Arian al escuchar la discusión dentro de su casa se levantó inmediatamente, se levantó, sacó las llaves de su bolso y abrió la puerta.
Su padre se encontraba con Haru su mejor amigo, le pareció extraño que estuvieran discutiendo, el hombre tenía agarrado por las solapas de camisa a su papá, cuando la vio entrar, Haru se le quedó mirando, soltó al padre de Ariam y salió de la casa furioso.
—¿Qué pasó aquí, papá? —Le preguntó la chica a Pablo. —¿Por qué discutías con Harú?
—Tenemos que hablar Ariam —dijo el hombre contrariado.
Su padre ya era un hombre entrado en años, su rostro surcado con arrugas y su cabello canoso, daban cuenta de lo mucho que había vivido, aunque sus ojos verdes eran vivaces como los de cualquier adolescente, mismos ojos que ella había heredado.
—Ven conmigo ahora mismo —Pablo agarró de la mano a su hija y la llevo hacia el sótano.
Muy poco, Ariam, solía ir a ese lugar, ya que su padre era muy hermético con ese sitio.
Al entrar, Pablo encendió la luz y buscó entre las muchas cajas que tenía allí.
—Papá me estás asustando, ¿Qué es lo que está sucediendo?
—¡Aquí está! —Exclamó su padre al dar con lo que estaba buscando.
Pablo se acercó a Ariam, tenía una pequeña caja dentro de sus manos.
—Siéntate —señaló una silla y él cogió otra.
Ari obedeció, estaba intrigada con el absurdo comportamiento de su padre.
—No puedo explicarte todo lo que está sucediendo, entre menos tengas conocimiento será mejor para ti cariño, solo quiero que hagas una cosa para mí.
—Papá estás muy raro, si tienes algún apuro económico, lo podemos solucionar — Ariam no le gustaba ves a su padre tan angustiado.
—Ari, escúchame —le ordenó su padre, mientras este le agarraba una de sus manos, la abría y le entregaba un estuche rojo. —Necesito que escondas esto, pero no en tu cuarto o un lugar de fácil acceso, nadie puede enterarse de su paradero.
Ariam lo miró sin comprender nada, abrió la caja y vio una memoria flash.
—¿Qué guarda esta memoria? ¿Por qué tengo que esconderla?
—Es información muy valiosa, nadie debe saber que tú la tienes, ni donde la guardas, eso es todo lo que te diré, ahora ve y has lo que te digo. —Dijo el hombre en tono serio.
Dando por terminada la conversación.
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Después de ese día tan extraño, todo volvía a estar en una aparente tranquilidad en su casa, su padre volvió a sus labores y no se habló de ese incidente, pero esa aparente calma estaba por cambiar.
Una tarde Ariam se encontraba con su hermanita pequeña, tenía una pequeña discusión.
—Ya te lo dije Danis tienes que tomarte las vitaminas, es por tu bien.
—No quiero —dijo la niña haciendo un puchero.
Ariam, se quedó mirando a la preciosa niña.
—Si te tomas la medicina, prometo llevarte a la tienda y comprarte el helado que desees.
A la niña se le iluminaron sus grandes ojos marrones.
—¿Lo prometes? —preguntó Danis con desconfianza.
—Lo prometo, pero solo si te bebes todo el jarabe.
La conversación se vio interrumpida por la llegada abrupta de su padre.
Las dos se quedaron horrorizadas al verlo, tenía una mano puesta en su estómago de donde salía una gran cantidad de sangre.
Ariam fue hacia él rápidamente.
—¿Papá que te pasó? —preguntó con la voz cubierta de pánico y angustia.
—Ari, ahora no hay tiempo de explicaciones, solo escucha lo que te voy a decir —la agarró por los hombros y la miró a los ojos —Tienes que salir de aquí con Dani, tienes que marcharte ahora mismo.
—¿Qué dices? No voy a irme a ningún lado.
—Escúchame —gritó su padre —No tenemos tiempo, tienes que salir del país y tienes que irte a los Estados Unidos, ya aquí ustedes no están, seguras, llegaras a Orland Park en Chicago y buscarás a Costello, es un viejo amigo que te dará la protección que necesitan.
—¿Papá, por qué tenemos que estar protegidas? ¿De qué o de quién?
—Maldita sea Ariam, has lo que te digo, no hay tiempo que perder.
La chica no entendía nada, pero por la urgencia de su padre comprendió que era algo grave, fue a su habitación, cogió un bolso, metió unas pocas pertenencias de ella y de su hermana, cogió los pasaportes y un dinero que tenía ahorrado, bajaron las escaleras, su padre estaba sentado en una silla y tenía muy mala cara, había perdido mucha sangre.
—No puedo irme y dejarte así papá —le dijo Ariam.
