Desesperada, Ariam cogió a Danis por la mano y corrieron a esconderse, en un compartimiento secreto que había en la habitación de Pablo. Él siempre las había instruido en lo que debía hacer si ocurría algo repentino. Ari se preguntaba siempre, que era lo que su padre escondía, él decía que había trabajado de camionero por muchos años, pero ella sabía que escondía demasiados, secretos, un camionero no escondía armas por toda la casa, ni tampoco hacía compartimientos secretos para resguardar a su familia.
Ariam metió a su hermana en el escondite y le pidió que se quedara quietecita y no gritara, que ella iría a ver que sucedía y regresaría en unos minutos.
La niña no estaba convencida de quedarse sola, pero obedeció a su hermana, Ariam sigilosamente se acercó a la sala y vio a su padre sentado en una silla, Harú lo había amarrado y los golpeaba una y otra vez, mientras le gritaba.
—¿Dónde tienes la lista? —Le preguntó el hombre. —Dámela y te dejaré vivir.
Pablo negó con la cabeza y le dijo a Harú.
—No te olvides que yo sé cuál es el protocolo en estos casos, ya mi vida está sentenciada, aunque te diera la lista, no me dejarás con vida.
Harú soltó sonora maldición.
—Ya que sabes el protocolo en estos casos, sabes que tu muerte no llegará tan fácil y que te sacaré la información de alguna manera y ya sabes cuál es mi especialidad —el hombre sacó de su espalda un pequeño bolso el cual abrió y lo desplegó en la mesa.
Ariam al ver de lo que se trataba se tapó la boca para no gritar, su deseo era salir y ayudar a su padre, pero Pablo le advirtió una y otra vez que si algo así llegara a suceder, no se le ocurriera poner su vida en peligro, que su deber siempre era resguardar su vida y la de Danis, además fuera de la casa había hombres armados, Harú no estaba solo, no llegaría lejos si saliera del escondite y pensó en su hermana, que sería de Danis, sin su padre y sin ella, aunque se estuviera muriendo por dentro, tenía que soportar aquello, aunque su corazón estuviera sangrando de dolor.
Los gritos de su padre, la estremecieron, el malvado hombre, empezó a torturarlo, primero arrancó todas sus uñas, luego le cortó un par de dedos, pero ni aun así Pablo dijo nada sobre la lista.
—Eres un maldito imbécil Pablo, solo alargas tu agonía, entrégame lo que te pido y acaba con esto ya.
—Nunca te la daré —Balbuceó Pablo.
—De acuerdo, sabes lo que haré, luego de matarte, maldito, desgraciado, iré por tus hijas, ella me darán lo que les pido.
—Ellas no saben nada —Intentó gritar Pablo, pero no le quedaba nada de fuerzas.
—Sé que eres tan imbécil que le diste la lista a Ariam, pero en pocos minutos obtendré lo que quiero y luego me divertiré con ella, será mi puta personal y la de todos, pudiste haber evitado todo esto, pero preferiste hacer todo tan difícil Pablo.
Harú agarró su arma, levantó el brazo y apuntó en la cabeza a Pablo.
Ariam veía la escena conmocionada, tapando su boca para no gritar, en ese momento Danis salió de su escondite y se aferró a ella, fue en ese momento cuando escucharon el disparo que le cegó la vida a su padre. Ariam no le dio tiempo a llorar la muerte de su padre porque Harú iba por ella, así que agarró a la niña y corrieron hacia el escondite, era su única manera de sobrevivir.
Una vez adentro del escondite, se quedaron muy quietas, con el corazón agitado y el miedo sacudiendo sus entrañas, mientras escuchaba con Haru las buscaba por toda la casa, llamándolas, amenazándolas, pero Pablo había realizado un excelente trabajo haciendo aquel compartimiento secreto, por más que el hombre las buscó no logró encontrarlas, así que se dio por vencido y se marchó.
Fue en ese momento que Ariam y su hermana se abrazaron y lloraron amargamente por la muerte de su padre, mientras que el corazón de Ari se encendía el fuego del odio y jurando para si misma que esto que le habían hecho a su papá tarde o temprano Harú, lo pagaría, jamás olvidaría su rostro.
