primero en reaccionar fue el secretario, hizo lo posible por esquivarlo, pero el móvil estaba ya muy encima. No podía moverse, sus piernas estaban atrapadas.
- ¡Señor Braun! ¡Señora!- les llamaba asustado, sólo escuchó un quejido, era su jefe, había empezado a reaccionar.
- Sr. Ross… ¿qué pasó?- un fuerte dolor en la frente le hizo llevar su mano hasta allí, sus dedos se mancharon con sangre.-
- Nos chocaron señor…¿usted y la señora están bien?-
- Me golpee la cabeza y siento trozos de vidrio en mi cuerpo... Samanta… ¿estás…- se limpió el ojo, la sangre le ensucio la vista, su esposa había quedado casi en la misma posición, pero su ropa estaba manchada de sangre y ella inconsciente, se arrastro como pudo hasta ella y tuvo el impulso de abrazarla, la liberó del cinturón de seguridad.
- - ¡ Samanta… despierta! ¡Abre los ojos!- le tocó la mejilla, sin respuesta. Tenía una herida producto de la sujeción del cinturón. Su esposa se quejó, apretó los párpados y los labios por el dolor, Daniel sintió algo tibio en la ropa de su mujer, era sangre esta corría por sus piernas.- ¡Llama una ambulancia! ¡ La señora está muy lastimada!¡ El niño está en peligro!-
Por suerte, el manos libres del secretario se quedó enredado en su cuello, así pudo contactar al servicio de emergencia.
- … Ni…ña…- balbuceo Samanta.
- La ambulancia viene en camino… quédate conmigo…- la sangre seguía corriendo de sus heridas.- ¿Niña? ¿Quién?-
- Es…una…niña… no…fuiste a…la…eco.- sentía que su cuerpo se rompería, abrir los ojos era doloroso, más sabiendo que estaba en los brazos de Daniel.
- ¿ Sabías su sexo y no me lo dijiste?-
- No tuve oportunidad… estos meses… llegas tarde a casa…- los dolores en el bajo vientre la asustaron, no era el momento del parto y el olor a sangre era impactante.- Ohgg… duele…
- El secretario ya contactó a la ambulancia…- su piel se volvió más blanca y sus manos se enfriaban, quería entibiarla entre las de él.
- …Sólo…no…dejes que se muera… yo…no…- sus párpados se volvieron pesados y un sueño irresistible la hizo caer en la inconsciencia.
- ¿Dónde está la ambulancia?- sonaba irritado.
- Señor, ya está por llegar, la señora es fuerte.-
- ¿ Y usted está bien?- había sido insensible, su secretario estaba de chofer.
- Tengo una pierna atrapada, puedo sentirla pero moverla es difícil.-
- Eso me tranquiliza.-
Por otro lado, ver a Samanta así de lastimada le oprimía el pecho. Su primer embarazo lo vivió sola, él trabajaba hasta tarde, ella lo llamó en el momento del parto pero no escuchó el celular. Desde ese minuto, su esposa se alejó más, no volvió a buscarlo, eran como dos personas compartiendo una casa, fuera de ella, asumía su rol como señora Braun, hasta que decidieron tener un segundo hijo.
La embarazada fue llevada directamente a pabellón, las heridas de Daniel y su secretario fueron tratadas con rapidez, ambos estaban fuera de peligro, con varias contusiones y heridas superficiales. El secretario fue quien la tuvo más compleja; una fractura de tibia peroné, por lo que fue intervenido más tarde.
El cirujano y ginecólogo salieron del quirófano, envueltos en sus trajes quirúrgico y gorro, el cirujano era el doctor Schneider, quien estaba de turno como cirujano.-
- Soy el Doctor Bruno Schneider que trató la fractura de clavícula y el Doctor Sáez, ginecólogo de urgencias.- se presentó el facultativo.
- ¿ Cómo está mi esposa e hija?- llevaban seis horas esperando noticias de su familia, lo autorizaron a levantarse para hablar con el doctor.
