ya tengo a alguien a mi lado. Es lo que piensa mi lado racional. El irracional me recuerda que mi matrimonio con Liébana a sido por conveniencia y tengo derecho de disfrutar de alguien que si me guste. En su momento Liébana me gustó, pero su actitud caprichosa me agotó rápidamente el gusto y ahora solo me estorba. —Sr Burka, ha llegado su pedido del café Mamá Bella.—Por favor dile que pase adelante. Un sonrisa se dibuja en mi rostro, Savannah pasa a mi oficina con su mirada de confusión, aún así sonríe al verme. —Buenas tardes. Aquí tiene s