Sali del consultorio y no pude dar dos pasos, cuando los guardaespaldas de Curthwulf, se interpusieron en mi camino. Eso me molestaba, pero, más me molestaba saber que no iba a ganar en esta pelea. Después de todo, es él el alfa.
— No hay otra opción, así que, no hagas esto difícil.— La doctora dijo que lo había, tú mismo lo escuchaste. — digo seria.— Eso fue solo una idea que parece más un sueño que algo que puede hacerse realidad.— Los sueños pueden hacerse realidad, con varios de ellos es posible. — le recuerdo.— Las pesadillas también son sueños y no quiero que mi pesadilla se cumpla. Así que, por favor, acompáñame al consultorio donde te realizaran el aborto. — dice Curthwulf y yo me giro para encontrarme con un hombre que desconozco.Es su mismo rostro, pero, se ve tan distinto. Su mirada gentil, no se ve por algún lado, su postura, parece de ataque y su aura, parece hostil. Es como si me odiara, como si el hombre del que estoy enamorada y me ama, no existiera.— Ellos son una amenaza y así como mate a todos los alfas que querían tu amor, lo haré con ellos y no vas a detenerme, Charlotte. — No te atreverías.— Prometí no hacer algo que te causara dolor y coy a cumplir con mis votos matrimoniales. — dice Curthwulf.— Prometiste no lastimarme, Curthwulf. Así que, no hagas esto, por favor. — pido entre lágrimas.— Ódiame, puedo vivir con eso, pero, no puedo vivir sabiendo que te he matado. Ni siquiera en el infierno podría tener un sufrimiento más grande como saber que quien amo, murió por mi culpa.— Esto no es tu culpa, es mi decisión.— No debí ignorar el hecho de que había estado contigo sin cuidarnos. Si yo no hubiese…— Ya nada va a cambiar lo que ya sucede.— Sí hay algo. — dice Curthwulf dando un paso hacia mí y yo retrocedo con dolor.¿Por qué debo amarlo tanto? Si no lo amara como lo hago, su desprecio hacia mis hijos no debería dolerme tanto, ¿no es así? — me pregunto mentalmente.— ¿Me amas, Curthwulf?— Seria capaz de dar mi vida por ti. Si me pides que cambie incluso lo que no puedo cambiar fácilmente, trabajaría duro. Sería capaz de comprar la luna si la quieres, así de grande es mi amor por ti.— Y yo amo así a nuestros hijos. — digo llevando mi mano a la suya y colocando su mano en mi vientre — son nuestros. Debemos proteger al bebé número uno — digo acariciando su dedo meñique — al segundo bebé — digo acariciando su dedo anular.>> El tercer bebé — digo acariciando su dedo medio — el cuarto y quinto bebé — susurro tocando su dedo índice y pulgar — cinco bebés. Cinco milagros que son tan importantes para mí que no puedo renunciar a ellos. Haz lo mismo, amor, ámalos como me amas y comprenderás que no seré la misma si no están en mi vida.La frialdad de su mirada, desaparece mostrando que esa frialdad era una cortina que acaba de caer, mostrándome la fragilidad con la que él existe. Dicen que los ojos nos dicen lo que la boca no es capaz de decir y sus ojos me dicen que sufre y mucho.Curthwulf aleja su mano de mi vientre y retrocede como si le hubiese dado un impacto de bala en su corazón. Estaba cediendo, con dolor, pero lo hacía y yo debía aprovechar su momento de debilidad.Por eso, lo abrazo. Lo abrazo con todas mis fuerzas, intentando que el dolor que tiene, desaparezca y él, aunque levanta sus brazos para abrazarme, no lo hace. El hombre que no desaprovechaba la oportunidad para hacerlo, no lo hace.— Cariño, por favor. No te cierres a esto. Son nuestros bebés, el fruto de nuestro amor. No me hagas esto. No nos hagas esto.— ¿Crees que no me duele? Quiero tener a mis hijos y a ti, pero, no puedo y me niego a perderte. No puedo pensar en una vida sin ti. Así que, no me pidas que finja que todo está bien, cuando no es así.