En el área de piscinas, que es muy parecida a las de los hoteles turísticos de cinco estrellas, una mesa decorada con manteles de color crema y tela fina, velas y vajillas costosas, con algunas rosas dentro de floreros de cristal, es el soporte para una cena exquisita, que es servida por varios meseros uniformados.No solo se encuentran allí los invitados que se están quedando en la mansión, también fueron convidados los padres de Serena, Raniel y su esposa, y algunos socios de Jael.Con música tenue, elogios a los futuros esposos, risas y conversaciones amenas, Jael y Taís comparten la cena con las personas cercanas a ellos.Lilia está colocada al lado de Serena y Amanda; quienes, a su vez, se encuentran junto a sus esposos. A la derecha de Taís está sentada su madrina y a Jael le sigue Ian. En el otro extremo de la mesa se encuentran los socios del novio, Raniel y su esposa, Victoria y Bratt. Este último ha quedado frente a Lilia, mientras que la rubia se le sentó al lado.Las mirad
El gran día llega y un espacioso salón de la mansión ha sido decorado en tonos blanco y dorado. El lujo, la música, los meseros, las lámparas gigantes, que dan la sensación de estar en un castillo de un cuento de hadas, y las más exquisitas bebidas forman parte de la boda más esperada en Diamond.Después de dar el sí en la iglesia, los novios bailan en el salón la primera pieza musical mientras son admirados por los invitados, quienes suspiran con ternura por lo enamorada que luce la pareja.—Taís está hermosa en su vestido blanco —expresa Lilia con ojitos emocionados y semblante ufano.—Sí, ella parece una princesa —secunda Serena con una gran sonrisa.Tanto Lilia como Serena lucen un vestido dorado, pero en un modelo diferente y acorde al cuerpo de cada una. Las dos se hicieron ondas definidas y llevan un maquillaje suave.En cuanto a Taís, ella luce un vestido blanco pegado al cuerpo, con un escote en forma de corazón y detalles dorados en la parte del busto y la cintura. Su cabell
La mirada verde de Lilia se mantiene atrapada en el cuerpo trabajado de Bratt, quien se ha quedado en completa desnudez delante de ella.—¿Te bañarás con la ropa puesta? —inquiere él con una sonrisa pícara.Ella traga pesado y se aclara la garganta, entonces lo encara nerviosa.—¿Por qué debemos bañarnos juntos? Se supone que vinimos a tomarnos un trago.—Nos tomaremos el trago en el jacuzzi, mi bella Hadita.Lilia se relame los labios y deja salir un suspiro. Bratt, en cambio, se le acerca con una sonrisa tierna y le roza los hombros con los dedos.» Hadita, no tienes que follar conmigo si así no lo deseas. No quiero presionarte. Sé que lo que te estoy diciendo suena contradictorio a esto... —se apunta a sí mismo y luego a la habitación—, pero de verdad vine para que estemos solos y tranquilos sin sentirnos juzgados por estar juntos.» De alguna manera, me sentía incómodo allí con la mirada de ciertas personas encima de nosotros. Bella, no estamos haciendo nada malo. Cada quien ha h
Él se mantiene inerte, con el papel en la mano y las lágrimas descendiendo por sus mejillas. Siente un nudo en el pecho que lo sofoca y un dolor punzante le atraviesa el corazón.Duele, cómo duele...No solo se trata del hecho de que ella se marchó, lo que más lo decepciona es que ella haya decidido hacerlo y ni siquiera tuvo la valentía de despedirse en su cara.Se siente usado y abandonado.Desamparado...Su malestar y dolor es parecido al de aquella vez cuando supo que sus padres habían muerto. Se sintió abandonado por ellos, solo y traicionado, aunque estos no tuvieron la culpa de haber muerto.—¿Bratt? —lo aborda Serena sorprendida, ya que no esperaba encontrarlo allí, en esas fachas y llorando—. ¿Qué te sucede? —cuestiona asustada, debido a su estado.—Se fue... —El pecho le empieza a sacudir por el llanto—. Ella se fue sin siquiera despedirse. ¡La muy desgraciada, me folló y se largó! —vocifera berrinchudo—. ¿Puedes creerlo? Lilia me usó. —Él cae de rodillas.Serena lo mira con
