Estaba en problemas. El enojo de Curthwulf me decía que era capaz de arrancarme la cabeza si me marchaba con un extraño y más si no era humano, pero, ¿Qué opciones tengo?
No, no pienses precipitadamente. Conociste a Min hace años y debes haber aprendido suficiente sobre no confiar en cualquier persona, por prevención. Ahora, no puedes intentar ser fuerte y poner en riesgo los bebés. — me dice mi mente y yo suspiro profundo.— ¿Qué es lo que eres, Min?— Soy un mestizo.— Es una bestia, tiene cuerpo de vampiro, pero en ciertas ocasiones, puede convertirse en bestia. — Eso es imposible. — digo de inmediato.Ni en los libros más locos he leído sobre un lobo que puede convertirse en bestia, hablar de eso en la realidad, es imposible.— Como tampoco es posible que una humana tenga lobos en su vientre, ¿no es así? — pregunta Min y yo me siento atacada.— Soy humana, no es algo extraordinario.— Nosotros somos como una especie de humanos. Entre los humanos hay muchas diferencias, sean en su color de piel, color de ojos, tipo de cabello, acento y demás. Muchos tienen malformaciones o discapacidades que los hacen distintos o tienen costumbres y religiones, que causan ello.>> En nuestro mundo que ustedes descaradamente llaman como fantasía o imposible, nosotros somos como humanos y cada tipo de color, tipo de cabello y demás diferencias que te mencioné anteriormente, son una especie distinta. — Aun así.— Tu esposo es un alfa, pero, tiene sangre de cambia formas. Eso lo hace, humano, lobo y cambia formas. En mi caso, soy vampiro y con un toque leve de monstruo que solo aparece en momentos en específicos.>> Pero, no debes preocuparte, no pierdo la consciencia cuando me transformo en bestia. Así que, no vas a correr algún riesgo si me transformo cerca de ti.— A ella no le importará eso, porque no estará cerca de ti. Vamos, Charlotte, tenemos cosas que hacer — dice Curthwulf y sus hombres intentan acercarse, pero, la gente de Min nos rodea formando un anillo de seguridad que parece imposible de romper, aunque hay están convertidos en lobos.— Charlotte, te estoy hablando. — dice Curthwulf y yo no siento la necesidad de ir detrás de él.Sé que se va a enojar si me marcho sin él y también sé que lo voy a herir, pero, ¿no está haciendo él justamente eso conmigo al querer obligarme a abortar sus hijos? — me pregunto mentalmente.— ¿Cómo puedes ayudarme si no hay antecedentes de mi embarazo?— Bueno, no eres tan especial. Aunque no hay reportes de humanas teniendo hijos con sangre de alfa y cambia formas, si hay personas igual de locas que se han involucrado con seres de otras especies. Esos son los llamados mestizos.— Oh, entonces, un padre era vampiro y el otro era bestia.— Sí. Así es. Pero, aun naciendo con sangre vampiro, no me transforme en uno después que te dejé. La sangre de bestia chocaba e impedía que mi parte vampiro se formara. — A nadie nos importa lo que viviste — dice Curthwulf molesto, pero, Min lo ignora.— Por eso, pasé mucho tiempo enfermo viajando por curas inexistente, fue un brujo que me ayudó a aliviar el dolor y me tomó como su discípulo.— Entonces, ¿es por eso, que dices que puedes ayudarme? — digo emocionada— No vas a usar a mi mujer como tu conejo experimental, señor Park.— Dime si deseas que te ayude.— Mira lo que ha pasado cuando hemos intentado separarnos. — me recuerda Curthwulf y me enoja que tenga tanta razón. — Entonces, apóyame y no me hagas sentir que mi única esperanza es irme con alguien que hace años no veía. — digo molesta y Curthwulf suspira profundo.— Está bien, hablemos. — dice Curthwulf resignándose, pero, ninguno de sus hombres se aleja o los de Min.Dios, no necesito más problemas, ni drama. Solo quiero que mis bebés y yo estemos bien. — digo mentalmente.