CAPÍTULO 104: SE REESTABLECE EL EQUILIBRIOElla asintió con la cabeza y dejó caer la espada al suelo, el metal resonó en la piedra con un eco agudo y chirriante. Su mirada se encontró con la de Thane, y ambos supieron que, a pesar de las cicatrices habían sobrevivido.Con el dragón derrotado, algo en el aire cambió. La presión que había envuelto la cueva durante la batalla disminuyó. Los lobos y los cazadores que habían acudido al llamado de Akira comenzaron a recuperar la conciencia, libres ahora del poder de su voz.Akira se tambaleó todavía por la herida que tenía en el costado. Thane la sostuvo entre sus brazos y ambos miraron preocupados a todos esos lobos junto a los cazadores, que se miraban entre sí un poco confundidos.—¿Y ahora qué? —se preguntó, más para sí misma que para Thane. Sin embargo, no se movieron ni se alejaron de ella. Todos sabían lo que había sucedido, todos eran conscientes del sacrificio que ella y Thane habían hecho.Uno a uno, los lobos comenzaron a inclina
CAPÍTULO 105: UN CACHORRO EN CAMINOEn las semanas posteriores a la batalla, el reino había comenzado a florecer nuevamente. La oscuridad que había envuelto las tierras durante años, gracias a la influencia del dragón y del rey Alaric, se había disipado. Los cazadores y los lobos ahora convivían en una paz tensa, pero duradera, y bajo el liderazgo de Thane y Akira, se sentía como si un nuevo capítulo de prosperidad estuviera en marcha.Akira caminaba por los jardines del castillo una mañana, admirando el cambio en la naturaleza. Los colores parecían más brillantes, los aromas más intensos. Sin embargo, en los últimos días, se había sentido extraña, como si algo dentro de ella estuviera cambiando. Había intentado ignorarlo, atribuyendo la fatiga y las ligeras náuseas a la tensión acumulada durante la batalla y las responsabilidades que había asumido como Alfa junto a Thane.Esa mañana, sin embargo, el malestar era imposible de ignorar. Sentía una presión en su vientre, una sensación de
CAPÍTULO 106: LA MATE (NO) MUDA DEL REYEl sol se alzaba sobre el horizonte, derramando su luz dorada sobre los vastos bosques que rodeaban el castillo. Era un día especial, uno que marcaría un nuevo comienzo para el reino y para la manada. Akira se preparaba en la intimidad de su recámara, su corazón latía con fuerza, no por la nerviosidad, sino por la emoción de lo que estaba por venir. Aquella mañana, ella no solo se casaría con Thane, su compañero de vida, su Mate Alfa, sino que también sería proclamada como la Luna del reino, la reina que lideraría junto a él en tiempos de paz.Un vestido blanco, sencillo pero adornado con finos detalles plateados que evocaban la luz de la luna, envolvía su cuerpo con suavidad. Su presencia hablaba por sí sola. Su porte, su fuerza y su sabiduría irradiaban con cada movimiento que hacía, mientras las sirvientas la ayudaban a terminar de arreglarse. Alrededor de su cuello descansaba un colgante con la forma de una pequeña luna creciente, un símbolo
CAPÍTULO 1: DESTERRADAEl fuego crepitaba con fuerza mientras Akira limpiaba insistentemente una de las mantas de algún lobo superior de la manada. Las manos ya no las sentía, el agua helada le quemaba la piel y la enrojecía, pero ella no se detuvo por nada hasta dejarla impecable.Estaba a punto de terminar el trabajo cuando Ryna se acercó a ella y le empujó la cesta con la ropa húmeda hacia el lodazal seguido de una carcajada.—Te faltó ahí, esclava —espetó con desdén.Akira no respondió, de todos modos no podía hacerlo. Se aguantó las ganas de llorar y recogió la tela llena de tierra para volver a lavarla. Hacía dos meses que las lobas la estaban molestando, desde que su hermana se fue al palacio del Rey Alfa, supuestamente para cumplir con un deber superior. Pero ella todavía lloraba en las noches al recordar el cuerpo de su hermana sin vida, lleno de heridas que, le habían dicho, fueron por un accidente, sin embargo Akira estaba segura de que eso no era verdad.Después de que ter
