La entrevista transcurre con normalidad, pese a la embarazosa situación anterior. A Ian le parece que ella sería la candidata perfecta porque tiene muy buena preparación y experiencia, además de que su personalidad es agradable.—Te llamaré pronto, gracias por venir —la despide con una sonrisa.Ella se muerde el labio inferior, debido a que la manera en que la boca de él se extiende le parece muy sensual y atractiva.—Espero que así sea, en realidad necesito el trabajo —dice con un poco de desánimo en su semblante, que evidencia lo frustrante que es estar desempleado y sin muchas opciones.—Así será, solo toca hablar con mi esposa para cuadrar —le responde de forma amigable.—Esperaré con ansias, entonces. Ya me han dicho así en otros sitios, pero nunca me llaman —comenta sin disimular la decepción y el cansancio mental.—Te llamaré, no te preocupes —le asegura, sonriendo para darle ánimo. Ella le devuelve el gesto con las mejillas ruborizadas y le extiende la mano con cortesía.—Much
Un silencio incómodo se instala entre ellas dos, o eso es lo que siente Lilia.—¿Lo conoces? —cuestiona Patricia sin dejar de mirarla con asombro.—Sí... —Lilia se relame los labios, al recordar la última vez que lo vio, tres meses atrás.—¿De dónde? ¿Cómo? —interroga su compañera con intriga.Lilia suspira y relaja el semblante.—Él vive o vivía en Diamond y es el mejor amigo de una de mis amigas. Nos vimos varias veces, pero nunca hemos pasado más que unas cuantas palabras.» Solo míralo, él es un hombre multimillonario y poderoso, mas yo solo soy una enfermera y ama de casa, que trabaja duro para sobrevivir. ¿Qué otro vínculo podríamos tener?—¡Has pasado palabras con él! —chilla emotiva y audible, entonces los compañeros de alrededor la mandan a callar—. Espera... ¿Tienes una amiga rica? —Agranda los ojos y abre la boca como pez.Lilia reprime el deseo de reír, asimismo, busca las palabras correctas para terminar con ese tema de una vez y por todas.—Sí, pero ella vive en otra ciu
Una semana después...Bratt se levanta de su escritorio cuando la ginecóloga entra en su oficina. Al instante, se le acerca sonriente y la besa en los labios con deseo. Aunque apenas han salido una sola vez, la química entre ellos es innegable, a pesar de que aún no han tenido sexo, lo cual resulta bastante raro para Bratt.—¿Qué harás esta noche? —pregunta ella, respirando entrecortadamente, excitada por la sola cercanía de él.—Nada. ¿Por?—Porque me gustaría cocinar para ti hoy, en mi apartamento —responde con un tono sugestivo.Bratt traga con dificultad ante su invitación y sonríe con picardía.—Será un placer probar tu sazón —responde, dejando entrever un doble sentido.—Y yo encantada de que lo pruebes —contesta ella, con una mirada seductora.Ella lo besa con hambre, como si su deseo por él fuera insaciable. Le encanta ese hombre y se siente muy afortunada de haberlo "pescado" antes que las demás.—Ya que me invitarás a cenar, déjame brindarte el almuerzo. Supongo que ya no ti
La noche se impone y, con ella, regresa esa sensación de vacío e inferioridad con la que Lilia ha cargado durante muchos años.Por más que lo intenta, no logra deshacerse de ese maldito sentimiento de que ella no es suficiente, de que nada de lo que hace tiene algún sentido. Lucha, pero esa tristeza no la deja en paz, tampoco consigue alcanzar esa tranquilidad que tanto desea.Su vida siempre ha sido insípida, insignificante y carente de felicidad.—Pero he tenido buenos momentos —reflexiona mientras mira a través del cristal de la ventana. Sus orbes verdes escudriñan los faroles que alumbran parte de aquel vecindario, luego fija la mirada en el firmamento.¿Qué espera encontrar en el cielo oscuro? Este apenas muestra unas cuantas estrellas.Pero, si enfoca la vista en el silencioso vecindario, tampoco encontrará nada interesante para ver allí, ya que las calles desoladas no tienen mucho que ofrecer, más que los edificios carentes de vida y uno que otro vehículo que por allí transita
