Mikel tomó asiento e inmediatamente Astrid rodeó sus hombros con el brazo, como marcando terreno. Isabella notó el gesto que gritaba “propiedad privada” y le causó gracia, así que desvió un poco la mirada y se rio por lo bajo.
« Astrid es una idiota si cree que en realidad estoy genuinamente interesada en ese pelele, nunca volvería a verlo de esa forma, ¡No hay nada que pueda hacer para que le perdone tanto dolor! »
— Sé que voy a arrepentirme de preguntar esto, pero… ¿De qué hablaban? — Miel dijo a modo de broma.
— Tu esposa me contaba una historia muy variopinta, Mikel, algo sobre una vieja amiga suya — Mirando a Astrid e interpelándola a soltar la lengua, quería ver que tan atrevida sería con el tema, si hablaría abiertamente sobre la trampa que le había puesto hacía muchos años, o
Isabella estaba en shock. Todavía procesaba en su mente la idea de que se materializaba su temor más grande, que su hijo fuera enviado fuera del país, a donde no pudiera tener acceso a él como hasta ahora.La astucia de Astrid pilló de inmediato la expresión de terror de Isabella, cuando esta escuchó que el niño se iría lejos. A la rubia no le cupo la menor duda, si antes hubo cosas que la hicieron dudar de su loca idea de que tenía frente a ella a la resucitada Elisa Alcalá, la elegancia y distinción, la figura delgada y estilizada de la mujer que ahora se veía como modelo de portada de Vogue, o la ropa costosa y el sitial de honor en una compañía trasnacional como Lennox y Lennox, ahora estaba completamente segura de que esta mujer no era quien decía ser.Todavía le costaba trabajo creérselo. Elisa era tan… corriente, tan simple, tan b&
En la oficina de Gerencia General de Wolf Company:—Señor Emmett, tiene una visita, alguien quiere verlo — la secretaria informó al viejo Wolf para que la recibiera.— ¿Es alguien importante?, ¡Estoy muy ocupado para perder el tiempo con tonterías! — escupió de forma desagradable —. No estoy para nadie que no merezca mi tiempo.La secretaria temió molestarlo, le conocía el geniecito de los mil diablos a su jefe, pero afuera tenía a este tipo con mal aspecto que insistía en que lo dejara hablar con el viejo Wolf.— Es muy insistente, señor — ella continuó con cuidado — Dijo que se apellida Vargas, que se lo dijera a usted para que supiera que es importante.Al escuchar el apellido del visitante, Emmett Wolf levantó la mirada felina y peligrosa.— ¿Vargas, dices?—
Vargas se dio la vuelta y salió, sintiendo cómo la mirada pesada y afilada del viejo Wofl se le clavaba en las costillas.Emmett lo siguió con los ojos hasta que la puerta se cerró y volvió a descargar los puños con rabia sobre la mesa.— ¡Maldito cerdo insignificante! ¿Cree que puede venir hasta mi oficina a intimidarme? ¡Está muy equivocado! ¡No ha nacido el hombre que pueda amenazarme y viva para contarlo!Vargas no lo escuchó, pero algo en su interior le dijo que debía cuidarse.— ¿Astrid? — la rubia escuchó la voz alterada de su suegro en el teléfono.— Emmett, ¿Qué sucede?— Necesito que resuelvas un problemita — Le dijo en un tono que ella conocía bien y no le gustaba para nada.La mujer se tensó y salió de la habitación.— ¡
James pasó su mano de nuevo por la larga cabellera de Isabella, peinándola con los dedos, mientras le susurraba al oído lo mucho que la amaba.— Isa, te siento muy tensa, ¿Pasó algo en la oficina hoy? — Su intuición no fallaba cuando se trataba de ella.— Me conoces bien — ella admitió.— Sí, pero todavía no puedo saber en lo que estás pensando, necesito que me lo digas.— Lo siento, no quería preocuparte — ella bajó la mirada.— ¿Y qué podría preocuparme ahora que estamos juntos? — Él casi se rio, no creía que hubiera muchas cosas que pudieran empeñar su felicidad.Isabella hizo un largo silencio antes de hablar.— Hoy vino Astrid a mi oficina de nuevo — dijo con cuidado.James se incorporó para mirarla.— ¿De q
