Capítulo 24

Lilia puso la excusa con la maestra de Alan y viajó a Diamond junto a él. En todo el trayecto estuvo nerviosa, con el estómago revuelto y desorbitada.

Con manos temblorosas, ella agarra la valija y pide un taxi que la dejará en la casa de Adrián y Cecilia, quienes meses atrás se mudaron juntos.

—¡Papi! —vocifera el niño cuando su papá los recibe en la lujosa sala.

Adrián se convirtió en vicepresidente de la empresa de su novia, así que gana muy bien, aparte de que Cecilia tiene mucho dinero por ser la única heredera de la empresa y de la fortuna de su familia.

—Hola, bebito —lo saluda Cecilia con un leve pellizco en la mejilla, luego besa a Adrián en la boca y se le queda al lado como si marcara su territorio.

—Hola —le responde el niño con timidez.

—Yo ya me marcho. Gracias por cuidar de Alan, Adrián —dice Lilia.

—Es mi hijo, así que no tienes que agradecerme por cuidarlo —responde con tono tosco.

—Tienes razón, soy tonta a veces. —Finge una sonrisa.

Lilia se despide de Alan, pero Ad
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