La chica se marcha después de prometerle que sería la mujer con la que experimentaríamos el medicamento para que ella pudiera quedar embarazada y de inmediato, comienzo a trabajar, realizando mis obligaciones en mi oficina en la parte sur de la mansión.
El día termina y la fiesta de Lowell comienza con un pequeño intentando mostrarse maduro, agradeciendo con mucha elegancia y tomando jugo de naranja meneando su copa como si fuera vino.— Deberías divertirte en la fiesta en vez de estar actuando como un adulto.— Madre, soy un adulto, no tengo cinco años, ni cuatro, ni tres. — alardea Lowell y yo asiento.— Sí, claro que sí. — murmuro siguiendo su juego de niño grande.Lowell se gira y mi corazón late con fuerzas al ultimar los detalles de mis siete hijos que se ven demasiado elegantes en sus ropas formales. Porque así fue como quiso LowellDos meses despuésTodo esfuerzo estaba dando frutos. El medicamento, no había generado una reacción adversa a las mujeres y su periodo se había regulado como también, los molestos periodos en celo que incluso a mí aun me molestaban aunque gracias a Seok Min, había encontrado mi medicamento perfecto para ello.Los niños, vivían felices y hacían las actividades acordes a sus edades. Ya no había guerras de lobos deseando molestar o venganzas pendientes. Bratt, había levantado su manada, Carlos, había arreglado los problemas que habían surgido en su ausencia y vivía feliz siendo novio de una mujer gato de Austria.Mis cinco bebés ya habían cumplido su primer año y todo peligro de su salud, había quedado en el olvido, aunque si estaban analizando a Caleb, Chiara y Maxim, porque a veces miraban a los demás como si estuvieran exorc
Todo estaba en silencio, no había gritos, no había reclamos, pero, la mirada de Curthwulf me lo decía todo, no estaba contento con lo que había dicho, no estaba feliz con saber que estaba embarazada y aunque lo comprendía, no me ayudaba a ignorar el dolor.Sabía que no debía celebrar, porque sé que prácticamente estoy escogiendo morir al escoger seguir con mi embarazo, pero, ¿Cómo no hacerlo si deseo ser madre? ¿Cómo no hacerlo si es el fruto de mi amor por un hombre que ha dado todo por mí?— Estas loca, ¿no es así? —pregunta Curthwulf.Bueno, por lo menos me está hablando. Por un momento pensé que la vena en su frente explotaría mientras sus ojos se salían por no querer decir lo que tanto le enoja. Así que, resumirlo a mi locura, está mejor — me digo mentalmente.— ¿Querer tener a nuestro hijo es estar loca? — pregunto intentando no mostrar mi dolor.— Charlotte, sabes a que me refiero.— No, no entiendo a qué te refieres, Curthwulf, supimos de mi anterior embarazo cuando estaba al
Si estar embarazada era una sorpresa para mí, después de solo haber tenido seco una sola vez, tener cinco bebés en mi interior, sí que es llevar la sorpresa a las ligas mayores. Incluso para Curthwulf es demasiado y no lo culpo, es mucho que procesar para mí también.— ¿Está segura de que son cinco bebés y no uno? — pregunta Curthwulf y yo miro hacia la doctora que nos sonríe.— Son cinco bebés. — confirma la doctora mirando la pantalla.— He escuchado que hay muchos errores médicos, ¿no será este uno?— Bueno, es normal que nos equivoquemos en ciertas cosas, porque somos humanos. Pero, equivocarnos de un bebé a cinco, si es un error bastante difícil que suceda. — dice la doctora sonriendo un poco incómoda.— Es que no puede ser.— ¿Por qué no? Los embarazos múltiples suceden, no tan a menudo, pero suceden. Y en su caso, ha sucedido, mírelos — dice señalando un círculo — este es un bebé, este es el segundo, tercero, cuarto y quinto. — dice señalando cada circulo, mientras Curthwulf pe
Sali del consultorio y no pude dar dos pasos, cuando los guardaespaldas de Curthwulf, se interpusieron en mi camino. Eso me molestaba, pero, más me molestaba saber que no iba a ganar en esta pelea. Después de todo, es él el alfa.— No hay otra opción, así que, no hagas esto difícil.— La doctora dijo que lo había, tú mismo lo escuchaste. — digo seria.— Eso fue solo una idea que parece más un sueño que algo que puede hacerse realidad.— Los sueños pueden hacerse realidad, con varios de ellos es posible. — le recuerdo.— Las pesadillas también son sueños y no quiero que mi pesadilla se cumpla. Así que, por favor, acompáñame al consultorio donde te realizaran el aborto. — dice Curthwulf y yo me giro para encontrarme con un hombre que desconozco.Es su mismo rostro, pero, se ve tan distinto. Su mirada gentil, no se ve por algún lado, su postura, parece de ataque y su aura, parece hostil. Es como si me odiara, como si el hombre del que estoy enamorada y me ama, no existiera.— Ellos son u