—Es necesario, hija, las quiero fuera del país y a salvo, yo estaré bien, luego de unos días me reuniré con ustedes.
La chica tenía los ojos abnegados de lágrimas y los sollozos se volvieron incontrolables cuando su padre las abrazó
Ariam sintió una sensación extraña en su corazón, sintió aquel abrazo como una despedida, como si jamás volvieran a verse.
Renuente a irse, pero obligada por su padre, la chica y su hermana se encaminaron a la puerta, Pablo tenía el rostro desencajado por el dolor de la herida en su abdomen, pero también por la perdida de su única familia, pero se consolaba pensando que era por su bien.
Se dieron el último abrazo, con la promesa de volverse a ver, aunque en el fondo sabían que eso jamás sucedería.
Aquel triste momento quedó eclipsado, cuando de repente se escuchó el estruendo de la puerta abrirse de golpe por la patada recibida del Haru el amigo de Pablo.
Ariam solo escuchó el grito ensordecedor de su padre.
—Escóndete.
El miedo que vio en Pablo, le heló la sangre, Ariam sabía que aquella noche su vida iba a cambiar por completo.
Desesperada, Ariam cogió a Danis por la mano y corrieron a esconderse, en un compartimiento secreto que había en la habitación de Pablo. Él siempre las había instruido en lo que debía hacer si ocurría algo repentino. Ari se preguntaba siempre, que era lo que su padre escondía, él decía que había trabajado de camionero por muchos años, pero ella sabía que escondía demasiados, secretos, un camionero no escondía armas por toda la casa, ni tampoco hacía compartimientos secretos para resguardar a su familia.Ariam metió a su hermana en el escondite y le pidió que se quedara quietecita y no gritara, que ella iría a ver que sucedía y regresaría en unos minutos.La niña no estaba convencida de quedarse sola, pero obedeció a su hermana, Ariam sigilosamente se acercó a la sala y vio a su padre sentado en una silla, Harú lo había amarrado y los golpeaba una y otra vez, mientras le gritaba.—¿Dónde tienes la lista? —Le preguntó el hombre. —Dámela y te dejaré vivir.Pablo negó con la cabeza y le
Una vez que Ariam estuvo en suelo americano, respiró con tranquilidad, caminó con su hermana tomada de la mano, caminaron hasta el lugar donde le había indicado Pancho que estaría su amigo esperando pero cuando llegó al sitio, se dio cuenta que el amigo de su padre las había traicionado, Haru y sus hombres era quien las esperaba.La chica miró a su alrededor, vio que había mucha gente alrededor, aquello no era como en su país, allí Haru no tenía tanto poder, así que lo único que se le pasó por la mente fue armar un alboroto así que agarró fuertemente a su hermana, entraron corriendo a una tienda de comida y comenzó a voltear las mesas a gritar como loca, armó tal escándalo que sabía que la policía llegaría al lugar, la gente comenzó a formarse alrededor por lo que Haru no pudo agarrarlas, era tanta la cantidad de curiosos que le permitió escaparse por la parte de atrás del local con la niña. Corrieron hasta quedar sin fuerza, se pararon frente a una iglesia.Ariam sabía que no podía c
Ariam era una chica fuerte, pero el asesinato de su padre y ahora la desaparición de su hermana estaba haciendo mella en ella, no había dejado de llorar en ningún momento pensando en como estaría su niña, si tendría frío o hambre.El dolor era insoportable, después de agarrar un autobús que la llevó a la ciudad de Los Ángeles, revisó la dirección en su móvil, estaba cerca, caminó una cuantas cuadras que era lo que le faltaba por llegar, iba pasando por un callejón, cuando vio a un hombre peleando con una mujer, la tenía arrinconada en la pared, la había golpeado porque la chica tenía sangre en la cara.Ariam se debatió entre seguir su camino o intervenir en aquello, pero el grito de la chica la hizo decidirse, ya que el hombre tenía la clara intención de abusar de la mujer.Ari fue corriendo hacia la pareja, vio un palo de madera tirado en el piso, lo agarró y sin pensarlo mucho le dio un palazo al hombre con todas sus fuerzas en la cabeza. El sujeto cayó al instante en el piso, Ariam