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Pasaron toda la noche en el escondite, ya en la mañana Ari decidió salir de allí, una vez fuera, se fue a la parte de atrás de la casa de su vecina, que era una vejecilla de 90 años que no sabía ni que día era, fue en su patio que ella escondió la pequeña cajita que le había dado.
Desenterró la caja y la abrió, allí estaba la memoria, se preguntó de qué se trataba aquella lista.
Tenía que averiguar porque aquella lista era tan importante, así que regresó a la casa y buscó su portátil y metió la memoria allí y abrió la información, había un documento donde salía una lista de nombres, reconoció algunos nombres de políticos y empresarios de su país.
También había un video, inmediatamente la abrió y allí se encontraba un hombre al que tenía amarrado exactamente igual a como se encontraba su padre, ese hombre narraba una serie de atrocidades que se habían cometido y que la mafia de los Yakuzas estaba involucrada al igual que todas esas personas poderosas, detallaba cada crimen con tanta exactitud que a ella se le erizó el cuerpo del asco. Ariam subió aquella información a la nube, sabía que no era seguro tenerlo solo en aquella memoria.
Una vez que hizo aquello, destruyó la portátil y la echó en un contenedor de basura lejos de allí y emprendió la huida con su hermana.
No habían avanzado sino una cuantas calles, cuando se dieron cuentas que había hombres armados por los alrededores, Ari tuvo el presentimiento que las buscaban a ellas, así que tenía que improvisar si quería salir con vida de aquel lugar.
En el sitio donde vivían era un lugar seguro por lo que las personas, acostumbraban a dejar muchas de sus pertenencias fuera de sus casas, fue así que Ari vio dos bicicletas que la podía ayudar a salir de allí, no dudó en agarrarlas así como dos gorras que estaba en el porche de la casa, se colocaron unas sudaderas que tenían en el bolso. Recogió su cabello y el de su hermana y se pusieron las corras, cualquiera que las veían pasar, pensaban que eran chicos, fue así que lograron salir de la urbanización y del pueblo.
Llegaron a la terminal de autobuses y se embarcaron inmediatamente, respiraron con tranquilidad cuando el transporte arrancó y vieron como se alejaban de aquel sitio.
Una vez que llegaron a la frontera, buscaron a un viejo amigo de su padre, el cual solían visitar cuando ella era más joven.
Pancho era un viejo gruñón, pero que con sus amigos era muy cordial, al ver a las dos chicas hijas de su gran amigo Pablo no dudó en recibirlas en su casa.
—No puedo creer que Pablo esté muerto —dijo el hombre compungido.
—Lo está —dijo Ariam en tono cortante, aun en shock por todo lo sucedido —necesito pasar la frontera hoy mismo, mi hermana y yo no podemos seguir aquí, nuestra vida corre peligro, ese maldito de Harú anda detrás de nosotras.
—Tranquila muchacha, yo te ayudaré a cruzar el charco, pero primero coman ese caldo que las ayudará a recuperar energía.
Ariam y Dani sonrieron ante la respuesta del hombre.
—Espérenme aquí que iré a mover mis contactos, para que la reciban del otro lado sin problema.
—Gracias Pancho, por ayudarnos.
—Se lo debo a mi gran amigo Pablo.
Una hora más tarde Pacho regresó, Ariam y Dani ya estaban listas para salir, Pacho las llevó en su vieja Dodge, al ser un hombre conocido por la frontera, no lo pararon en ninguno de los puestos policiales que había en el lugar, una vez que llegaron al punto de control principal, donde estaban las autoridades americanas.
Dani y Ariam tenía sus papeles en regla, por lo que no tenían que entrar de ilegales.
—Bueno, mis muchachas, un buen amigo mío, las recibirá del otro lado y la llevará a un lugar seguro.
Ariam no le había dicho a Pancho cuál era el lugar a donde ella iría, su destino era buscar a Costello, pero esa información se la guardó.
—Gracias, por todo Pancho —Le dijo la chica cuando abrazó al hombre.
La pequeño Dani hizo lo mismo, luego se encaminaron hacia la fila de personas.
Pacho las saludaba con la mano mientras avanzaban, lo que Ariam y Dani no sabía era que el viejo Pancho era miembro de la Yakuza y estaba en conocimiento de todo lo que había sucedido, el hombre las había traicionado. Del otro lado de la frontera, no la esperaba ningún amigo, sino el mismo Harú.