Estaba en problemas. El enojo de Curthwulf me decía que era capaz de arrancarme la cabeza si me marchaba con un extraño y más si no era humano, pero, ¿Qué opciones tengo?No, no pienses precipitadamente. Conociste a Min hace años y debes haber aprendido suficiente sobre no confiar en cualquier persona, por prevención. Ahora, no puedes intentar ser fuerte y poner en riesgo los bebés. — me dice mi mente y yo suspiro profundo.— ¿Qué es lo que eres, Min?— Soy un mestizo.— Es una bestia, tiene cuerpo de vampiro, pero en ciertas ocasiones, puede convertirse en bestia. — Eso es imposible. — digo de inmediato.Ni en los libros más locos he leído sobre un lobo que puede convertirse en bestia, hablar de eso en la realidad, es imposible.— Como tampoco es posible que una humana tenga lobos en su vientre, ¿no es así? — pregunta Min y yo me siento atacada.— Soy humana, no es algo extraordinario.— Nosotros somos como una especie de humanos. Entre los humanos hay muchas diferencias, sean en su
En mis recuerdos, Min era un chico débil. Pero, no pasó mucho tiempo cuando Min quedó encima de Curthwulf, mientras este enojado se convertía en un humano bastante enojado por haber sido acorralado.— Suéltame, muerto en vida.— Solo si no me muerdes, perro con rabia. — responde Min.Debo reconocerlo, se ofenden de una manera que resulta chistosa, ¿o son mis nervios? Porque, aunque este comiendo un rico pastel con jugo, tengo miedo de lo que pueda suceder. — digo mentalmente.— No puedo prometer nada. No me han vacunado contra la rabia. — responde Curthwulf gruñendo.— Eso es malo, ¿Lowell tampoco fue vacunado? Dios, que mala madre soy, no sé si los niños ya están vacunados, aunque creo que Gabriela no hubiese omitido algo tan grande, ¿no?Min se aleja de mi esposo riendo, mientras Curthwulf me observa mal.— ¿En serio, Charlotte?— ¿Qué sucede?— Nosotros no sufrimos de rabia — dice Curthwulf levantándose del suelo.— ¿Seguro? Porque últimamente estas de un humor de perros.Min comie
Estaba lista para subirme al auto, cuando Curthwulf apareció con su rostro completamente enojado y su mirada roja. Era evidente que no había aceptado mi decisión, pero, no iba a pensar en él, cuando él no pensaba en los bebés.— Charlotte, por favor.— Creo que ya hablamos suficiente. Min, ¿puedes llevarme a casa? Necesito ir por los niños.— Ni tú ni los niños se van a ir quien sabe a dónde con ese hombre. — No me dejas otra opción, no puedo quedarme en casa de alguien que incluso contra mi voluntad, quiere que pierda a los bebés. — Lo digo por tu bien. — insiste Curthwulf.— Creo que ya estoy lo suficientemente grande para saber qué es lo que quiero. Así que, no sigas molestando con algo que no va a hacerme cambiar de parecer.— Bien, hagamos algo. Puedes quedarte en una de las propiedades que tenemos y te aseguro que nadie va a atreverse a tocarte sin tu consentimiento.— Ellos me respetan, Curthwulf. Pero, cuando ambos damos una orden, van a acatar la tuya y no me molesta, porq
Despegamos y cuando el piloto nos dice que podemos levantarnos de nuestras sillas si lo deseamos, los niños se bajan de sus asientos y toman mis manos mientras sonríen a mi vientre. Algo que hace que bufe molesto Curthwulf.— Vamos, mamá. Tú y mi hermano o hermana necesita descansar. — dice Lowell sonriente.— Jueguen mientras puedan. Que, aunque me odien, no pueden seguir con esto. — dice Curthwulf y Lowell gruñe.— Los dos, es suficiente. Tú no digas esas cosas delante de los niños y Lowell, respeta a tu padre. — digo firme y los dos giran sus miradas, pero, no se gruñen entre sí.— Está bien. — dicen los dos y yo confirmo que estoy rodeada de niños.Zaid me jala y yo lo sigo hacia la habitación donde los dos me ayudan a quitar los zapatos y acomodarme en la cama.— Necesitas descansar y no te preocupes por papá. Voy a hacer vigilancia. Si quiere ser el malo, yo seré el héroe, mamá. Quisiera decir que eso me tranquiliza, pero, no es así. Con lo que he visto de los lobos, son muy al