Capitulo 3

SAVANNAH

La preocupación se ve reflejada en mi rostro los siguientes días, lo ahorrado lo tuve que mandar a mi madre ya que vienen solo contando con nosotras, ni si quiera dejaron que me estableciera para comenzar a joder.

-Savannah, ¿estás bien? Últimamente te veo muy cansada.

Procedo a descargarme con la señora Catalina, y lloro descargando todo lo que siento, porque no puedo evitarlo, siento muchísima rabia, me abraza y me escucha como haría una verdadera madre.

La hora de aperturar llega y me limpio las lágrimas respiro profundo y muestro mi mejor sonrisa para los clientes que comienzan a llegar.

El perfume es lo primero que me llega y juro por Dios que mis sentidos se ponen alerta, pero disimulo en no buscarlo de inmediato, sin embargo la cara de las caras de las chicas me indica que en definitiva es el.

Se siente en el mismo lugar y en vista de que el sr Lucio no sale para atenderlo, voy yo con el asentimiento de la señora Catalina.

-Buenos días, dígame en que le puedo servir.

Su mirada suelta al teléfono y me atrapa a mí, coloca el teléfono en la mesa y uno sus dos manos observando con detenimiento mi rostro, el tic de mi pierna izquierda comienza y muerdo mi labio inferior nerviosa.

-Mi nombre es Burka, puedes llamarme señor Burka y voy a querer lo mismo de siempre, si vas a ser quien me atienda de ahora en adelante, no debes preguntarme que quiero, solo tráeme lo de siempre y ya ¿te parece?

-Si señor…

Su ceja izquierda se alza inquisitiva y entiendo de inmediato.

-Si señor Burka.

Camino directamente a la barra y la señora Catalina espera con la bandeja lista.

Respiro profundamente y camino las cosas hacia el, pasando por la mesas de las chicas, pero de un momento a otro estoy cayendo al suelo.

Me quedo en el suelo sin saber como reaccionar, escucho las risas de las chicas y reaccione.

-Lo siento – digo a nadie en particular, primer accidente que tengo desde que estoy trabajando y siento ganas de llorar.

-Deberías de ver por donde caminas. Por suerte no ensuciaste a nadie.

Veo a quien me habla y es una chica rubia con traje de empleada, me mira con sorna y la otras se ríen entre ellas.

-Savannah, no te preocupes hija, son cosas que pasan – aparece la señora con escoba y pala para recoger el desastre.

-No se preocupe yo lo recojo.

Tomo las cosas y para mi alivio el sr Lucio pasa con otra bandeja y las cosas del sr Burka.

-Deberían contratar a alguien más competente.

No entiendo el porque lo dice, anteriormente han venido y han comprado y comido normal como todos lo clientes.

-Solo fue un accidente señorita, estoy segura de que no volverá a pasar – habla el sr Lucio

Termino de limpiar y recoger dejando todo impecable, no vuelvo a ver hacia la mesa de Burka de nuevo, que vergüenza.

Pero su voz me sorprende cuando se levanta – Savannah – levanta un billete en alto y lo coloca en la mesa, asiento, se va de la misma manera que siempre sin despedirse.

Tomo el billete que dejo y abro mi boca sorprendida, es un billete de 100$

Siempre me dejan una que otra propina, pero jamás me habían dado tanto.

Al salir me dirijo a centro comercial mas cercano y compro mi teléfono, uno inteligente, una marca que no tengo idea de donde viene, pero estoy feliz.

Llamo a mi hermana, y como siempre la paso buscando por su trabajo, desde hace dos mama no llama, así que la preocupación es mayor.

Me distraigo con juegos en mi celular y música mientras voy de camino ida y vuelta.

Para alegrarme los siguientes días, el sr Burka aparece varios seguidos, no hay más allá de un buenos días entre ambos, pero a la tercera vez ya me siento incomoda al recibir una propina nuevamente de 100$

Así que decido no aceptarlo.

-Lo siento sr Burka, pero no puedo seguir aceptándolo, estoy muy agradecida, pero es demasiado.

-¿disculpa?

-Estoy muy agradecida pero…. Es demasiado.

-No para mí…

-sí pero…

-Se nota a leguas que lo necesitas, así que no te preocupes.

-gracias – susurro, su mano se acerca y toca la punta de mi cabello sutilmente, me da la espalda y sale.

Suelto el aire que no note tenia contenido.

-Savannah – se acera Cata (ahora le digo asi por cariño) – es mejor aprovechar los gestos de Burka como ángel, el demonio no es igual de bueno.

Trago y asiento.

-¿Qué quiere decir con eso?

- Mejor seguimos trabajando, es temprano y aún quedan muchas cosas por hacer.

Decido guardar el dinero, incluso sin decirle a mi hermana, no pienso mandarle más dinero a la plaga que viene en camino, y además mi meta es estudiar, mientras más reúna mejor.

Gasto exactamente en lo esencial, los días pasan y entre propinas he reunido los 1000$

Mama apareció y ya se encuentra en México.

No quiero estar aquí para cuando lleguen.

Es medio día cuando un sr mayor, entra al local, muy bien vestido, jamás lo había visto, no se sienta, si no que se acerca a la barra para hablar directamente con el Sr Lucio y vuelve a salir, atiendo el resto de mesas hasta que me llama la sra Catalina.

-Hija, aquí no hacemos pedidos para llevar, este es un especial, así que necesito que tu realices la entrega, debes llevar este almuerzo a Arslan Entertainer, aquí tienes la dirección anotada, llegas y dices que vas de parte del caffe y es un pedido para Burka.

Su nombre me deja estoica.

Pero aun así asiento leyendo la dirección.

Queda a un par de cuadras, lo que hace que sea fácil el trayecto, me sorprendo al ver el enorme edificio de cristal, con letras gigantes en 3D en el medio de una fuente.

Decenas de personas salen y entran, todas bien vestidas, como profesionales.

Y yo vengo en jeans, franela y tenis, respiro profundo y entro.

Adentro es mucho mas majestuoso, con aires de cultura árabe, lo que me indica que las raíces de Burka deben ser de algún país arábico.

-Buenas tarde, vengo del café mama bella, y tengo un pedido para el sr Burka,

Una señora quien es la que está encargada de la casilla de información me sonríe amablemente – ¿su nombre es?

-Me llamo Savannah López – coloco la comida en la barra, pensando que ella se encargara de hacérsela llegar pero…

-Aquí tienes un pase, camina hacia donde dice torre A, y vas a subir hasta el piso 97, allí en la entrada di que llevas un pedio para el Sr Burka Arslan – habla bajito – él es el presidente y dueño de todo esto.

Mis ojos se explayan y asiento guiándome por donde me indico.

Me siento súper incomoda al tomar es ascensor con tanta gente profesional a mi alrededor, huele a perfume caro y yo voy perfumada, pero de la comida del café.

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