Capítulo 4: Pelear

Estaba en problemas. El enojo de Curthwulf me decía que era capaz de arrancarme la cabeza si me marchaba con un extraño y más si no era humano, pero, ¿Qué opciones tengo?

No, no pienses precipitadamente. Conociste a Min hace años y debes haber aprendido suficiente sobre no confiar en cualquier persona, por prevención. Ahora, no puedes intentar ser fuerte y poner en riesgo los bebés. — me dice mi mente y yo suspiro profundo.

— ¿Qué es lo que eres, Min?

— Soy un mestizo.

— Es una bestia, tiene cuerpo de vampiro, pero en ciertas ocasiones, puede convertirse en bestia. 

— Eso es imposible. — digo de inmediato.

Ni en los libros más locos he leído sobre un lobo que puede convertirse en bestia, hablar de eso en la realidad, es imposible.

— Como tampoco es posible que una humana tenga lobos en su vientre, ¿no es así? — pregunta Min y yo me siento atacada.

— Soy humana, no es algo extraordinario.

— Nosotros somos como una especie de humanos. Entre los humanos hay muchas diferencias, sean en su color de piel, color de ojos, tipo de cabello, acento y demás. Muchos tienen malformaciones o discapacidades que los hacen distintos o tienen costumbres y religiones, que causan ello.

>> En nuestro mundo que ustedes descaradamente llaman como fantasía o imposible, nosotros somos como humanos y cada tipo de color, tipo de cabello y demás diferencias que te mencioné anteriormente, son una especie distinta. 

— Aun así.

— Tu esposo es un alfa, pero, tiene sangre de cambia formas. Eso lo hace, humano, lobo y cambia formas. En mi caso, soy vampiro y con un toque leve de monstruo que solo aparece en momentos en específicos.

>> Pero, no debes preocuparte, no pierdo la consciencia cuando me transformo en bestia. Así que, no vas a correr algún riesgo si me transformo cerca de ti.

— A ella no le importará eso, porque no estará cerca de ti. Vamos, Charlotte, tenemos cosas que hacer — dice Curthwulf y sus hombres intentan acercarse, pero, la gente de Min nos rodea formando un anillo de seguridad que parece imposible de romper, aunque hay están convertidos en lobos.

— Charlotte, te estoy hablando. — dice Curthwulf y yo no siento la necesidad de ir detrás de él.

Sé que se va a enojar si me marcho sin él y también sé que lo voy a herir, pero, ¿no está haciendo él justamente eso conmigo al querer obligarme a abortar sus hijos? — me pregunto mentalmente.

— ¿Cómo puedes ayudarme si no hay antecedentes de mi embarazo?

— Bueno, no eres tan especial. Aunque no hay reportes de humanas teniendo hijos con sangre de alfa y cambia formas, si hay personas igual de locas que se han involucrado con seres de otras especies. Esos son los llamados mestizos.

— Oh, entonces, un padre era vampiro y el otro era bestia.

— Sí. Así es. Pero, aun naciendo con sangre vampiro, no me transforme en uno después que te dejé. La sangre de bestia chocaba e impedía que mi parte vampiro se formara. 

— A nadie nos importa lo que viviste — dice Curthwulf molesto, pero, Min lo ignora.

— Por eso, pasé mucho tiempo enfermo viajando por curas inexistente, fue un brujo que me ayudó a aliviar el dolor y me tomó como su discípulo.

— Entonces, ¿es por eso, que dices que puedes ayudarme? — digo emocionada

— No vas a usar a mi mujer como tu conejo experimental, señor Park.

— Dime si deseas que te ayude.

— Mira lo que ha pasado cuando hemos intentado separarnos. — me recuerda Curthwulf y me enoja que tenga tanta razón. 

— Entonces, apóyame y no me hagas sentir que mi única esperanza es irme con alguien que hace años no veía. — digo molesta y Curthwulf suspira profundo.

— Está bien, hablemos. — dice Curthwulf resignándose, pero, ninguno de sus hombres se aleja o los de Min.

Dios, no necesito más problemas, ni drama. Solo quiero que mis bebés y yo estemos bien. — digo mentalmente.

— Necesito que uno de los dos muestre interés por hablar o no hablaré con ninguno. — digo firme y los lobos retroceden mientras Curthwulf mira fijamente a Min.

Que bueno es hablar con la mente. — murmuro mentalmente.

— Min, también hablo contigo — digo al ver que su gente sigue rodeándonos.

— Como ordenes — dice Min y su gente retrocede.

— Ella puede ordenar todo lo que desee en la manada, no en tu… negocio. Así que, hagan lo que Charlotte diga, después de todo, es mi esposa.

— Aquí puede ordenar sin que su único cargo sea como esposa de alguien. Y no, no somos manada, ni tampoco negocio, somos familia. Algo que…

— Es suficiente. Vamos a hablar, no a pelear. — digo viendo como Curthwulf empieza a mostrar sus dientes y ojos rojos.

— Como digas. — dicen al unísono y de inmediato, se miran mal por haber hablado tan sincronizado.

Ni Zaid con Lowell pelean tanto como Curthwulf con cualquier especie, pero algo me dice que con Min discutirá más.

Salgo del hospital y camino hacia un restaurante poco concurrido, donde de inmediato, la gente se marcha casi a la fuerza por la gente de Min.

— Recuerdo que siempre estábamos solos. Me decías que no te gustaba estar con la multitud, ¿eso ha cambiado?

— Por supuesto que ha cambiado, ya no es una niña y pertenece a una gran manada. — responde Curthwulf.

— No lo sé. A veces solo quiero estar sola y después, cuando estoy rodeada de tantos… seres, simplemente me adapto y sigo con mis cosas. — confieso y Min me sonríe.

— A mí tampoco me agrada estar con tanta gente. Así que, siempre que voy a reunirme a un lugar, pido que desocupen el mismo. Espero no te moleste. — dice Min y yo sonrío, mientras escucho como algo hace un ruido molesto.

Miro a mi alrededor en busca de alguna persona arrastrando una silla metálica o algo parecido y lo que veo es a Curthwulf haciendo el ruido con sus dientes.

¿Será que debo vacunarlo contra la rabia? Parece que esta que bota espuma por la boca — murmuro mentalmente.

— ¿Estas bien, cariño? — pregunto y Curthwulf me mira con enojo.

— ¿Cómo estaría si alguien que gusta de mi está hablando como si fuéramos íntimos amigos?

— Bueno, eso lo experimente con Brittany y más de una vez. Sin embargo, yo no he estado abrazando ni siendo cariñosa con Min, ¿no es así? — pregunto sonriente y él tensa su mandíbula.

— En fin, ¿quieres que haga parte de la conversación o me quedo a cierta distancia.

— ¿Eres el padre de los bebés?

— Quisiera, pero, no es posible. Por lo menos, no de los que se están formando en su interior — dice Min y desaparece de mi vista, al Curthwulf lanzarse encima de él con evidente enojo.

¿Debería decirle que Min es homosexual o lo dejó sufrir un poco más para que reaccione? — me pregunto mentalmente mientras veo como dos seres mucho más fuertes y resistentes que yo, giran mientras destruyen todo a su paso.

La Charlotte de antes lloraría e imploraría que se detuvieran, pero, es evidente que eso no va a detenerlos. Mejor espero un poco hasta que se cansen. El exceso de testosterona debe ser liberado así sea con puños.

— Quiero un jugo de guanábana con un pastel de chocolate, por favor. — ordeno mientras espero que no destruyan el restaurante.

Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP