PEQUEÑAS BATALLAS

Zarah cruzó a Fausto de camino a su habitación mientras escapaba del cuarto de Tabar. Pronto se enteró del ataque a los territorios fronterizos. Una sensación amarga la invadió al escuchar que algunas de las mujeres que defendían el fuerte de Bilahl habían sido capturadas por los Vándalos. Conocía el atroz destino que les deparaba. Uno peor que la muerte.

Pidió al Fausto que mandara a ensillar al corcel que habia elegido de los establos. Los jóvenes aprendices lo llamaban Xirac, como el Dragón negro de las leyendas, hermano de Vahid, por su color azabache asi como por su temperamento rebelde. Pero a Zarah le desagradaba que un caballo que era tan amable con ella llevara el nombre de un traidor. En secreto lo llamaba Izshá, que en la antigua lengua del Sol Naciente significaba “protector”. Al caballo parecía agradarle.

Deka la ayudó a vestirse con su traje de montar mientras Munira cosía uno de sus vestidos mas desgastados.

—Ahora que la guerra ha terminado debe pedir por nuevas ves
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