Cap.5 Pérdida.

Después de comer tranquilos la deliciosa carne de la libre, estaban ambos muy cómodos sentados tan cerca que Karenina podía recargarse en el hombro de Lukyan.

—¡Auch!— gritó y se recostó en el hombro izquierdo de él.

—¿Qué pasa te lastimaste?— alarmado le preguntó.

—No es nada sólo que al reírme me dolió el costado, ahí tengo una gran marca morada— le explicó ella.

—Aaah claro te golpeaste mucho, lamento que mi forma de lobo te haya asustado tanto— dijo sonando triste.

—No te preocupes ya no pasará ahora se que eres tú y ya no tendré miedo ni voy a huir de ti— sonrojándose le afirmó.

—Nunca te haré daño pequeña, tú y yo nacimos el uno para el otro— sin timidez le declaró.

—Lukyan ¿Cómo puedes decir algo tan serio así sin más?— le cuestionó ella escondiendo la vergüenza.

—¿Eh porqué, que tiene de malo?— confundido la miro como acomodaba su rostro sonrojado detrás de su hombro.

—No no tiene nada malo, pero me acabas de conocer y me declaras algo tan seriamente— le respondió tímidamente.

—Bueno no es que lo diga así sin más, es que estoy seguro de que tú eres la dueña de mi alma— afirmó sin titubeos.

—¿Eh como puedes estar tan seguro de lo que dices?— curiosa le dió la cara a Lukyan.

—¡Jajaja pues fácil!— contestó riéndose de su pregunta inocente —Me lo dice mi lobo, mis instintos te reconocieron enseguida, mi alma se siente felíz a tu lado y no veo porque dudar de mis sentimientos— agrego seguro de los que decía mirándola fijamente a los ojos.

—¡Wow! Es increíble que estés tan conectado con tu lado lobo, debe ser fascinante tener esa conexión y poder experimentar la naturaleza de esa manera tan diferente— dijo sonando maravillada.

—¡Jajaja! Nunca lo había pensado así, supongo que para mí es natural— dijo con simpleza —No soy tan sorprendente.

—Claro que lo eres, tus habilidades son únicas, oye ¿No duele la transformación?— le dijo tocando sus manos —Es decir tus manos cambian tanto que así parece.

—Mmm no creo que no es doloroso, o quizá como desde que nacemos podemos pasar de lobo a humano y viceversa que lo tenemos tan interiorizado que ya ni lo notamos— contestó atendiendo las dudas.

—No terminó de creer que este sentada aquí contigo, que hace unos minutos eras un lobo grande y feroz, pero ahora pareces un hombre normal— volvió al sonrojarse —Hace poco pensaba que moriría ahogada o perforada por el reno, así que muchas gracias por salvarme— terminó de decir y desvió la mirada.

—Es mi deber protegerte, mantenerte sana y salva, para que puedas ser feliz y plena— respondió  convencido.

—Aun cuando no lo entiendo, gracias de verdad muchas gracias te debo la vida— está vez pudo mirarlo a los ojos para agradecerle.

Por otro lado en el pueblo;

—¿Sabes dónde esta Karenina?— le preguntan a Ania.

—No no se hace rato la vi tomar la cobija roja, una taza de té o algo así y salir a caminar— respondió sin imaginar lo grave de la circunstancia.

—¡¿Qué?! Noo no puede ser, no debía alejarse ay no ay no ¿Que voy a hacer?— decía espantada y caminando de un lado al otro.

—¡Señora Franka! ¿Alguna pista sobre su hija?— le cuestionaban las personas del pueblo quiénes ya habían sido alertados —¿Su otra hija no la vio?— insistían con las dudas.

—Mi hija Ania dice que vio a mi hija ir a tomar aire fresco en las cercanía— respondió angustiada —Pero estoy segura que ella no entraría al bosque sin mi permiso— trataba de convencerse a sí misma.

—Entonces hay que comenzar la búsqueda por las orillas del pueblo, pero tomen en cuanta que quizás esté desorientada. Por lo mismo también busquen en las afueras— gritó la orden el líder del pueblo que había organizado un grupo de búsqueda.

—¡Entendido!— contestaron al unisono los 10 hombres reunidos.

—No se adentren al bosque, no se demoren en volver que ya saco anochece y el frío aumentará— volvió a ordenar el líder.

—¡¿Y mi hija qué pasá con ella si no la encontramos pronto?!— le dijo Franka desesperada al líder.

—Lo siento señora pero no podemos pasar la noche debajo de la tormenta de nieve— le contestó sincero el líder.

—Pero pero— no terminó la frase cuando la interrumpió un vecino del pueblo.

—¡Señor Anton, señor Anton!— gritaba un hombre que venía desesperado corriendo.

—¿Que pasa Iván, porque corres así?— alarmado le interrogó.

—¡La vi, la ví, yo la vi a la jovencita!— agitado hablaba lo más que podía.

—¿Dónde dime dónde la viste?— le exigía Anton al joven.

—Cerca del río jefe, yo estaba pasando por ahí de regreso de pescar y la ví— dijo tratando de calmar su agitada respiración para continuar —Pero jefe cayó al río y antes de que pudiera hacer algo el lobo blanco entro al agua, cuando salió se la llevó en el hocico— agregó a la explicación.

—¡¿Qué?!— todos los presentes quedaron en shock.

—¡¿Y que más que pasó con mi hija?!— le pregunto desesperada.

—Solo ví que corrio montaña arriba con ella colgando— contestó triste Iván.

—¡¿Que no no no puede ser?! ¡Hay que ir por ella y rescatarla, hay que buscar el rastro!— pidió a gritos pero la gente solo se quedó en silencio y no hicieron ni el mínimo movimiento.

Después de unos minutos en los que todos habían guardado silencio, por fin le hablo Anton.

—Se seseñora— tartamudeo y continuo lo más calmado que pudo y se acercó a ella —Lo lamento mucho pero mejor de por muerta a su hija— entonces atrapó el cuerpo de Franka quien se desplomó.

—No creo que ese lobo la dejé viva, tampoco entera señora Franka— le explicó Iván.

Ivanna que se encontraba presenciando todo, tomo en brazos a Franka y la comenzó a consolar.

—Oh querida no puedo creerlo, los lobos al parecer vinieron por ella y aún cuando intento huir se la han llevado— decía también conmocionada por lo dicho por Iván —Y si ese lobo se apiada y si el la deja volver, también puede ser hay que mantener una esperanza querida— le decía despacio y sobando su espalda.

Franka lloraba una vez más con el corazón hecho pedazos, ahora había perdido a su amada hija y quizá para siempre y sin poder hacer nada más lloró hasta que no pudo más. Antón la llevo en brazos hasta la casa que era de su madre, la dejaron dormir y ahora Ivanna le debía explicar a la pequeña Ania de tan solo 10 años, que su hermana mayor probablemente no volvería.

Ivanna sabía del secreto de la familia de su amiga Viktoria, entendía perfectamente todo lo que había pasado con Karenina. Pero no sabía si explicarle a Ania puesto que ni ella ni su hermana sabían tal secreto, porque por alguna razón tonta su amiga y la hija habían decidido no decirles y sólo mantenerlas muy lejos del peligro de los lobos.

Ahora todo se había salido de sus manos y la vida de la pobre Karenina estaba merced del lobo Lukyan y de todo su clan. Aunque Ivanna quería mantenerse positiva y pensar que quizá ese lobo fuera razonable, no la lastimará y hasta la podría dejar volver.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP