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Un matrimonio por contrato

Con mucha reticencia de Daniel, tuvieron su primer hijo, Lucas, debían tener un sucesor, así que cumplieron con ese requerimiento. 

Samanta se sentía tranquila con eso, adoraba a su hijo y desde que nació su vida se concentró en el cuidado de su pequeño y en cuidar los intereses de la empresa de su familia. El amor era un capítulo bloqueado en su vida.

Durante los siguientes 7 años su relación se mantuvo igual, trató de acercarse a su marido, pero nunca le dio chance de algo más, mantenían una buena relación laboral y ante las cámaras y sus padres fingían ser una pareja modelo.

Ambos eran padres preocupados y amorosos, cuidaban a Lucas, jugaban con él y estaban al pendiente de su desarrollo, pero eran un matrimonio sin amor.

Tener un segundo hijo, era un absoluto ¡No! En la cabeza de Samanta. 

Tener relaciones con Daniel no era malo, las veces que lo hicieron para concebir a Lucas no lo sintió desagradable, tenían buena química, pero no había amor en ese acto y para ella era inconcebible.

- Samanta por favor.- corría tras ella Daniel.

- Absolutamente no, sólo es un capricho de Lucas, lo olvidará mañana.-

- Tener un hermano le ayudará a ser menos egoísta.-

- Para ti es fácil decirlo, no tienes que llevarlo 9 meses ni sufrir los dolores de parto.-

- ¿Qué quieres a cambio por considerarlo siquiera?- le bloqueo el paso, su esposo medía más de 1,80 de altura, esa diferencia de estatura le aterraba por momentos, ella con suerte llegaba al 1,60cm.

- Nada que me puedas dar.- le respondió incómoda con la cercanía de su esposo, no estaba acostumbrada a sentirlo tan próximo a ella, le ponía el corazón a mil.-

- Si te prometo intentarlo ¿ lo pensarías?-

- ¿Intentar qué?-

- Ser una pareja real, compartir nuestra cama…-

- No bromees con eso.- le respondió molesta.

- No es broma, llevamos 7 años juntos, trabajamos bien, la empresa ha crecido desde que tomamos el mando y Lucas tarde o temprano notará que no somos realmente cercanos.- 

- ¿Acaso tengo yo la culpa de ello? Tú me dijiste el día que nos casamos que ni siquiera imaginara que me querrías de verdad, porque sólo amabas a una mujer, no quiero- se negó haciendo una equis con sus brazos- Ya es muy tarde, no estoy disponible.

- Sí… yo te dije eso, pero… estoy listo para intentarlo… ¿no eres tú la que dices que el matrimonio es para toda la vida? ¿En serio no deseas intentarlo? -

- ¿Qué? ¿Quieres que te aplauda y te espere con los brazos abier…- La boca de su esposo no le permitió seguir su discurso, se quedó pasmada por el repentino contacto, sus antebrazos musculosos le inmovilizaron contra su voluntad. No recordaba desde cuanto tiempo no la besaba así, los besos para las revistas o televisión eran un simple roce, completamente frío, una pantalla, una actuación, pero los labios que la tenían prisionera no se movían así, eran cálidos y tentadores.

- Abre la boca..- le susurró contra sus labios Daniel.-

- Basta! Suelt…- la lengua de su esposo volvió a interrumpirla, esos mareos y cosquillas en su vientre eran un problema, no podía gustarle, pero los movimientos de su lengua acariciando la suya le tenían las piernas hechas hebras de lana y terminó por ceder aferrándose a su trabajado pecho.

Fue arrastrada a una habitación oscura y presionada contra la pared, Daniel le había levantado del piso y envuelto sus piernas alrededor de sus caderas.

- Dan…- le daba suaves golpes con su mano derecha en el pectoral para que se detuviera, no iba a caer en ese juego, aunque fuese tentador.- No…detente… ya...- estaba bajando peligrosamente por su cuello besándole y dando pequeñas mordidas.-

- ¿ Segura?- le preguntó incrédulo.

- Daniel Braunn, no caeré en tus trucos.-

- ¿Es que no te gusta tener sexo conmigo?-      

- Si necesitas liberarte, lo has hecho durante años con otras mujeres… ¿por qué te importa si me gusta o no?-

- Porque me gusta hacerlo contigo.-

- Vaya… que curioso…no te acuestas conmigo hace más de 6 años… es raro pensar que te guste.- aprovechó el descuido para apartarse de él, se ordenó la ropa y el cabello.

- Por favor- le tomó la mano para detenerla unos minutos más.- Sólo piénsalo… crecí como hijo único y me pase años persiguiendo a mis padres para que me dieran un hermano, no accedieron y estuve muy solo…-

- No funcionará que me manipules con tu triste historia…-

- ¿Tú corazón es de piedra?-

- Gracias a ti.- le respondió y cerró la puerta.-

Creyó que con aquella respuesta Daniel olvidaría el tema, pero, padre e hijo eran iguales, cuando se les metía una idea en la cabeza, sólo se calmaban cuando lograban sus objetivos. Volvía a retomar el tema cuando estaban a solas, en el ascensor de la empresa, su oficina, antes de dormir, le enviaba estudios de la importancia de un hermano en los niños y así transcurrieron dos semanas. 

