Pamela las observaba de lejos, esperaban su equipaje y saludaban, ansiosas de salir del sitio, las tres tomaron sus maletas y salieron como pequeñas a abrazarse, saludarse con cariño, la alegría para Ashley que estaba al tanto de todo era inmensa, se le notaba en su rostro la emoción de verlos a los dos juntos tranquilos, esperando nuestro regreso con tanto amor. —¡Ay, mi niña hermosa! ¿Cómo has estado?, ¿qué bella estás?, hola hermana, las extrañé tanto no veía la hora de que regresaran las amo, —¡dijo Pamela muy emocionada! —Edward, cómo estás que gusto me da verlos de nuevo, me alegra que todo está muy bien. —Si cuñada, todo está excelente, hijita de mi alma has crecido en estos últimos días, creo que tu tía te llevó a esos lugares de comida rápida, a los que a ella le encanta comer, te noto con unos kilitos más mi amor, a tu gran amiga Paulette le asentaron muy bien estas vacaciones, gracias, ¿te gusto el viaje? Vengan, pueden darme un gran abrazo. —¡Las niñas lo abrazaron muy a
—¡Está bien! ¿Se encuentra el señor Edward?—Sí, ya se lo comunico, ¡debe ser importante!—Lo es, señora Pamela.Llevó los zumos junto con el celular hasta el sitio donde Ed se encontraba.—Tienes una llamada.—¿Cómo? —replicó él.—Sí, toma es tu asistente, definitivamente esas mujeres no te dejan en paz, parecen más bien el harem del Jahir —hizo Pamela el comentario con algo de molestia.—¡Hola! Señorita Caroline, ¿cómo están las cosas? Me tenía un poco preocupado, ¡no he sabido nada de usted en todo este tiempo! ¿Tiene algo que decirme?—Primeramente, hacerle saber que estamos bien, me refiero también a los socios, necesitamos saber si mañana, comienzo de semana, ¿vamos a la oficina?—No, aún tenemos algo por resolver esta misma semana, tal vez el día miércoles, podemos reunirnos y hablamos del tema, por ahora no puedo hacer nada por ustedes con respecto a los trabajos de la empresa. Les estaré avisando.—Perfectamente, señor Long, estaremos en la espera de su decisión, buenas tarde
Al pasar los días Edward, comenzó sus labores nuevamente, puso las cosas en su lugar la asistente, la señorita Caroline y todos los socios de la empresa junto con su personal de trabajo, Pamela restablecida al día con el bufete, Camila buscando la manera de sacar del país a su esposo Ascanio, la situación estaba tomando su curso bastante positivo en ciertas cosas de igual forma debían seguir ciertas reglas, condiciones y un patrón para continuar las tareas exigidas por la justicia.En la oficina de Edward Long y sus socios estaban nuevamente reunidos, poniendo en orden sus ideas, para luego ponerlas en práctica. La asistente de Edward, la señorita Ricks, se movilizaba entre ellos prestando ayuda, comunicándose con todas las demás empresas, suministrándoles información con respecto a la abertura de la compañía.—Primeramente, bienvenidos de nuevo a todos, muchas gracias por su presencia, por la espera, mientras yo me recuperaba de lo acontecido, me imagino, todos conocen cómo fueron y
Las aguas estaban volviendo a su cauce, mientras Pamela visitaba a sus padres, Edward aprovechó el momento para salir a la cita con Camila, ella lo esperaba en la posada queda un poco retirada del centro de la ciudad. Mientras Ed, llegaba al sitio, ella preparaba todo lo quería sorprender, puso flores frescas en una habitación, acondicionó completamente el lugar, era como la cita romántica de la primera vez.Edward llegó al lugar, entró por un portó inmenso, muy grande, miró a todos lados admirando la belleza de la posada, los jardines hermosos, él se quedó atónito, jamás imaginó que detrás de ese gran portón se ocultaba un sitio tan maravilloso como ese, todo un paraíso. Tocó la puerta la habitación 202, donde Camila lo esperaría.—¡Hola! ¿Camila estás allí? —preguntó Edward, creo que aún no ha llegado, la esperaré sentado por aquí.De pronto se oye una voz que grita a lo lejos.—Edward acércate, —Camila lo estaba llamando.—Voy Camila, no estabas en la habitación, creí que no habías
