Capítulo 44

El camino se hace más largo de lo que debería. Las manos, que se encuentran aferradas al timón del carro, le tiemblan con la misma intensidad que le late el corazón.

—Sé dónde encontrarte, ¿ahora qué? —Ella se muerde el labio inferior, gracias al nerviosismo que siente en ese momento.

Le encantaría ir a aquella ciudad de imprevisto e ignorar que no tiene dinero suficiente para sobrevivir allí, como tampoco un lugar dónde hospedarse. Se pasaría por alto esos detalles si no fuera por Alan, quien ya no puede quedarse un día más con Adrián porque tiene que ir a la escuela.

—Debo calmarme... —se anima a sí misma.

Tiene la tentación de ir por el niño, ya que se encuentra en Diamond con su padre; sin embargo, no se siente de ánimos para el interrogatorio de Adrián, así que mejor esperará a que él lo lleve a casa.

Debajo de las gotas tibias que salen del grifo, ella maquina la manera de ir por Bratt, pero ¿qué le dirá? Él se veía muy enojado aquella mañana, además, pudo ver la misma expresión
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