— Necesito que uno de los dos muestre interés por hablar o no hablaré con ninguno. — digo firme y los lobos retroceden mientras Curthwulf mira fijamente a Min.Que bueno es hablar con la mente. — murmuro mentalmente.— Min, también hablo contigo — digo al ver que su gente sigue rodeándonos.— Como ordenes — dice Min y su gente retrocede.— Ella puede ordenar todo lo que desee en la manada, no en tu… negocio. Así que, hagan lo que Charlotte diga, después de todo, es mi esposa.— Aquí puede ordenar sin que su único cargo sea como esposa de alguien. Y no, no somos manada, ni tampoco negocio, somos familia. Algo que…— Es suficiente. Vamos a hablar, no a pelear. — digo viendo como Curthwulf empieza a mostrar sus dientes y ojos rojos.— Como digas. — dicen al unísono y de inmediato, se miran mal por haber hablado tan sincronizado.Ni Zaid con Lowell pelean tanto como Curthwulf con cualquier especie, pero algo me dice que con Min discutirá más.Salgo del hospital y camino hacia un restaurante poco concurrido, donde de inmediato, la gente se marcha casi a la fuerza por la gente de Min.— Recuerdo que siempre estábamos solos. Me decías que no te gustaba estar con la multitud, ¿eso ha cambiado?— Por supuesto que ha cambiado, ya no es una niña y pertenece a una gran manada. — responde Curthwulf.— No lo sé. A veces solo quiero estar sola y después, cuando estoy rodeada de tantos… seres, simplemente me adapto y sigo con mis cosas. — confieso y Min me sonríe.— A mí tampoco me agrada estar con tanta gente. Así que, siempre que voy a reunirme a un lugar, pido que desocupen el mismo. Espero no te moleste. — dice Min y yo sonrío, mientras escucho como algo hace un ruido molesto.Miro a mi alrededor en busca de alguna persona arrastrando una silla metálica o algo parecido y lo que veo es a Curthwulf haciendo el ruido con sus dientes.¿Será que debo vacunarlo contra la rabia? Parece que esta que bota espuma por la boca — murmuro mentalmente.— ¿Estas bien, cariño? — pregunto y Curthwulf me mira con enojo.— ¿Cómo estaría si alguien que gusta de mi está hablando como si fuéramos íntimos amigos?— Bueno, eso lo experimente con Brittany y más de una vez. Sin embargo, yo no he estado abrazando ni siendo cariñosa con Min, ¿no es así? — pregunto sonriente y él tensa su mandíbula.— En fin, ¿quieres que haga parte de la conversación o me quedo a cierta distancia.— ¿Eres el padre de los bebés?— Quisiera, pero, no es posible. Por lo menos, no de los que se están formando en su interior — dice Min y desaparece de mi vista, al Curthwulf lanzarse encima de él con evidente enojo.¿Debería decirle que Min es homosexual o lo dejó sufrir un poco más para que reaccione? — me pregunto mentalmente mientras veo como dos seres mucho más fuertes y resistentes que yo, giran mientras destruyen todo a su paso.La Charlotte de antes lloraría e imploraría que se detuvieran, pero, es evidente que eso no va a detenerlos. Mejor espero un poco hasta que se cansen. El exceso de testosterona debe ser liberado así sea con puños.— Quiero un jugo de guanábana con un pastel de chocolate, por favor. — ordeno mientras espero que no destruyan el restaurante.En mis recuerdos, Min era un chico débil. Pero, no pasó mucho tiempo cuando Min quedó encima de Curthwulf, mientras este enojado se convertía en un humano bastante enojado por haber sido acorralado.— Suéltame, muerto en vida.— Solo si no me muerdes, perro con rabia. — responde Min.Debo reconocerlo, se ofenden de una manera que resulta chistosa, ¿o son mis nervios? Porque, aunque este comiendo un rico pastel con jugo, tengo miedo de lo que pueda suceder. — digo mentalmente.— No puedo prometer nada. No me han vacunado contra la rabia. — responde Curthwulf gruñendo.— Eso es malo, ¿Lowell tampoco fue vacunado? Dios, que mala madre soy, no sé si los niños ya están vacunados, aunque creo que Gabriela no hubiese omitido algo tan grande, ¿no?Min se aleja de mi esposo riendo, mientras Curthwulf me observa mal.— ¿En serio, Charlotte?— ¿Qué sucede?— Nosotros no sufrimos de rabia — dice Curthwulf levantándose del suelo.— ¿Seguro? Porque últimamente estas de un humor de perros.Min comie
