BURKA
Bebo mi sexto trago y me dedico a contemplar un poco más de tiempo los cuerpos danzantes que saltan al ritmo de la música, no soy de beber, tampoco de bailar, pero últimamente es lo que me cansa la suficiente como para caer rendido al tocar la cama. Todo para abstenerme de ir corriendo al café a solo verla, seguirla a su casa tal vez… Mi chófer me espera a la salida y me lleva a casa a la afueras de la ciudad, mientras más lejos mejor. El ver el auto rojo chicle estacionado en la entrada me descompone el cuerpo, ni recordaba su existencia, aún siendo la culpable de mi abstinencia. Me debato entre si devolverme al departamento o quedarme, pero estoy lo suficiente cansado como para solo entrar y dormir. —Amor! — odio su estúpida voz chillona, combinada con su falso amor, es insoportable. —Hablamos mañana, estoy cansado — camino a mi habitación. —Pero si tienes más de tres meses que no me ves! —Déjame en paz, puedes irte con el resto del año si te apetece. Desaparezco por el pasillo. Cierro con seguro y me doy una ducha, caigo tal como lo pensé, con la chica de ojos triste en mi mente. Me despierto cuando siento movimiento en mi cama, por alguna razón pienso que es Savannah y sonrío. —Buenos días amor — mis ojos se abren ipso facto, corriéndome a la orilla de la cama de inmediato. —¿Qué haces aquí Liébana? Sabes que tienes prohibido entrar sin mi permiso! —Amor, te he extrañado mucho. Ni le respondo, la dejo hablando sola, para mí surte mi armario tiene conexión con el baño, así que me visto antes de salir a la habitación de nuevo. Me quedo estoico un momento al verla, no por cómo está, desnuda y abierta de piernas, si no porque su insípido cuerpo no causa absolutamente nada en mi, mas alla de la repulsión. Niego y la dejo allí esperando algo que no va tener de mi, no de nuevo. Lo días pasan rápido y mi abstinencia no hace nada más que ponerme peor el humor. Me quedo hasta tarde cada día evitando a Liébana todo lo posible, hasta esa noche que aparece en mi oficina. —Buenas noches! — su voz cantaría me hace rodar los ojos — si Mahoma no va a la montaña, la montaña viene a Mahoma. Así que vine a invitarte a cenar. —Estoy ocupado — Se acerca lo suficiente para que me llegue ese horrible perfume dulzón que me revuelve el estómago. —Ya hice la reservación, no seas así, es un nuevo restaurante italiano espectacular — camina rodeando el escritorio hasta ponerse a mi lado — se cual te gusta pero ellos han bajado mucho la calidad de atención a su clientes. La veo por primera vez desde que llegó, se exactamente que se refiere a mama bella, pero no sé que quiere decir con el resto — ¿De que hablas? Gira su ojos y me ve con expresión de desagrado — fui con tu mamá ayer, a su restaurante favorito y la chica que atiende parecía pandillera! Estaba toda golpeada, su rostro amoratado y hasta una venda tenia la cabeza, me dio mucho asco… Me levanto haciendo que caiga de culo, la dejo allí tirada, y salgo cual alma se lleva el diablo, le quitó las llaves a mi chófer y arranco, ni pienso, no analizó, solo actúo. Mama bella está cerrado, por lo que decido ir a su edificio, no se en que apartamento vive, pero podría tocar puerta por puerta hasta conseguirla, para mí suerte está llegando a su entrada. Mi corazón palpita tan rápido y furioso al verla como dijo Liébana, golpeada y lastimada, ¿quien es capaz de hacerle algo tan atroz a un ángel con Savannah? Sus ojos se iluminan al verme y a pesar de sus heridas sonríe. —¿Quién m****a se atrevió hacerte esto? — la tomo de sus mejillas viendo cada uno de los moretones. Arruga en el entrecejo y muerde sus labios, sus mejillas se tornan rojas y su expresión cambia a