Capítulo 54

Los latidos de su corazón se tornan intensos y muy rápidos mientras ella corre detrás de Bratt, quien ya ha llegado al estacionamiento.

—¡Espera! —grita desesperada.

Al cabo de unos segundos, Lilia lo alcanza y se apresura a abrazarlo. Acto seguido, empieza a llorar contra su pecho.

—Detente, por favor —ruega entre sollozos.

—Le daré su merecido a ese maldito infeliz. Me tiene harto, ¿sabes? —Aprieta la mandíbula y se recuesta de su vehículo—. Estoy cansado de que ese malnacido te haga sufrir. ¿Hasta cuándo te joderá la existencia? Tú no estás sola, Lilia, y se lo voy a demostrar a ese mequetrefe del demonio.

—Bratt, ¿me amas? —pregunta ella de repente y sin dejar de abrazarlo.

Él se queda estupefacto por unos segundos, puesto que no se esperaba esa pregunta en un momento tan tenso como ese.

—Sabes que te amo con mi vida, mi amor. Y porque te amo y no soporto que nadie te haga daño, es que iré a partirle la madre a ese tipo...

—Bratt —lo interrumpe—, si me amas no irás a buscar proble
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