— Si… eso es, Mikel, quieres saber el resto de la historia, ¿No es verdad?La frase de Astrid había quedado colgada en el aire, congelada en el tiempo y en el espacio, esperando a Mikel terminara de asimilar lo que acababa de escuchar.— ¡Vamos, Mikel! No puedes decir que no sabías qué había más, debiste intuirlo — Le dijo de modo acusador.— ¿Qué más tienes que decir? — En este punto el creyó haber perdido la capacidad de asombro, pero estaba equivocado.— Tu padre fue quien planeó lo de la estafa — Le escupió sin anestesia.Mikel necesitó sentarse, algo dentro de él lo hizo sentir que el suelo se abría bajo sus pies.— La estafa… — él repitió lentamente buscando atar cabos.— ¡La estafa de Wolf Company y la fusión con Alcalá Industries! — ella casi le gritó al verlo tan confundido.— Explícate, Astrid.— ¿En verdad no lo pillas? — le preguntó incrédula — Creí que era obvio, es decir, ¡Ha estado más que claro todos estos años!— ¿Qué es lo que ha estado claro, de qué carajos me perdí
Al día siguiente, Mikel decidió que le pediría el divorcio a su mujer. Ya no podía seguir a su lado después de haber descubierto todo el mal en el que lo había implicado.No había pegado un ojo en toda la noche, y estaba cansado de vivir poniendo sus prioridades en el orden de las prioridades de Astrid.Salió del despacho en donde había pasado la noche y subió a habitación a darse una ducha, iba practicando su pequeño discurso sobre la confianza, el amor y lo verdaderamente importante en la vida para decírselo antes de informarle su decisión, pero encontró la recámara vacía, su mujer ya no estaba.Se arregló y le pidió a la criada que se encargara de Maty durante el día mientras él le hacía una pequeña visita a su padre para pedirle explicaciones sobre todo lo que Astrid le había declarado la noche anterior.Mientras esto sucedía, Astrid se hacía cargo de uno de sus problemas. Vargas. Cuando Mikel llegó a Wolf Company, los empleados lo miraban con temor, y algunos cuchicheaban entre e
Mientras Wolf Company comenzaba a hundirse en un océano de redes sociales, noticieros y visitas policiacas a las sucursales y plantas de la empresa, Mikel intentaba procesar toda la información junta.— Diana — le dijo a su secretaria cerca del medio día — Por favor, cancela todo lo que tenga pendiente.— Pero, señor Mikel, hay demasiada gente llamando y pidiendo explicaciones. Sus socios, los inversionistas, los proveedores nuevos preguntan si deben enviar los pedidos o si va a cancelarlos, ¡Es demasiado!— No quiero saber nada de eso en este momento, tengo cosas más importantes que hacer.A la secretaria le causó impresión escucharlo decir eso, ¿Qué podría ser más importante que sacar a flote a la compañía que se hundía y se caía a pedazos?— Como usted diga, Señor Mikel…Ya ella iba de salida cuando la puerta se abrió de golpe y Emmett Wolf apareció lleno de furia.— ¿A dónde crees que vas? ¡Pedazo de basura incompetente! — le gritó a Mikel acercándose a él con pasos largos y amena
— ¿Por mi culpa? ¿Es en serio? ¡No, papá! Este es tu problema, esta es tu compañía, y esos fueron tus errores, qué digo errores, ¡Tus delitos! ¡Da la cara por ellos como un hombre!Emmett no podía dar crédito a las palabras que estaba escuchando de su propio hijo, ¿Cómo era posible que le gritara de esa manera y se enfrentara a él? ¡Lo estaba retando! El viejo Wolf no se quedaría tranquilo, nunca se lo perdonaría.Diana, la secretaria, se movió con cuidado hasta escurrirse hábilmente de la oficina, estaba realmente asustada, temía que después de haber escuchado todo lo que había oído, los Wolf tomaran represalias sobre ella, más específicamente el viejo, porque, al parecer, el señor Mikel era el menos malo de los dos.Diana volvió a sentarse en su escritorio afuera de la oficina e intentó calmar sus nervios.— ¿Crees que voy a dejar esto así?— Padre, ya no hay nada con lo que puedas asustarme, si no te has dado cuenta. Ya crecí, no sigo siendo el niño ni el adolescente que te temía y