CAPÍTULO 2: CAUTIVAAkira tembló ante su presencia, imponente, dominante y oscura. Aquel lobo era el hombre más grande que ella había visto. Tenía el pecho descubierto así que podía ver perfectamente sus abdominales marcados y bronceados, Su rostro estaba cubierto por una gruesa barba, llevaba el cabello atado en una coleta y sus ojos rojos eran como la misma sangre.Podía olfatear el aroma a muerto fresco de los cinco cazadores. Akira pensó que ese lobo debía ser un Alfa formidable.—¡Responde! ¿Quién eres? ¿Acaso eres tonta o no detectaste la trampa a kilómetros? —cuestiona.Enseguida se dio cuenta de que estaba en un aprieto, pues no había forma de que le respondiese, la desterraron sin su cuaderno y ahí no había nada con lo que pudiese escribir.Sus ojos se llenaron de pánico, negó con la cabeza y le hizo señas para que entendiese que no podía hablar, pero ese Alfa no le entendió.—¿Te crees muy lista, eh? Si eres una espía de los humanos, te llevaré conmigo hasta que hables.Akir
CAPÍTULO 3: LA SEXTA CONCUBINAEl miedo de Akira no hacía más que crecer con cada minuto. La sacaron de la celda y la guiaron a una habitación cálida y bien iluminada, una extraña comodidad que no se podía comparar con la fría celda donde había estado antes. El suelo de piedra estaba cubierto con alfombras suaves, y en el centro de la habitación había una gran tina llena de agua tibia.Tres mujeres vestidas con largos vestidos blancos la esperaban, y con una mezcla de curiosidad y nerviosismo, la empujaron suavemente hacia la tina.No pudo evitar sentir una punzada de vergüenza mientras se desnudaba. En su manada, nunca había tenido acceso a lujos como este. Sus baños se limitaban a sumergirse en el río helado, donde el frío que entumecía sus huesos era la única opción. La vida como Omega había sido dura, en especial después de que su hermana se fue de la manada. Al sumergirse en el agua cálida, sintió una oleada de alivio que casi le hizo llorar. El agua acariciaba su piel, llevándos
CAPÍTULO 4: NUEVOS ENEMIGOSThane se paseaba por su cámara privada, sintiendo una extraña inquietud que no lograba sacudir. La imagen de Akira, la loba indefensa y muda, seguía rondando en su mente. Había algo en ella que lo intrigaba profundamente, algo que no podía ignorar. Sabía que designarla como concubina generaría controversia en la manada. Después de todo, Akira era una esclava Omega, y aunque las concubinas fuesen solo sus amantes, ninguna tenía un estatus menor al de Beta. Sin embargo, no podía dejar que eso influyera en su decisión. Su lobo interior rugía con emoción desde que la vio; su belleza rara y exótica era demasiado tentadora para dejarla escapar. Thane sentía que Akira debía ser suya, sin importar las consecuencias.Justo cuando pensaba en ir a buscarla esa misma noche, la puerta de su cámara se abrió de golpe. Su esposa principal, Seraphine, entró con el rostro desencajado. Había escuchado los rumores que corrían por el palacio sobre una nueva concubina.—¿Cómo te
CAPÍTULO 5: ENTREGADA A ÉLEsa noche era especial. Había una luna roja en el cielo, una luna de sangre. Ella no lo sabía, pero las lunas rojas aumentaban el deseo y las feromonas que emitía su cuerpo. Por mucho que Thane se resistió, no podía ignorar el llamado que su lobo le suplicaba. Ella era mucho más que una hermosa loba, ella podía ser su pareja destinada, aunque él no estaba seguro de eso. Aun así, no fue capaz de resistirse. Se dijo a sí mismo que se aseguraría de no marcarla, pues sería un sacrilegio aceptar a una Mate como ella, pero todavía podía disfrutar del plac3r que sus instintos salvajes le suplicaban.Llevó a la chica de la mano, no quería ser demasiado romántico con ella, pero una parte suya le impedía ser tan frío como con las otras.Por otro lado, Akira sintió que no podía respirar, su corazón se aceleró a un ritmo insospechado y él se dio cuenta, pero aquello le pareció más excitant3. Empujó a Akira contra la cama y de pronto dejó salir sus garras afiladas y sus