- ¿Quiere tener otro hijo contigo?- su hermana Jesse, tenía 18 años, jamás estuvo de acuerdo que se casara, seguía sin aprobar ese matrimonio.

- Así me lo propuso, temo que si llega a los oídos de mamá, le parezca la idea interesante.- se reunieron en un bar a beber unos tragos, celebraban el nuevo contrato obtenido por ella con una de las principales clínicas del país.

- Mamá jura que ustedes son un matrimonio feliz.-

- Le engaño sólo para que viva su fantasía.-

- No es justo Samy, entiendo que la empresa aumentó sus utilidades este año al doble, gracias a los últimos proyectos farmacológicos que ustedes diseñaron, funcionan muy bien en el trabajo, pero ustedes nunca han sido una pareja.-

- Lo sé, el público jura que somos el matrimonio perfecto y sólo mantenemos esa imagen por el bien de la empresa.-

- Deberías ser tú la CEO y él vicepresidente, trabajas más que él, casi todas las ideas son propuestas tuyas. -

- La familia de Daniel tiene más acciones en la empresa que nosotros, por eso se decidió así.

- Pero ahora la empresa es de ambas familias, lo justo sería que un año fueses tú la CEO y al otro él.- Jesse era admiradora del trabajo de su hermana, le parecía una injusticia que ocupara la vicepresidencia.

- No me interesa el puesto Jesse, sólo quiero mantener la empresa que crearon nuestros papás.-

- ¿Has pensado en divorciarte alguna vez?-

- Sinceramente, Sí, pero Lucas adora a Daniel, me da pena separarlos.-

- No es que se lo quites, compartirían custodia.-

- Nuestros padres no aprueban el divorcio.

- Que su matrimonio sea perfecto, no quiere decir que todos lo sean.-

- Mamá le perdonó infidelidades a papá, ¿ lo olvidas?.

- Recuerdo que le encantaba salir con sus secretarias.-

- Sólo se calmó y pidió perdón cuando estaba moribundo.- recordó Samanta.

- El cáncer se le llevó muy rápido.- suspiró Jesse.-

- Estaría orgulloso de ti, eres la mejor estudiante de químico y farmacia de la facultad.-

- No soy competencia para la ñoña de la familia.- le rellenó el vaso con cerveza.

- No puedo seguir bebiendo, no tengo tolerancia al alcohol por los medicamentos.-

- ¿Él sabe que tomas eso? ¿Qué harás con tu tratamiento si te embarazas?

- Eso no pasará, no accederé.- sonaba resuelta.

- Haces todo lo que te pide Lucas.-

- Todo menos eso.-

- A mí no me engañas, sigues enamorada de Daniel, aunque sabes que es no correspondido.-

- No es así.-

- Dices que no, para autoconvencerte de aquello, pero te enamoraste de él, no veo de qué, es un poco guapo, sólo eso.- hacía señas con su mano como bajándole el perfil.

- Las trabajadores de la empresa se derriten por él, cuando llega por las mañanas se aglomeran en los pasillos para verlo y saludarlo, si supieran que no tienen esperanza.- masticaba unos cuantos maníes.

- Muchas chicas sueñan con casarse con un CEO y llenarse los bolsillos sin trabajarle un día a nadie.-

- Sueño adolescente.- bebió de un trago el shop de medio litro.- Si supieran que no tiene tiempo para relaciones-

- ¿ No manejas hoy cierto? – le preguntó su hermana.-

- No, pediremos un taxi. -

- No tengo para pagar tanto, sabes que estudio en la ciudad vecina.-

- Yo lo pagaré por ti, tontita. -

- Tener una hermana presidente de una Farmacéutica es una bendición.- bromeo Jesse.

- Aprovechemos de beber, Lucas hoy no llegará a casa, se fue con sus abuelos paternos.- recordó a último minuto.

- ¿ Estarán los dos solos?-

- El mayordomo y las criadas, no compartimos el dormitorio.- ya sentía el efecto del alcohol en ella, estaba un poco mareada.

- ¿ No entiendo como puedes vivir sin sexo por tantos años?-

- No tengo tiempo para pensarlo siquiera.- respondió avergonzada por la pregunta, su hermana tenía experiencia, estuvo de novia con un chico a los 16 y sabía de lo que hablaba.

- ¿ Cuándo lo han hecho, te gustó?-

- Es vergonzoso hablar de esto con mi hermana menor.- bebió su cerveza hasta el fondo- … Que delicia!! Es tan fríaaaa!-

- No respondiste.-

- Sí… - afirmó en voz baja.

- Cuñado es experimentado, es 5 años mayor que tú.-

- Sí- sintió un cosquilleo en el estómago.

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