Ella, vestida de enfermera y con el rostro cansado, siente la tensión del estrés sobre los hombros y el cuello, producto del arduo trabajo. Toma su celular para revisar algún mensaje dejado por su esposo, pero al mirar, nota las llamadas perdidas de Taís.«¡Rayos!», piensa acongojada, y se apresura a buscar algún mensaje de texto de su amiga.De pronto, recibe una llamada y la responde al instante, pero al escuchar la voz preocupada y llena de reclamos de la morena, se siente avergonzada.—Lo siento, es que me pidieron en emergencia y no tuve chance de avisarte. Pídele disculpas a Ian de mi parte. ¿Sabes qué? Los invitaré a un trago para disculparme; te enviaré la ubicación del bar donde nos encontraremos, no está lejos del restaurante —responde.Después de recoger sus cosas y quitarse el uniforme, Lilia se apresura hacia el bar donde la esperan su amiga e Ian. Al llegar, se encuentra con una escena que la conmueve, renovando sus esperanzas de que Taís logre conquistar a Ian.Ellos ba
La niña mira en dirección al suelo, al tiempo en que juega con sus manitas regordetas y más pequeñas de lo regular. Frente a ella, se encuentra un hombre de ojos verdes y cabello rubio, lacio y peinado con nitidez. Todo en él denota elegancia y autoridad.Su traje lustre y hecho por diseñadores famosos se ciñe a la perfección al cuerpo esbelto que ahora se encuentra rígido. El rostro atractivo que lo caracteriza luce desfigurado por el enojo y el disgusto.—De mis dos hijas tenías que ser la más inservible, fea e insoportable. ¿Cómo es eso de que no te has aprendido ni un solo paso de ballet? ¡Eres la burla de la academia! ¿Cómo te atreves a avergonzarme de esa manera, Liliana?—N-No me gusta el ballet, papá —responde ella con ojitos llorosos.—¡Me importa un comino si te gusta o no! ¡Te harás la mejor de tu clase o estarás castigada de por vida! ¡¿Me escuchas, niña desobediente?!Ella asiente mientras trata de retener las lágrimas, puesto que no debe llorar delante de su padre, quien
Un año después...En una villa glamurosa, donde solo las personas poderosas de Diamond pueden darse el lujo de hospedarse, un encuentro social de varios días se lleva a cabo. Allí se reúnen los hombres de negocios más influyentes junto a su familia, con la intención de pescar un buen matrimonio o por lo menos encontrar un socio ideal para hacer alianzas y negocios.Cansada de tantas etiquetas e hipocresía, Lilia camina entre los arbustos, escapando de las personas superficiales que buscan llamar la atención de su familia.—¡Mira lo que me encontré por aquí! Una hadita… —espeta un chico, a quien ella descubre tirado en la grama.Él la mira con una sonrisa socarrona mientras muerde un palito verde.—¿Por qué estás aquí? —cuestiona ella mientras se cruza de brazos.—¿Acaso es un delito estar en este lugar? En todo caso, tú también deambulas por estos lares. ¿Qué? ¿Escapando de las exigencias sociales y de todas sus pendejadas?—Creo que te conozco —dice ella mientras entrecierra los ojos
Bratt y Lilia regresan a la última celebración cuando ya el sol se ha puesto. Ellos se observan a la distancia y se sonríen con complicidad.—¿Dónde has estado, Liliana? —interpela el señor Rocca con expresión molesta.—He estado por los alrededores, papá —responde asustada.—Pues no te encontré. El señor Nisson quería volver a hablar contigo.Lilia lo mira extrañada. ¿Por qué ese señor querría hablar con ella?—¿Para qué?—Deja de ser insolente, qué te importa a ti la razón. Solo trata de ser amable cuando él te aborde y no saques a relucir lo tonta que eres.Lilia se tensa al escuchar esas palabras porque varios escenarios llegan a su mente y ningunos son agradables. Está segura de que su padre la comprometería con cualquier tipo de la élite que le ofrezca una buena alianza sin importarle su opinión ni sus sentimientos.«¿Y si ese viejo me quiere pedir como esposa?», piensa aterrada.No podría esperar más para su futuro, puesto que no es una persona interesante ni bonita; pero sí jo