Capitulo 6

BURKA

Bebo mi sexto trago y me dedico a contemplar un poco más de tiempo los cuerpos danzantes que saltan al ritmo de la música, no soy de beber, tampoco de bailar, pero últimamente es lo que me cansa la suficiente como para caer rendido al tocar la cama.

Todo para abstenerme de ir corriendo al café a solo verla, seguirla a su casa tal vez…

Mi chófer me espera a la salida y me lleva a casa a la afueras de la ciudad, mientras más lejos mejor.

El ver el auto rojo chicle estacionado en la entrada me descompone el cuerpo, ni recordaba su existencia, aún siendo la culpable de mi abstinencia.

Me debato entre si devolverme al departamento o quedarme, pero estoy lo suficiente cansado como para solo entrar y dormir.

—Amor! — odio su estúpida voz chillona, combinada con su falso amor, es insoportable.

—Hablamos mañana, estoy cansado — camino a mi habitación.

—Pero si tienes más de tres meses que no me ves!

—Déjame en paz, puedes irte con el resto del año si te apetece.

Desaparezco por el pasillo.

Cierro con seguro y me doy una ducha, caigo tal como lo pensé, con la chica de ojos triste en mi mente.

Me despierto cuando siento movimiento en mi cama, por alguna razón pienso que es Savannah y sonrío.

—Buenos días amor — mis ojos se abren ipso facto, corriéndome a la orilla de la cama de inmediato.

—¿Qué haces aquí Liébana? Sabes que tienes prohibido entrar sin mi permiso!

—Amor, te he extrañado mucho.

Ni le respondo, la dejo hablando sola, para mí surte mi armario tiene conexión con el baño, así que me visto antes de salir a la habitación de nuevo. Me quedo estoico un momento al verla, no por cómo está, desnuda y abierta de piernas, si no porque su insípido cuerpo no causa absolutamente nada en mi, mas alla de la repulsión.

Niego y la dejo allí esperando algo que no va tener de mi, no de nuevo.

Lo días pasan rápido y mi abstinencia no hace nada más que ponerme peor el humor.

Me quedo hasta tarde cada día evitando a Liébana todo lo posible, hasta esa noche que aparece en mi oficina.

—Buenas noches! — su voz cantaría me hace rodar los ojos — si Mahoma no va a la montaña, la montaña viene a Mahoma. Así que vine a invitarte a cenar.

—Estoy ocupado — Se acerca lo suficiente para que me llegue ese horrible perfume dulzón que me revuelve el estómago.

—Ya hice la reservación, no seas así, es un nuevo restaurante italiano espectacular — camina rodeando el escritorio hasta ponerse a mi lado — se cual te gusta pero ellos han bajado mucho la calidad de atención a su clientes.

La veo por primera vez desde que llegó, se exactamente que se refiere a mama bella, pero no sé que quiere decir con el resto — ¿De que hablas?

Gira su ojos y me ve con expresión de desagrado — fui con tu mamá ayer, a su restaurante favorito y la chica que atiende parecía pandillera! Estaba toda golpeada, su rostro amoratado y hasta una venda tenia la cabeza, me dio mucho asco…

Me levanto haciendo que caiga de culo, la dejo allí tirada, y salgo cual alma se lleva el diablo, le quitó las llaves a mi chófer y arranco, ni pienso, no analizó, solo actúo.

Mama bella está cerrado, por lo que decido ir a su edificio, no se en que apartamento vive, pero podría tocar puerta por puerta hasta conseguirla, para mí suerte está llegando a su entrada.

Mi corazón palpita tan rápido y furioso al verla como dijo Liébana, golpeada y lastimada, ¿quien es capaz de hacerle algo tan atroz a un ángel con Savannah?

Sus ojos se iluminan al verme y a pesar de sus heridas sonríe.

—¿Quién m****a se atrevió hacerte esto? — la tomo de sus mejillas viendo cada uno de los moretones.

Arruga en el entrecejo y muerde sus labios, sus mejillas se tornan rojas y su expresión cambia a una de completa vergüenza.

—Estoy bien — susurra incómoda.

—¿Cómo vas estar bien? Mira como estás toda golpeada! ¿Fuiste al hospital?

Suspira y asiente.

—Ya estoy mejor…

—¿Y es que estabas peor que esto? — la suelto y aprieto mi nariz conteniendo la ira que me arropa.

—Ya han pasado varios días, agradezco su preocupación, pero estoy bien — ve sus zapatos. Decido calmarme y tratar obtener la información que necesito.

—Explícame Savannah, dime cómo ocurrió.

Se vuelve roja de nuevo y a mía pensamientos llega lo peor que podido pensar y lo que debí pensar mucho antes, mi boca lo dispara antes de analizar —¿Fue tu novio?

Me ve de inmediato con horror y niega — No, no, no, no señor, yo no… — niega de nuevo y siento alivio, pero no seguro.

—Vamos… — la tomo de la mano, soy una persona conocida, y se cómo se tomarían las cosas los medios si alguien toma una foto de esta escena. Ella se deja llevar lo que me agrada y calma un poco el revuelo que tengo por dentro.

Abro la puerta del copiloto y no me pierdo de como suspira.

“Solo quiero saber lo que pasó, ayudarle y desapareceré de nuevo”

“Si claro, si eso te hace sentir mejor” odio a mi subconsciente.

Subo y arranco sin ningún rumbo.

—¿A dónde vamos? — saca su teléfono y sonrío, no se porque me imaginé que tendría un iPhone… sin embargo tiene un teléfono sencillo, con todo el dinero que le he dado…

—A un lugar donde puedas contarme con lujo de detalles que rayos fue lo que ocurrió.

Lo siguiente me deja pasmado —¿Por qué? — yo también me haría la misma pregunta.

—Porque si — más allá de eso no puedo responder, no yo mismo lo sé.

Asiente  y sigo manejando, podría ser contraproducente pero el único lugar que se me ocurre es el St. Regis, es uno de los mejores hoteles de Illinois, se que tendré la privacidad que necesito ya que lo he usado antes.

Su entrecejo se arruga al ver a donde llegamos.

Y sonrío al ver contiene la respiración, más aún así, no dice nada.

Al verme los empleados solo me atienden y me dan la suite de siempre, Savannah está roja por la atención puesta en nosotras y no desvía su mirada del suelo, aquí estoy tranquilo, los empleados tiene firmado en su contrato una cláusula de confidencialidad con respecto a sus clientes.

Si teléfono comienza a sonar en lo que el ascensor se cierra, veo que es alguien llamado Sandra, debe ser su madre.

—Hola? — se queda en silencio escuchando a la persona que habla — relájate, estoy bien…. Si, bueno, más tarde supongo…

El ascensor llega al piso que nos corresponde y ella se sobresalta con el sonido.

—Eh, si, si, te aviso en lo que vaya de camino, no te preocupes que estoy bien, descansa.

Suspira y corta la llamada, la tensión de su cuerpo me indica que está cohibida y confundida, no haremos algo mas allá de hablar.

“Si claro, porque eso es todo lo que deseas”

Mis pantalones se sienten apretados, cuando pasamos a la suite escucho claramente como pasa saliva…

Joder, no debí haberla traído aquí  

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Hola mi gente linda, aquí llegó con nuevo capitulo, estaré actualizando lo más seguido que pueda! espero su apoyo! Kiss ❤️

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