Astrid cortó la llamada e Isabella dejó caer el móvil al suelo, imposibilitada de decir una sola palabra.James la tomó por la cintura con cuidado y la llevó hasta el sillón para ayudarla a sentarse.— James…— Tranquila, amor, ¡Lo rescataremos!— Lo tienen secuestrado, James, ¡Tienen a mi bebé!— Isa…— James, ¿Qué vamos a hacer?Mientras esto sucedía, Mikel Wolf entraba dando gritos y puñetazos a los guardias de seguridad que le impedían entrar a las oficinas de presidencia.— ¡Déjenme pasar! ¡Tengo que hablar con James! ¡Que me dejen pasar, les digo! — los gritos se escuchaban claramente desde la oficina de Isabella.— ¿Es Mikel? ¡Pero qué diablos! ¿Cómo se atreve a presentarse aquí! — James bufó y se levantó para impedirle pasar a Ver a Isabella.— ¿Qué haces aquí? ¿Cómo te atreves? — James se le fue encima asestándole un puñetazo justo en la cara, muy cerca de donde Emmett le había partido el labio.— ¡Ah! — Mikel chilló — ¡Basta, James, es grave lo que tengo que decirte!— No de
Luego de que Mikel sacara sus cuentas, hubo un momento tenso de cruce de miradas mientras el temor sobrecogía a Isabella, que comenzaba a frotarse las manos sin saber qué hacer. —Creo que lo primero es que nos calmemos todos — James dijo volviendo a sentarse junto a su amada —. Pensemos… Mikel, ¿Sabes de algún lugar en donde Astrid podría haber llevado al niño?Mikel se levantó y caminó como animal enjaulado por toda la oficina, pensando.— Creo que sí, es posible…— ¿En dónde? — Isabella preguntó ansiosa.— ¿Recuerdas ese terreno en donde está la cabaña abandonada que heredó de su familia? Creo que fuimos ahí una vez cuando estábamos en la universidad.Isabella asintió con lentitud.— Hace muchos años que no vamos allá, esa cabaña ha estado sola desde…— Desde antes de que Maty naciera, fuimos allá antes de nuestra boda. Astrid dijo que sería divertido hacer cosas de amigos antes de que nos casáramos, porque después…— Después ella quedaría fuera, sí, lo recuerdo… — Dijo avergonzado
Isabella se había sentado en la parte posterior de la nave, y desde ahí se cambió la ropa rápidamente por los vaqueros, camiseta y gomas deportivas que Ada le había preparado, recordaba aquella última vez que habían estado de visita en los terrenos de los padres de Astrid, ella siempre decía que si tuviera el suficiente dinero arreglaría la propiedad, pero nunca lo había hecho, en verdad se avergonzaba de ella, alguna vez le escuchó decir que era un basurero comparada con lo que tenían los Wolf, o los Alcalá, la envidia siempre fue la guía en la vida de Astrid.— Veo el terreno — James anunció — Hay una explanada más allá para aterrizar, pero sería bueno que ustedes pudieran acercarse mientras dejo la nave en tierra.— ¿Y cómo esperas que hagamos eso? — Mikel preguntó mirando hacia abajo sin poder comprender lo que James se proponía.— Mira, ¡Ahí, está un blanco en el que puedo bajarlos, pero no puedo dejar la nave, el terreno no es plano!Mikel volvió a mirar.— ¿Crees que puedes baj
Pronto llegaron a la cabaña, estaba descuidada y apenas si se mantenía en pie. La madera podrida en varios tramos, y el techo a medio caer, le daba un aspecto ruinoso y peligroso.Isabella se llevó la mano al pecho en cuanto la vio, sintiendo un temor indescifrable por la integridad de su hijo.— ¡Oh, Dios mío! Mikel, ¿Cómo vamos a sacarlo de ahí?— Primero debemos saber si está en la cabaña, aunque…— Aunque, ¿qué?— No lo sé, Elisa, mira cómo está, no creo que Astrid se atreviera a entrar ahí…— Pero pudo pagarle a alguien, no creo que esté haciendo esto sola, además, tu padre está implicado.— Sí, pero mi papá es un hombre mayor, tampoco se arriesgaría a entrar ahí, hay que buscar en los alrededores. ¿Recuerdas que hay un lago más abajo?Ella asintió con la cabeza.Ahí hay espacio para acampar, puede ser el lugar en donde lo tienen. Me parece más sensato hacer una revisión rápida, e ir hasta allá, no perdamos mucho tiempo aquí.— Es lógico, demos, la vuelta a la cabaña, tú ve por e