Una vez que Ariam estuvo en suelo americano, respiró con tranquilidad, caminó con su hermana tomada de la mano, caminaron hasta el lugar donde le había indicado Pancho que estaría su amigo esperando pero cuando llegó al sitio, se dio cuenta que el amigo de su padre las había traicionado, Haru y sus hombres era quien las esperaba.La chica miró a su alrededor, vio que había mucha gente alrededor, aquello no era como en su país, allí Haru no tenía tanto poder, así que lo único que se le pasó por la mente fue armar un alboroto así que agarró fuertemente a su hermana, entraron corriendo a una tienda de comida y comenzó a voltear las mesas a gritar como loca, armó tal escándalo que sabía que la policía llegaría al lugar, la gente comenzó a formarse alrededor por lo que Haru no pudo agarrarlas, era tanta la cantidad de curiosos que le permitió escaparse por la parte de atrás del local con la niña. Corrieron hasta quedar sin fuerza, se pararon frente a una iglesia.Ariam sabía que no podía c
Ariam era una chica fuerte, pero el asesinato de su padre y ahora la desaparición de su hermana estaba haciendo mella en ella, no había dejado de llorar en ningún momento pensando en como estaría su niña, si tendría frío o hambre.El dolor era insoportable, después de agarrar un autobús que la llevó a la ciudad de Los Ángeles, revisó la dirección en su móvil, estaba cerca, caminó una cuantas cuadras que era lo que le faltaba por llegar, iba pasando por un callejón, cuando vio a un hombre peleando con una mujer, la tenía arrinconada en la pared, la había golpeado porque la chica tenía sangre en la cara.Ariam se debatió entre seguir su camino o intervenir en aquello, pero el grito de la chica la hizo decidirse, ya que el hombre tenía la clara intención de abusar de la mujer.Ari fue corriendo hacia la pareja, vio un palo de madera tirado en el piso, lo agarró y sin pensarlo mucho le dio un palazo al hombre con todas sus fuerzas en la cabeza. El sujeto cayó al instante en el piso, Ariam
La mirada de Costello era un punto interrogativo despiadado.—¿Y tú que haces aquí? —Le preguntó de malas maneras, evidentemente la recordaba.La voz severa de él, la hizo reaccionar.—Soy la hija de Pablo Cairuz.Él se quedó mirándola, haciendo que Ariam se sintiera nerviosa de repente, se quitó de la puerta y dejó que ella entrara.—¿Qué le pasó a Pablo? —Preguntó Costello.Ariam que no era parca de palabras, de repente se sentía cohibida antes aquel hombre, aquella noche en el callejón, le parecía feroz y aterrador, lucía exactamente igual, a pesar de llevar una barba de al menos tres días en las mejillas, era un hombre dominante, su sola presencia inundaba la estancia por completo con su cuerpo monumental, Ari no tenía miedo más bien se encontraba deslumbrada con el amigo de su padre.—¿Qué le pasó a Pablo? Le volvió a preguntar él con impaciencia.—¿Cómo sabes que le sucedió algo? —Preguntó Ari sorprendida.—Si estás aquí buscándome, usando el apellido de mi madre, solo puede s
Derek estaba cabreado con Ariam por haberlo chantajeado, pero quería esa lista, si los Yakuza se quedaban, si sus padrinos, serían tan vulnerables que podían aplastarlos sin ningún problema, quedarían reducidos a cenizas, poder acabar con esos malditos, era una tentación muy grande, que él no iba a desperdiciar y ninguno de sus hermanos tampoco lo harían, si tenía que perder su libertad por un par de años lo haría gustoso con tal de tener a los Yakuza en sus manos.Derek llamó a un abogado para que redactara el acuerdo prematrimonial donde se establecía que el matrimonio duraría tan solo un par de años, de los cuales ninguno de los dos cónyuges estaban obligados a mantener relaciones sexuales, además, una vez casados, Ariam estaba obligada a darle lo que le había prometido.El abogado hizo los trámites.Ariam dejó el departamento de su nueva amiga Nilvia para irse a vivir en el apartamento de Derek, él no era el señor amabilidad en lo absoluto en su habitación, solo había un colchón y