Estaba lista para subirme al auto, cuando Curthwulf apareció con su rostro completamente enojado y su mirada roja. Era evidente que no había aceptado mi decisión, pero, no iba a pensar en él, cuando él no pensaba en los bebés.— Charlotte, por favor.— Creo que ya hablamos suficiente. Min, ¿puedes llevarme a casa? Necesito ir por los niños.— Ni tú ni los niños se van a ir quien sabe a dónde con ese hombre. — No me dejas otra opción, no puedo quedarme en casa de alguien que incluso contra mi voluntad, quiere que pierda a los bebés. — Lo digo por tu bien. — insiste Curthwulf.— Creo que ya estoy lo suficientemente grande para saber qué es lo que quiero. Así que, no sigas molestando con algo que no va a hacerme cambiar de parecer.— Bien, hagamos algo. Puedes quedarte en una de las propiedades que tenemos y te aseguro que nadie va a atreverse a tocarte sin tu consentimiento.— Ellos me respetan, Curthwulf. Pero, cuando ambos damos una orden, van a acatar la tuya y no me molesta, porq
Despegamos y cuando el piloto nos dice que podemos levantarnos de nuestras sillas si lo deseamos, los niños se bajan de sus asientos y toman mis manos mientras sonríen a mi vientre. Algo que hace que bufe molesto Curthwulf.— Vamos, mamá. Tú y mi hermano o hermana necesita descansar. — dice Lowell sonriente.— Jueguen mientras puedan. Que, aunque me odien, no pueden seguir con esto. — dice Curthwulf y Lowell gruñe.— Los dos, es suficiente. Tú no digas esas cosas delante de los niños y Lowell, respeta a tu padre. — digo firme y los dos giran sus miradas, pero, no se gruñen entre sí.— Está bien. — dicen los dos y yo confirmo que estoy rodeada de niños.Zaid me jala y yo lo sigo hacia la habitación donde los dos me ayudan a quitar los zapatos y acomodarme en la cama.— Necesitas descansar y no te preocupes por papá. Voy a hacer vigilancia. Si quiere ser el malo, yo seré el héroe, mamá. Quisiera decir que eso me tranquiliza, pero, no es así. Con lo que he visto de los lobos, son muy al
¿Cómo podía ignorar que estaba molesta con él por algo tan importante solo porque me nalguea? Y lo peor, es que yo era de las mujeres que desaprobaba cualquier tipo de golpe, aunque fuera en el acto sexual y consensuado.Y aquí estoy, tragándome mis desapruebo, porque me ha gustado que me nalguee, al punto de tener un orgasmo. Vaya, sí que debo ser tonta para perder la fuerza de voluntad tan rápido.Una nalgada fuerte esta vez en mis glúteos, me hace volver a la realidad y levantar mi vista hacia el hombre que me observa con su mirada roja y no precisamente por tener rabia. — ¿Por qué no puedo serlo? No quiero seguir siendo una débil humana.— Débil o no, eres mía y no voy a permitir que cometas la locura de ser una vampira, menos cuando estas embarazada, Charlotte— Entonces, conviérteme en lobo. Es fácil. — murmuro y Curthwulf me aparta de sus piernas y me toma de los brazos.— Aunque existiera esa posibilidad, los bebés no podrían sobrevivir a algo así, por lo que, no es buena ide