— Puedo con esto — digo intentando convencerlo.— Deseo tanto que sea verdad. Anhelo que las cosas salgan bien para nosotros. Pero, debemos ver la realidad. Cariño, odio esto y no sabes cuanta felicidad sentí al escuchar que sería padre, pero…— ¿Pero qué? ¿Le tienes miedo a la muerte?— No puedo renunciar a ti. No temo morir, temo que mueras tú. Yo odio esto y no sabes cuanto desearía besarte por esta buena noticia y prometerte que todo va a estar bien y que cuidaré de los bebés, de mis hijos.>> Pero, no puedo prometerte algo que no puedo cumplir. Ya he pasado por eso, así que, no voy a volver a prometerte imposibles. Así que, por favor, no insistas. Ya he decido y aunque me duela no poder protegerlos, debo protegerte a ti. Vamos, necesitamos ponerle fin a esto. — dice Curthwulf tomando mi mano y yo la aparto con rapidez.— No iré.— Por las buenas o por las malas. Pero vas a ir. — dice Curthwulf tomándome de los brazos y yo lo golpeo con mis piernas.— ¡Suéltame! ¡No nos hagas esto!— Suéltala — dice alguien detrás de nosotros y yo giro hacia la fuente del ruido.— ¿Quién eres tú? — pregunta Curthwulf y en su momento de distracción corro hacia el hombre que hace años no veía.Justo cuando me acerco a él, su mirada se torna roja y yo me detengo sorprendida al enterarme que es lobo.— Soy Park Seok Min. — ¿Cómo es que…? ¿Eres lobo?— ¿No lo has notado? En su cuerpo no hay un corazón cálido. Es totalmente frío, como si fuera un muerto viviente. Claramente no es lobo, así que, aléjate de él y ven con tu esposo. — dice Curthwulf.No tenia ni la más remota idea de lo que sucedía, pero, era claro que no iba a hacerle caso a Curthwulf, no podía hacerlo cuando él quería que no tuviera a mis bebés.— Min, ¿Cómo es que me has encontrado?— Tu aroma es inconfundible. Apenas llegue al país, tu aroma me trajo aquí. Además, puedo ver el futuro y saber que estas en problemas.— ¿Lo conoces? — pregunta Curthwulf y yo asiento— Sí, nos conocemos desde niños. Ella es el amor de mi vida. De mi larga y fría vida. — dice Min y yo abro mis ojos sorprendida.Justo cuando no es momento para bromas, llega Min y dice algo así.— Si que sabes cómo hacerme enojar y por una mentira.— Hablo en serio, si crees que es mentira, no es mi culpa. La conocí cuando ella tenía diez años y yo fingía tener doce, aunque tenía poco casi cien años.— Si que estas mal. Debieron llamar a la policía.— El punto es que yo sabía que era el amor de mi vida y tuve que dejarla ir porque merecía la oportunidad de encontrar el amor de su vida, pero, es evidente que me equivoqué. >> Un hombre que no puede proteger a su familia y causa daño a quien dice amar, no merece ser llamado amor de su vida. Así que, hazte a un lado y deja que yo me encargue — dice Min a Curthwulf para después mirarme — Vente conmigo, yo puedo encontrar la forma de que tengas tus bebés.No sabía si Min decía eso solo para molestar a Curthwulf, pero, escuchar a alguien que puede ayudarme a tener mis hijos, hace que quiera seguirlo, solo… ¿podré escoger a otro hombre por encima de mi esposo y que eso no se vea como traición?Estaba en problemas. El enojo de Curthwulf me decía que era capaz de arrancarme la cabeza si me marchaba con un extraño y más si no era humano, pero, ¿Qué opciones tengo?No, no pienses precipitadamente. Conociste a Min hace años y debes haber aprendido suficiente sobre no confiar en cualquier persona, por prevención. Ahora, no puedes intentar ser fuerte y poner en riesgo los bebés. — me dice mi mente y yo suspiro profundo.— ¿Qué es lo que eres, Min?— Soy un mestizo.— Es una bestia, tiene cuerpo de vampiro, pero en ciertas ocasiones, puede convertirse en bestia. — Eso es imposible. — digo de inmediato.Ni en los libros más locos he leído sobre un lobo que puede convertirse en bestia, hablar de eso en la realidad, es imposible.— Como tampoco es posible que una humana tenga lobos en su vientre, ¿no es así? — pregunta Min y yo me siento atacada.— Soy humana, no es algo extraordinario.— Nosotros somos como una especie de humanos. Entre los humanos hay muchas diferencias, sean en su