- La señora tuvo una fractura de clavícula y costillas, su pulmón fue lesionado, el bazo se rompió por el impacto, debimos extraerlo, con eso detuvimos el sangrado interno y ya está fuera de peligro.-
- ¿ Y la bebé? ¿ Cómo es que está fuera de peligro? Yo la vi sangrando de entre sus piernas…-
- Le practiqué una cesárea de urgencia, el accidente rompió la bolsa que envolvía al bebé, es una recién nacida de 34 semanas, pesó 1 kilo ochocientos gramos, así que le llevamos a una incubadora. –
- ¿ Por qué es tan pequeña?-
- ¿ No lo sabe?-
- ¿ Qué?-
- Los niveles de cortisol en su esposa se han mantenido sumamente altos en su historial, eso provocó que la bebé no ganara mucho peso.-
- ¿ Pero por qué?-
- ¿ La relación de ustedes está bien?-
- ¿ Nosotros?- ella sabía que su ex novia estaba con vida y se unió a la empresa como químico, quizás eso le hizo estar nerviosa todo el embarazo.- … Nuestro trabajo es muy demandante… además…me pidió separarnos.-
- Oh, lo siento mucho.- no supo decirle nada más el ginecólogo.
- ¿ Cuánto estarán hospitalizadas?- preguntó la madre de Daniel.
- Por lo menos unas dos semanas, la señora debe completar tratamiento y su hija debe pesar sobre los dos kilos para ser dada de alta.-
- ¿ Puedo verlas?- pidió Daniel.
- Si quiere ver a su hija, la enfermera le acompañará hasta la unidad de neonatología, pero no puede entrar a recuperación con su esposa, ella sigue inconsciente y conectada una naricera especial para mantenerla estable.-
Esto era su culpa, se dejó caer en la silla de plástico, fue él que le pidió tener un segundo hijo, que le ilusionó con una posible relación normal y la dejó sola durante todo el embarazo.
Jesse York se mantuvo callada de forma sospechosa, le importo muy poco ver a su cuñado herido, con los ojos rojos, aceleró el paso hasta donde estaba sentado.-
Daniel se mantenía con una mano en el portasuero -Jesse…-
“Puff” la fuerte bofetada resonó en la habitación y muchos curiosos se voltearon a mirar.-
La mujer que era tan pequeña como su hermana mayor, le miraba con odio y con los ojos hinchados de tanto llorar.
- ¡Esto es tu culpa! Maldito irresponsable.- le gritó
- Señorita, por favor, cálmese.- le pidió el ginecólogo.
- El accidente no fue provocado por el Sr. Braun, fueron chocados por un conductor ebrio.- le explicaba el doctor Schneider.
- Lo sé, no lo culpo por eso, él lo sabe perfectamente- le agarraba de la bata tirándole desde el centro del pecho sin dejar de amenazarlo con los ojos.
La señora York y el padre de Daniel llegaron en ese instante, corrieron a separar a la ofuscada chica del hombre herido.-
- Jesse, cálmate, no resolverás nada usando la violencia.-
Su madre y la suegra de su hermana, quien había llegado en ese instante, le sujetaban de los brazos con todas sus fuerzas para que no se abalanzara contra Daniel.
- ¡ Eres un bastardo! No sabes lo feliz que estaba con la decisión de mi hermana, vete a tu pieza y deja de fingir preocupación, ¿ no le avisaste a tu amorcito? ¿ Está celebrando? Quizás está esperándote para celebrar en tu habitación.-
- Hija, sé cuánto quieres a tu hermana, pero hacer este escándalo no le ayudará.- le intentaba calmar Magnolia Braun.
- Hablo por todo lo que se calló ella, ni tú madrea sabías la verdad ¿ cómo puedes estar tan calmada ?- le reprochaba su hija menor.
- Jesse, lo importante en este momento, es la recuperación de tu hermana y sobrina.-
- Su madre tiene razón, la señora Braun sigue en riesgo vital, esta noche permanecerá en intermedio quirúrgico.- le explicó el ginecólogo.
- Déjeme verla, sé que escucharme le ayudará- le rogaba la adolescente.
- No está permitida la visita en esa unidad.-
- Pero…-
La suegra de su hermana le tomó afectuosamente de los hombros.- Debemos seguir las indicaciones de los doctores, tu hermana necesita descansar.-
La chica bajó los hombros, triste y rendida, la señora tenía razón, verla herida y conectada a muchas máquinas no le tranquilizaría y se pondría más irritable.
- ¿ Mi nieta… cómo está?-
- No sufrió daño en su cuerpo, está en la unidad de neonatología, permanecerá en incubadora por lo menos estas dos semanas, es prematura y baja de peso para su edad.
- ¿ Baja de peso?- la suegra no creía lo que escuchaba.