Harú huyo del país y se refugió al otro lado de la frontera, una vez que estuvo medio recuperado, se mantuvo en las sombras, porque no quería a alertar a los hijos del escorpión que seguía vivo, porque ellos no descansarían hasta matarlo.Una vez que estuvo bien resguardado, se comunicó con el jefe de la Yakusa.—Keniche, tengo información importante.Keniche no solo era el jefe de los Yakuza, sino también el esposo de su hermana, por eso Haru tenía tanta importancia dentro de la mafia y le importaba la lista que Ariam tenía en su poder.—¿Qué información? —Le preguntó Keniche.—Sé donde está la lista de Osaka.—¿Dónde está?—La tiene la hija de Pablo.—¿Por qué la tiene ella y no tú? Ya debería estar en tu poder.—Lo intenté, pero ha buscado la protección de uno de los hijos del Escorpión, me hicieron un atentado.— Haru, has hecho bien en informarme, yo me encargaré de obtener la lista y de eliminar a todos los testigos, aunque para eso tenga que aniquilar a los hijos del Escorpión
En ese instante llegó Derek, acompañado con tres de sus sombras, así la gente llamaba a sus hombres.—¿Qué sucede aquí? —preguntó al ver a Cecil un poco perturbada y a Ariam sonriendo.—¿Me puedes explicar lo que está diciendo esta mujer? —Preguntó Cecil con arrogante elegancia. —Dice que es tu prometida.Derek se quedó mirando a Ariam, ella tenía una picardía en su rostro, de como quien ha sido descubierto haciendo una travesura, evidentemente estaba disfrutando con lo que sea que había pasado entre ellas.—Es cierto —respondió él con impaciencia.—¿Te das cuenta de lo que me estás diciendo? —Preguntó Cecil con incredulidad.—Lo se, es complicado, pero las cosas no son lo que parece. —Explicó.Derek sentía una fuerte atracción hacia Cecil, pero él era un hombre que conocía perfectamente el mundo donde se encontraba, y del que formaba parte, por eso jamás tendría una relación más allá del sexo, las debilidades eran muy malas para el negocio.—¿Quién es esta mujer que aparece de la
Ariam y Derek salieron del departamento, afuera ya estaba el vehículo que en el que se iría, era un viejo Cámaro del 67, al verlo Ariam quedó fascinada porque le encantaban los carros, de inmediato recordó las horas que su padre y ella pasaban en el garaje arreglando su Mustang del 65, era su posesión más valiosa, los coches y la pasión por ellos, era el vínculo perfecto, entre Pablo y ella, sintió una opresión al recordarlo.Ariam pasó la mano por la carrocería del vehículo.—¿Te gusta? —Le pregunta de Derek que la observaba atentamente, la sacó de sus tristes pensamientos.—Sí, me encanta. —Respondió ella con sinceridad.—Entonces, conduce —Derek le lanzó las llaves que ella agarró al vuelo.—¿Me vas a confiar esta preciosura? —Preguntó Ariam con incredulidad.—Eres hija de Pablo, me imagino que heredaste sus habilidades.Ariam no dijo nada, sino que, emocionada, abrió la puerta del coche, una vez adentro colocó las manos en el volante y disfrutó la sensación de tocar esa joya del
—Habla de una maldita vez —gritó Ariam que seguía apuntando a la mujer.La mujer entró en pánico al ver lo decidida que estaba la chica de atentar en contra de ella, lo veía en su cara, podía percibir que estaba dispuesta a lo que sea.Derek no le quitaba los ojos de encima a Ariam, a pesar de que parecía un cervatillo asustado, tenía lo suyo, era de un espíritu fuerte y eso lo tenía gratamente complacido.—Se la llevaron unos hombres —dijo la directora abruptamente.—¿Quiénes? —Preguntó Ariam.La mujer se paró de su asiento, nerviosa.—Aquí yo no gano mucho dinero, tengo una familia que mantener…—Dígame quienes fueron los que se llevaron a mi hermana, no me interesa su maldita vida —gritó Ariam enojada.—Se los llevaron unos traficantes.—¡Oh Dios mío! ¿Quiénes son esos traficantes? ¿Por qué se la llevaron a ella?—Son de Suramérica, no sé nada más… No solamente se la llevaron a ella, sino a otros chiquillos.—¿Para qué se llevan a los niños? — Preguntó Ariam conmocionada.—Son maf