Curthwulf se levantó de su asiento y mirándonos con enojo, nos dijo tantas cosas, pero, yo tomé la mano de Lowell y me alejé antes de que dijera algo. Ya había hablado y solo lo había hecho para herir a los demás, así que, no iba a permitírselo.— Vamos a sentarnos. Dejemos a tu papá donde sea que haya enviado las cosas de la cas ay nosotros nos iremos a Italia, ¿les parece?— Estas loca si crees que voy a permitir que te vayas para Italia.— Entonces, ven con nosotros, estoy seguro de que habrá italianas que te hagan feliz y no las mates por solo morderlas o que ellas te arañen — digo con frialdad.Lo amo, Dios es testigo que lo amo, pero, ya he tenido suficiente del odio hacia los bebés. Así que, no voy a caer como lo hice cuando me estaba dando nalgadas. No puedo ser débil. no cuando peleo por algo grande.— Vamos a sentarnos, estoy cansada. — digo sentándome lo más lejos del asiento de Curthwulf.— Podrán evitarme todo lo que quieran, pero, así estén en un bosque, solo necesitan l
Me preparo para el impacto, mientras imploro que mis hijos se encuentren bien después de ello. Sin embargo, el golpe no es fuerte como lo pensé, sino que, parece que he caído sobre un gran oso de peluche. Incluso, puedo sentir su pelaje con olor a manzanilla.— ¡Charlotte, ¿estas bien?! — pregunta Carlos mientras se transforma en humano.— Yo… ¿estas bien tú?— Me transformé en gato y caí bien, pero, ¿Qué hay de ti? — dice Carlos y como puedo me levanto, mientras el lobo debajo de mí gimotea, para después levantarse.Sus ojos amarillos, mostraban preocupación, pero, no era por el dolor que le había causado la caída a él, si no, por mí. Podía sentirlo. Eso era lo que quería decirme con su mirada.— ¿Eres tú, Retmus? — pregunto y el lobo asiente.— Debemos irnos. — dice Carlos mientras escucha los disparos.— Gracias por salvarme. — murmuro y el lobo me cubre mientras con su hocico que empuja para que camine.Sorprendida, subo al auto y es allí cuando Retmus se transforma en humano y sa
El auto nos deja en una gran casa donde por fortuna, no somos recibidos con disparos. Apenas llegamos, Lowell se transforma en lobo, mientras yo cargo a Zaid, sin intenciones de entregarlo a alguien.Si algo he entendido es que no puedo alejarme de los niños por mucho tiempo, porque pasa algo. Preocupada, soy escoltada hacia el interior de la casa donde un hombre ya nos espera con apósitos y otras herramientas de medicina.— ¿Quién es usted y que piensa darle? — pregunto cuando el hombre saca una pastilla para Zaid.Lowell gruñe y aunque no me agrada que siempre este a la defensiva Lowell siendo solo un niño, me alegra tener su respaldo. — Solo es medicamento para el dolor. Aunque no fue un corte demasiado profundo, debemos darle medicamento para que no se le infecte.Dudo de sus intenciones y aunque él me entrega el empaque que me hace confirmar que es antibiótico, no soy capaz de darle eso a mi pequeño. Aunque quiero que lo atiendan, con este atentado, desconfío de cualquier person
Todos habíamos sido atendidos y ya estábamos en la sala pensando en una solución para mi seguridad sin que esto no estuviera relacionado con Min y yo viviendo en una casa. Pero, no teníamos muchas opciones.— Deberías darte por vencido. Siempre van a estar atacándote o tú estarás respondiendo a las provocaciones, así que, debes aceptar que vas a dejarme sola con los niños y que Min es la mejor opción. — digo y él niega de inmediato.— No es la mejor opción, porque tenemos a Carlos. — dice Curthwulf mientras el gato comienza a lamer su pierna.Confundida, miro hacia el gato que supuestamente es Carlos y Curthwulf sigue mi mirada, suspirando profundo y marchándose para al minuto más tarde, traer a Carlos, quien viene con una copa de vino en su mano.— ¿No eras tú ese gato? —pregunto confundida— Bueno, muchas veces cuando están discutiendo sobre algo que no me importa o simplemente no quiero ser parte de la conversación, coloco un gato idéntico a mí mientras escucho a lo lejos lo que su