una de completa vergüenza. —Estoy bien — susurra incómoda. —¿Cómo vas estar bien? Mira como estás toda golpeada! ¿Fuiste al hospital? Suspira y asiente. —Ya estoy mejor… —¿Y es que estabas peor que esto? — la suelto y aprieto mi nariz conteniendo la ira que me arropa. —Ya han pasado varios días, agradezco su preocupación, pero estoy bien — ve sus zapatos. Decido calmarme y tratar obtener la información que necesito. —Explícame Savannah, dime cómo ocurrió. Se vuelve roja de nuevo y a mía pensamientos llega lo peor que podido pensar y lo que debí pensar mucho antes, mi boca lo dispara antes de analizar —¿Fue tu novio? Me ve de inmediato con horror y niega — No, no, no, no señor, yo no… — niega de nuevo y siento alivio, pero no seguro. —Vamos… — la tomo de la mano, soy una persona conocida, y se cómo se tomarían las cosas los medios si alguien toma una foto de esta escena. Ella se deja llevar lo que me agrada y calma un poco el revuelo que tengo por dentro. Abro la puerta del copiloto y no me pierdo de como suspira. “Solo quiero saber lo que pasó, ayudarle y desapareceré de nuevo” “Si claro, si eso te hace sentir mejor” odio a mi subconsciente. Subo y arranco sin ningún rumbo. —¿A dónde vamos? — saca su teléfono y sonrío, no se porque me imaginé que tendría un iPhone… sin embargo tiene un teléfono sencillo, con todo el dinero que le he dado… —A un lugar donde puedas contarme con lujo de detalles que rayos fue lo que ocurrió. Lo siguiente me deja pasmado —¿Por qué? — yo también me haría la misma pregunta. —Porque si — más allá de eso no puedo responder, no yo mismo lo sé. Asiente y sigo manejando, podría ser contraproducente pero el único lugar que se me ocurre es el St. Regis, es uno de los mejores hoteles de Illinois, se que tendré la privacidad que necesito ya que lo he usado antes. Su entrecejo se arruga al ver a donde llegamos. Y sonrío al ver contiene la respiración, más aún así, no dice nada. Al verme los empleados solo me atienden y me dan la suite de siempre, Savannah está roja por la atención puesta en nosotras y no desvía su mirada del suelo, aquí estoy tranquilo, los empleados tiene firmado en su contrato una cláusula de confidencialidad con respecto a sus clientes. Si teléfono comienza a sonar en lo que el ascensor se cierra, veo que es alguien llamado Sandra, debe ser su madre. —Hola? — se queda en silencio escuchando a la persona que habla — relájate, estoy bien…. Si, bueno, más tarde supongo… El ascensor llega al piso que nos corresponde y ella se sobresalta con el sonido. —Eh, si, si, te aviso en lo que vaya de camino, no te preocupes que estoy bien, descansa. Suspira y corta la llamada, la tensión de su cuerpo me indica que está cohibida y confundida, no haremos algo mas allá de hablar. “Si claro, porque eso es todo lo que deseas” Mis pantalones se sienten apretados, cuando pasamos a la suite escucho claramente como pasa saliva… Joder, no debí haberla traído aquí 👽👽👽👽👽👽 Hola mi gente linda, aquí llegó con nuevo capitulo, estaré actualizando lo más seguido que pueda! espero su apoyo! Kiss ❤️Savannah LópezMi corazón retumba en mi caja torácica de manera tan acelerada que siento mi cuerpo vibrar al ritmo alocado que lo maneja. Entretanto mi cerebro me reclama la osadía de haber aceptado en primer lugar ir a un lugar a solas con el, más allá de lo hermoso de su apariencia no se absolutamente nada de el. Mi boca se abre al ver el lugar en el que entramos, no se porque me imaginé que habría una cama en el medio de todo, sin embargo esto parace solo un recibidor, pero no cualquiera recibidor claro está, es uno enorme y elegante, podría jurar que el apartamento en el que vivo con mi hermana es la mitad de este lugar, y me refiero a solo está estancia. —Sientate — mi espalda se yergue al escuchar su orden, trago saliva y asiento, lo veo y su mano me indica la dirección a un juego me muebles azules oscuros . Camino aún indecisa y confundida del porque estoy aquí, pero me siento y espero a lo siguiente que dirá, para mí alivio se sienta en otro mueble alejado de mi, solo que