- Samanta estaba en tratamiento por depresión.- dijo Jesse de repente.-
Las mujeres y Daniel se quedaron de piedra.-
- ¿ Samanta con depresión? Eso no es posible.-
- ¿ Cómo crees que aguantó todos estos años en esta farsa? Mi hermana no es un robot como tú, decidió dejarlo durante el embarazo para no complicar a la bebé, el doctor le ofreció otras alternativas de fármacos pero tenía miedo que le dañara.-
Recordó una vez que entró a buscarle al dormitorio, vio unos frascos de medicamentos sobre su mesa de noche, cuándo le preguntó que era, su esposa le contestó que eran vitaminas para la concentración y las escondió en los cajones nerviosa.- Ella no me lo dijo…- murmuró Daniel, desecho, eran demasiadas cosas que desconocía de su esposa, viviendo juntos por más de 7 años, ella no confiaba en él.Conoció a su hija la noche anterior, le permitieron entrar en la unidad de incubadoras, era un pequeña versión de Samanta, piel blanca como el jade, ojos marrón claro y unos mechoncitos castaño claro.- Eres muy linda mi niña…- dijo observándola embelesado- Tu mami estará muy contenta cuando te conozca.- Si era sincero, él estaba encantado con la bebé, se moría de ganas de cargarla en brazos pero la enfermera no se lo permitió. Lo más triste de todo era que no podría verle crecer día a día, su esposa le pidió el divorcio, no alcanzaron a discutirlo apropiadamente pero no tenía intenciones de d
- ¡La paciente de las 306 no está en la habitación!- gritó para alertar a los demás funcionarios.- Deben buscarla de inmediato por el piso, no está en condiciones de caminar en su estado.- llamó al médico tratante y movilizó a los guardias para que le buscaran.-- Espere señorita, creo que sé donde fue, yo la traeré de vuelta.- le pidió Daniel.-- ¿ Dónde?-- En la Unidad de neonatología, voy por ella.- tomó las escaleras de emergencia y saltó varios escalones para ahorrar tiempo.Tal como lo predijo, ella estaba de pie junto al vidrio, descalza y sus brazos manchados con restos de sangre donde se tiró las vías venosas.Se acercó con cuidado para no asustarla.- Es tan pequeña…- murmuró Samanta, reconoció a su hija sin problemas.- … Es la primera vez que la veo…-- Ella está bien, los doctores dicen que está fuera de peligro.- le dijo Daniel- ¿ Por qué estás aquí?- le preguntó con voz fría y distante.- Vine por ti… no debiste levantarte estás…-- Ya no soy tu problema… la bebé ya na
- ¿ No recuerda quien es? ¿ O nosotros su familia?- le preguntó la madre de las chicas York.- A usted y su hermana si los recuerda, pero es a sus hijos y marido a los cuales desconoce.- ¿Cómo podemos ayudarle?- pidió saber Daniel.- No sé que tan mal está su relación, pero no considero adecuado concretar esa separación en estos momentos.-- Lo siento mucho doctor, pero no estoy de acuerdo, vivir con este hombre no le ayudará a mejorar.- se opuso de inmediato la hermana menor.- Además esa mujer siempre estará rondando.-- Jesse, no puedo dejar a mi esposa en este estado.-- Sólo quieres hacerlo para estar tranquilo con tu conciencia, lo mejor para Samanta es que se vaya conmigo fuera de la ciudad, ella compró una casa para vivir con sus hijos luego de la separación, quería que viviéramos juntas.-- ¿ En qué momento hizo eso?- ella hacía muchas cosas en secreto, pero nunca es espero que desconociera tantos aspectos de su vida.En verdad, le había dejado completamente sola.- En alguno
Con mucha reticencia de Daniel, tuvieron su primer hijo, Lucas, debían tener un sucesor, así que cumplieron con ese requerimiento. Samanta se sentía tranquila con eso, adoraba a su hijo y desde que nació su vida se concentró en el cuidado de su pequeño y en cuidar los intereses de la empresa de su familia. El amor era un capítulo bloqueado en su vida.Durante los siguientes 7 años su relación se mantuvo igual, trató de acercarse a su marido, pero nunca le dio chance de algo más, mantenían una buena relación laboral y ante las cámaras y sus padres fingían ser una pareja modelo.Ambos eran padres preocupados y amorosos, cuidaban a Lucas, jugaban con él y estaban al pendiente de su desarrollo, pero eran un matrimonio sin amor.Tener un segundo hijo, era un absoluto ¡No! En la cabeza de Samanta. Tener relaciones con Daniel no era malo, las veces que lo hicieron para concebir a Lucas no lo sintió desagradable, tenían buena química, pero no había amor en ese acto y para ella era inconcebi