Edward estaba poniéndose cómodo en la cama, cuando Pamela empezó a pasarle la mano por el pecho, él disimuladamente la quitó, al darse cuenta de la actitud de su marido decidió preguntarle si tenía alguna razón para hacerle ese desaire. Solo quería un poco de su atención.—¿Edward puedes explicarme cuál es tu problema? Crees que no me doy cuenta de algunas cosas dónde siempre dices lo mismo, no me creas tonta, deseo hacer el amor y me esquivas, ¿desde cuándo no estamos juntos?—Ay… Pam por favor, estoy agotado entiéndelo, tuve mucho trabajo hoy.—¿Edward, tú me estás ocultando algo? —preguntó Pamela disgustada.—No, entiendo, ¿qué diablos quieres? Será posible que me dejes un momento en paz, necesito dormir, no quiero otra cosa.—Tú me estás engañando y si llego a enterarme de tu desdén hacia mí te la verás conmigo, ¿no le permitiré a ninguna mujer entrometerse en mi matrimonio queda entendido?, buenas noches o como sea —Pam estaba demasiado molesta con su marido.—No te molestes conm
La mañana siguiente, todos estaban de pie, Pamela paseaba por el jardín viendo el resplandor del sol, sintiendo la brisa chocar con su rostro y elevar su cabello, el día lucía esplendoroso. Por un momento pensó en lo que dijo la noche anterior «lo de buscarse un amante» sus pensamientos volaron por todo el lugar, ella estuvo con Ascanio por razones circunstanciales, pues de tener a alguien lo haría por amor. De pronto sacudió su cabeza y dejó salir esos pensamientos, volvió a la realidad con un llamado que le hizo Dolores para avisarle con respecto al desayuno, tenía minutos llamándola, pero estaba concentrada en sus pensamientos liberales.—¡Señora Pamela, venga por favor el desayuno está listo! —llamó Dolores con mucha fuerza, pues no la escuchaba.—Claro Lola, ya estoy contigo, discúlpame, me quedé un poco confundida con unos pensamientos, perdón.—Tranquila señora, ya está listo su desayuno, quería preguntar ¿si lo come en el jardín o en comedor?—En el jardín está muy hermosa la
Camila, al ver todo ese ambiente familiar, decidió unirse, pero no podía llegar vestida de la manera en que lo estaba, arrancó el vehículo y se alejó de inmediato. Llegó a hasta una tienda donde venden ropa casual y deportiva y compró ropa adecuada para estar en el parque, adquirió un pantalón deportivo, zapatos, medias, suéter y se dispuso a cambiarse en el mismo local comercial. Tomó a su baby yéndose con algo de apuro.Llegando al sitio, estacionó el auto en el Public Parking, mirando fijo hacia su destino, al hacerse presente disimuló un poco para no ser descubierta y a pocos metros de distancia hizo llamar la atención de la familia, con un saludo bastante efusivo.—Buenas, buenas, ¡caramba! Qué sorpresa encontrarlos aquí, —saludó Camila con entusiasmo.Todos se quedaron extrañados, «casualidad o propósito» pensó Edward al ver a Camila y al niño.—¿Qué estás haciendo aquí, Camila? —preguntó Edward sin vacilar, no le parecía una buena idea.—estaba paseando con Cristian cuando volt
La mañana se hizo de pronto, en un cerrar y abrir de ojos, el día estaba asoleado, la brisa movía las hojas de los árboles, como invitándola, a bailar. Se escuchaba el sonido de las aves entonando múltiples canciones, el oleaje del mar estaba apaciguado, tranquilo, sereno, no se podía pedir más a la bella naturaleza.Todos estaban desayunando, cuando repicó el teléfono residencial, Dolores caminó apurada con pasos cortos, pero rapiditos y enseguida contestó.—Buenos días, casa de la familia Long, quien habla —contestó Lola con mucha educación.—Buenos días, Dolores, no me reconoces, la voz es Violett, ¿cómo estás?—¡Señorita! Estoy bien usted, ¿cómo está? Tiempo sin saber de ti, mi amor, que bueno que llama señorita, espere ya le paso a su madre, hasta luego cuídese.—Aló mi niña querida, ¿cómo has estado mi cielo? Todos aquí extrañándote mucho, estamos a punto de salir a nuestras labores, pero tenemos tiempo hija ¿cuéntame de la universidad?—Me va muy, pero muy bien madre, pronto no