En mis recuerdos, Min era un chico débil. Pero, no pasó mucho tiempo cuando Min quedó encima de Curthwulf, mientras este enojado se convertía en un humano bastante enojado por haber sido acorralado.— Suéltame, muerto en vida.— Solo si no me muerdes, perro con rabia. — responde Min.Debo reconocerlo, se ofenden de una manera que resulta chistosa, ¿o son mis nervios? Porque, aunque este comiendo un rico pastel con jugo, tengo miedo de lo que pueda suceder. — digo mentalmente.— No puedo prometer nada. No me han vacunado contra la rabia. — responde Curthwulf gruñendo.— Eso es malo, ¿Lowell tampoco fue vacunado? Dios, que mala madre soy, no sé si los niños ya están vacunados, aunque creo que Gabriela no hubiese omitido algo tan grande, ¿no?Min se aleja de mi esposo riendo, mientras Curthwulf me observa mal.— ¿En serio, Charlotte?— ¿Qué sucede?— Nosotros no sufrimos de rabia — dice Curthwulf levantándose del suelo.— ¿Seguro? Porque últimamente estas de un humor de perros.Min comie
Estaba lista para subirme al auto, cuando Curthwulf apareció con su rostro completamente enojado y su mirada roja. Era evidente que no había aceptado mi decisión, pero, no iba a pensar en él, cuando él no pensaba en los bebés.— Charlotte, por favor.— Creo que ya hablamos suficiente. Min, ¿puedes llevarme a casa? Necesito ir por los niños.— Ni tú ni los niños se van a ir quien sabe a dónde con ese hombre. — No me dejas otra opción, no puedo quedarme en casa de alguien que incluso contra mi voluntad, quiere que pierda a los bebés. — Lo digo por tu bien. — insiste Curthwulf.— Creo que ya estoy lo suficientemente grande para saber qué es lo que quiero. Así que, no sigas molestando con algo que no va a hacerme cambiar de parecer.— Bien, hagamos algo. Puedes quedarte en una de las propiedades que tenemos y te aseguro que nadie va a atreverse a tocarte sin tu consentimiento.— Ellos me respetan, Curthwulf. Pero, cuando ambos damos una orden, van a acatar la tuya y no me molesta, porq
Despegamos y cuando el piloto nos dice que podemos levantarnos de nuestras sillas si lo deseamos, los niños se bajan de sus asientos y toman mis manos mientras sonríen a mi vientre. Algo que hace que bufe molesto Curthwulf.— Vamos, mamá. Tú y mi hermano o hermana necesita descansar. — dice Lowell sonriente.— Jueguen mientras puedan. Que, aunque me odien, no pueden seguir con esto. — dice Curthwulf y Lowell gruñe.— Los dos, es suficiente. Tú no digas esas cosas delante de los niños y Lowell, respeta a tu padre. — digo firme y los dos giran sus miradas, pero, no se gruñen entre sí.— Está bien. — dicen los dos y yo confirmo que estoy rodeada de niños.Zaid me jala y yo lo sigo hacia la habitación donde los dos me ayudan a quitar los zapatos y acomodarme en la cama.— Necesitas descansar y no te preocupes por papá. Voy a hacer vigilancia. Si quiere ser el malo, yo seré el héroe, mamá. Quisiera decir que eso me tranquiliza, pero, no es así. Con lo que he visto de los lobos, son muy al