Los últimos meses antes de que volviera Lisbeth Jones, su relación había cambiado, le ofreció tener un segundo hijo y ella lo rechazó de inmediato, insistió un par de semanas pero como le vio inquebrantable, había pensado rendirse, hasta que volvió de una salida de copas con Jesse, su hermana menor.Esa noche, Daniel se durmió en el sillón de su cuarto, revisaba unas propuestas de imagen para su próximo lanzamiento, en medio del trabajo se quedó dormido, despertó por la caída de un florero en la entrada.Se supone que era una propiedad con medidas de seguridad extremas, no podían ingresar delincuentes tan fácil, aún así el ruido lo perturbó, corrió fuera del dormitorio expectante.Samanta había llegado y chocó con el objeto, tontamente intentó recoger los pedazos.Daniel bajó las escaleras apresurado, temió se cortara con la porcelana.-- ¡Sam!, detente, mañana lo recogerá la criada, puedes cortarte.-- ¡ Querido! No quise despertarte, ¿ estás enojado?- ver su expresión de preocupació
- Me encantan tus hombros- le confesó acariciando uno de ellos, bajó por su pectoral y siguió descendiendo por sus marcados y fuertes abdominales.-- ¿ Sólo eso te gusta de mí?- preguntó interesado.-- No… también tus labios y…- pasó su dedo índice por sus labios embelesada-- … y..-- Tus brazos…- ahora los recorría con sus pequeñas y suaves manos.-Daniel le tomó por la cintura y le besó el nacimiento del cuello dejándole una pequeña marca, ella gimió sorprendida.- A mi también me gustas…- dijo sin despegar su nariz del mismo sitio que besó.-- … Mentiroso…- su pecho subía y bajaba agitado, aún no le quitaba la ropa interior, quizás planeaba rechazarla, pero esa idea se desvaneció por completo cuando sintió que quitaba el broche de su espalda y liberaba sus senos succionando uno de sus pezones sin demora, luego hizo lo mismo con el otro y las descargas de placer le dejaban la mente en blanco.Mientras los chupaba con deleite,sus ojos permanecían fijos en su rostro, sin perder de vi
- Lo haré, no estamos en condiciones de tener otro hijo, apenas tienes tiempo con Lucas y la empresa, cumplimos con dar un heredero, yo dije cosas de las cuales me arrepiento.- se negó de inmedia- Por favor, no lo hagas.- le tomó de los brazos y le levanto del suelo.- Daniel…-- Duerme conmigo desde hoy, no más habitaciones separadas, seamos una pareja de casados normal.- sus ojos brillaban de una forma hipnótica, por más que lo estudiaba no lo sentía como una mentira.- Tú no me amas, por más que compartamos la cama eso no lo modificará.- si lo sabía, ¿Por qué la sola posibilidad le entibiaba el pecho ????- Me gustas mucho… ¿ no es suficiente?-- No lo es para una pareja de verdad, Daniel, yo estoy adaptada a este modo de vida, si quieres complacer a Lucas con lo de tener un hermano, no es necesario jugar a la pareja feliz.-- Por lo menos, dame una oportunidad de intentarlo.- se inclinó para besarla, Samanta le corrió la cara.-- No… se te hará tarde para desayunar.- Daniel le su
Samanta se giró hacia ella y le extendió la mano para saludarla.- Bienvenida a empresas Braunn-York, soy la vicepresidente Samanta Braun.-- Mucho gusto señora.- se levantó de la silla para responder el saludo.- Le agradezco por darme esta oportunidad.- Sus antecedentes son dignos de admiración, usted se ganó este puesto por sus propios méritos ¿ Me acompaña a la sala de reuniones?-- Por supuesto.-- Rosario ¿ Puedes llevarnos dos cafés por favor?-- Señora, ¿ Puede beber café en su estado?- le preguntó la secretaria.- Ohh, lo había olvidado, tienes razón, un jugo de naranja para mí y un lungo para Daniel, debe estar por terminar.-- ¿ No pasará a saludarlo a su oficina?-- Prefiero no interrumpirlo, cuando está leyendo contratos no le gusta que lo desconcentren.-- Muy bien señora, le llevaré sus bebidas en minutos.-- Gracias Rosario.-Samanta le invitó a sentarse en el sofá y le hizo algunas preguntas cotidianas.-- ¿ Hace cuánto vive en USA? Debió ser difícil aprender un nuevo