Lilia observa a Adrián con temor y estupor, mientras que él aún le aprieta el cuello y la mira con ira.—No tienes ningún derecho a exigirme nada, Adrián. Tú y yo ya no tenemos ninguna relación.—Pero yo soy el padre de tu hijo. Aparte de que Alan vive contigo y de que me debes obediencia por los cuernos que me pusiste. ¡Quién te viera con esa carita de inocente! —Ríe con sorna—. Pero solo eres una perra que le abriste las piernas a ese playboy que nunca te tomará en serio.—¿Me seguirás juzgando por el pasado? Por eso me divorcié de ti, porque no me merecía estar a tu lado después de lo que te hice. —Ella empieza a llorar.—Y eso fue lo que más me dolió —admite con amargura—. Ni siquiera me pediste una oportunidad ni esperaste a que yo decidiera si te perdonaba o no. Me dejaste como si yo no tuviera ningún valor y ni siquiera lo intentaste conmigo.Lilia se queda atónita ante sus palabras.—Adrián, nuestra relación no tenía arreglo. Lo que sucedió con Bratt solo fue un reflejo de lo
Lilia mira a su colega con la boca abierta y los ojos agrandados, debido a lo sorprendente que el relato de la mujer le parece. Un escalofrío le recorre el cuerpo ante las imágenes que le llegan a la cabeza, al imaginarse esa barbaridad de la que apenas se está enterando y que es la razón para que haya encontrado a la prensa frente al hospital cuando llegó. Asimismo, la causa del desorden en el trabajo que desempeñan y el pánico entre sus compañeros y los pacientes.—No lo puedo creer... —espeta aterrada, y se pone la mano en el pecho—. Ahora todo el caos de las últimas semanas cobra sentido —razona, al recordar lo incómodo que fue trabajar en esos días y las visitas extrañas que recibían de parte unos inspectores y autoridades.—Sí —responde la otra enfermera, quien está preparando su bandeja—. Si vieras a todo el personal que se llevaron a prisión. Algunos ya fueron puestos en libertad, pero todavía hay varios doctores, enfermeras y hasta paramédicos presos. También se llevaron a to
Ian y Serena miran a la extraña, muertos de la vergüenza y en completo mutismo y asombro. Lo menos que se esperaban era que alguien se atrevería a abrir aquella puerta, que al parecer no aseguraron.—¡Salga de aquí! —increpa él mientras cubre a Serena con su cuerpo, como manera instintiva de protegerla.La mujer tarda unos segundos en reaccionar, debido a que se ha quedado alelada observando la perfecta anatomía de aquel hombre, que parece un modelo.Supone que eso es, puesto que están en un estudio fotográfico.—¿Podría salir, por favor? —insiste él.—¡Perdón! —grita ella, como si despertara de un sueño. La joven, de cabellera oscura y vestuario ejecutivo, corre fuera del estudio y se detiene en la oficina.Ella trata de recuperar la compostura y de que su respiración tome el ritmo regular.—¡Soy una tonta! ¿Por qué no esperé por una respuesta antes de entrar allí? ¿Ahora qué haré? ¡Vaya forma de empezar mi entrevista! —se lamenta.Ella camina en círculos con ansiedad, a la espera de
La entrevista transcurre con normalidad, pese a la embarazosa situación anterior. A Ian le parece que ella sería la candidata perfecta porque tiene muy buena preparación y experiencia, además de que su personalidad es agradable.—Te llamaré pronto, gracias por venir —la despide con una sonrisa.Ella se muerde el labio inferior, debido a que la manera en que la boca de él se extiende le parece muy sensual y atractiva.—Espero que así sea, en realidad necesito el trabajo —dice con un poco de desánimo en su semblante, que evidencia lo frustrante que es estar desempleado y sin muchas opciones.—Así será, solo toca hablar con mi esposa para cuadrar —le responde de forma amigable.—Esperaré con ansias, entonces. Ya me han dicho así en otros sitios, pero nunca me llaman —comenta sin disimular la decepción y el cansancio mental.—Te llamaré, no te preocupes —le asegura, sonriendo para darle ánimo. Ella le devuelve el gesto con las mejillas ruborizadas y le extiende la mano con cortesía.—Much