Astrid pasó los días siguientes en un desenfreno total, ni el mismo Mikel soportaba su ánimo de los mil diablos.Varias cosas rondaban por su mente enferma de odio y de venganza, hace pagar a Elisa por su atrevimiento de no morir en aquel atentado que con tanto esmero había planeado para la cárcel, investigar como coños había escapado, conseguir las pruebas de que estaba viva para refundirla de regreso en la prisión, hacerla sufrir por atreverse a acercarse de nuevo a Mikel, averiguar cómo era la protegida de un hombre tan rico e importante como James Lennox, y cuál era su verdadera relación con él, porque era obvio que algo se traía ese par entre manos.Y por otro lado, estaba ese asunto de aquel tipejo, ¡El Vargas!Se llevó las manos a la cabeza con frustración y dejo salir un par de maldiciones golpeando la mesa del despacho de su casa.Mikel,
Mikel sentía como si le apretaran el pecho, si bien era cierto que había sido partícipe de ese horrible plan de hacer ver a Elisa como una cualquiera porque era la única forma de conseguir el divorcio y el dinero de ella en una sola jugada, eso no quería decir que se sintiera muy orgullosos de tal hazaña. Durante años se sintió como una basura por lo que hizo, tal vez por eso trató siempre de llenar el vacío con cosas vanas, incluyendo las mujerzuelas, porque se sentía culpable de ser feliz al lado de Astrid a causa de la infelicidad de Elisa.Pero en ese momento, justo cuando logró su cometido, había sido distinto.El sabor de la victoria y el dinero de Elisa a manos llenas lo hicieron sentir orgulloso de seguir el “libreto” de Astrid para la obra de teatro titulada: “Deshazte de Elisa”, pero hasta ahora, una pila de años después, Mikel caía en la cuenta de que quizás Elisa había dicho la verdad, había sido violentada por ese tipo que Astrid había contratado, o en las mismas palabras
— Si… eso es, Mikel, quieres saber el resto de la historia, ¿No es verdad?La frase de Astrid había quedado colgada en el aire, congelada en el tiempo y en el espacio, esperando a Mikel terminara de asimilar lo que acababa de escuchar.— ¡Vamos, Mikel! No puedes decir que no sabías qué había más, debiste intuirlo — Le dijo de modo acusador.— ¿Qué más tienes que decir? — En este punto el creyó haber perdido la capacidad de asombro, pero estaba equivocado.— Tu padre fue quien planeó lo de la estafa — Le escupió sin anestesia.Mikel necesitó sentarse, algo dentro de él lo hizo sentir que el suelo se abría bajo sus pies.— La estafa… — él repitió lentamente buscando atar cabos.— ¡La estafa de Wolf Company y la fusión con Alcalá Industries! — ella casi le gritó al verlo tan confundido.— Explícate, Astrid.— ¿En verdad no lo pillas? — le preguntó incrédula — Creí que era obvio, es decir, ¡Ha estado más que claro todos estos años!— ¿Qué es lo que ha estado claro, de qué carajos me perdí
Al día siguiente, Mikel decidió que le pediría el divorcio a su mujer. Ya no podía seguir a su lado después de haber descubierto todo el mal en el que lo había implicado.No había pegado un ojo en toda la noche, y estaba cansado de vivir poniendo sus prioridades en el orden de las prioridades de Astrid.Salió del despacho en donde había pasado la noche y subió a habitación a darse una ducha, iba practicando su pequeño discurso sobre la confianza, el amor y lo verdaderamente importante en la vida para decírselo antes de informarle su decisión, pero encontró la recámara vacía, su mujer ya no estaba.Se arregló y le pidió a la criada que se encargara de Maty durante el día mientras él le hacía una pequeña visita a su padre para pedirle explicaciones sobre todo lo que Astrid le había declarado la noche anterior.Mientras esto sucedía, Astrid se hacía cargo de uno de sus problemas. Vargas. Cuando Mikel llegó a Wolf Company, los empleados lo miraban con temor, y algunos cuchicheaban entre e