¿Cómo podía ignorar que estaba molesta con él por algo tan importante solo porque me nalguea? Y lo peor, es que yo era de las mujeres que desaprobaba cualquier tipo de golpe, aunque fuera en el acto sexual y consensuado.Y aquí estoy, tragándome mis desapruebo, porque me ha gustado que me nalguee, al punto de tener un orgasmo. Vaya, sí que debo ser tonta para perder la fuerza de voluntad tan rápido.Una nalgada fuerte esta vez en mis glúteos, me hace volver a la realidad y levantar mi vista hacia el hombre que me observa con su mirada roja y no precisamente por tener rabia. — ¿Por qué no puedo serlo? No quiero seguir siendo una débil humana.— Débil o no, eres mía y no voy a permitir que cometas la locura de ser una vampira, menos cuando estas embarazada, Charlotte— Entonces, conviérteme en lobo. Es fácil. — murmuro y Curthwulf me aparta de sus piernas y me toma de los brazos.— Aunque existiera esa posibilidad, los bebés no podrían sobrevivir a algo así, por lo que, no es buena ide
Curthwulf se levantó de su asiento y mirándonos con enojo, nos dijo tantas cosas, pero, yo tomé la mano de Lowell y me alejé antes de que dijera algo. Ya había hablado y solo lo había hecho para herir a los demás, así que, no iba a permitírselo.— Vamos a sentarnos. Dejemos a tu papá donde sea que haya enviado las cosas de la cas ay nosotros nos iremos a Italia, ¿les parece?— Estas loca si crees que voy a permitir que te vayas para Italia.— Entonces, ven con nosotros, estoy seguro de que habrá italianas que te hagan feliz y no las mates por solo morderlas o que ellas te arañen — digo con frialdad.Lo amo, Dios es testigo que lo amo, pero, ya he tenido suficiente del odio hacia los bebés. Así que, no voy a caer como lo hice cuando me estaba dando nalgadas. No puedo ser débil. no cuando peleo por algo grande.— Vamos a sentarnos, estoy cansada. — digo sentándome lo más lejos del asiento de Curthwulf.— Podrán evitarme todo lo que quieran, pero, así estén en un bosque, solo necesitan l
Me preparo para el impacto, mientras imploro que mis hijos se encuentren bien después de ello. Sin embargo, el golpe no es fuerte como lo pensé, sino que, parece que he caído sobre un gran oso de peluche. Incluso, puedo sentir su pelaje con olor a manzanilla.— ¡Charlotte, ¿estas bien?! — pregunta Carlos mientras se transforma en humano.— Yo… ¿estas bien tú?— Me transformé en gato y caí bien, pero, ¿Qué hay de ti? — dice Carlos y como puedo me levanto, mientras el lobo debajo de mí gimotea, para después levantarse.Sus ojos amarillos, mostraban preocupación, pero, no era por el dolor que le había causado la caída a él, si no, por mí. Podía sentirlo. Eso era lo que quería decirme con su mirada.— ¿Eres tú, Retmus? — pregunto y el lobo asiente.— Debemos irnos. — dice Carlos mientras escucha los disparos.— Gracias por salvarme. — murmuro y el lobo me cubre mientras con su hocico que empuja para que camine.Sorprendida, subo al auto y es allí cuando Retmus se transforma en humano y sa
El auto nos deja en una gran casa donde por fortuna, no somos recibidos con disparos. Apenas llegamos, Lowell se transforma en lobo, mientras yo cargo a Zaid, sin intenciones de entregarlo a alguien.Si algo he entendido es que no puedo alejarme de los niños por mucho tiempo, porque pasa algo. Preocupada, soy escoltada hacia el interior de la casa donde un hombre ya nos espera con apósitos y otras herramientas de medicina.— ¿Quién es usted y que piensa darle? — pregunto cuando el hombre saca una pastilla para Zaid.Lowell gruñe y aunque no me agrada que siempre este a la defensiva Lowell siendo solo un niño, me alegra tener su respaldo. — Solo es medicamento para el dolor. Aunque no fue un corte demasiado profundo, debemos darle medicamento para que no se le infecte.Dudo de sus intenciones y aunque él me entrega el empaque que me hace confirmar que es antibiótico, no soy capaz de darle eso a mi pequeño. Aunque quiero que lo atiendan, con este atentado, desconfío de cualquier person