La mirada de Costello era un punto interrogativo despiadado.—¿Y tú que haces aquí? —Le preguntó de malas maneras, evidentemente la recordaba.La voz severa de él, la hizo reaccionar.—Soy la hija de Pablo Cairuz.Él se quedó mirándola, haciendo que Ariam se sintiera nerviosa de repente, se quitó de la puerta y dejó que ella entrara.—¿Qué le pasó a Pablo? —Preguntó Costello.Ariam que no era parca de palabras, de repente se sentía cohibida antes aquel hombre, aquella noche en el callejón, le parecía feroz y aterrador, lucía exactamente igual, a pesar de llevar una barba de al menos tres días en las mejillas, era un hombre dominante, su sola presencia inundaba la estancia por completo con su cuerpo monumental, Ari no tenía miedo más bien se encontraba deslumbrada con el amigo de su padre.—¿Qué le pasó a Pablo? Le volvió a preguntar él con impaciencia.—¿Cómo sabes que le sucedió algo? —Preguntó Ari sorprendida.—Si estás aquí buscándome, usando el apellido de mi madre, solo puede s
Derek estaba cabreado con Ariam por haberlo chantajeado, pero quería esa lista, si los Yakuza se quedaban, si sus padrinos, serían tan vulnerables que podían aplastarlos sin ningún problema, quedarían reducidos a cenizas, poder acabar con esos malditos, era una tentación muy grande, que él no iba a desperdiciar y ninguno de sus hermanos tampoco lo harían, si tenía que perder su libertad por un par de años lo haría gustoso con tal de tener a los Yakuza en sus manos.Derek llamó a un abogado para que redactara el acuerdo prematrimonial donde se establecía que el matrimonio duraría tan solo un par de años, de los cuales ninguno de los dos cónyuges estaban obligados a mantener relaciones sexuales, además, una vez casados, Ariam estaba obligada a darle lo que le había prometido.El abogado hizo los trámites.Ariam dejó el departamento de su nueva amiga Nilvia para irse a vivir en el apartamento de Derek, él no era el señor amabilidad en lo absoluto en su habitación, solo había un colchón y
Harú huyo del país y se refugió al otro lado de la frontera, una vez que estuvo medio recuperado, se mantuvo en las sombras, porque no quería a alertar a los hijos del escorpión que seguía vivo, porque ellos no descansarían hasta matarlo.Una vez que estuvo bien resguardado, se comunicó con el jefe de la Yakusa.—Keniche, tengo información importante.Keniche no solo era el jefe de los Yakuza, sino también el esposo de su hermana, por eso Haru tenía tanta importancia dentro de la mafia y le importaba la lista que Ariam tenía en su poder.—¿Qué información? —Le preguntó Keniche.—Sé donde está la lista de Osaka.—¿Dónde está?—La tiene la hija de Pablo.—¿Por qué la tiene ella y no tú? Ya debería estar en tu poder.—Lo intenté, pero ha buscado la protección de uno de los hijos del Escorpión, me hicieron un atentado.— Haru, has hecho bien en informarme, yo me encargaré de obtener la lista y de eliminar a todos los testigos, aunque para eso tenga que aniquilar a los hijos del Escorpión
En ese instante llegó Derek, acompañado con tres de sus sombras, así la gente llamaba a sus hombres.—¿Qué sucede aquí? —preguntó al ver a Cecil un poco perturbada y a Ariam sonriendo.—¿Me puedes explicar lo que está diciendo esta mujer? —Preguntó Cecil con arrogante elegancia. —Dice que es tu prometida.Derek se quedó mirando a Ariam, ella tenía una picardía en su rostro, de como quien ha sido descubierto haciendo una travesura, evidentemente estaba disfrutando con lo que sea que había pasado entre ellas.—Es cierto —respondió él con impaciencia.—¿Te das cuenta de lo que me estás diciendo? —Preguntó Cecil con incredulidad.—Lo se, es complicado, pero las cosas no son lo que parece. —Explicó.Derek sentía una fuerte atracción hacia Cecil, pero él era un hombre que conocía perfectamente el mundo donde se encontraba, y del que formaba parte, por eso jamás tendría una relación más allá del sexo, las debilidades eran muy malas para el negocio.—¿Quién es esta mujer que aparece de la
Ariam y Derek salieron del departamento, afuera ya estaba el vehículo que en el que se iría, era un viejo Cámaro del 67, al verlo Ariam quedó fascinada porque le encantaban los carros, de inmediato recordó las horas que su padre y ella pasaban en el garaje arreglando su Mustang del 65, era su posesión más valiosa, los coches y la pasión por ellos, era el vínculo perfecto, entre Pablo y ella, sintió una opresión al recordarlo.Ariam pasó la mano por la carrocería del vehículo.—¿Te gusta? —Le pregunta de Derek que la observaba atentamente, la sacó de sus tristes pensamientos.—Sí, me encanta. —Respondió ella con sinceridad.—Entonces, conduce —Derek le lanzó las llaves que ella agarró al vuelo.—¿Me vas a confiar esta preciosura? —Preguntó Ariam con incredulidad.—Eres hija de Pablo, me imagino que heredaste sus habilidades.Ariam no dijo nada, sino que, emocionada, abrió la puerta del coche, una vez adentro colocó las manos en el volante y disfrutó la sensación de tocar esa joya del