Capítulo LXXVI

Esa tarde las cosas marchaban normales, el señor Long había salido a almorzar y no había regresado, ya su asistente estaba allí, haciendo su trabajo, repicó el teléfono de la oficina de Edward, ella enseguida contestó.

—Aló, buenas tardes, le habla la señorita Ricks, ¿quién habla?

—Buenas, soy un amigo del señor Long, se encuentra por favor.

—El señor Long, no se encuentra, ¿desea dejarle alguna razón?

—No, no se preocupe, lo llamaré luego.

—¡Espere un momento! Su voz me es conocida, ¿es usted el esposo de la señora Foster? Tengo cosas que hablar con usted.

—Sí, lo soy usted decirme ¿qué? ¡Sobre mi esposa Camila!

—Sé que está oculto, pero necesito decirle algo muy importante, tiene cómo anotar, le daré mi número del celular, llame y hablaremos… ¡Usted sabe quién soy!

—Muy bien, puede esperar mi llamada en cualquier momento, espero que no me haga perder mi tiempo.

—Le agradecería no decir nada con respecto a esta llamada, por favor, creo en su palabra, sea discreto lo que debo decirle
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