La revisión para mi suerte es bastante rápida, debido al tiempo que ha pasado desde la paliza que me dieron mi madre y su marido, los moretones ahora solo son un amarillento borroso, aun asi me receta una pomada.—Listo señorita López, no se que ocurrió, pero trate de que no pase nuevo, es usted muy hermosa para que su cuerpo reciba ese tipo de trato. Siento como sube el calor hasta mis mejillas de inmediato.—Bu, bueno, yo no, yo no me lo esperaba, su, supongo que no volverá pasar — suspiro apenada.—¿De dónde conociste a Burka? Y me disculpa mi intromisión, es solo que me causa curiosidad. No respondo de inmediato, la verdad no sé si deba decirle, Pero suspiro y decido contarle —Bueno, trabajo en un restaurante que el visita seguido. Asiente varias veces — ok, entonces eres mesera — sonríe irónico o tal vez burlón, el caso es que me molesta. —¿Es todo? — pregunto para ya librarme de el e irme al departamento a dormir otro rato.—Si, te haré llegar de inmediato la pomada, tengo e
Savannah López Llegó justo a tiempo, Catalina sonríe al verme. —Definitivamente te hacía falta un día para descansar! —Si, muchas gracias, la verdad no fue mi idea, Pero me hacía falta, además no solo fue todo descanso, también me consentí un poco. —Se te nota hija, luces radiante. Sonrío y me pongo hacer mi trabajo, limpiar el área de atención al público, los baños, organizar la barra y los utensilios. Mi ánimo está por las nubes. Ojalá Burka venga a comer algo o que pida para llevar, no se, solo me gustaría agradecerle todo. La mañana pasa rápido y el no aparece, cuando el teléfono suena cerca de la hora de almuerzo, juro que mis bellos se erizan y siento una emoción burbujeando en mi estómago. —Savannah — disimulo la sonrisa antes de voltear a ver al esposo de Cata — por favor ve hacer una entrega para Burka.Asiento y voy por el pedido, el local está lleno, deberían contratar a alguien más para estos casos.Voy al baño antes y me veo bien, hoy me arregle un poco más, suelt
Burka Arslan Estoy al tanto de absolutamente todo lo que Savannah hace en el hotel, me encargo de que solo sean chicas quienes la atiendan y hago que compren lo mejor para ella. Los Abogados de Liébana están pidiendo que las ganancias que he trabajado sean divididas por partes iguales. No pienso darle el gusto. Ofrezco el 10% y no pienso acceder a más.Mi día pasa entre reuniones y demás. Dejo el divorcio en mano de mis abogados, pensar el Liébana me enferma. Savannah tiene el efecto contrario, no sé porque, Pero calo dentro de mi, sin necesidad de un contacto físico, solo con su mirada y sonrisa sincera. Al llegar el día siguiente hago que venga a mi. Me encargo de que mi secretaria se vaya a comer su almuerzo, no quiero interrupciones para cuando la tenga a aquí. Se que estoy jugando con fuego, pero muero maldita mente por quemarme. Su cabello cae como cascada y sus ojos brillan al verme, su sonrisa combina perfectamente con sus mejillas sonrojadas. El olor a comida no opa
Savannah López Soy una zorra, soy una zorra, acabo de meterme con un hombre casadoLos pensamientos me atormentan mientras camino a toda prisa de vuelta al trabajo. Que vergüenza, debe estar pensando que soy una fácil, porque me regaló un para de noches bonitas en un excelente hotel, cree que estoy a su disposición. Niego una y otra vez. No puedo creer lo que hice, en mi defensa solo diré que no lo sabía, no trae anillo de casado. Claro, si eso te hace sentir mejor…¿Qué voy hacer? Entro a la cafetería y plasmo una sonrisa en mi rostro, el sr Lucio me ve con una mirada extraña, joder, sabe que soy una zorra.—¿Está todo bien Savannah?—Si señor Lucio, es solo que, vine caminando rápido y me sofoque un poco. Obviamente no me cree, pero solo lo ignoro y me pongo hacer mi trabajo, La sra Cata no está a la vista, recojo las mesas, limpio el suelo, organizo la barra, atiendo las personas que entran. Eso me ayuda un poco, me distrae de mis pensamientos y hace que el tiempo pase rápid
Burka Arslan —Señor Arslan, la señorita López a salido corriendo.Tocó con mis pulgares la sientes que me palpitan desde que salió corriendo también de mi oficina. Estúpido abogado de mierda.Me encargue de que mi secretaria no estuviera y llega este imbécil a embarrarla a niveles cósmicos. No lo despedí porque ha sido el abogado de mi familia por años, y porque es uno de los mejores del pais, además de que es quien está llevando el tema de mi divorcio. Suspiro y pido las llaves a mi chófer.No pienso esperar que se forme locas ideas en su cabeza, me estoy divorciando y no pienso dar un paso atrás con Savannah. Al llegar al edificio me quedo en la puerta sin saber que hacer para mi suerte llega caminando, solo que en compañía. Veo a todos lados con el show que arma, si embargo Savannah se encarga de calmarla, Pero no puedo estar aquí, necesito privacidad, si alguien graba y algún medio lo ve, sería un escándalo para mí y la empresa. —Sube— la tomo del brazo con delicadeza, Pero
Burka Arslan Si cuerpo, la suavidad de su piel palida, su cabello sedoso y fuerte, lo suficiente para tomarla con fuerza e inclinar su boca en la medida exacta para tomarla y beber de ella, sus pechos grandes y delicados, perfectos para mis manos. La forma en la que se deja llevar.—Burka? — la voz indeseable de Liébana me despierta tan inesperadamente que me levanto aturdido. —QUE CARAJOS! —Cálmate…—¿Cómo mierdas entraste? —Soy tu esposa…—VICTOR!! — grito al encargado de seguridad — VICTOR! —¿Qué te pasa? No hace falta que hagas un escándalo, me dejó pasar porque me vio preocupada por ti, tenemos días que no nos vemos…—Si, no te he visto porque no me ha dado la gana, porque no quiero verte, necesito que firme los malditos papeles del divorcio, terminemos con esta farsa y me dejes en paz. —Eso no va poder ser.—¿Qué?Voy a caminando al baño y me detengo de manera abrupta, estoy sin ropa y la muy idiota se queda viendo mis partes sin responder. —¿A qué mierda te refieres?—B
SAVANNAH La lluvia, el barro y los truenos dificultaban mi respiración, los gritos de la persona cayendo, resbalando por el borde hacia el rio crecido que se llevaba todo consigo, hacia que me aferrara a mi vida con toda mi fuerza.El llanto de ver cómo se llevaba la gente sin importar edad, color o nacionalidad…—Savannah! Savannah! Despierta ya, debes aprovechar el día y mientras más temprano salgas, más posibilidades tienes de conseguir trabajo.No lo pienso dos veces, asiento y corro al baño a ducharme, cepillarme y vestirme, busco entre las cosas de mi hermana a ver que puede quedarme y consigo unos jeans y un suéter tejido grueso que me cubre lo suficiente para este frío intenso al que no estoy acostumbrada.Ella me extiende un gorro, unos guantes y una bufanda. —Aquí no podemos andar exquisitas, lo que consigas por hacer es suficiente para empezar. —Lo se hermana… Salgo junto con ella que ya tiene un trabajo en una panadería en dónde es repostera, a diferencia de mi ella e